Claudia Adriana Calvillo Ríos
Andrea Patricia Yáñez Juárez
Miguel Omar Muñoz Domínguez
Universidad Autónoma de Zacatecas. Unidad Académica de Psicología. Zacatecas. México
Resumen
Un tema transversal que está impactando en los sectores, laborales, de salud, educativos y políticos, es el género, en el cual se abordan problemáticas de exclusión que confrontan principalmente las mujeres, condiciones que se han decrecido y vuelto más evidentes durante el confinamiento en tiempos de pandemia, respecto a esta enfermedad infecciosa causada por el coronavirus (covid-19), algo que está llamando la atención desde la parte científica, es el número de casos que se presentan día con día, kcontagiando a 38 millones de personas a nivel mundial, presentándose más casos de hombres afectados por el virus en comparación con las mujeres. El centro Internacional de Investigación sobre la Mujer (ICRW), se ha hecho cargo de erigir la base de datos, donde se registra el impacto del virus a nivel mundial en relación al sexo y género. Sin embargo, el impacto que está teniendo la pandemia en las mujeres es mayor a pesar de que la prevalencia es más alta en hombres, a consecuencia de aspectos relacionados con los roles de género y con la precarización ante las tareas de sostenimiento de la vida, entre lo público y lo privado, que hacen mayoritariamente las mujeres.
Palabras clave: Pandemia, género, economía feminista.
Abstract
A cross-cutting issue that is having an impact on the labor, health, educational and political sectors is gender, in which exclusion problems faced mainly by women are addressed, conditions that have decreased and become more evident during confinement in times of pandemic, with respect to this infectious disease caused by the coronavirus (covid-19), something that is drawing attention from the scientific part, is the number of cases that occur every day, infecting 38 million people at the worldwide, with more cases of men affected by the virus compared to women. The International Center for Research on Women (ICRW) has been in charge of setting up the database, where the impact of the virus worldwide in relation to sex and gender is recorded. However, the impact that the pandemic is having on women is greater despite the fact that the prevalence is higher in men, as a consequence of aspects related to gender roles and precariousness in the face of life support tasks. between the public and the private, which mostly women do.
Keywords: Pandemic, gender, feminist economics.
Introducción
El género es un tema transversal, que se encuentra impactando sectores productivos, como laborales, de salud y desde instancias educativas. Para lo cual se abordarán las problemáticas de exclusión que afrontan las mujeres, condiciones que se han agravado y vuelto aún más evidentes durante tiempos de pandemia. Esta pandemia ha colocado a la humanidad en un lapsus histórico particular, nunca antes vivenciado en generaciones, demostrando de manera clara y precisa, las desigualdades sociales, pero también ha permitido visualizar fenómenos que se percibían en un mundo cotidiano, pero ante el confinamiento debido al covid-19, surge una conciencia social y humanística.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), señala que las pandemias empeoran las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres. Debido a que globalmente ocupan el 70% del personal en el sector social y sanitario, es de llamar la atención cómo al ser mujeres trabajadoras y productivas socialmente, están expuestas a la discriminación, así como a su salud, mental, física, sexual y reproductiva y necesidades psicosociales. Ya que se encuentran en población de riesgo al sufrir violencia de pareja y doméstica debido al aumento de estados emocionales por Covid-19 como el estrés y la ansiedad.
Estas mujeres soportan, una mayor carga de trabajos precarios y de economía sumergida de forma muy visible en Latinoamérica o están en la primera línea de trabajos de cuidados de atención socio-sanitaria. El contexto pandémico ha sacado a la luz, el rol de trabajos de cuidados que históricamente, no han tenido reconocimiento.
Esta pandemia pone en evidencia los roles de género tan marcados y divididos a lo largo de la historia, estas desigualdades que se determinan en general de manera global, dicha desigualdad, ante los sectores vulnerables, generan un riesgo mayor, en particular, dentro del continente americano, donde dichas desequidades son más evidentes en las estadísticas referentes a situaciones de injusticia, precarización del empleo, crisis en el sistema educativo, de salud y la violencia de género, específicamente hacia las mujeres.
