Giovanna Escobar Mota
Hugo Adair Torres Reynoso
Natalia Aguilar Carrillo
Fernanda Eguiarte Olvera
Cristina Portilla Rodríguez
Mariana Villa Brunel
Georgina García
Facultad de Psicología, Universidad Anáhuac, México
Resumen
En la actualidad, nuevas construcciones defienden la posibilidad de relaciones amorosas y/o sexuales con más de una persona al mismo tiempo (Matsick, Conley, Ziegler, Moors, & Rubin, 2014) sin embargo, aun cuando la visibilidad de las relaciones no monógamas consensuadas ha aumentado en los últimos años, todavía hay una falta de información y un aumento en la información errónea sobre la dinámica de este tipo de relaciones (Conley, Moors, Matsick y Ziegler, 2012; Conley, Ziegler, Moors, Matsick, Y Valentine, 2012). El presente estudio explora la relación existente entre el rasgo de orientación sociosexual y las actitudes ante la No Monogamia Consensuada (NMC), esperando que la sociosexualidad debiese correlacionar con actitudes más positivas ante la CNM en 218 individuos, mostrando que existe una relación significativa y positiva entre individuos no restringidos y una mayor apertura a modelos menos restrictivos que el monógamo.
Palabras clave: Actitudes, no monogamia consensuada, orientación sociosexual, escala, validación, correlación.
Abstract
Currently, new constructions defend the possibility of love and/or sexual relationships with more than one person at the same time (Matsick, Conley, Ziegler, Moors, & Rubin, 2014), however, even when the visibility of consensual non-monogamous relationships has increased in recent years, there is still a lack of information and an increase in misinformation about the dynamics of these types of relationships (Conley, Moors, Matsick, & Ziegler, 2012; Conley, Ziegler, Moors, Matsick, & Valentine, 2012). ). The present study explores the relationship between the sociosexual orientation trait and attitudes towards Consensual Non-Monogamy (NMC), expecting that sociosexuality should correlate with more positive attitudes towards CNM in 218 individuals, showing that there is a significant and positive relationship between unrestricted individuals and a greater openness to models less restrictive than the monogamous.
Keywords: Attitudes, consensual non-monogamy, sociosexual orientation, scale, validation. Correlation.
El concepto de amor se construyó históricamente basado en el del amor romántico y patriarcal, heteronormativo (Pascual Fernández, 2016), por lo que la investigación empírica en torno a este, a menudo se basa en conceptualizaciones de occidente, que dan por hecho la monogamia como el modelo predominante y obligatorio (Ryan & Jethá, 2010). Tan solo en México, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2020 (INEGI, 2021), más de la mitad de la población vive en pareja (38% está casada y 20% vive en unión libre). Sin embargo, la trayectoria en el tiempo indica que de 2000 a 2020, el porcentaje de la población casada ha disminuido 11 puntos (de 49 a 38%), en tanto que la población en unión libre aumentó nueve puntos porcentuales (pasó de 11 a 20%). Es decir, que las personas siguen buscando compartir su vida en pareja, apostando al compromiso entendido de diversas maneras, pero en su mayoría exclusivamente monógamo, a pesar de estar en un momento cultural donde la modernidad, y sus contrastantes cambios, promueven la ligereza y transitoriedad, proponiendo nuevas formas de relacionarse (Blandón-Hincapié & López-Serna, 2016).
Sin embargo, todas estas comprensiones de las relaciones están hoy bajo escrutinio, ya que la mayoría de las personas no están viviendo sus vidas relacionales en formas que cumplen con estos supuestos: Alrededor de la mitad de los matrimonios terminan en divorcio y como consecuencia adoptan familias extendidas, cada vez más parejas viven separados estando en una relación (LAT, Living Apart Together) por elección y/o circunstancias, entre una cuarta parte y la mitad, de las relaciones en las que las personas acuerdan ser monógamos son en realidad en secreto –no monógamos– (amoríos e infidelidades), y alrededor del cinco por ciento de las relaciones son abiertamente no monógamas, y cada vez más personas no experimentan atracción romántica y/o priorizan relaciones platónicas en sus vidas. (ver Barker, 2018b; Barker y Gabb, 2016).
