HACER VISIBLE LA INTERDISCIPLINARIEDAD. EL ASPECTO METODOLÓGICO

Armando Sánchez Gutiérrez

Rutilo Castrejón Casarrubias

México

Resumen

En esta sociedad con­tem­poránea, inédi­ta en los reg­istros históri­cos de la humanidad, donde fenó­menos socio cul­tur­ales recientes hacen su apari­ción, situa­ciones que se man­i­fi­es­tan per­ti­nentes, después de la apari­ción del Covid-19, resul­ta indis­pens­able reanudar y reforzar el lazo social. Ello, en un peri­o­do de incer­tidum­bres, sien­do que ha cam­bi­a­do la man­era de rela­cionarnos, en estos momen­tos de pos-con­fi­namien­to, hacen su apari­ción con­duc­tas y acti­tudes dis­rup­ti­vas al inte­ri­or del aula, las mis­mas que son abor­dadas des­de una metodología de inves­ti­gación incluyente, inte­gral, ecléc­ti­ca, que nos posi­bil­i­tan acced­er a instru­men­tar des­de la per­spec­ti­va sub­je­ti­va y del mis­mo modo des­de la inter­sub­je­tivi­dad, los efec­tos socioe­mo­cionales deriva­dos de la pan­demia. De igual man­era, esta prop­ues­ta en la cual gira el pre­sente artícu­lo, se pre­sen­ta como una alter­na­ti­va epis­te­mológ­i­ca a los imper­a­tivos sociales de esta época.

Pal­abras clave: covid 19, sociedad, interdisciplinariedad

Abstract

In this con­tem­po­rary soci­ety, unprece­dent­ed in the his­tor­i­cal records of human­i­ty, where recent socio-cul­tur­al phe­nom­e­na make their appear­ance, a sit­u­a­tion that is more per­ti­nent, after the appear­ance of Covid-19, it is essen­tial to resume and strength­en the social bond. This, in a peri­od of uncer­tain­ties, being that the way we relate to each oth­er has changed, in these post-con­fine­ment times, dis­rup­tive behav­iors and atti­tudes appear inside the class­room, which are approached from an inclu­sive, com­pre­hen­sive, eclec­tic research method­ol­o­gy, which allow us to access instru­men­ta­tion from the sub­jec­tive per­spec­tive and in the same way from inter­sub­jec­tiv­i­ty. the socio-emo­tion­al effects derived from the Pan­dem­ic, Sim­i­lar­ly, this pro­pos­al on which this arti­cle revolves, is pre­sent­ed as an epis­te­mo­log­i­cal alter­na­tive to the imper­a­tives of this time.

Key­words: covid 19, soci­ety, interdisciplinarity

Mejor pues que renun­cie quien no pue­da unir
a su hor­i­zonte la sub­je­tivi­dad de su época. 

J. Lacan

Descifrando la vida anímica pos-pandemia

La revista Alter­na­ti­vas Cubanas en Psi­cología, nos ha dado la opor­tu­nidad de pre­sen­tar nues­tras inqui­etudes acer­ca del malestar emo­cional post pan­demia, aho­ra des­de el aspec­to metodológi­co. Ya que el con­tex­to actu­al en que se sitúa el con­gre­so, es un momen­to muy par­tic­u­lar a niv­el region­al e inclu­so plan­e­tario. Por lo que, el obje­ti­vo del pre­sente tex­to es hac­er una reflex­ión sobre la fun­ción sub­je­ti­va y social en la vida comu­ni­taria, ya que con el agra­vante de seguir tran­si­tan­do un peri­o­do de incer­tidum­bre del cual no cono­ce­mos su final, se hace más per­ti­nente su inclusión en estos foros académi­cos. Esto en un recor­ri­do, del cual vamos a desple­gar aquí tan solo una parte de toda su com­ple­ji­dad, sien­do que en este tra­ba­jo se abor­dará el sus­ten­to sub­je­ti­vo e inter­sub­je­ti­vo del pro­ce­so metodológi­co de la investigación.

Sin embar­go, no resul­ta exager­a­do tomar en cuen­ta que nos hal­lam­os ante un panora­ma descono­ci­do que ha lle­ga­do para cues­tionar el saber cien­tí­fi­co y pon­er en cri­sis cier­tos par­a­dig­mas que servían de ref­er­en­cia, del mis­mo modo, a cues­tionar nues­tras vidas y expec­ta­ti­vas de futuro.