Con el advenimiento de la pandemia se muestran con claridad las desigualdades sociales, familiares, laborales y por ende de impacto económico, y aunque afecta a todos, no es igual en las mujeres que en los hombres, esto es importante, ya que se ha demostrado que tiene un impacto diferente de acuerdo a quién se es, dentro del grupo social, al que se pertenece, por mencionar, no es igualitario el impacto para las mujeres de comunidades rurales, que para las mujeres urbanas, esto a su vez arroja que no es igual a las mujeres que cuentan con un salario fijo, que a las mujeres que tienen que salir a trabajar y ganarse el sustento para sus hogares.
Objetivos
Identificar respecto al género, ¿Por qué hasta ahora no se ha reconocido el trabajo institucional feminizado?, ¿Dónde comienzan estas desigualdades?, ¿Por qué se dan estas discordancias?, esta dinámica desbalanceada puede deberse a un hábito patriarcal arraigado y acostumbrado, que ha formado parte de las sociedades en general, desde un impacto desproporcionado, relegado en las mujeres con exceso de trabajo y precarias condiciones de acceso ilimitado a servicios públicos.
Marco Conceptual
Datos respecto a desigualdades en el área de salud
Quienes se están enfrentando en el área de salud, la mayoría son mujeres, médicas, enfermeras, laboratoristas e intendencia, qué quiere decir esto, que quienes están dando una respuesta a los servicios de salud prioritariamente son las mujeres, que además están pensando en lo que dejan en casa, hijos, esposo, padres, y madres, por lo que esta doble preocupación, de salvar vidas y al mismo tiempo preocuparse porque sus familias se mantengan bien y seguros.
El tema sustantivo de la desigualdad es muy importante, las mujeres se encuentran en primera línea, en primer contacto con el coronavirus, expuestas al virus, que representan el 75% de la población de las trabajadoras en el sector salud, además hay que tomar en cuenta que perciben sueldos que son 25% más bajos que los de los hombres en el mismo sector, entonces es como una doble pena, mayor exposición y menos retribución, porque en particular en los primeros meses de la pandemia, también cuando contrajeron el virus, muchas de ellas fueron tratadas como las responsables e incluso fueron marginadas,
Sin considerar que fueron quienes están en primera línea del frente arriesgando y exponiendo, sus propias vidas, sufrieron consecuencias por esta sobre exposición. Tal es el caso en el cual informó infobae en su edición el 31 de marzo del 2020, “Bajan del transporte a enfermeras en Jalisco, México y les rocían cloro por miedo a contagios de COVID-19”, para esto la Comisión Interinstitucional de Enfermeras del Estado de Jalisco (CIEJ) denunció que las trabajadoras que son parte del personal de enfermería, fueron objeto de hostilidad, la gente se retira o se alejan de ellas, sufren agresiones en la calle, así como en el transporte público por parte de los ciudadanos, a lo que fueron exhortadas a vestir de civiles y portar solo su uniforme en el campo de trabajo, con el propósito de evitar, agresiones físicas y verbales. Es así como el hecho de portar su uniforme fuera del trabajo del campo clínico, enfermera o médica, ya es una desventaja.
Términos de pobreza
Datos recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). En México el 84% de las mujeres que viven en las zonas rurales, viven en pobreza moderada o extrema, es decir 8 de cada 10, se encuentra en situación precaria, aún más, sin salarios, sin seguro social y más de la tercera parte de las familias están lideradas, por mujeres exclusivamente, equivale a más de 9 millones de hogares, en el cual, más de 2 millones, la mayoría sin contratos, ni seguridad social.
Millones de mujeres trabajan en la informalidad en América Latina o en empleos precarios, para ellas es imposible decidir entre distancia social y un sueldo, otras muchas han dejado definitivamente su empleo, marcando un retroceso importante de la presencia de las mujeres en el mercado laboral, muchas de ellas han tenido que quedarse en casa, con niños que no han podido ir a la escuela, durante meses.