Bajo los actuales entendimientos culturales interconectados (de género, sexualidad y relaciones), en general se asume que es el vínculo exclusivamente monógamo el normal, natural y saludable, para que las personas formen un vínculo de pareja romántico. Este modelo de relación se prioriza sobre otras relaciones en la vida y a menudo se espera que las parejas se comprometan entre sí en forma de matrimonio o cohabitación y que formen un núcleo de familia biológica unida (Nina-Estrella, 2011).
Al presente, nuevas construcciones defienden la posibilidad de relaciones amorosas y/o sexuales con más de una persona al mismo tiempo (Matsick, Conley, Ziegler, Moors, & Rubin, 2014) sin embargo, aun cuando la visibilidad de las relaciones no monógamas consensuadas ha aumentado en los últimos años, todavía hay una falta de información y un aumento en la información errónea sobre la dinámica de este tipo de relaciones (Conley, Moors, Matsick y Ziegler, 2012; Conley, Ziegler, Moors, Matsick, Y Valentine, 2012).
Los beneficios de diferentes modelos relacionales no han sido ampliamente explorados dado que la mayoría de las investigaciones realizadas sobre el amor y la intimidad en los campos de la psicología y el asesoramiento matrimonial / familiar se han centrado en personas en relaciones monógamas, aunque las personas involucradas en la no monogamia consensuada puedan experimentar algunos de los mismos beneficios y otros adicionales, que las personas involucradas en la monogamia (Escobar-Mota & Sánchez-Aragón, 2014). Es decir, todas las relaciones pueden proporcionar beneficios similares hasta cierto punto, pero las características definitorias de cada tipo de relación quizás brinden un conjunto único de beneficios a los involucrados.
Sin embargo, estos nuevos modelos relacionales no-monógamos consensuados, implican estigmas sociales a pesar de brindar diversos beneficios a sus participantes, mayormente a las mujeres, como: diversidad sexual, aumento en la satisfacción sexual de los integrantes, la promoción la igualdad entre los participantes, menor efecto negativo de celos y mayor probabilidad de experimentar un grado de felicidad mientras otro participante se siente feliz y pleno con otra persona con la que también lleva una relación (T. D. Conley, Ziegler, Moors, Matsick, & Valentine, 2012). Incluso, recientes propuestas de investigación, han identificado nuevos beneficios como el aumento de la agencia, los recursos financieros y el apoyo social extendido (Ziegler, Matsick, Moors, Rubin, & Conley, 2014).
Sin embargo, las representaciones de las relaciones románticas influyen o son influenciadas por interacciones románticas, incluso cuando estas representaciones y relaciones recién se están desarrollando constantemente (Furman & Simon, 2006), es decir, que el marco de mononormatividad internalizada, afecta incluso a las personas involucradas en la No Monogamia Consensuada (MNC), internalizando el estigma hacia su estilo de relación, asociándolo con una peor calidad y funcionamiento (A. C. Moors, Schechinger, Balzarini, & Flicker, 2021). Este tipo de hallazgos apoyan la noción de que la mononormatividad predominante (idealización de la monogamia en la sociedad) puede impactar negativamente la calidad de las relaciones, si no se es consciente de contar con la posibilidad de modificar el modelo relacional.
El momento sociohistórico actual parece promover la integración, aceptación y experimentación en la sexualidad y el concepto de relaciones románticas, abriendo el parámetro de prueba, exploración y liberación (T. Conley, Moors, Matsick, & Ziegler, 2013), sin embargo el peso de las actitudes, parecen tener un papel crucial en el mantenimiento de las barreras psicosociales que impiden la flexibilidad en la elección de modelos relacionales alternativos. Para algunos, No Monogamia Consensuada (MNC), refleja sus ideales y deseos mientras que para otros, la monogamia se alinea con los suyos (A. Moors & Matsick, 2018).
