DESENTRAÑANDO LA INTEGRACIÓN SOCIAL… POSTPANDEMIA

Armando Sánchez Gutiérrez

Zihuatanejo., Guerrero. México

Resumen

Este tex­to tiene como propósi­to abor­dar la inter­sec­ción entre la pan­demia del Covid-19 con la inte­gración social y sus resul­ta­dos: las man­i­festa­ciones emo­cionales provo­cadas por el con­fi­namien­to san­i­tario, prin­ci­pal­mente entre el sec­tor de población más las­ti­ma­do como es el adolescente.

De esto últi­mo, se desta­ca que una de estas man­i­festa­ciones comu­ni­tarias es el debili­ta­mien­to de las habil­i­dades sociales, moti­vo sobre el que se hace un recor­ri­do teóri­co des­de la sub­je­tivi­dad del psi­coanáli­sis, para desem­bo­car en temas pun­tuales como la agre­sivi­dad y la vio­len­cia sexual.

Por últi­mo, se con­cluye que, tran­si­ta­mos en un peri­o­do de pan­demia, del cual descono­ce­mos su final, lo que ha lle­va­do al suje­to a bus­car nuevas man­eras de sobre­viven­cia y, tratar de enten­der los cam­bios que nos están trans­for­man­do, sin olvi­dar, el saber­nos débiles e inacaba­dos… lo cual acen­túa la incertidumbre.

Pal­abras clave: inte­gración social, habil­i­dades sociales, pan­demia Covid-19

Abstract

This text aims to address the inter­sec­tion between the Covid-19 Pan­dem­ic and Social Inte­gra­tion and its results: the emo­tion­al man­i­fes­ta­tions caused by san­i­tary con­fine­ment, main­ly among the most hurt sec­tor, such as adolescents.

Regard­ing the lat­ter, it is high­light­ed that one of these com­mu­ni­ty man­i­fes­ta­tions is the weak­en­ing of Social Skills, a rea­son for which a the­o­ret­i­cal jour­ney is made from the sub­jec­tiv­i­ty of psy­cho­analy­sis, to end up in spe­cif­ic issues such as aggres­sion and sex­u­al vio­lence. Final­ly, it is con­clud­ed that we are going through a peri­od of Pan­dem­ic, of which we do not know its end, which has led the sub­ject to look for new ways of sur­vival and try to under­stand the changes that are trans­form­ing us, with­out for­get­ting, know­ing that we are weak and unfin­ished… which accen­tu­ates uncertainty.

Key­words: inte­gración social, habil­i­dades sociales, pan­demia Covid-19

“La sociedad civ­i­liza­da está per­pet­u­a­mente amenazada
por la desin­te­gración debido a la hostilidad
de los hom­bres entre sí”.

Freud

Y ahora, la desintegración social…

Covid-19: Sor­pre­sa y con­fusión plan­e­taria. Hoy por hoy, el tema que nos con­vo­ca apun­ta a que teng­amos que abrir y pro­fun­dizar más el panora­ma de las diver­si­dades. Epis­te­mológ­i­cas, con el fin de enten­der cuáles fueron las secue­las emo­cionales que nos dejó la irrup­ción del con­ta­gioso y letal virus Sars-cov­‑2, cau­sante de la mor­tal enfer­medad denom­i­na­da Covid-19, orig­i­na­da en Wuhan, Chi­na, y que des­de enero del 2020, ha gen­er­a­do un sin­fín de dece­sos, de ahí que aho­ra esta­mos insta­l­a­dos en un peri­o­do de post­pan­demia cuyo final per­manece indefinido y, ello ha con­fronta­do a la sociedad a cues­tionar, primero, por su super­viven­cia y después por las dimen­siones de lo social que se están trans­for­man­do, lo cual nos trasla­da a un tiem­po de incer­tidum­bre que nos recuer­da nues­tra frag­ili­dad estructural.