Por qué estar en casa, “quédate en casa” ha cobrado en las mujeres, costos adicionales, siendo evidente, el cansancio, la pobreza y los riesgos, ante esta situación, tuvieron que hacerse más cargo de la educación, apreciando a las maestras e incluso a la enfermera. Mujeres feministas bolivianas se vieron en la necesidad de vender cubre bocas para sobrevivir a la crisis económica, de color morado, llevando imprimiendo en ellos la leyenda “Quédate en casa, no es igual a cállate en casa”, no solo hacen un llamado de prevención contra el covid-19, sino además un llamado a cuestionar a las autoridades en un país en el que la mujer no es protegida de la violencia doméstica.
Los datos arrojan que las mujeres dedican al hogar 2.5% más que los hombres, las mujeres por lo general en el hogar aplican un total de 40 días dedicados al trabajo de hogar frente a los hombres, con un total de 16 días, si esto lo trasladamos a las mujeres con pobreza, estas dedican 45 días para labores del hogar anverso a los hombres 15 días, esto nos habla y nos plantea justamente una desigualdad intensificada.
Aunado a esto, uno de los rezagos más importantes y de los desafíos, es la brecha digital que ya existía, la situación hoy en día es que todo lo que no funcionaba de manera digital, ahora está digitalizado, entonces el riesgo es que se amplíen más las brechas, dejando fuera, a una gran cantidad de mujeres que no tienen acceso a internet, que no tienen computadoras, en su casa, que el teléfono es limitado, relegándola en participación en su mismo contexto.
A nivel mundial, se sabe que hay 200 millones más de hombres que mujeres que tienen acceso a internet y en general las mujeres tienen 21% más probabilidad de no tener un teléfono celular, que es como lo básico, es decir que lo que pasa en México también está pasando en el resto del mundo, esta digitalización acelerada y que también en se ha mostrado en la pandemia a nivel global como la forma de poder seguir trabajando o consumiendo, incluso divirtiéndose, es una realidad para muchas mujeres y hombres. Tal como lo indicó el organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación (UIT), fuente oficial para las estadísticas mundiales. El número de hombres usuarios de internet suele ser mayor porque especialmente en países de rentas bajas muchas mujeres viven en áreas rurales y tienen menos acceso a educación.
Al hablar de brechas de desigualdad, por un lado está el tema de los recursos y las pobrezas en sí mismas por otro lado el tema del uso de las tecnologías digitales con respecto a las generaciones y si a ello le transversalizamos la categoría de género, vemos que estás brechas, vuelven a tener estas diferencias que marcan claramente una diferencia y una desigualdad también en el uso de las tecnologías.
En México hay 81 millones de personas usuarias del internet, la mitad que corresponde a 52% son mujeres, sin embargo este acceso es muy desigual hay una división dramática entre lo urbano y lo rural, donde muchas veces las mujeres no tienen un acceso funcional, aunque tengan teléfono, muchas veces las funciones no están, por lo que la brecha está afectando más a las mujeres rurales.
La brecha digital tiene que ver con los trabajos destinados a las mujeres, ocupando trabajos que no necesitan tener un computador u ordenador en casa, han estado destinadas a trabajo de comercio, trabajos informales, pequeñas ventas, entonces, la brecha digital si bien es un problema importante que hay que suplir hay que mejorar, todo el sector económico, en el cual las mujeres están más afectadas, el sector informal donde no necesitan esa brecha digital.
Un caso muy especial, son las historias de vida, de las mujeres maestras, en todos los niveles educativos, que han tenido que volverse expertas en computación, poder dar clases, poder revisar las tareas y para muchas de ellas ha sido en realidad una marcha forzada, un aprender en el momento para poder responder a las necesidades, que la pandemia ha dejado y eso habla también del rezago que se tenía de lo que no se ha hecho anteriormente y que ante esta emergencia, se asegure, que no solo las maestras, también maestros, cuenten con capacidades tecnológicas.
Una migración a las plataformas digitales prácticamente y sumarle el enorme peso por los trabajos de cuidados que tienen las mujeres, y los equipos de cómputo que se disponen en los hogares y que hay que compartir con otros miembros de la familia, además si se suma la inestabilidad y los precios de las conexiones a internet y un sinfín de elementos que van contribuyendo a una complejidad de realidades y actuales en el aquí el ahora y además con premura y urgencia a ser atendidas y buscar las mejores soluciones, ante una realidad, que es una pandemia y que está allí y que no se va a ir de forma tajante tampoco.
