Eugenio Saavedra Guajardo
Germán Morales Chávez
Eugenia Rodríguez Ugalde
Edson Huaire Inacio
Germán López Noreña
Arianna Ortiz Solano
Fundación Red para la Educación en Iberoamérica (FREI)
Resumen
El presente trabajo recoge los resultados obtenidos al encuestar a 3.860 estudiantes, provenientes de planteles universitarios de México, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile, en torno las fortalezas y debilidades, desarrolladas durante el período de confinamiento por COVID 19. La participación de los sujetos fue voluntaria y luego de contestar un consentimiento informado, se les administró la Escala de Resiliencia para Jóvenes y Adultos, SV-RES (Saavedra y Villalta, 2008), en formato virtual. Dicha escala nos permite obtener un puntaje total de resiliencia, que ubica a los sujetos en un determinado nivel de esta variable y además provee de 12 puntajes, asociados cada uno, a las dimensiones que evalúa esta escala. A modo de análisis se calcularon los niveles de resiliencia por cada país participante y se distinguieron las dimensiones predominantes en cada grupo. Entre los resultados más llamativos se destacan que todos los países alcanzan un nivel promedio de resiliencia, sin embargo, Costa Rica presenta los puntajes más altos, estableciendo diferencias estadísticamente significativas con los otros países. En esta misma dirección el grupo de Perú obtiene los puntajes comparativamente más bajos que el resto de países. Llama la atención que todos los grupos de estudiantes presenta la dimensión “Afectividad” como la más disminuida, sugiriendo que esta área sería una de las más afectadas por la experiencia de confinamiento.
Palabras claves: Resiliencia, estudiantes, pandemia, confinamiento
Abstract
The present study involved 3,860 students from universities in Mexico, Costa Rica, Colombia, Peru, and Chile, who were surveyed about the strengths and weaknesses they developed during the COVID-19 confinement period. Participation was voluntary, and after providing informed consent, the students completed the Resilience Scale for Youth and Adults, SV-RES (Saavedra and Villalta, 2008), in virtual format. This scale provided a total resilience score and 12 dimension scores to evaluate the subjects’ resilience levels. Resilience levels were calculated for each country, and the predominant dimensions in each group were identified. The results showed that all countries reached an average level of resilience, with Costa Rica obtaining the highest scores, significantly different from the other countries. Conversely, the Peruvian group scored lower compared to the other countries. Notably, all groups of students had “Affectivity” as the most diminished dimension, indicating that this area was particularly affected by the experience of confinement.
Key words: Resilience, students, pandemic, confinement.
Introducción
Para poder hablar de resiliencia, se hace necesario definir el concepto, ya que existen distintas posiciones y cada autor pone énfasis en algo particular.
Así tenemos definiciones que se acercan más a un punto de vista biológico y otras ponen el énfasis en lo social. Del mismo modo algunas definiciones lo ven como un fenómeno individual, en tanto otras lo consideran un fenómeno colectivo. Algunos acercamientos lo ven como algo heredado y otras lo ven asociado a procesos de aprendizaje. Finalmente hay definiciones que ven a la resiliencia como una respuesta adaptativa estática y otras que la ven como un proceso dinámico que va más allá de la adaptación a una situación (Saavedra y Villalta, 2008)
Desde que las universidades comenzaron a realizar estudios sobre sus estudiantes, preocupados por ya sea su rendimiento, las deserciones y diversos comportamientos al interior de las instituciones, se han venido generando investigaciones desde diferentes áreas que permita comprender de manera integral dichas problemáticas. Por otra parte, el aumento sostenido de establecimientos de educación de nivel superior en el país y por tanto la matrícula de estudiantes en las universidades e instituciones de formación técnico profesional, producto de las políticas de acceso a educación impulsadas por diversos gobiernos (Mineduc, 2017), ha generado también la necesidad de caracterizar con mayor precisión a este grupo particular de la sociedad y todos los aspectos asociados a su desempeño y conclusión de su formación profesional.