Sigu­ien­do con esta intro­duc­ción, veamos un intere­sante artícu­lo de la revista La Ter­cera, fecha­da el 24 de mar­zo de 1922, en la Repúbli­ca de Chile, donde se pre­sen­tan algunos datos sig­ni­fica­tivos, de man­era pun­tu­al en el artícu­lo; “Atrofia o fal­ta de habil­i­dades sociales tras la pan­demia: las pis­tas tras el alza en la vio­len­cia esco­lar”. Ahí, de acuer­do a la Super­in­ten­den­cia de Edu­cación, se hace men­ción que el 31% (393) de las 1271 denun­cias que habían ingre­sa­do a niv­el nacional has­ta el 22 de mar­zo de este año, se rela­cio­nan con Mal­tra­to a los estu­di­antes.

Entre ellas, la may­oría se con­cen­tra en el mal­tra­to físi­co y psi­cológi­co (273), cifra que aumen­tó un 22% respec­to al prome­dio (223) del mis­mo peri­o­do entre los años 2018 y 2019, pre­vio a la lle­ga­da de la pan­demia y el con­fi­namien­to pre­ven­ti­vo (1922). Aho­ra bien, es per­ti­nente hac­er men­ción que, auna­do a las agre­siones físi­cas, se han hecho pre­sentes con­duc­tas de un matiz per­tur­bador con un ses­go sex­u­al (48 casos). De los cuales, aho­ra pre­sen­ta­mos algunos casos…

El direc­tor de Inves­ti­gación de Salud Men­tal de la Uni­ver­si­dad de los Andes, Jorge Gaete, con­sid­era que se gen­eró un debili­ta­mien­to de las rela­ciones sociales entre los dis­tin­tos actores esco­lares, y así lo dice, “Los estu­di­antes tuvieron menos con­tac­to con com­pañeros y pro­fe­sores, y con ello menos opor­tu­nidades de prac­ticar sus habil­i­dades sociales o desar­rol­lar habil­i­dades proso­ciales”. (La Ter­cera, 2022). Pro­fun­dizan­do, Rocío Angu­lo, la direc­to­ra del Insti­tu­to de Cien­cias Sociales de la Uni­ver­si­dad de O’Higgins e inves­ti­gado­ra en abu­so y acoso sex­u­al, señala que:

… los niños están salien­do a la calle después de dos años de ais­lamien­to y eso gen­era ansiedad. Depen­di­en­do de la edad, ha inci­di­do la adquisi­ción de habil­i­dades sociales y se van a enfrentar a todo esto de una for­ma estre­sante y eso gen­era muchas veces situa­ciones de agre­sión. (1922)

Y con­tinúa com­par­tien­do en la mis­ma revista, “todo esto, se da en un con­tex­to en el que se está pro­ducien­do el des­per­tar sex­u­al y todo lo que tiene que ver con una social­ización de rela­ciones afec­ti­vas tiene un vacío de dos años”. (Angu­lo, 2022).

En tan­to, en relación con el estu­dio real­iza­do en la mis­ma región de O’Higgins, al inte­ri­or de insti­tu­ciones educa­ti­vas, en espe­cial en el niv­el secun­dario, arro­ja que el 40% de las agre­siones son de índole sex­u­al, y así lo consignan.

… se pro­duce may­ori­tari­a­mente entre pares, lo que habla de una nor­mal­ización abso­lu­ta del acoso sex­u­al des­de los 13 o14 en prome­dio”. Y añade: “Están empezan­do a nor­malizar­lo como refle­jo de la nor­mal­ización en la sociedad. Muchas mujeres ni siquiera recono­cen el acoso como tal e inter­ac­túan sin saber que lo es porque esta nor­mal­iza­do. (La Ter­cera, 2022).

Del mis­mo modo, Eduar­do Vicuña, psicól­o­go edu­ca­cional y direc­tor de la escuela de Psi­cología de la Uni­ver­si­dad de los Lagos, con­sid­era, “Las inter­ac­ciones sociales dis­min­uyeron bas­tante en la pan­demia, entonces a los alum­nos les cues­ta volver a inter­ac­tu­ar y resolver sus prob­lemáti­cas. “Cues­ta rein­cor­po­rar las nor­mas sociales” (2022).