Pero, antes de avan­zar es nece­sario pre­cis­ar dos pun­tos, de ini­cio, el análi­sis del prob­le­ma es com­ple­jo y exige múlti­ples per­spec­ti­vas, tan­to en tér­mi­nos metodológi­cos, como teóri­cos, lo que nos condi­ciona a realizar un tra­ba­jo holís­ti­co, que nos posi­bilite acced­er a instru­men­tar des­de la per­spec­ti­va sub­je­ti­va y del mis­mo modo des­de la inter­sub­je­tivi­dad, los efec­tos socioe­mo­cionales deriva­dos de la pan­demia; de ini­cio, el saRs-cov­‑2 aparece con vari­adas y por lo gen­er­al, defor­mantes vestiduras imag­i­nar­ias, con una visión sim­plista, una eti­ología reduc­cionista e inclu­so banal, como resul­ta­do de un desconocimien­to de la eti­ología de la enfermedad.

Y segun­do, con­sientes que, el saber social tiene carác­ter pro­vi­sion­al, se pre­sen­ta para ser cues­tion­a­do, rehac­er­lo, com­ple­jizarse y mod­i­fi­car­lo las veces que se requiera. Sin embar­go, debe­mos señalar, no es fácil poder con­stru­ir saberes en medio de fenó­menos sociales que aún no se han mostra­do del todo, como es la pan­demia que nos ha azo­ta­do. Por lo tan­to, es per­ti­nente su abor­da­je des­de esta perspectiva.

De ahí que, el pre­sente artícu­lo, en tér­mi­nos epistémi­cos, tra­ta de un estu­dio de tipo teóri­co que se fun­da­men­ta des­de un par­a­dig­ma cual­i­ta­ti­vo, con una base teóri­ca del con­struc­cionis­mo social, que bus­ca iden­ti­ficar la eti­ología que le da vida al desar­rol­lo de una real­i­dad dialéc­ti­ca, y nos mues­tra una serie de fenó­menos sociales que car­ac­ter­i­zan el lazo social con­tem­porá­neo, fuerte­mente afec­ta­dos por una pan­demia plan­e­taria. Con el tema del aspec­to metodológi­co, con­cep­to cen­tral de nue­stro aporte, se bus­ca sus­ten­tar en la premisa epistémi­ca de dos ele­men­tos: el sub­je­ti­vo y el inter­sub­je­ti­vo, estos serían los ejes cen­trales de este ensayo, hecha esta salvedad…

Ahora, hablemos de etimología…

De ini­cio abor­demos el aspec­to sub­je­ti­vo, en tér­mi­nos eti­mológi­cos, está vin­cu­la­do a la cual­i­dad del suje­to, lo sub­je­ti­vo, en tan­to, como adje­ti­vo, encon­tramos su ori­gen en el latín sub­jec­tivus, el cual refiere a lo que pertenece al suje­to y a una cier­ta man­era de sen­tir y pen­sar que le es propia. Mis­mo con­cep­to que nos posi­bili­ta explo­rar el papel de la emo­ción, los sen­timien­tos y la vol­un­tad (la irra­cional­i­dad), en la cotid­i­anei­dad de una sociedad posmoderna.

Como pun­to de par­ti­da, veamos el ori­gen del con­cep­to como estu­dio, lo encon­tramos a par­tir de Aristóte­les, quien con­sid­er­a­ba a la sus­tan­cia como suje­to de inheren­cia de sus propiedades, acci­dentes o pred­i­ca­dos. Señalán­do­lo con el tér­mi­no griego, hypokeimenon, que lo remite al sus­tra­to sobre el cual se da lo demás, es per­ti­nente señalar su carác­ter polisémi­co, ya que des­de su ori­gen tiene un enfoque ontológi­co (la sus­tan­cia como for­ma de la cosa) y en tér­mi­nos lingüís­ti­cos se con­sid­era la sus­tan­cia como suje­to de predicación.