Los estudios revisados permiten establecer diferentes factores que influyen en el riesgo académico: individuales, de desempeño académico, institucionales y factores socioeconómicos (Patiño, L. y Cardona, A., 2012). Las mismas autoras indican que, sobre el riesgo de abandono por parte de los jóvenes, los factores individuales llegarían a incluir aspectos como: la historia personal y académica, la elección de carrera, adaptación a la vida universitaria, consumo de sustancias psicoactivas, expectativas personales insatisfechas, entre otras. Por su parte, Boado (2011) indicaría que los factores extracadémicos, como el contexto social, cultural y económico, tendrían un impacto indiscutible en el desempeño estudiantil. Se destacan aquí dimensiones asociadas a la clase, el género y el origen étnico, así como a la desigualdad de ingresos de los hogares de origen de los jóvenes universitarios; es más frecuente que los y las jóvenes ubicados en los quintiles de ingresos más acomodados logren concluir sus estudios en los plazos estipulados (Villa, L, 2016). Por otro lado, factores organizacionales y de interacción, también son considerados de riesgo en esta población. La dimensión organizacional, en tanto tamaño de la institución, presupuesto por estudiantes (becas, servicios), calidad de los docentes y la dimensión interaccional, en tanto la capacidad de integración y adaptación al ambiente universitario en relación con sus condiciones y niveles de exigencia, estarían interviniendo en el desempeño de los y las jóvenes en sus estudios (Boado, M., 2011).
El ingreso a una institución de educación superior se produce en una fase del ciclo vital de las personas, cargadas de exigencias de éxito, de tensiones socio-existenciales y aspiraciones orientadas a futuro (Alarcón, R., 2019); agregando en algunos y algunas jóvenes el alejamiento familiar, que les demandará el desarrollo de su autonomía y autoeficacia. Se comienzan a identificar así los factores protectores que les permitirán conllevar las tensiones mencionadas (Caldera et al.,2016) y serán todos aquellos componentes (internos y externos) que permiten a las personas desarrollarse y desplegar recursos de afrontamientos de manera adecuada en su vida, y también, aminorar las consecuencias de todas aquellas situaciones, que se han descrito, afectan a las y los estudiantes universitarios en particular.
Estudios en el área de salud de jóvenes universitarios han instalado la necesidad de profundizar en los estilos de vida de este grupo, pues con preocupación han identificado conductas de riesgo como el sedentarismo, malos hábitos de alimentación, consumo problemático de drogas y el aumento de ideación suicida (Bastías, E. y Stiepovich, J., 2014). En lo que respecta al riesgo suicida entre los estudiantes universitarios, la Organización Mundial de la Salud (WHO 2018) advierte que es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15y 29 años. En un estudio realizado en dos universidades de Colombia (Gómez et al, 2020), se señala que el riesgo suicida es mayor en mujeres (24%) que en hombres (21,3%); así también se indica que existirá menos riesgo suicida si hay presencia de mayores niveles de regulación emocional, autoestima y autoconfianza, concordando con otros estudios en esta misma línea indicados en dicha investigación.
En otras áreas de riesgo, surgidas a partir del uso de internet y todas las plataformas de comunicación virtual, especialmente empleadas por adolescentes y jóvenes, están aquellas que terminan cibervictimizando a esta población (Agustina, J. y Gómez-Durán, E. 2016). Fenómeno que permite a las personas hacer y decir cosas en este medio, que probablemente no lo realizarían de manera presencial; el ciberbullyng, acoso psicológico que comienza cada vez a menor edad entre pares y el sexting, en contextos cada vez más sexualizado especialmente a través de teléfonos móviles, permite el envío o recepción de imágenes, videos explícitamente sexuales, que ponen en riesgo a los jóvenes. Sin embargo, es necesario también hacer el alcance que estos medios y sus diversas plataformas, poseen aspectos positivos y que dependerá del uso que individualmente se les dé.