La necesidad de expresar nuestros valores por medio de actitudes, y de ser consistentes con nuestras posturas iniciales, es relevante en el estudio de la elección de modelo relacional. La investigación en el campo ha demostrado que las personas tienden a buscar y recibir mensajes que concuerden con sus creencias y actitudes y evitan exponerse a mensajes que las contradigan (exposición selectiva) (Yela García, 2000). Este es un factor que puede explicar por qué, a pesar de la enorme cantidad de información que se recibe, las personas cambian poco sus actitudes. Sin embargo, también prestan atención a mensajes moderadamente discrepantes, en especial cuando estos parecen interesantes, novedosos o útiles (McGuire, 1985). Incluso, se ha postulado que las personas típicamente defienden sus creencias evitando la exposición a información contradictoria, dado que la persona no está motivada para desarrollar una defensa de su creencia en la medida en que la considera invulnerable y dado que la persona no tiene experiencia en la defensa de tales creencias (McGuire & Papageorgis, 1961).
En esta línea, a menudo, las actitudes sobre cuestiones sociales importantes reflejan solo un reflejo de ideas preconcebidas, vagas impresiones y supuestos no probados. Robert Cialdini en 1990, (citado en Close Relationships: Key readings,2004) postuló el Principio de influencia del compromiso basándose en la necesidad que tienen las personas de ser y parecer coherentes con su conducta. Según Cialdini, el elemento inicial que desencadena la fuerza de la coherencia es el compromiso: cuando conseguimos que una persona lo adopte (ej: que asuma una postura y la defienda), el terreno está preparado para que, de forma más o menos automática, esa persona actúe en consecuencia con el compromiso adoptado.
Por ejemplo, la investigación de exposición selectiva indica que los consumidores de noticias tienden a buscar información coherente con sus actitudes y evitan la información que las desafíe. En una investigación reciente en el tema, (Metzger, Hartsell, & Flanagin, 2020) las personas juzgaron las fuentes de noticias neutrales y coherentes con sus actitudes como más creíbles que las fuentes de noticias que las desafiaban, y aunque las personas experimentan una disonancia un poco más cognitiva cuando se exponen a fuentes de noticias que desafían sus actitudes, los niveles generales de disonancia fueron bastante bajos.
Por otro lado, distintas investigaciones han puesto de manifiesto que al pedir a las personas que expongan públicamente opiniones contrarias a las suyas y al ejecutar esta acción se puede producir un cambio en las actitudes, sobre todo, cuando las personas saben más del tema y son más capaces de elaborar argumentos e improvisar un discurso, ya que se ven más persuadidos por sus propios mensajes y además sus efectos resultan más persistentes en comparación a cuando no se dispone de tales requisitos (Briñol, Becerra, Gallardo, Horcajo, & Valle, 2004). Cuanto más se procesa la información persuasiva, mayor es la probabilidad de crear actitudes fuertes, es decir, actitudes accesibles, estables, duraderas, resistentes al cambio y con capacidad para predecir la conducta de forma fiable (Gonzaga, Haselton, Smurda, Davies, & Poore, 2008).
Si bien, propuestas recientes, incluyen el concepto de relación a la medida es decir, cualquier relación en la cual las partes se sientan a discutir abiertamente lo que cada uno de ellos quiere respecto a la relación y de qué manera debería evolucionar la relación con el tiempo siendo dos aspectos fundamentales de estas son: la consciencia y el consentimiento (McDaniel & Twist, 2018).
En 2016, Cohen y cols. realizaron un estudio en el que examinaron las actitudes y creencias de 122 personas que estaban en relaciones consensuales NO Monógamas, con respecto al éxito y la satisfacción asociados con esta. Después Marisa T. Cohen y Karen Wilson componen la escala de actitudes ante la monogamia No Consensuada (CNAS) compuesta por diez ítems en una escala Likert de 7 puntos (1 = totalmente en desacuerdo; 7 = totalmente de acuerdo).
Asimismo, Cohen y Wilson exploraron la relación existente entre estas actitudes y la variable de orientación sociosexual, entendida como una medida dimensional de actitudes y comportamientos con respecto a la actividad sexual, que van desde restringida a no restringida. En el extremo restringido de la dimensión, las personas se centran en la cercanía y el compromiso en las relaciones, y en el sin restricciones, las personas se sienten cómodas participando en actividades sexuales sin cercanía o compromiso (Simpson & Gangestad, 1992). Los mismos investigadores, exploraron la relación entre esta variable y las actitudes ante la No Monogamia Consensuada, ya que Simpson y Gangstead, en las pruebas empíricas de un inventario creado por ellos para medir la orientación sociosexual, mostraron que los individuos no restringidos, suelen tener relaciones sexuales con otros que no sean su pareja, mucho antes que los restringidos, y que “…son más propensos a tener relaciones sexuales con más de una pareja a la vez… y tienden a participar en relaciones sexuales caracterizadas por menos inversión expresada, menos compromiso, y lazos afectivos más débiles” (p. 879).
