PRÁCTICA DEPORTIVA GRUPAL Y EXPERIENCIAS DE TRANSFORMACIÓN PSICOSOCIAL

Dalia A. Hernández Castillo
Bárbara Zas Ros
Edislier Verdecia Gómez

Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS)

Resumen

La Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (PDG), es un medio que poten­cia el apren­diza­je de mod­os salud­ables de sen­tir y com­por­tarse en gru­pos de niños/as, ado­les­cente, jóvenes, adul­tos y adul­tos may­ores. Es un recur­so de for­ma­ción cuyo empleo prop­i­cia cam­bios y mejo­ramien­to en los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción psi­coso­cial en diver­sos gru­pos comunitarios.

La Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal se define en la inte­gración de deportes colec­tivos, jue­gos tradi­cionales y activi­dades físi­co-recre­ati­vas, que tiene como propósi­to la for­ma­ción inte­gral, más que alcan­zar la per­fec­ción téc­ni­ca. Se eje­cu­ta de con­jun­to por difer­entes per­sonas, uti­lizan­do el tra­ba­jo gru­pal como un modo de favore­cer las rela­ciones y los pro­ce­sos que se van generan­do en el grupo de par­tic­i­pantes. Se puede orga­ni­zar en dis­ímiles esce­nar­ios, moti­van­do a la par­tic­i­pación en un espa­cio de desar­rol­lo humano. (Zas, et al., 2014)

Para el uso de esta her­ramien­ta en expe­ri­en­cias de trans­for­ma­ción psi­coso­cial, se tiene en cuen­ta el diag­nós­ti­co que car­ac­ter­i­za las prob­lemáti­cas que se pre­sen­tan con más inci­den­cias en las comu­nidades o gru­pos con los que se tra­ba­ja, éstas con­for­man los con­tenidos del dis­eño de la prác­ti­ca, planteadas en obje­tivos educa­tivos a alcan­zar para lograr el cam­bio y la transformación.

El tra­ba­jo se pre­sen­ta des­de la expe­ri­en­cia del proyec­to pilo­to: “Deporte en el Bar­rio: El reto de vivir mejor” (2006-actu­al­i­dad), desar­rol­la­do en varias fas­es de tra­ba­jo con­tan­do con difer­entes pro­duc­tos resul­ta­dos de inves­ti­gación, entre ellos, el Pro­gra­ma de Trans­for­ma­ción Psi­coso­cial cen­tra­do en la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal. La util­i­dad de la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal rad­i­ca en que a través de esta her­ramien­ta se con­tribuye al mejo­ramien­to de la cal­i­dad de vida, provo­ca cam­bios fun­da­men­tales en los mod­os de com­por­tarse los niños y niñas, así como en los difer­entes gru­pos que par­tic­i­pan. Es tam­bién el recur­so que com­ple­men­ta la for­ma­ción de los gru­pos que pro­mueven pro­ce­sos pre­ven­tivos vin­cu­la­dos con las adic­ciones, la vio­len­cia e indis­ci­plina social en las comunidades.

Pal­abras clave: Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal, Trans­for­ma­ción Psicosocial

Abstract

Group Sports Prac­tice (GDP) is a means that enhances the learn­ing of healthy ways of feel­ing and behav­ing in groups of chil­dren, ado­les­cents, young peo­ple, adults and old­er adults. It is a train­ing resource whose use pro­motes changes and improve­ment in the process­es of psy­choso­cial trans­for­ma­tion in var­i­ous com­mu­ni­ty groups.

Group Sports Prac­tice is defined in the inte­gra­tion of team sports, tra­di­tion­al games and phys­i­cal-recre­ation­al activ­i­ties, which has the pur­pose of com­pre­hen­sive train­ing, rather than achiev­ing tech­ni­cal per­fec­tion. It is car­ried out togeth­er by dif­fer­ent peo­ple, using group work as a way to pro­mote the rela­tion­ships and process­es that are gen­er­at­ed in the group of par­tic­i­pants. It can be orga­nized in dif­fer­ent sce­nar­ios, moti­vat­ing par­tic­i­pa­tion in a space for human devel­op­ment. (Zas, et al., 2014)

For the use of this tool in expe­ri­ences of psy­choso­cial trans­for­ma­tion, the diag­no­sis that char­ac­ter­izes the prob­lems that occur with the most inci­dences in the com­mu­ni­ties or groups with which we work is tak­en into account. These make up the con­tents of the design of the prac­tice, raised in edu­ca­tion­al objec­tives to be achieved to achieve change and transformation.