El actual escenario de pandemia generado por el COVID-19 está siendo sin duda, uno de los fenómenos más complejos que la sociedad como un todo ha debido enfrentar en lo que va corrido de este siglo. Esto pues, si bien es un tema de salud pública, ha trastocado todos los niveles de funcionamiento en el mundo entero y ha puesto en evidencia los niveles de desigualdad territoriales para enfrentar lo sanitario, lo económico, lo educacional, entre otros (Cepal, 2021). El espacio educativo en todos los niveles se vio afectado y debió en el corto plazo asumir el enfrentamiento de esta situación; lo virtual pasó a convertirse en el nuevo vehículo para que los estudiantes universitarios pudieran continuar con sus aprendizajes de la manera más exitosa posible (Lozano et al, 2020; Apaza et al, 2020). Los aspectos relacionados a lo tecnológico, si bien han presentado dificultades, lo que ha indicado riesgo académico en los jóvenes se ha relacionado con presencia de estrés, ansiedad y depresión (Apaza et al. 2020); aspectos que han incidido más significativamente en las mujeres que en los hombres (De la Cruz-Caballero, A. y Robles- Francia, V., 2021; Apaza et al, 2020). Así también estos estudios dan cuenta que la fatiga y el insomnio han sido los síntomas más evidentes en los jóvenes. El manejo de las emociones ayuda a las personas a dirigir sus energías hacia un manejo más adecuado de su entorno y según Lozano et al (2020), los estudiantes que se han mostrado más resilientes se han visto menos impactado por el confinamiento y todas las repercusiones de este. Así como los estudios indican el impacto mayor en el género femenino frente a esta situación, un estudio en diferentes hospitales de Cuba (Pérez et al, 2020) mostró que la mayoría de los estudiantes de medicina que realizaban sus actividades de aprendizajes en estos, no manifestaron mayores alteraciones, debido según los investigadores a que, un funcionamiento motivado en la tarea y el afrontamiento centrado en la emoción favorecieron sus respuestas de salud mental.
Todos los estudios revisados concluyen que es imprescindible en los espacios educativos universitarios, desarrollar estrategias que permitan mediar la influencia de los múltiples riesgos a que esta población se enfrenta.
Identificar desde los propios sujetos las fortalezas presentes, tanto personales y del entorno, y ponerlas en acción, puede reducir el riesgo académico a niveles manejables.
Importará para esta investigación, conocer las fortalezas y debilidades, de estudiantes de algunas universidades de México, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile, durante el período 2022–2023, y aportar desde sus resultados a instalar o reforzar programas en estas instituciones de soporte a los y las estudiantes.
Objetivo General:
- Analizar el perfil de Resiliencia, de una muestra de universitarios de México, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile, evaluados a través de la aplicación de la Escala SV-RES, durante el período 2022 – 2023.
Objetivos específicos:
- Describir el nivel de resiliencia de la muestra de los 5 países.
- Describir el perfil de resiliencia de la muestra de los 5 países.
- Comparar tanto el nivel como el perfil de resiliencia de la muestra de los 5 países.
Metodología:
Para el presente estudio, se utilizó una metodología cuantitativa de recolección de datos a través de la aplicación de la Escala SV-RES, (válida y confiables para esta muestra) para acceder a las variables de interés, a saber: identidad, autonomía, satisfacción, pragmatismo, vínculos afectivos, redes presentes, modelos, metas, afectividad, autoeficacia, aprendizaje, generatividad.
El método fue cuantitativo, descriptivo comparativo, de fuente primaria y transversal, utilizando la información recogida a través de 1 instrumentos, tipo encuesta, que fue administrado vía virtual. El instrumento fue anónimo y la participación de los sujetos fue voluntaria. Se administraron consentimientos informados antes de la aplicación de las encuestas, teniendo en cuenta que todos los sujetos serán mayores de edad.