A lo que agrega:

… muchos alum­nos lle­garon a la ado­les­cen­cia en vir­tu­al­i­dad, entonces están enten­di­en­do la autor­reg­u­lación. El camino para eso es bas­tante lento y ellos de un día para otro se encon­traron en esto y se vieron entre muchos estí­mu­los y cam­bios en su vida. (La Ter­cera, 2022).

Aho­ra bien, pase­mos aho­ra a otros casos en los que la pan­demia ha deja­do su huel­la, no podemos dejar de lado las ref­er­en­cias de otros espa­cios sociales, donde se con­sid­era, pun­tual­mente, que los jóvenes ado­les­centes fueron el sec­tor de población que más resin­tió el encier­ro. Podemos señalar que resul­ta notable que en el lab­o­ra­to­rio de Emo­ciones de la Uni­ver­si­dad de Mála­ga (UMA) en España, en colab­o­ración con otras insti­tu­ciones como el Grupo Cog­ni­ción y Salud de la Uni­ver­si­dad Com­plutense de Madrid, al igual que algu­nas Uni­ver­si­dades de Argenti­na y la Repúbli­ca Domini­cana, doc­u­men­taron un dato rel­e­vante y coin­ci­dente, “Son los jóvenes el sec­tor de población más vul­ner­a­ble a los efec­tos del con­fi­namien­to, y a la gen­eración de las con­se­cuen­cias emo­cionales de la pan­demia”. (www.20minutos.es,2020). Como se ve, los espe­cial­is­tas en salud men­tal, con­sid­er­an que dicha prob­lemáti­ca de los jóvenes estu­di­antes, se deri­va del con­fi­namien­to de dos años, al que los oril­ló la pan­demia del Covid-19, ya que se care­ció de un apren­diza­je socioe­mo­cional y comu­ni­tario, que requieren, dada la eta­pa de desar­rol­lo socioe­mo­cional que tran­si­tan, con el fin de incor­po­rarse a la vida comu­ni­taria. Veamos otro ref­er­ente post­pan­demia en Japón…

Y ahora, “La Lacra del Siglo”.

En tan­to, no podemos dejar de hac­er men­ción de las medi­das tomadas por el gob­ier­no japonés al crear en mar­zo de 2021, el Min­is­te­rio para com­bat­ir la Soledad, como respues­ta al crec­imien­to de sui­cidios, con­se­cuen­cia de lo que han lla­ma­do: “La Lacra del Siglo”, que se con­sid­era resul­ta­do de las medi­das de ais­lamien­to social, ya que se gener­aron sen­timien­tos de ansiedad durante el peri­o­do de la pan­demia del Covid-19, así lo man­i­festó el min­istro, Tet­sushi Sakamo­to, comi­sion­a­do para com­bat­ir las secue­las emo­cionales post­pan­demia, y quien añadió, “en gen­er­al los lazos sociales se han debil­i­ta­do” y, se bus­ca tomar medi­das inte­grales que reestruc­turen el lazo social, tal como se men­cionó en el diario La Voz de Gali­cia (2021).

Se entiende así, que aún esta­mos insta­l­a­dos en un peri­o­do de con­fusión e incer­tidum­bre cuyo fin de la pan­demia per­manece indefinido, lo cual nos ha lle­va­do como sociedad a cues­tionarnos acer­ca de la super­viven­cia y des­cubrir las dimen­siones del ser social que se están trans­for­man­do, y, a la vez, nos recuer­da nues­tra frag­ili­dad estruc­tur­al, esta mis­ma que Sig­mund Freud, creador del psi­coanáli­sis, nos había hecho referencia.