The work is pre­sent­ed from the expe­ri­ence of the pilot project: “Sport in the Neigh­bor­hood: The chal­lenge of liv­ing bet­ter” (2006-present), devel­oped in sev­er­al phas­es of work with dif­fer­ent research results prod­ucts, among them, the Psy­choso­cial Trans­for­ma­tion Pro­gram Focused on Group Sports Prac­tice. The use­ful­ness of Group Sports Prac­tice lies in the fact that through this tool it con­tributes to the improve­ment of the qual­i­ty of life, it caus­es fun­da­men­tal changes in the ways of behav­ing in boys and girls, as well as in the dif­fer­ent groups that par­tic­i­pate. It is also the resource that com­ple­ments the for­ma­tion of groups that pro­mote pre­ven­tive process­es linked to addic­tions, vio­lence and social indis­ci­pline in communities.

Key­words: Group Sports Prac­tice, Psy­choso­cial Transformation

Introducción

El proyec­to “Deporte en el Bar­rio: El reto de vivir mejor”, se ha desar­rol­la­do en el Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Psi­cológ­i­cas y Soci­ológ­i­cas (CIPS), por parte del Grupo de Estu­dios Psi­coso­ciales de la Salud (GEPS) de dicho cen­tro, con­tan­do con var­ios resul­ta­dos cien­tí­fi­cos pro­duc­to de la inves­ti­gación desar­rol­la­da en sus difer­entes fas­es de trabajo.

El Pro­gra­ma de Trans­for­ma­ción Psi­coso­cial cen­tra­do en la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal es uno de los pro­duc­tos cien­tí­fi­cos obtenidos, que ha sido imple­men­ta­do en var­ios ter­ri­to­rios del país. Dicho pro­gra­ma ges­tiona la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (PDG) como recur­so educa­ti­vo para lle­var a cabo sus acciones, y está dirigi­do a la enseñan­za de nuevos com­por­tamien­tos vin­cu­la­dos a prob­lemáti­cas de salud, val­ores sociales, com­por­tamien­tos pre­ven­tivos. Estas opera­ciones están dirigi­das espe­cial­mente a niños y niñas, per­sigu­ien­do el fin de desar­rol­lar el poten­cial de la escuela, famil­ia y comu­nidad como agentes de cam­bio, y facil­i­tan­do pro­ce­sos de empoderamien­to de la población para la gestión y pre­ven­ción en salud.

El Pro­gra­ma de Trans­for­ma­ción Psi­coso­cial cen­tra­do en la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (Zas, et al., 2012), se estruc­tura en cin­co estrate­gias bási­cas. Estas estrate­gias tienen que ver con los ele­men­tos orga­ni­za­tivos dis­eña­dos para visu­alizar pre­dic­ti­va­mente y paso a paso la orga­ni­zación de las difer­entes acciones con un carác­ter con­sti­tu­ti­vo y ori­en­ta­dor; los ele­men­tos del diag­nós­ti­co que iden­ti­f­i­can las prob­lemáti­cas con may­or inci­den­cia para tra­ba­jar en ellas; los ele­men­tos educa­tivos dis­eña­dos para for­mar y desar­rol­lar conocimien­tos y habil­i­dades, según los propósi­tos educa­tivos par­tic­u­lares; los ele­men­tos comu­ni­ca­cionales que hay que ten­er en cuen­ta para poder realizar este tipo de tra­ba­jo y que resulte efec­ti­vo y por últi­mo, los ele­men­tos de super­visión al pro­ce­so con el fin de ir mejorándolo.

Estas cin­co estrate­gias atraviesan todo el pro­ce­so al inter­rela­cionarse de man­era sis­temáti­ca sus­ten­tan­do la imple­mentación de la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (PDG) en difer­entes esce­nar­ios, como base teóri­ca de la inter­ven­ción comu­ni­taria al vin­cu­lar ele­men­tos rela­ciona­dos con temas educa­tivos y preventivos.

La Inves­ti­gación Acción Par­tic­i­pa­ti­va (IAP), como méto­do uti­liza­do, per­mite orga­ni­zar las acciones educa­ti­vas para realizar las activi­dades de PDG en la escuela y la comu­nidad. Además de que estos jue­gos sean mod­i­fi­ca­dos y adap­ta­dos de acuer­do a la prob­lemáti­ca que se tra­ba­ja, el obje­ti­vo que se per­si­ga, y el con­tex­to donde se desarrolla.