La administración del instrumento involucró 20 minutos en total, y fueron contestados por los sujetos en el lugar y horario que les fuese más convenientes. Los sujetos debían contestar en pantalla (administración virtual) y marcar sus preferencias. La administración de la escala se llevó a cabo durante el segundo semestre 2022.
El instrumento dirigido a evaluar fortalezas y debilidades fue la escala SV-RES (Saavedra y Villalta, 2008) que cuenta con una validez concurrente de 0,76 (Pearson) y una confiabilidad de 0,96 (Alfa de Cronbach). Se trata de un cuestionario de 60 ítems, del tipo Escala Likert, auto administrado y que cumple con ello la flexibilidad de ser aplicado a distancia de manera virtual.
Para obtener la muestra se realizó una convocatoria abierta a los estudiantes a través de redes sociales y con avisos en sus unidades académicas. La muestra total de estudiantes llegó a 3.860 sujetos entre los 5 países.
Los análisis estadísticos que se emplearon, fueron estadística descriptiva, con medidas de tendencia central, medidas de dispersión, análisis de varianza (ANOVA) de 2 factores y construcción de gráficos con los resultados. Para dichos análisis nos apoyamos en el programa SPSS 25, junto a la asesoría metodológica de una especialista.
Resultados:
Como se dijo con anterioridad, la muestra fue de carácter voluntario y abarcó a 3.860 estudiantes de los 5 países involucrados.
Tabla 1. Muestra definitiva:
Colombia | 234 |
Costa Rica | 432 |
México | 2.288 |
Perú | 569 |
Chile | 337 |
Total | 3.860 |
El primer resultado obtenido fue el puntaje total de la prueba, para determinar el nivel general de resiliencia.
El puntaje mínimo para la escala SV-RES es de 60 puntos, en tanto el puntaje máximo es de 300 puntos.
Tabla 2. Puntajes promedio de resiliencia por países.
N | Media de puntaje | Puntaje | |
Percentil | |||
Colombia | 234 | 255,12 | 47 |
Costa Rica | 432 | 264,43 | 61 |
México | 2288 | 253,31 | 47 |
Perú | 569 | 243,44 | 35 |
Chile | 337 | 251,82 | 45 |
Total | 3860 | 253,08 | 47 |
De este modo los 5 países se ubican en el nivel de resiliencia promedio, según lo indica la escala SV-RES.
Al dividir los resultados en resiliencia en tres categorías, a saber, alta (sobre percentil 75), media (entre percentil 25 y 74) y baja (de percentil 24 hacia abajo), obtenemos los siguientes resultados por país:
Tabla 3. Frecuencia de sujetos por niveles de resiliencia en cada país.
País | Alta
resiliencia |
Media
resiliencia |
Baja
resiliencia |
Chile (337) | 102 (30,2%) | 151 (44,8%) | 84 (24,9%) |
Colombia (234) | 62 (26,4%) | 122 (52,1%) | 50 (21,3%) |
Costa rica (432) | 181 (41,8%) | 190 (43,9%) | 61 (14,1%) |
México (2288) | 720 (31,4%) | 929 (40,6%) | 639 (27,9%) |
Perú (569) | 105 (18,4%) | 261 (45,8%) | 203 (35,6%) |
TOTALES (3.860) | 1.170 (30,31%) | 1.653 (42,82%) | 1.037 (26,86%) |
Como se aprecia en la tabla anterior, prácticamente se da una distribución normal en la muestra total, concentrando un 42,8% en la categoría de resiliencia media. Destaca Costa Rica con el mayor porcentaje de resiliencia alta, llegando al 41,8%. En tanto Perú sólo llega al 18,4% en esta misma categoría. Si vemos la resiliencia baja, Costa Rica presenta sólo un 14,1% en este rango y por su parte Perú concentra un 35,6% en esta categoría. Tanto Colombia, México y Chile, describen una distribución parecida a la de la muestra total, obteniendo sus mayores porcentajes en resiliencia media. Sólo se apreciaron diferencias estadísticamente significativas en el grupo de Costa Rica comparado con el resto de países, a favor de Costa Rica. Por su parte Perú al ser comparado con los otros países presenta una diferencia estadísticamente significativa, a favor del resto de países.