¿Qué rol se destaca en la mujer ante la pandemia?
Las mujeres en América Latina, siempre han desempeñado un rol importante en la economía, solo que hasta hace poco tiempo, este rol no ha sido reconocido, ni valorado socialmente. Los formuladores de políticas públicas en los gobiernos, señalan que aproximadamente las mujeres en América Latina, dedican más de tres veces, del tiempo en tareas domésticas y en cuidados no remunerados que los hombres. Esta cifra es muy importante porque revela que las mujeres en América Latina tienen este rol de madres, de cuidadoras principales en los hogares y además de esto, revela que debido a los roles de género tradicionales que están enraizados por la cultura, no les permite dedicar su tiempo libre a otras actividades productivas, como la participación política, actividades laborales, que les permita tener una independencia económica. Como señala Westreicher (2020). La economía feminista es un enfoque económico que trata de incluir en el análisis de la economía la perspectiva de la mujer, relaciones y hechos económicos ante la desigualdad prevalente entre hombres y mujeres. Este es un rol muy importante, que siempre han cumplido las mujeres y que ahora se ha visibilizado durante la pandemia.
Otro rol muy importante es que las mujeres son mayoritarias en el sistema de cuidados, cerca del 80% de las personas que trabajan en el sector doméstico en América Latina son mujeres. Esto quiere decir que la mayoría de estas mujeres, se van a enfrentar en la casa teniendo un rol de madres de cuidadoras y segundo cuando van a trabajar, van a tener ese mismo rol que ahora con la pandemia, se ha agudizado y han tenido una carga doméstica y una carga emocional mucho más grande.
Hay un doble juego, el rol de la mujer, siempre ha sido el pilar de la sociedad, la pandemia puso en evidencia que ese rol, que es fundamental en todas las sociedades, fue fragilizado por la desigualdad de género que resulta una pandemia también. Si bien las mujeres han sido chivos expiatorios y al mismo tiempo víctimas de esta situación, han sido el motor de iniciativas para poder salir de la situación en general.
¿Por qué la falta de reconocimiento del trabajo institucional feminizado?
Una respuesta coexistiría por qué en su gran mayoría al ser un trabajo de mujeres, se consideraba como algo natural, y no como una función laboral, parte de las obligaciones inherentes al hecho de ser mujer, también es importante tomar en cuenta el tema de la representación política de las mujeres hasta hace poco, su representación era deficitaria, lo sigue siendo, pero ni siquiera llegaban a tener un porcentaje suficiente, para imponer sus problemáticas, que las afectan a ellas en particular, en la agenda política, obviamente, el asunto de la paridad es muy importante, no es suficiente no es automático, pero es muy importante.
El tema de la paridad y la desigualdad de género, es una pandemia que existe en América Latina desde siglos atrás y ya se ha venido trabajando en décadas anteriores, en abrir estos caminos para poder llegar a una paridad, el problema aquí es que no hay transversalidad, todos los caminos se han abierto de manera separada, hay mujeres que han abierto espacios importantes y que siguen ocupando puestos importantes , sin embargo el problema de fondo es como, los hombres participarán en la aceptación de este rol que va a jugar la mujer más adelante.
El ministro de hacienda de Chile mencionó que en plena pandemia, no podemos hablar de pandemia sin el rol de las mujeres, pero nos damos cuenta que eso queda en las palabras, sí prometen grandes cosas, pero las políticas de cada gobierno, el hecho de aplicar esa política y de realmente incorporar a la mujer en el juego económico, o en el juego político, ahí cuando el lugar no se está dando, lo sabemos hoy día, las mujeres, están en primera línea en todos los aspectos, como nuevas políticas económicas del sistema capitalista, existe una profunda desigualdad de género, las mujeres van a poder y deberán tener su lugar, pero esto va a darse, si los hombres, dan ese lugar efectivamente a la mujer.