De los resul­ta­dos alcan­za­dos ten­emos que, la uti­lización de la PDG en expe­ri­en­cias de trans­for­ma­ción psi­coso­cial, provo­ca cam­bios fun­da­men­tales en niños y niñas, ado­les­centes, jóvenes y los difer­entes gru­pos comu­ni­tar­ios par­tic­i­pantes. A par­tir de la prác­ti­ca acu­mu­la­da, se real­iza la prop­ues­ta de mod­os de hac­er que fun­da­men­tan la real­ización de acciones psi­coso­ciales favore­ce­do­ras de pro­ce­sos de salud y de cam­bios com­por­ta­men­tales en los participantes.

Las Prácticas Deportivas Grupales como recurso educativo

El pro­gra­ma de trans­for­ma­ción psi­coso­cial cen­tra­do en la PDG, se fun­da­men­ta en la inte­gración de un con­jun­to de ref­er­entes teóri­co-metodológi­cos. La edu­cación para el desar­rol­lo humano, parte de la idea de la for­ma­ción y el desar­rol­lo de las capaci­dades humanas, como base para poder acced­er a opor­tu­nidades y ser pro­tag­o­nistas de su pro­pio mejo­ramien­to. Se basa en prin­ci­p­ios de desar­rol­lo más inte­gral, estable­ci­do en el con­sen­so, la aso­ciación de las per­sonas y actores empoder­a­dos en la con­struc­ción del bien­es­tar social (Zas, et al., 2012).

El deporte para el desar­rol­lo humano, son todas aque­l­las for­mas de activi­dad físi­ca que con­tribuyan a la salud físi­ca, bien­es­tar men­tal y la inter­ac­ción social. Rep­re­sen­ta el con­tex­to de apli­cación de la noción educa­ti­va desar­rol­lado­ra de conocimien­tos, capaci­dades y habil­i­dades nece­sar­ios para trans­for­mar la com­ple­ja real­i­dad psi­coso­cial (Zas, et al., 2012).

La noción de cal­i­dad de vida y trans­for­ma­ción psi­coso­cial rela­cionadas con expe­ri­en­cias en el tra­ba­jo comu­ni­tario tiene un alcance no sólo indi­vid­ual, sino gru­pal y comu­ni­tario. No se puede lim­i­tar el mejo­ramien­to de la cal­i­dad de vida des­de la dimen­sión sub­je­ti­va e indi­vid­ual, debe par­tir de un prin­ci­pio inte­grador que se con­ci­ba como con­se­cuen­cia de la inter­ac­ción entre fac­tores obje­tivos y sub­je­tivos, des­de un enfoque psi­coso­cial y comunitario.

La inter­ac­ción de estos con­cep­tos apor­ta esen­cial­mente los con­tenidos educa­tivos a tra­ba­jar dis­eña­dos como parte de la estrate­gia educa­ti­va. Estos con­tenidos se cor­re­spon­den con las prob­lemáti­cas psi­coso­ciales iden­ti­fi­cadas con antelación medi­ante la estrate­gia diag­nós­ti­ca en las comu­nidades donde se va a aplicar la expe­ri­en­cia. Es por ello que las acciones psi­coso­ciales se deben diri­gir a aque­l­las áreas y aspec­tos a las que los esco­lares (u otros ben­e­fi­cia­r­ios) atribuyen un impor­tante val­or para su bien­es­tar, cre­an­do sat­is­fac­ción de sus prin­ci­pales necesi­dades y expec­ta­ti­vas, lo que demostró que se puede lograr, de man­era direc­ta o indi­rec­ta, prop­i­cian­do viven­cias sat­is­fac­to­rias a través de la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (Zas, et al., 2012).

Es pre­ciso enten­der las acciones de inter­ven­ción comu­ni­taria como el acom­pañamien­to de aque­l­los con quienes se tra­ba­ja, para que com­pren­dan el papel de trans­for­ma­ción de la real­i­dad, que incide no sólo en las necesi­dades inmedi­atas, sino tam­bién en las vul­ner­a­bil­i­dades. Que cre­an en sus propias capaci­dades y poten­cial­i­dades a niv­el indi­vid­ual y de comu­nidad, que no sean recep­tores pasivos de pro­gra­mas o proyec­tos de ayu­da, sino los pro­tag­o­nistas de la propia trans­for­ma­ción, que va mucho más allá de la salud mental.