Sur­gen entonces una serie de pre­gun­tas: ¿dónde quedó esa idea del hom­bre como creador de su des­ti­no?, al igual, ¿sobre la efi­ca­cia de la Cien­cia y la Tec­nología?, las cuáles fueron atroz­mente super­adas ante la apari­ción de la pan­demia y, del mis­mo modo, con un pen­samien­to dialéc­ti­co, estas últi­mas obser­va­ciones nos ori­en­tan a dis­tin­guir las condi­ciones con­cernientes tan­to al suje­to como a la situación socio­cul­tur­al actu­al que deter­mi­nan este sin­gu­lar esta­do de cosas. Aho­ra, busque­mos reflex­ionar sobre la posi­bil­i­dad de un psi­coanáli­sis a la altura de la sub­je­tivi­dad actual.

La premisa de la cultura

Con el propósi­to de situ­ar ori­enta­ciones teóri­c­as, a la luz de la pan­demia para ubicar cuál es la géne­sis de la man­i­festación emo­cional de la desin­te­gración social, con­viene con­sid­er­ar las elab­o­ra­ciones de Freud, es per­ti­nente recor­dar que hace alrede­dor de cien años, él hizo un diag­nós­ti­co nove­doso, rompi­en­do con los par­a­dig­mas epis­te­mológi­cos que se conocían y nos develó la exis­ten­cia de un Malestar en la civ­i­lización, en una revisión del estu­dio, con­sid­er­amos que con la lle­ga­da de dicho virus, el prob­le­ma se ha acen­tu­a­do, con la lim­itación de la social­ización comu­ni­taria, a par­tir del ais­lamien­to social, pre­ven­ti­vo y oblig­a­to­rio, a la que nos con­du­jo la pandemia…

La géne­sis de la cul­tura des­de una per­spec­ti­va del psi­coanáli­sis la podemos encon­trar en el mis­mo Freud, quien a pesar de no con­cep­tu­alizar­lo como tal, sen­tó las bases epis­te­mológ­i­cas para su estu­dio, al abstraer los vín­cu­los como fenó­menos sociales, des­de la premisa que señala que toda psi­cología es social y que las rela­ciones humanas lo son y dan paso a la creación cul­tur­al, y así lo señaló: “des­de el comien­zo mis­mo la psi­cología indi­vid­ual es simultánea­mente social en este sen­ti­do más lato pero entera­mente legí­ti­mo” (p. 67), dado que son los ele­men­tos del arrai­go del indi­vid­uo con el teji­do comu­ni­tario, por lo tan­to, con­sid­eró impre­scindible la supre­sión de las pul­siones destruc­ti­vas emanadas del Ello, para el establec­imien­to de las rela­ciones sociales que le dan vida a la comu­nidad, y así lo manifiesta…

La relación del indi­vid­uo con sus padres y her­manos, con su obje­to de amor, con su mae­stro y con su médi­co, vale decir todos los vín­cu­los que han sido has­ta aho­ra inda­ga­dos pref­er­ente­mente por el psi­coanáli­sis, tienen dere­cho a recla­mar que se los con­sidere fenó­menos sociales (p. 67)

Así mis­mo, es per­ti­nente hac­er men­ción que Freud, a lo largo de su obra, El Malestar en la Cul­tura, con­sid­er­a­ba que la estruc­tura aními­ca del suje­to le va dan­do vida a un esce­nario comu­ni­tario, com­puesto por diver­sos sis­temas que se van inte­gran­do unos con otros, apor­tan­do vida a la comu­nidad, con­se­cuen­cia de un sin­número de rela­ciones afec­ti­vas. Mis­ma noción con­cep­tu­al que sus­ten­ta a par­tir de la idea del prin­ci­pio del plac­er, propia de la estruc­tura nat­ur­al del suje­to, el cual bus­ca sat­is­fac­er de man­era pun­tu­al los deseos instin­tivos, estos mis­mos van sien­do canal­iza­dos a través de los mecan­is­mos de defen­sa del Yo, y de igual man­era, se alo­jan en el incon­sciente, siem­pre bus­can­do hac­erse pre­sentes en fran­ca oposi­ción con el prin­ci­pio de la real­i­dad, el cual se fue con­sti­tuyen­do a par­tir de la social­ización tan­to en el hog­ar, como en las insti­tu­ciones educa­ti­vas, y la sociedad en su con­jun­to, medi­ante leyes, nor­mas y prin­ci­p­ios, que bus­can reg­u­lar la sat­is­fac­ción instin­ti­va, posi­bil­i­tan­do la apari­ción de la insat­is­fac­ción por la dis­min­u­ción de la labor del instin­to de vida (Eros), lo que con­ll­e­va a la apari­ción de man­i­festa­ciones sociopa­to­log­i­cas, pro­duc­to de la ten­den­cia destruc­ti­va del instin­to de muerte (Thá­natos) pre­sentes y acen­tu­adas en la dinámi­ca social actu­al, por fenó­menos plan­e­tar­ios como la pan­demia del Covid-19. De igual modo, esto se vis­lum­bra y lo demues­tra explíci­ta­mente Freud, en ese mis­mo tex­to, algu­nas líneas más ade­lante, donde pro­fun­diza sobre la temática…