Comparación de perfiles:
Como se señaló anteriormente, la Escala SV-RES, desagrega los resultados en 12 dimensiones, de las cuales destacamos las más altas y bajas, en los diferentes países encuestados.
Tabla 4. Dimensiones altas de resiliencia por país
País | Dimensiones altas |
Chile | modelos, redes, metas, generatividad |
Colombia | generatividad, metas, modelos |
Costa rica | identidad, generatividad, pragmatismo |
México | modelos, metas, generatividad |
Perú | modelos, generatividad, aprendizaje |
Tabla 5. Dimensiones bajas de resiliencia por país.
País | Dimensiones bajas |
Chile | afectividad, autonomía, vínculos |
Colombia | afectividad, vínculos, autonomía |
Costa rica | afectividad, vínculos, autonomía |
México | afectividad, satisfacción, vínculos |
Perú | afectividad, vínculos, satisfacción |
Una dimensión alta en los 5 países resulta ser la “generatividad” que se refiere a: la capacidad de crear respuestas alternativas frente a los problemas, construir respuestas y planificar la acción (Saavedra y Castro, 2009). En segundo término, aparece “modelos” que se define como: personas y situaciones que sirven de guía al sujeto para enfrentar sus problemas. Experiencias anteriores que sirven de referente frente a la resolución de problemas (Saavedra y Castro, 2009). Lo anterior nos indicaría que estos estudiantes son capaces de construir respuesta resilientes alternativa frente a las dificultades, ocupando personas o situaciones guías, beneficiándose de los modelos disponibles en su entorno.
La dimensión “afectividad” aparece baja en los 5 países encuestados, lo que indicaría que está área está claramente más afectada y disminuida luego de la pandemia. La afectividad se refiere a: auto reconocimiento de la vida emocional del sujeto, valoración de lo emocional, características personales en torno a la vida emocional. Tono emocional, humor, empatía (Saavedra y Castro, 2009). Por su parte los “vínculos” también aparecen disminuidos en los 5 países y se refieren a: condiciones estructurales que sirven de base para la formación de la personalidad. Relaciones vinculares, apego. Sistema de creencias (Saavedra y Castro, 2009). Podemos ver como el área emocional se ha visto fuertemente afectada luego de la experiencia de pandemia y confinamiento.
Conclusión
Luego de obtener las respuestas de estos estudiantes de los cinco países, podemos concluir que todos se ubican en el rango de resiliencia intermedia, por tanto, podemos afirmar que a pesar de los estragos provocados por la pandemia y en especial por el confinamiento, estos jóvenes aún tienen herramientas para enfrentar las adversidades.
Llama la atención que Costa Rica obtenga resultados significativamente superiores a los otros cuatro países, teniendo como hipótesis la calidad de vida auto percibida por su población, lo que seguramente impacta positivamente en la auto estima de sus estudiantes.
Por el contrario, los bajos puntajes obtenido en la muestra peruana, podrían explicarse a través de una sensación de inestabilidad social percibida por la juventud de dicho país.
En torno al perfil obtenido, la dimensión “Generatividad” está presente en las cinco muestras con altos puntajes, lo que viene a resaltar que dichos sujetos mantienen características creativas y de búsqueda de alternativas de respuesta frente a sus problemas. Del mismo modo en los cinco países la dimensión más descendida es la “Afectividad”, indicando con ello que el área más golpeada por el confinamiento por pandemia fue la vida emocional de estos estudiantes.
Lo anterior debe llamarnos a crear intervenciones y programas que fortalezcan a nuestros estudiantes en áreas más allá de lo cognitivo intelectual y refuercen el área afectiva, que al parecer en nuestros planteles ha estado en un segundo plano.
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