A través de la orga­ni­zación de activi­dades de PDG, se bus­ca mejo­rar la cal­i­dad de vida y el bien­es­tar, tan­to indi­vid­ual como gru­pal, en las que se val­o­ra los mod­os de hac­er, que con­tribuya en may­or medi­da a lograr los obje­tivos traza­dos, con una mira­da psi­coso­cial. Es impor­tante ten­er esta mira­da en un pro­ce­so de reflex­ión con­stante sobre la propia tarea, la del grupo y en gen­er­al de la comu­nidad, las que se hacen acom­pañar de acciones de super­visión, estrate­gia que prop­i­cia el mejo­ramien­to del tra­ba­jo gru­pal y de los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción psicosocial.

Ética, responsabilidad y compromiso

El modo en que se uti­lizan las PDG, es lo que la con­vierte en una her­ramien­ta capaz de pro­mover val­ores sociales éti­cos. Se debe evi­tar un uso incor­rec­to de este recur­so téc­ni­co, gen­er­ador de situa­ciones donde se pro­duz­ca agre­sivi­dad, engaño o pro­tag­o­nis­mo exacerbado.

La PDG pri­or­iza aspec­tos lúdi­cos, recre­ativos, y des­de esta per­spec­ti­va fomen­ta pro­ce­sos educa­tivos desar­rol­ladores de val­ores pos­i­tivos, com­por­tamien­tos social­mente acep­ta­dos, y pre­ven­tivos de salud rela­ciona­dos con las adic­ciones, la higiene, el bien­es­tar, las enfer­medades, y el medio ambiente.

Para lograr cam­bios a través de la PDG como recur­so para la trans­for­ma­ción psi­coso­cial, se requiere incidir en los pro­mo­tores que se preparan y se proveen de recur­sos y her­ramien­tas que les per­mite trans­mi­tir la expe­ri­en­cia de man­era que se favorez­ca el pro­ce­so en que se desarrollan.

Para que la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal logre cumplir sus obje­tivos, es pre­ciso que sea apli­ca­da por per­sonas idóneas que trans­mi­tan amor por la labor que desem­peñan, y faciliten el establec­imien­to de una comu­ni­cación efi­ciente en los gru­pos, ele­men­tos que la estrate­gia comu­nica­ti­va logra a par­tir de sus acciones. Esta noción de idonei­dad se debe con­stru­ir des­de un pro­ce­so for­ma­ti­vo que per­mi­ta la preparación de los pro­mo­tores, des­de el pun­to de vista téc­ni­co y ético.

La PDG y su implementación en experiencias de transformación psicosocial en Cuba

El tra­ba­jo con esta her­ramien­ta ha sido imple­men­ta­do des­de hace var­ios años en difer­entes comu­nidades en situación de vul­ner­a­bil­i­dad de nue­stro país. Esta expe­ri­en­cia se ha sis­tem­ati­za­do para ser repli­ca­da y se ha demostra­do como este recur­so es esen­cial den­tro de un pro­gra­ma de trans­for­ma­ción psicosocial.

En la apli­cación de las PDG, se gen­era un espa­cio de bien­es­tar, donde las per­sonas apren­den diver­sos recur­sos para sen­tirse mejor, para apo­yarse en el otro, para pedir ayu­da, para decir no ante situa­ciones que puedan gener­ar daños. Se trasmite mod­e­la­je de com­por­tamien­tos de mediación para mane­jar prob­lemáti­cas en con­tex­tos vio­len­tos. Se obtienen un con­jun­to de apren­diza­jes de los pro­ce­sos que se van tra­ba­jan­do y mod­e­lando, para poder­lo aplicar a los otros en sus entornos.

Durante la prác­ti­ca de las PDG todos apren­den una nue­va lec­ción para la vida. Se aprende a ganar y a perder de una man­era más agrad­able y diver­ti­da, facil­i­tan­do el desar­rol­lo de la com­pren­sión, el pen­samien­to críti­co y aut­o­criti­co. La PDG es el espa­cio para el apren­diza­je prac­ti­co-viven­cial, los par­tic­i­pantes desar­rol­lan val­ores como el respeto y la hon­esti­dad medi­ante el cumplim­ien­to de las reglas del juego, la pacien­cia durante la espera de su turno para jugar, la tol­er­an­cia al fra­ca­so, la gen­erosi­dad ante el tri­un­fo, la coop­eración y sol­i­dari­dad con sus com­pañeros. Es por ello que la PDG per­mite que en el juego todos sean ganadores por los apren­diza­jes que apor­ta y los resul­ta­dos obtenidos.