Es per­ti­nente hac­er men­ción que todo el genio de Freud, se man­i­fi­es­ta aquí, ya que entendió que a par­tir de la repre­sión de los instin­tos se orig­i­na la vida cul­tur­al, sien­do la base teóri­ca, que le da vida a su par­a­dig­ma epis­te­mológi­co. Aho­ra bien, la relación entre estas dos coor­de­nadas se entiende per­fec­ta­mente cuan­do Freud describe al malestar cul­tur­al. (1970, p. 88). Los mis­mos fines que le dan vida a las rela­ciones comu­ni­tarias y, se antepo­nen a la búsque­da del plac­er instin­ti­vo impidién­donos el acce­so a la feli­ci­dad, y a la desin­te­gración social pro­duc­to de la vio­len­cia estruc­tur­al del ser humano, generan­do una vida insat­is­fecha pro­duc­to de la frus­tración cotid­i­ana, por lo tan­to, debe­mos señalar de acuer­do a la orto­dox­ia psi­coanalíti­ca: la cul­tura reposa sobre la renun­cia a la sat­is­fac­ción de los instin­tos, en la repre­sión mis­ma”. La relación entre estos dos pun­tos se entiende per­fec­ta­mente cuan­do Freud plantea:

En todo lo que sigue adop­taré, pues, el pun­to de vista de que la ten­den­cia agre­si­va es una dis­posi­ción instin­ti­va inna­ta y autóno­ma del ser humano; además, reto­mo aho­ra mi afir­ma­ción de que aquél­la con­sti­tuye el may­or obstácu­lo con que tropieza la cul­tura. (1970, p. 49)

De igual modo, expone en el mis­mo texto…

La ver­dad ocul­ta tras de todo esto, que negaríamos de buen gra­do, es la de que el hom­bre no es una criatu­ra tier­na y nece­si­ta­da de amor, que sólo osaría defend­er­se sí se le atacara, sino, por el con­trario, es un ser entre cuyas dis­posi­ciones instin­ti­vas tam­bién debe incluirse una bue­na por­ción de agre­sivi­dad. (1970, p.102)

Por lo tan­to, la vida y la muerte, así como el bien y el mal, son inher­entes al suje­to; Eros y Thá­natos, insep­a­ra­bles para siem­pre… Freud no dejará nun­ca de señalar la impor­tan­cia de esta dimen­sión, en el andami­a­je psi­coanalíti­co. Aho­ra bien, a par­tir de la premisa ante­ri­or, abor­demos la relación comu­ni­taria defini­da en el con­cep­to del Lazo Social… Pues bien, ¿Qué nos dice la filosofía política?