Dado que actualmente es posible que las personas desconozcan los distintos modelos relacionales existentes, alternativos al tradicional modelo monógamo, es posible que tengan actitudes negativas hacia estos, por falta de información. Por lo tanto, el presente estudio tiene dos objetivos, la validación de la escala Consensual Non-Monogamy Attitude Scale (CNAS) (Cohen & Wilson, 2017) dada la necesidad de contar con una versión de su medida aplicable a la población mexicana y el segundo, explorar la relación existente entre el rasgo de orientación sociosexual y las actitudes ante la No Monogamia Consensuada (NMC), esperando que la sociosexualidad debería correlacionar con actitudes más positivas ante la CNM.
Método
Participantes
Se trabajó con una muestra propositiva, no probabilística (Kerlinger, 1988), complementada por la técnica de muestreo llamada bola de nieve, que constó de 218 participantes (59% mujeres y 40% hombres), y quienes dieron su consentimiento informado de manera voluntaria, en un rango de edades entre los 18 a los 88 años (M= 23 años, DE=6.31). El tamaño de la muestra se calculó a partir del número de reactivos; es decir, autores como Tabachnick y Fidell (2007) indican que por cada reactivo es necesario contar con cinco a diez participantes, por lo que la muestra en cuestión rebasa dicho lineamiento. Del total de la muestra, el 47% de los participantes reportaron tener un grado escolar de licenciatura, seguido de preparatoria 47%, y 5% posgrado. En su mayoría (58%) de religión cristiana–católica y 32% no se considera religioso. El 55% eran solteros al momento de responder, 38% tenía pareja pero no vive con ella y 6% vive con su pareja, donde el 24% llevan más de un año y menos de cinco años de tiempo en la relación. Los participantes se consideran monógamos en un 83%, 12% negociable y 4% no monógamos.
Instrumentos
1. La escala de actitudes ante la No Monogamia Consensuada: consta de diez ítems en una escala tipo Likert de 7 puntos (1 = totalmente en desacuerdo; 7 = totalmente de acuerdo) para evaluar las creencias en torno a las relaciones No Monógamas Consensuadas. El Alpha de Cronbach para la escala es de .748. Ejemplos de reactivos incluyen: Para estar enamorado, debes estar en una relación monógama; Puedo verme entrando en una relación NO monógama.
2. Inventario de Orientación Sociosexual (SOI‑R; Penke y Asendorpf 2008), una escala que examina la disposición de los individuos a entablar relaciones sexuales fuera de la relación primaria. La encuesta tiene nueve preguntas, cada una de las cuales se puede responder en una escala de 7 puntos. El SOI‑R consta de tres factores: actitud (a = .87), comportamiento (a = .85) y deseo (a = .86) (Penke y Asendorpf 2008). Él factor de comportamiento es una medida de la cantidad de encuentros sexuales a corto plazo en el pasado (Penke y Asendorpf, 2008). La faceta de actitud refleja creencias relacionadas con sexo sin compromiso y la faceta del deseo refleja el deseo de tener sexo sin compromiso (Penke y Asendorpf, 2008). Las puntuaciones para cada una de las tres facetas se pueden calcular como, así como una puntuación global de orientación sociosexual Alpha de .83. Ejemplos de preguntas: ¿Con cuántas personas has tenido relaciones sexuales en el último año?; Puedo imaginarme a mí mismo cómodo y disfrutando tener sexo casual con diferentes personas.
Procedimiento
El presente estudio es un estudio cuantitativo con métodos descriptivos y correlacionales.