De acuer­do al informe final de la eval­u­ación del pro­gra­ma de trans­for­ma­ción psi­coso­cial cen­tra­do en la prác­ti­ca deporti­va gru­pal (Zas et al., 2012), los indi­cadores de resul­ta­dos obtenidos arro­jan cam­bios fun­da­men­tales en el modo en que se estruc­turan com­por­tamien­tos de ori­entación moral y social. Los rela­ciona­dos con las adic­ciones: desar­rol­lo de acti­tudes y habil­i­dades sociales, frente a los hábitos nocivos.

Se iden­ti­f­i­can, además, una serie de logros que se man­i­fi­es­tan prin­ci­pal­mente en: la moti­vación hacia la activi­dad de PDG, acti­tudes proac­ti­vas de rec­ha­zo o pre­ocu­pación con relación a man­i­festa­ciones de vio­len­cia u otros com­por­tamien­tos inade­cua­dos en las rela­ciones inter­per­son­ales y el desar­rol­lo de nociones morales como la hon­esti­dad en el cumplim­ien­to de reglas gru­pales. El mejo­ramien­to de la cal­i­dad de vida de niños y niñas, tan­to en el ámbito esco­lar, famil­iar como comu­ni­tario (Zas et al., 2012).

Por otro lado, la PDG es el medio efec­ti­vo para apren­der y desar­rol­larse a plen­i­tud, en ello se pro­duce una especie de com­bi­nación nat­ur­al y cul­tur­al del con­tex­to social al que pertenecen, donde aflo­ran val­ores, habil­i­dades y pref­er­en­cias, que al desar­rol­lar­las en el juego tam­bién exper­i­men­tan libre­mente sus pro­pios límites y posi­bil­i­dades, pero con ale­gría y diver­sión des­de la seguri­dad de su pro­pio escenario.

Es el espa­cio educa­ti­vo donde se tra­ba­jan temas vitales que son prob­lemáti­cas psi­coso­ciales de la comu­nidad donde se está tra­ba­jan­do. Está basa­da en nor­mas gru­pales com­par­tidas que favorece el desar­rol­lo de diver­sos pro­ce­sos de social­ización que se van generan­do en el grupo que moti­va a la par­tic­i­pación. Resul­ta inclu­si­va, pues en ella par­tic­i­pa todo aquel que desee inte­grarse, se tra­ta de que todos par­ticipen equi­tati­va­mente, tenien­do en cuen­ta con­trastes o lim­ita­ciones que puedan car­ac­teri­zar a los inte­grantes del grupo, con­for­man­do un espa­cio en el que se puede com­par­tir, for­mar alian­zas, redes de apoyo, donde los par­tic­i­pantes que pre­sen­tan algu­na lim­itación se inte­gran y par­tic­i­pan sin sen­tirse pro­te­gi­dos por los otros. La metodología de la PDG cuen­ta con el prin­ci­pio de flex­i­bil­i­dad que per­mite ade­cuar los jue­gos a las posi­bil­i­dades o difer­en­cias indi­vid­uales que pue­da car­ac­teri­zar a los dis­im­i­les gru­pos etar­ios; adap­tar­las al con­tex­to donde se desar­rol­la y a las cir­cun­stan­cias que la real­i­dad impone.

Para lle­var a cabo una sesión de PDG se selec­cio­nan los tipos de jue­gos que respon­dan a los obje­tivos traza­dos. El Man­u­al de Prác­ti­cas Deporti­vas Gru­pales (Zas, et al., 2014), es el soporte bib­li­ográ­fi­co para la for­ma­ción y apli­cación prác­ti­ca de los jue­gos. Está orga­ni­za­do en un índice que per­mite la búsque­da y selec­ción de jue­gos según obje­tivos psi­coso­ciales que se pro­po­nen y tipo de juego. Ofrece la ori­entación especí­fi­ca de la eje­cu­ción de dichas prác­ti­cas, lo que con­sti­tuye un instru­men­to de apren­diza­je y una guía inte­grado­ra de los ele­men­tos indis­pens­ables para poder realizar una Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal. Lo más impor­tante aquí son las metas que se pro­po­nen, la PDG es el medio para alcanzarlas.

De otra parte, el pro­mo­tor de PDG puede tra­ba­jar las difer­entes prob­lemáti­cas iden­ti­fi­cadas, situa­ciones de la vida cotid­i­ana, y las que puedan emerg­er durante el desar­rol­lo del juego, prop­i­cian­do la con­struc­ción gru­pal de una solu­ción pos­i­ti­va ade­cua­da a estas y que facilite el apren­diza­je de una nue­va lec­ción en la vida de los suje­tos. Es por ello que se real­iza preparación y for­ma­ción de los difer­entes actores sociales como pro­mo­tores de PDG.