El caso de las empleadas domésticas que es muy específico en Latinoamérica, representa a un grupo vulnerable cuyos derechos no han sido garantizados, sobre todo en tiempos de pandemia, esto no es nada nuevo, ya desde hace siglos, ha sido un grupo, cuyos derechos han sido vulnerados, a pesar de los avances legislativos que se han conseguido en los últimos años, sigue siendo un sector muy informal, cuyos derechos humanos, están siendo violados a diario, con la llegada de la pandemia hubo despidos masivos, sin percibir beneficios, por parte de los empleadores, en algunos casos, ni siquiera su último sueldo, siendo un grupo, cuyo acceso al Seguro Social, es difícil, no se garantiza, esto ha tenido consecuencias en su capacidad en tener acceso a la atención médica, otro aspecto es que la mayoría no tuvo acceso a bonos estatales, realmente se encontraron sin ninguna fuente de ingreso. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirmó que la desigualdad entre los géneros en el mundo del trabajo se agudizó con la pandemia de covid-19, golpeando desproporcionadamente la ocupación y los ingresos de las mujeres y no cambiará en el futuro cercano.
En Perú más del 85% no tuvo acceso a bonos estatales y para las que no perdieron el trabajo, están expuestas a una sobre explotación terrible, la carga laboral aumentó, porque las medidas de higiene, están más estrictas, también por el cierre de las escuelas, entonces la atención a los niños y niñas les exigió un mayor trabajo, otro caso en particular las que trabajaron en sus hogares, están casi como secuestradas, el que no pueden salir, por el riesgo de que vuelvan a la casa transportando el virus, les dicen que pueden salir pero, vas a tener que hacerte la prueba médica del covid, hay que tomar en cuenta que por ejemplo en Perú el costo de la prueba es casi la mitad de un sueldo mínimo, que no les está garantizado a ellas tampoco.
En Chile, hay 120.000 mujeres en el mercado negro informal, hoy en día están exigiendo se puedan gratificar los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 189–190, que protege a las trabajadoras domésticas por una parte y también protege y sanciona el acoso sexual y el abuso en el mundo del trabajo, porque es un sector fundamental, es el pilar en muchas casas en América Latina, sin embargo es un sector que se observa con un desprecio absoluto, en el cual las mujeres han tenido que salir a la calle a manifestarse y siguen haciéndolo para poder ser consideradas como una fuerza de trabajo que necesita estar resguardada por sus derechos.
La pandemia también ha producido el efecto devastador de la violencia de género
La violencia de género que se vive actualmente en América Latina y que siempre se ha vivido, es otra pandemia silenciosa, que viven día a día todas las mujeres latinoamericanas, según estimaciones cerca del 27% de las mujeres en América Latina han experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja, durante el confinamiento y durante la crisis sanitaria, estas cifras van aumentar de manera significativa, además de esto no solo existen la violencia física o sexual, sino que también existen los feminicidios que es el asesinato solo por el hecho de ser mujeres, en el año 2019 se estimaba que aproximadamente 3,800 mujeres fueron asesinadas en América Latina por mano de sus agresores.
Obligando a que un número considerable de mujeres tuviesen que pasar tiempo en confinamiento con sus maltratadores. No olvidar la violencia en las redes sociales, la violencia de género está no solo en un nivel presencial, en los hogares, en el trabajo, o en el aula de clases, ahora también en escenarios digitales que también forman parte de una vida en diferentes contextos sociales, en un ámbito cotidiano y público, se trata de un acoso cibernético. Tal es el caso en abril del 2021 en el estado de México, donde una maestra fue agredida por su pareja mientras impartía su clase en línea.
América Latina solo cuenta con algunas legislaciones con respecto al feminicidio, solo 15 países tienen legislación con respecto a esto, de los 33 países de América Latina, esto quiere decir que en materia legislativa y marcos jurídicos las mujeres todavía no están siendo protegidas por los gobiernos, durante estas restricciones de confinamiento, de la movilidad local y entre regiones, en algunos casos, por ejemplo en Colombia se vio un aumento del 51% son casos de violencia intrafamiliar, en el Estado de México, se han presentado hasta el momento 2,030 denuncias por lesiones dolosas contra mujeres, lamentablemente estas cifras van en aumento, esto es preocupante.