En primer lugar, se transcribieron las escalas a un formulario en línea a través de la plataforma Google Forms, y se convocó a los participantes de boca en boca para asegurar su pertenencia al estudio. Se solicitó su consentimiento informado y su participación voluntaria. Se eliminaron los casos en los que no cumplieran con la mayoría de edad. El período de recolección de datos fue del 01 de marzo del presente año hasta el 18 de abril.
Se realizaron análisis descriptivos para eliminar los casos que no cumplieran con los criterios de inclusión de la muestra, y obtener información demográfica de los participantes, como su edad, sexo, etc. Posteriormente se realizaron pruebas para comprobar si se cumplen los requisitos de estadística paramétrica, para por último realizar un análisis de correlación de Spearman para ver las relaciones entre las variables de estudio.
Resultados
A continuación, se presentan los resultados obtenidos.
Tabla 1. Estadísticos descriptivos para las preguntas del componente conductual de la variable orientación sociosexual |
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Preguntas | N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. |
1. ¿Con cuántas personas has tenido relaciones sexuales en el último año? | 218 | 0 | 25 | 1.61 | 2.468 |
2. ¿Con cuántas personas crees que tendrás relaciones sexuales durante los siguientes cinco años? Por favor da un estimado realista y específico. | 218 | 0 | 50 | 4.66 | 7.217 |
3. ¿Con cuántas personas has tenido relaciones sexuales una sola vez? | 218 | 0 | 35 | 2.78 | 4.606 |
Tabla 1 (continuación). Medias y desviaciones estándar para Actitudes ante la No Monogamia Consensuada y la Orientación Socio sexual. |
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M | DE | |
Actitudes ante la No Monogamia Consensuada | 2.89 | .81 |
Orientación Sociosexual | 5.22 | 1.31 |
Los puntajes muestran que los participantes cuentan con una actitud ante la No monogamia consensuada ligeramente superior a la mediana en cambio, una orientación sociosexual mayor a esta.
Tabla 2. Intercorrelaciones para la escala de Actitudes ante la No Monogamia Consensuada y la Orientación Sociosexual. |
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Medida | 1 | 2 | |
1. Actitudes ante la No Monogamia Consensuada | Correlación de Pearson | - | .434** |
2. Orientación Socio- sexual | Correlación de Pearson | .434** | - |
Nota. Todos los coeficientes ** son significativos a p< 01.
Todas las escalas presentan correlaciones significativas y positivas.
Conclusiones
El presente estudio muestra la asociación existente entre las creencias en torno a las relaciones No Monógamas Consensuadas y la disposición de los individuos a entablar relaciones sexuales fuera de la relación primaria. Es decir que a mayor sociosexualidad, existe una mayor apertura a la no monogamia consensuada.
Los presentes resultados confirman los reportados por Marisa T. Cohen y Karen Wilson (2016) donde los individuos no restringidos, suelen tener relaciones sexuales con otros que no sean su pareja, mucho antes que los restringidos, “…son más propensos a tener relaciones sexuales con más de una pareja a la vez… y por lo tanto, tienden a participar en relaciones sexuales caracterizadas por menos inversión expresada, menos compromiso, y lazos afectivos más débiles” mostrando una mayor apertura a modelos menos restrictivos que el monógamo.
La prescripción sociocultural del modelo monógamo, a pesar de su claro fracaso en las consecuencias derivadas de este como, divorcios, violencia de pareja etc. sigue exigiendo una postura clara a cada individuo involucrado en una relación romántica. En una sociedad mononormativa y centrada en la pareja, esta postura es muchas veces impuesta y sostenida por falta de información y por procesos cognitivos como atención selectiva, necesidad de ser congruentes y evitar disonancia etc. El hecho de que la gente esté informada respecto a las distintas opciones de modelos relacionales, de tal forma que la monogamia sea algo que se pueda elegir libremente entre ellos, resulta fundamental para el ejercicio del derecho a decidir sobre nuestros vínculos afectivos y la propia sexualidad.
Comprender los procesos en los que el estigma social más amplio hacia la no monogamia puede internalizarse y afectar el bienestar, propone una nueva dirección para la investigación en la intersección de la salud pública, la psicología y la sexualidad. Es crucial buscar que las personas decidan el modelo relacional más conveniente, en función de las necesidades personales de estar en dicha relación, ya que cada relación, provee de beneficios únicos a cada persona.
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