El contrato social… referentes teóricos

El con­tra­to social como un ref­er­ente epis­te­mológi­co. No son pocos los teóri­cos que se han ded­i­ca­do al estu­dio de las estruc­turas sociales, logran­do prop­ues­tas o planteamien­tos orig­i­nales, en bus­ca de enten­der y resolver con un dis­cur­so epis­teme, la vida comu­ni­taria. En ese mis­mo sen­ti­do, podemos señalar, el con­cep­to de lazo social, se car­ac­ter­i­za por su enfoque emi­nen­te­mente soci­ológi­co, y en su estu­dio encon­tramos teóri­cos con­trac­tu­al­is­tas como el inglés Thomas Hobbes, al igual que lo fueron, después E. Durkheim y, en espe­cial, J. J. Rousseau, como ver­e­mos más adelante.

Pero, ¿en qué con­siste el con­tra­to social? De man­era gen­er­al, podemos decir que, es un con­ve­nio que pre­tende estable­cer una autori­dad supe­ri­or, medi­ante, nor­mas morales y leyes a las que están someti­dos y deben cumplir los ciu­dadanos. Este con­tra­to otor­ga a cada indi­vid­uo dere­chos y deberes, a cam­bio de aban­donar la lib­er­tad que posee en el esta­do nat­ur­al, para ase­gu­rar su sobre­viven­cia en la sociedad.

Pero, antes veamos los antecedentes con­cep­tuales sobre la estruc­tura comu­ni­taria del ser social. En tal sen­ti­do, la eti­mología remite al tér­mi­no: la con­viven­cia, sien­do que se con­sid­era que el voca­blo: con­vi­vere en su acep­ción lati­na se com­pone del pre­fi­jo, con, que se entiende como jun­to, unido al con­cep­to, vivere, con­ce­bido como exis­ten­cia. Por lo cual, se man­i­fi­es­ta, en una vida en sociedad, com­par­tien­do espa­cio, medi­ante la reg­u­lación de una estruc­tura legal y moral, bus­can­do la con­cor­dia entre sus inte­grantes, se tra­ta de un acuer­do tác­i­to, imag­i­nario y social. Esto es, un con­sen­so entre ciu­dadanos en relación con sus dere­chos y deberes, generan­do un mar­co legal de leyes y nor­mas morales con el fin de gob­ernar de acuer­do a las may­orías.

Tal como lo entendió el filó­so­fo suizo Jean-Jacques Rousseau, quién da una respues­ta al con­sid­er­ar que, medi­ante la con­ven­ción de un con­tra­to social, que plas­ma en un tex­to que lle­va sim­i­lar nom­bre, se posi­bili­ta el desar­rol­lo en vida comu­ni­taria, y así lo expresa:

Encon­trar una for­ma de aso­ciación que defien­da y pro­te­ja de toda fuerza común a la per­sona y a los bienes de cada aso­ci­a­do, y por vir­tud de la cual cada uno, unién­dose a todos, no obe­dez­ca sino a sí mis­mo y quede tan libre como antes. (p. 45).

A este dolor engen­dra­do por los instin­tos agre­sivos, tam­bién se refir­ió Thomas Hobbes, aho­ra bien, esto se puede decir de otra man­era, es pre­ciso recor­dar aquí, al igual que Freud, con­sid­er­a­ba que, “… el hom­bre es un lobo para el hombre”.

¿Qué nos dice Hobbes?

En esta mis­ma línea de pen­samien­to, podemos incor­po­rar la idea de Thomas Hobbes en su obra, Levi­atán (1651), donde plantea el ori­gen y orga­ni­zación social en comu­nidad, señala que el ser humano, es sim­i­lar ante la nat­u­raleza: libres e iguales, y con instin­tos agre­sivos y, por ello, condi­ciona­do para hac­er el mal, al igual, dota­do en su estruc­tura men­tal de un egoís­mo nat­ur­al y, auna­do a las ansias ilim­i­tadas de poder, que han gen­er­a­do un esta­do per­ma­nente de guer­ra y dis­pu­ta por los bienes mate­ri­ales, es per­ti­nente lim­i­tar­lo, la sociedad com­pro­m­ete su feli­ci­dad en búsque­da de sus obje­tivos; la con­viven­cia pací­fi­ca, y el bien­es­tar, sometién­dose a una autori­dad comu­ni­taria supe­ri­or, con­sid­era que medi­ante el temor al esta­do, (Levi­atán, un mon­struo), de ini­cio cede sus dere­chos nat­u­rales, oblig­a­do a cumplir con un esta­do legal­mente orga­ni­za­do, a cam­bio de la pro­tec­ción que le da vida al con­tra­to social y real­iza un planteamien­to categóri­co, ya que con­sid­era que el hom­bre es un ser mal­va­do debido a las guer­ras que ve y vive, pun­tu­al­izan­do: Homo homi­ni lupus: El hom­bre es un lobo para el hom­bre. En su planteamien­to, de sobre quién debe recaer la sober­anía del esta­do, ya sea sobre el rey o el par­la­men­to, con­sid­era la necesi­dad de la exis­ten­cia de un con­tra­to social, en post de un orden que garan­tice la paz… una con­ven­ción comunitaria.