Por otra parte hubo políticas públicas muy dañinas para las mujeres, por ejemplo la alcaldía de Bogotá tomó como decisión condicionar las ayudas monetarias a los hogares de bajos recursos, al requisito de que no hubiese denuncia por violencia doméstica dentro de dicho hogar, obviamente eso fue una medida disuasiva, las mujeres que están sufriendo violencia, por miedo a perder su única fuente de ingresos durante la pandemia no han ido a denunciar, no pueden porque el riesgo era perder esta única fuente de ingresos.
Liderazgo femenino durante la pandemia
Estudios evidencian que el liderazgo femenino, ha llegado a salvar vidas durante la pandemia, enfatizando que esta situación puede poner en valor lo que es cierto, un bien social.
La revista FOBER emitió un listado de 7 mujeres que hoy día están al mando de ciertos países y era donde mejor la crisis se había gestionado, los países Nórdicos como Noruega y Dinamarca, las mujeres son las que tienen la batuta de alguna manera porque tienen ese doble estándar, de una manera de pensar en el mundo laboral, en el mundo del trabajo, en la política como mujeres capaces, competentes, para poder llevar a cabo majos y estrategias, para poder salir de esta crisis y por otro lado está la doble carga mental que si bien es cierto es una problemática, saben lo que pasa en las casas, saben ponerse en el lugar del otro. Sanches (2021), editó que un estudio muestra cómo los pueblos gobernados por mujeres registraron un 43% menos de muertes.
Estos referentes femeninos que ha habido en ciertos lugares y países, dan cuenta de este aspecto positivo como una apertura de esperanza, de que las mujeres tienen que estar ahí para poder sacar a la gente de la pandemia. En algunos de los mecanismos que se están activando durante esta crisis, también podemos encontrar ciertos beneficios hacia la mujer.
Conclusiones
No cabe duda que es complicado lograr la igualdad, pero es un proceso que en este momento de la historia de la humanidad se cuente con igualdad sustantiva y que puedan vivir las mujeres en su día a día de manera general. Para esto es importante transformar a las sociedades, con el fortalecimiento de programas de igualdad de género, redes de apoyo, espacios de atención para la violencia de género, tendientes a la igualdad y por supuesto de la escucha a las comunidades.
Para lo cual, se hace necesario, apoyos de servicio comunitario de salud y psicológicos, para trabajar la atención a las demandas para lograr una disminución, con una tendencia hacia erradicar la violencia de género, particularmente e informar para poder lograr vivir sin permitir la violencia, sin miedo a ser atacadas, discriminadas, contar con un trabajo digno, equitativo de distribución de cuidados y tareas en el hogar, lo cual brindará autonomía económica, lo cual implica un apoyo económico para sus familias.
Algo que agobia dentro de la sociedad son preguntas ante la incertidumbre del futuro, cuándo se terminará, cuándo se regresará a la normalidad, en qué condiciones físicas y mentales se estará, cuál será la nueva normalidad, al tener que estar presentes en espacios públicos.
Aunque el futuro es incierto, es importante trabajar en estrategias, para reducir dificultades que generan esta brecha. Pensando en transformaciones estables, sobre todo en escenarios posibles, después del covid-19, cuáles serán los retos, para disminuir estas brechas de desigualdad hacia la prevención, ante casos de violencia y casos de desigualdad.
Cómo se percibe el futuro
Los temas que se vuelven más urgentes, tienen que ver con el sistema de cuidados. Parte del futuro y ante esta vivencia mundial, es realmente traer a la luz pública, debates sobre los cuidados y la importancia que tiene desarrollar a nivel nacional un sistema nacional de cuidados que permita tener políticas públicas, está corresponsabilidad que empieza en casa entre hombres y mujeres, en el tiempo que las mujeres dedican al cuidado y labores domésticas, comparado con los hombres, en los últimos quince años los hombres solo han aumentado siete minutos a colaborar en dichos cuidados, ahí hay una aceleración en esencial.