Formación de promotores de PDG

El vín­cu­lo entre actores sociales como psicól­o­gos, entre­nadores deportivos, líderes comu­ni­tar­ios, mae­stros, entre otros, con­for­man un equipo mul­ti­dis­ci­pli­nario que per­mite realizar la labor de facil­itación de trans­for­ma­ción psi­coso­cial comu­ni­taria, aprovechan­do las car­ac­terís­ti­cas del entorno y desar­rol­lan­do la acción educa­ti­va. Estos reciben capac­itación para for­marse y tra­ba­jar como pro­mo­tores del Pro­gra­ma de Trans­for­ma­ción Psi­coso­cial cen­tra­do en la Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal (Zas, et al., 2014).

Esta for­ma­ción abar­ca todo un pro­gra­ma de capac­itación, en el que los actores sociales que for­man parte del proyec­to incluyen­do los entre­nadores deportivos, se preparan para desem­peñarse como pro­mo­tores de PDG.

Esta preparación requiere de una metodología con car­ac­terís­ti­cas muy especí­fi­cas, en relación a las reglas y nor­mas del entre­namien­to deporti­vo para la com­pe­ten­cia, lo que no quiere decir que, al visu­alizar poten­cial­i­dades para el deporte en los menores y jóvenes, no se le dé la opor­tu­nidad para que la desar­rollen. La metodología pro­por­ciona los recur­sos y her­ramien­tas para con­ducir la PDG en pro­ce­sos de trans­for­ma­ción psi­coso­cial, las condi­ciones nece­sarias y habil­i­dades para con­seguir­lo. Provee al pro­mo­tor del conocimien­to y recur­sos para el mane­jo de situa­ciones emer­gentes que se puede pre­sen­tar en los menores o gru­pos con los que se trabaja.

El pro­ce­so de for­ma­ción para los pro­mo­tores de PDG, es com­ple­jo, aun cuan­do exis­ten inci­den­cias de patrones de com­por­tamien­to social enraiza­dos en la cul­tura que legit­i­man acti­tudes que com­ple­jizan su mod­i­fi­cación. No obstante, el tra­ba­jo educa­ti­vo durante el pro­ce­so de trans­for­ma­ción psi­coso­cial incide en ello fomen­tan­do mod­e­los de com­por­tamien­tos que se prop­i­cian des­de las poten­cial­i­dades, y no sola­mente des­de las difi­cul­tades, pues ambas vías lle­van a la creación de nuevos recur­sos para resolver las prob­lemáti­cas iden­ti­fi­cadas. Todo ello gen­era cam­bio y trans­for­ma­ción en los pro­mo­tores des­de el orden per­son­al, tenien­do impacto en el entorno famil­iar, social y laboral.

El pro­mo­tor de PDG deberá enfo­carse en la enseñan­za del sig­nifi­ca­do de lo que pro­por­ciona el juego a la hora de desar­rol­lar los encuen­tros, por ejem­p­lo: las reglas y nor­mas del juego gru­pal, más que la sim­ple imposi­ción o acatamien­to de estas, es explicar el porqué de su cumplim­ien­to, más que lla­mar la aten­ción por un com­por­tamien­to no ade­cua­do o incumplim­ien­to de ellas. Durante el desar­rol­lo del juego, tam­bién se real­izan reflex­iones ante situa­ciones emer­gentes que se puedan pre­sen­tar como momen­tos de apren­diza­je, en este sen­ti­do, se aprovechan las opor­tu­nidades que brin­da el juego para tra­ba­jar con­tenidos y obje­tivos educativos.

En las (sesiones, encuen­tros o activi­dades) de PDG, los suje­tos tienen la opor­tu­nidad de dis­fru­tar de la expe­ri­en­cia, y se apropi­an del apren­diza­je que apor­ta el juego. El pro­mo­tor reflex­iona sobre la prác­ti­ca con los par­tic­i­pantes, los hace conec­tar con la vida cotid­i­ana para que puedan aplicar lo apren­di­do en el juego a sus vidas. Prop­i­cia las condi­ciones para que des­cubran sus poten­cial­i­dades como suje­tos de cam­bio, pero tam­bién como pro­tag­o­nistas de su desar­rol­lo. Tam­bién fomen­ta conocimien­tos sobre las rela­ciones inter­per­son­ales, la hon­esti­dad, el respeto, empatía, y los lle­va a com­pren­der los sen­timien­tos y las necesi­dades de los otros. Prop­i­cia con­duc­tas favore­ce­do­ras para dis­fru­tar más del juego, se divier­tan más, pasen un buen rato con los otros, sean más felices, y apren­dan a actu­ar ade­cuada­mente en la vida.