Para con­tin­uar con este análi­sis, es recomend­able abor­dar­lo a par­tir de la visión de Emilio Durkheim, quien real­iza aporta­ciones epis­te­mológ­i­cas sobre la estruc­tura comu­ni­taria, entre el suje­to y los fenó­menos socio­cul­tur­ales. Es gra­cias a él que se habla de Hechos sociales, al incor­po­rar tal noción soci­ológ­i­ca, a la que con­cibió, en su obra: La División del Tra­ba­jo Social, como, “… mod­os de actu­ar, de pen­sar y de sen­tir que pre­sen­tan la propiedad notable de que exis­ten fuera de las con­cien­cias indi­vid­uales” (2014, p. 139)

En otras palabras…

Es hecho social todo modo de hac­er, fijo o no, que puede ejercer una coer­ción exte­ri­or sobre el indi­vid­uo; … que es gen­er­al en todo el ámbito de una sociedad dada y que, al mis­mo tiem­po, tiene una exis­ten­cia propia, inde­pen­di­ente de sus man­i­festa­ciones indi­vid­uales. (1988, p. 68)

Vis­to así, para Durkheim, la relación entre el indi­vid­uo y la sociedad está com­pues­ta por el hecho o fenó­meno social, dán­dole vida al lazo social, que aho­ra abor­damos. En este pun­to, cabe cues­tionar la per­spec­ti­va de los sín­tomas sociales para abor­dar fenó­menos como la desin­te­gración comunitaria…

Lazo social: ¿Qué nos dice?

Con este últi­mo aspec­to lleg­amos, al prob­le­ma de la estruc­tura políti­ca y jurídi­ca que da lugar a estos acon­tec­imien­tos. Al referirse al lazo social, no podemos dejar de lado el sig­nifi­ca­do que dicho ter­mi­no tiene en la teoría psi­coanalíti­ca. Sien­do que la noción intro­duce una lóg­i­ca que per­mite com­pren­der cómo más allá del sen­ti­do estric­to del con­cep­to, nos mues­tran las par­tic­u­lar­i­dades del tema abor­da­do, veamos que nos dice Héc­tor Fer­reri, en su obra: “Lazo Social. Revis­i­tan­do Psi­cología de las masas y análi­sis del yo, sobre la con­cep­tu­al­ización del término…

En su acep­ción mín­i­ma, lazo social es lo que ata, une, aso­cia, pone en relación a los indi­vid­u­os. Es ale­goría o metá­fo­ra de la socia­bil­i­dad humana, es decir, de un modo par­tic­u­lar de ser o estar con los demás, de una man­era que tiende a la aso­ciación como a la dis­olu­ción y que supone de ante­mano indi­vid­u­os dis­puestos a entablar rela­ciones con otros indi­vid­u­os, ya sea por necesi­dad o interés. (2021, p. 139)

Algu­nas líneas más ade­lante agre­ga, y ahí abor­da la estruc­turación de los ele­men­tos que le dan vida a la noción:

La sociedad con­tribuye a mod­e­lar el per­fil social del lazo, a norma­ti­zar su desem­peño, la lla­ma­da moral públi­ca: la relación entre el vín­cu­lo, la nor­ma y la Ley. La nor­ma social indi­ca qué se pre­scribe y se pro­scribe, los usos y cos­tum­bres, lo que está “bien” o lo que está “mal”. En resum­i­das cuen­tas, el deber ser en la colec­tivi­dad. Ante ella, el sen­timien­to de cul­pa es “angus­tia social”. Las nor­mas, orales o escritas, fun­cio­nan como un encuadre nor­ma­ti­vo que le apor­tan esta­bil­i­dad y pre­vis­i­bil­i­dad a los lazos sociales. Pero en tan­to impli­can inter­dic­ción, las nor­mas sociales están remo­ta­mente enlazadas con lo que con­sti­tuye el autén­ti­co secre­to de lo social, orig­i­nar­i­a­mente la pro­hibi­ción del inces­to. (2021, p. 139).

Con esta con­cep­tu­al­ización, del Dr. Fer­reri, pase­mos a la parte final del trabajo…

Comentarios finales

En sín­te­sis, después de una serie de ensayos sobre la temáti­ca del Covid-19 y sus secue­las emo­cionales, con­sid­er­amos que el prob­le­ma no solo per­siste, sino, sur­gen nove­dosas man­i­festa­ciones tan­to cul­tur­ales como de salud que nos ha deja­do la pan­demia, ya que, como una espa­da de Damo­cles, está ahí, esperan­do resur­gir en cualquier momento.

Aho­ra bien, la Pul­sión de Muerte se ha exten­di­do en el plan­e­ta, con­se­cuen­cia de que aque­l­las insti­tu­ciones y activi­dades sociales creadas como mecan­is­mos de defen­sa del Yo, fueron rebasadas, ponien­do de relieve nues­tras vul­ner­a­bil­i­dades, pro­duc­to de nac­er instin­ti­va­mente desvali­dos y pre­matur­os, y que con el inter­cam­bio social bus­camos estruc­turar la con­sti­tu­ción sub­je­ti­va medi­ante el encuen­tro con el Otro, quien nos sostiene, ayu­da y con­tiene durante el pro­ce­so de social­ización, al igual, nos com­parte un sis­tema sim­bóli­co social y libid­i­nal, que com­pen­sa nues­tra debil­i­dad estruc­tur­al, man­i­fes­ta­da por Sig­mund Freud, en sus difer­entes trabajos.

Hoy, esta­mos inten­tan­do descifrar epis­te­mológi­ca­mente dichas secue­las des­de una per­spec­ti­va explorato­ria. El psi­coanáli­sis tiene, por lo tan­to, mucho que apor­tar a este desafió cien­tí­fi­co. Se con­cluye que tran­si­ta­mos en un peri­o­do de pan­demia, del cual descono­ce­mos su final, lo que ha lle­va­do al suje­to a bus­car nuevas man­eras de sobre­viven­cia y tratar de enten­der los cam­bios que nos están trans­for­man­do, es ahí donde comien­za el tra­ba­jo docente, sin olvi­dar, el saber­nos débiles e inacaba­dos… lo cual acen­túa la incertidumbre

Referencias bibliográficas

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Freud, F. (1970). El Malestar en la Cul­tura. Madrid: Alian­za Editorial.

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Rousseau, J. (2007). Con­tra­to Social. Madrid: Espasa Calpe.

Gálvez, R. (2022). Atrofia o fal­ta de habil­i­dades sociales tras la pan­demia: las pis­tas tras el alza en la vio­len­cia esco­lar. Chile. La Tercera.

https://www.latercera.com/earlyaccess/noticia/atrofia-o-falta-de-habilidades-sociales-tras-la-pandemia-las-pistas-tras-el-alza-en-la-violencia- escolar/43WVJCKRIFEP3EBZ6V66MBK75M/

www.20minutos.es. (11 de 05 de 2020). Obtenido de, http://www20minutos.es/coronavirus-losjovenes-son-los-principales-afectados-por-el confinamiento-según-estudio-psicológico.

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