El tema de cuidado no es un tema solo personal, es un tema social, el cual requiere de políticas públicas, que comprendan estrategias comunitarias, se requiere además de un pacto entre las familias, en su diversidad, que a su vez tendrá un impacto directo en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo y ahí entra el tema de cuidados, cómo se tiene que organizar el trabajo, incluyendo el teletrabajo, en esta flexibilización en términos de que las instituciones vean cómo poder acomodar los diferentes roles que tiene las personas, no solo las mujeres. Y como esto contribuirá a la seguridad y a la no violencia. Prueba de ello es el Modelo de atención
En México, refugios para mujeres víctimas de violencia y sus hijas e hijos, por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), es uno de los primeros frutos, sin duda un logro feminista, que a su vez trascendió entre organizaciones de la sociedad civil tomar la iniciativa de crear refugios para mujeres víctimas de violencia. Como lo menciono Garcí,a presidenta de INMUJERES. Este modelo es una alianza y compromiso entre gobierno y sociedad, una vía efectiva en favor del derecho a las mujeres a una vida libre de violencia.
Si hay algo que nos demuestra la pandemia es lo importante, que es poder trabajar, desde las políticas públicas, en una visión amplia sistémica y multidimensional, como un tema central. También la pandemia nos ha mostrado como el liderazgo de las mujeres se ha manifestado en el manejo de la pandemia, se habla de líderes de los países bajos Nueva Zelandia, Alemania y como en esta forma de hacer política, las mujeres han aportado soluciones innovadoras que han permitido transitar de una manera muy interesante, esto llama la atención en el marco de estos aprendizajes, trabajar por la paridad en todo. Tener paridad en todos los ámbitos es importante, porque la demostración de la paridad en la acción de tener esa representación de mujeres y hombres, en su diversidad en todo, enriquece las labores de las políticas públicas, por lo cual la legislación es mejor.
Hay una mirada enriquecida que necesitamos en todos los ámbitos, hay mucho espacio, en este nuevo momento para colaborar, en la digitalización, la capacitación, hasta las políticas internas del liderazgo de mujeres dentro de todos los campos desde las ciencias sociales, ingenierías, el arte, etc.
Más directivas femeninas, en todos los ámbitos sociales, la paridad en todo es importante, muchas mujeres tienen la necesidad de participar y ver esto, al igual que tener más estudios sobre el impacto diferenciado de los cuidados de la vida académica de ellas a la luz pública, ante estos cambios generacionales. Esto nos da una idea de un futuro de esperanza y transformación.
El espacio de las mujeres en lugares estratégicos en la toma de decisiones a nivel macro, en los gobiernos, de los liderazgos de ellas en el mundo ante la pandemia y que tiene justamente esta perspectiva, es fundamental el papel de las mujeres, en la toma de decisiones.
La necesidad de tener una perspectiva de igualdad sustantiva de género es fundamental seguir, capacitándose, articulando con las expertas que tienen el tema. Es fundamental trabajar en conjunto y colaborar, para lograr esas transformaciones. Atender al llamado de ONU sobre las mujeres, de contar con medidas de mitigación para la erradicación de la violencia y la atención a las desigualdades. Informar a las mujeres que aunque están confinadas, que aunque permanecen en sus casas, no tienen por qué aceptar la violencia.
Con esta vivencia de la pandemia de lo que es quedarse en casa y de lo que implica reflexionar para cambiar, salir de esto hacia una nueva normalidad más, consciente de nuestro entorno, cuidadora, solidaria, que sea mejor para todos y para todas, que reconozca la importancia de lo que cada una y cada uno puede hacer, para cerrar las brechas de desigualdad, habiendo aprendido y no regresar a esa normalidad que no era buena especialmente para las mujeres.
Para llegar a esto hay que trabajarlo, no solo va a suceder porque se quiere, o se cree, cada una y cada uno desde sus trincheras, y obviamente en cada mujer desde las políticas públicas que son ámbito de competencia y que tienen un potencial para modificar el tema de la desigualdad, de esta sociedad aún en su mayoría patriarcal.
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