El rol de pro­mo­tor de Prác­ti­ca Deporti­va Gru­pal abar­ca fun­ciones de un pro­mo­tor de salud, cul­tur­al y deporti­vo, pues todos estos ele­men­tos los inte­gra en su tra­ba­jo de trans­for­ma­ción psicosocial.

Tabla 1. Modelo estructural de PDG
Fase Duración Inten­si­dad Obje­ti­vo
Orga­ni­za­ti­va - - Preparación, orga­ni­zación y ase­gu­ramien­to del lugar
Calen­tamien­to 10 Poca Para lla­mar la aten­ción de los niños, ori­en­ta­do al obje­ti­vo, y calen­tar las fun­ciones físi­cas y músculos
Parte prin­ci­pal 40 Ele­va­da Para tra­ba­jar los obje­tivos educa­tivos y de transformacion
Enfri­amien­to 10 Dis­min­uyen­do Para poder ir cul­mi­nan­do la activi­dad físi­ca y realizar el debate acer­ca de la sesión. Para recoger los mate­ri­ales e implementos
Nota: La tabla muestra el modelo estructural de una PDG (Zas et. al 2014).
Tabla 2 Modelo estructural — Operativo para la realización de una sesión de PDG
Fas­es Duración Inten­si­dad Activi­dad Desar­rol­lo
PO - - Preparación, orga­ni­zación y ase­gu­ramien­to del lugar, pre­vio a la real­ización de la actividad. Limpieza, orga­ni­zación y delim­itación del área, ambi­en­tar­la según las posi­bil­i­dades, iden­ti­ficar los peli­gros poten­ciales para la vida y tomar medi­das al respec­to, ase­gu­ramien­to de agua, de ser nece­sario y depen­di­en­do del momen­to pre­vio, colo­car los mate­ri­ales con los que se va a trabajar
PI 10 Poca Calen­tamien­to y preparación a través de:-técnica participativa

-juego tradi­cional (adap­ta­do a car­ac­terís­ti­cas de gru­pos etar­ios con los que se trabaje)

Téc­ni­ca par­tic­i­pa­ti­va: Toda activi­dad que incluya la par­tic­i­pación de todos, estim­u­lan­do cual­i­dades físi­cas o men­tales con un obje­ti­vo especí­fi­co a lograr.Juego tradi­cional: cada comu­nidad conoce dis­tin­tos jue­gos tradi­cionales, por lo que estos se con­tex­tu­al­izan culturalmente.

A través del diag­nós­ti­co se obtiene conocimien­to pre­vio de los gus­tos y pref­er­en­cias de la comunidad.

PP 40 Ele­vación Se tra­ba­jan los obje­tivos del encuen­tro-Jue­gos del Man­u­al de Prác­ti­ca Deporti­va Grupal.

-Deportes colec­tivos o activi­dad libre: lo elige o deter­mi­na la coor­di­nación, con­jun­ta­mente con los par­tic­i­pantes de la comu­nidad, según las condi­ciones y necesi­dades reales de la misma.

Pasos metodológi­cos a seguir:-objetivos

-expli­cación y demostración de los jue­gos de for­ma prác­ti­ca antes de realizar­los: téc­ni­cas, nor­mas de com­por­tamien­to, reglas de juego, etc.

- Los jue­gos que respon­da a los obje­tivos tenien­do en cuen­ta las necesi­dades, car­ac­terís­ti­cas, y prob­lemáti­cas del grupo o comu­nidad donde se trabaje.

PF 10 Dis­min­u­ción Cul­mi­na la activi­dad física.Se real­iza char­las, debates, etc.

Se reco­gen los mate­ri­ales e imple­men­tos deportivos.

Preparación del organ­is­mo para una recuperación.Análisis con­struc­ti­vo de com­por­tamien­tos, hábitos de edu­cación for­mal y val­ores que se ponen de manifiesto.

Real­ización de jue­gos sen­cil­los, por ejem­p­lo: de memoria.

Inter­cam­bio ver­bal para saber que gustó o no, y quieren para la próx­i­ma actividad.

Lemas, char­las educa­ti­vas, con­ver­sato­rios, debates, etc.

