Las revistas alternativas, aquellas que no quieren entrar en los círculos hegemónicos de las publicaciones, están (estamos) confrontando muchos obstáculos, directos e indirectos. De una parte, no encontramos fondos de sustentación. Aunque es el menos preocupante de los problemas, no hay duda de que puede llegar a ser determinante. De otra parte, estamos observando una baja en la cantidad de colaboraciones que recibimos.
Este segundo aspecto se relaciona directamente con el tema de la decisión de autonomía que tenemos. Las y los autores, sobre todo desde sus instituciones de pertenencia y desde la construcción de sus currículos, son presionados a publicar en revistas reconocidas, lo que en el imaginario construido por dichos círculos de poder, quiere decir revistas de “alto impacto”, revistas del “grupo uno”, es decir las “santificadas” por los interesados en que se publique solo con determinados metalenguajes, dentro de ciertas temáticas, y sobre todo contenidos “científicos puros”, lo que quiere decir alejados de cualquier ideología (que interesante, ellos mismos no se perciben como imponiendo y defendiendo una ideología) y cualquier posicionamiento político.
Desde Alternativas en Psicología hacemos un llamado, no a abstenerse de publicar en aquellas revistas. Entendemos que esto se hace muy difícil para las y los autores. Pero sí a mantener vivas y productivas las revistas que se comprometen con el hacer y el pensar antihegemónico, cultivando las formas narrativas propias, las problematizaciones que afrontamos en nuestro trabajo, en nuestra vida, día a día.
Alternativas cubanas en Psicología sigue en la batalla, abriendo sus páginas a la diversidad de voces de nuestro continente.
Manuel Calviño
Director