Real­ización de activi­dad colec­ti­va a modo de cierre.

Nota: En la tabla 2 se mues­tra el mod­e­lo estruc­tur­al — oper­a­ti­vo para la real­ización de una sesión de PDG y sus fas­es: Parte Orga­ni­za­ti­va (PO) Parte Ini­cial e Intro­duc­to­ria (PI), Parte Prin­ci­pal o Cen­tral (PP) y Parte Final (PF).

Consideraciones finales

La impor­tan­cia del uso de la prác­ti­ca deporti­va gru­pal, rad­i­ca en que los niños/as, ado­les­centes, jóvenes, y todo aquel que en ella par­tic­i­pa, apren­dan de la mejor man­era a com­por­tarse, y sobre todo apren­dan a ser felices y a dis­fru­tar con ale­gría cada acción que real­i­cen en sus vidas. Es jugar, entreten­erse, com­pe­tir, pero al mis­mo tiem­po apren­der, for­marse, diver­tirse de una for­ma difer­ente. El espa­cio de esparcimien­to que brin­da la PDG, facili­ta el desar­rol­lo de las difer­entes acciones educa­ti­vas a través del apren­diza­je practico-vivencial.

La PDG facili­ta los pro­ce­sos de enseñan­za-apren­diza­je en los esco­lares e incide en su preparación académi­ca. Este recur­so facili­ta una for­ma­ción educa­ti­va para la vida, inspi­ra y moti­va a sus par­tic­i­pantes, y tam­bién les da la opor­tu­nidad de con­stru­ir el cam­bio. Es impor­tante saber que, al pre­tender mod­i­ficar com­por­tamien­tos en los menores, tam­bién se está inci­di­en­do en los gru­pos de per­sonas que los rodean. Este recur­so demues­tra que exis­ten otras man­eras de enseñar, que lo diver­tido, ale­gre y educa­ti­vo que pro­duce la PDG pueden estar pre­sentes en otros pro­ce­sos de enseñan­za-apren­diza­je, como un modo difer­ente de hacer.

Las prin­ci­pales poten­cial­i­dades de la PDG como medio favore­ce­dor de trans­for­ma­ción res­i­den en el aporte de ben­efi­cios psi­coso­ciales, la con­struc­ción y poten­ciación de capaci­dades humanas, la enseñan­za de val­ores bási­cos y habil­i­dades para la vida (per­son­al y social), que gen­era en los ben­e­fi­cia­r­ios, ya sean direc­tos e indirectos.

La util­i­dad de este recur­so rad­i­ca en que prop­i­cia la for­ma­ción de diver­sos gru­pos en las comu­nidades para la pro­mo­ción y pre­ven­ción de salud vin­cu­la­dos a temas como las adic­ciones (alco­holis­mo y tabaquis­mo), la vio­len­cia e indis­ci­plinas sociales. La idea es acti­var a los actores comu­ni­tar­ios en fun­ción de uti­lizar este recur­so como ele­men­to trans­for­mador que ben­e­fi­cia el bien­es­tar y mejo­ra la cal­i­dad de vida de la población, que no sola­mente son los niños y niñas sino tam­bién la famil­ia, la comu­nidad, los mae­stros. La PDG facili­ta la ori­entación psi­coso­cial comu­ni­taria medi­ante acciones mul­ti­dis­ci­pli­nar­ias integradas, con una estruc­tura estratég­i­ca que fun­ciona uti­lizan­do el dis­pos­i­ti­vo gru­pal como facil­i­ta­dor de la actuación psi­coso­cial profesional.

Referencias bibliográficas

Zas, B., López, V. Gar­cía, C., Orte­ga, Z. & Hernán­dez, D. (2012). “Pro­gra­ma de trans­for­ma­ción psi­coso­cial cen­tra­do en la prác­ti­ca deporti­va gru­pal”. (Informe de inves­ti­gación): Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Psi­cológ­i­cas y Soci­ológ­i­cas, La Habana.

________________________________________________. (2014). “Pro­gra­ma de trans­for­ma­ción psi­coso­cial cen­tra­do en la prác­ti­ca deporti­va gru­pal”. (Informe de inves­ti­gación): Cen­tro de Inves­ti­ga­ciones Psi­cológ­i­cas y Soci­ológ­i­cas, La Habana.

Zas, B., López, V. Gar­cía, C., Orte­ga, Z., Hernán­dez, D., y otros (2014). Man­u­al de prác­ti­cas deporti­vas gru­pales. La Habana: Caminos.

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