Por lo tan­to, podemos señalar que, con la sub­je­tivi­dad hablam­os de la incor­po­ración a la psiquis del suje­to, tan­to de emo­ciones y sen­timien­tos al expre­sar ideas, como de pen­samien­tos o per­cep­ciones en relación con obje­tos, expe­ri­en­cias, fenó­menos o per­sonas. De esta man­era, la sub­je­tivi­dad es una cual­i­dad humana, por exten­sión, inher­ente de la estruc­tura psíquica social, sien­do que es inevitable expre­sar­la frente a la otredad. Mien­tras tan­to, veamos que nos dice el enfoque social del con­cep­to, dado que, avan­zar hacia el análi­sis de la sub­je­tivi­dad comu­ni­taria des­de una per­spec­ti­va inte­gral tiene como un ini­cio la estruc­tura socio­cul­tur­al del suje­to y por exten­sión el lazo social. Aho­ra veamos el sigu­iente concepto…

La Intersubjetividad… su pertinencia

No obstante, el segun­do aspec­to, es la inter­sub­je­tivi­dad, en este mar­co con­cep­tu­al se asume que esta es influ­en­ci­a­da por ele­men­tos cul­tur­ales, políti­cos y económi­cos des­de donde se gen­er­an, y afec­tará, a su vez, a estos mis­mos fac­tores, en un pro­ce­so dialéc­ti­co. Tal como señala Lacan en su tra­ba­jo Fun­ción y cam­po de la pal­abra y el lenguaje…

Mejor pues que renun­cie quien no pue­da unir a su hor­i­zonte la sub­je­tivi­dad de su época. Pues ¿cómo podría hac­er de su ser el eje de tan­tas vidas aquel que no supiese nada de la dialéc­ti­ca que lo lan­za con esas vidas en un movimien­to sim­bóli­co? (1988. p. 203)

En el enfoque de este tra­ba­jo, des­de el pun­to del con­struc­to social, se asume tam­bién como premisa que la inter­sub­je­tivi­dad se refiere a la inter­pretación que un grupo, comu­nidad o sociedad tiene de la real­i­dad. Esta mis­ma depende de fac­tores y expe­ri­en­cias indi­vid­uales, pero, al vivir en sociedad, cada indi­vid­uo se impreg­na de la rep­re­sentación social que se con­struye a su alrede­dor, en la cual la cul­tura como un hecho comu­ni­tario es resul­ta­do de un tipo de inter­pretación, val­o­ración y per­cep­ción de una real­i­dad emana­da de una prác­ti­ca con­jun­ta. Aquí no podemos perder de vista, la fun­ción de la inter­sub­je­tivi­dad, como base prác­ti­ca de la diver­si­dad cul­tur­al, tal como lo señala, Karol Wojty­la, en su obra la sub­je­tivi­dad y lo irre­ductible en el ser humano… 

La antropología aris­totéli­ca tradi­cional se basa­ba, como sabe­mos, en la defini­ción homo est ani­mal ratio­nale. Esta defini­ción cumple con los req­ui­si­tos de Aristóte­les para definir la especie (ser humano) a través de su género próx­i­mo (ser vivo) y la car­ac­terís­ti­ca que dis­tingue a dicha especie en ese género (dota­do de razón). Al mis­mo tiem­po, sin embar­go, la defini­ción se con­struye de tal man­era que excluye – cuan­do se toma sim­ple y direc­ta­mente– la posi­bil­i­dad de acen­tu­ar lo irre­ducible en el ser humano. Impli­ca –al menos a primera vista– la creen­cia en la reductibil­i­dad del ser humano al mun­do. La razón para man­ten­er tal reductibil­i­dad ha sido siem­pre la necesi­dad de enten­der al ser humano. Este tipo de entendimien­to se podría definir como cos­mológi­co (1975, p. 3)

En tan­to, no podemos dejar de lado, que el tér­mi­no proviene del griego y sig­nifi­ca, orig­i­nal­mente, μονάς monas, “unidad” de μόνος monos, “uno”, “solo”, “úni­co”), la fuente, o el Uno, de acuer­do con la filosofía Pitagóri­ca, fue un tér­mi­no para Dios o el primer ser o la unidad orig­i­nar­ia, o para la total­i­dad de todos los seres, con el sig­nifi­ca­do de sin división.

Del mis­mo modo, José Orte­ga y Gas­set, en un frag­men­to céle­bre de su obra Med­ita­ciones de Qui­jote, señala de man­era pun­tu­al, “Yo soy yo y mi cir­cun­stan­cia, y si no la sal­vo a ella no me sal­vo yo”, (2012, p. 12), así aporta­ba una suerte de con­clusión acer­ca de la inci­den­cia sobre el vín­cu­lo entre el suje­to y el lazo social.

Estas últi­mas obser­va­ciones nos ori­en­tan a dis­tin­guir las condi­ciones con­cernientes tan­to al suje­to como al aspec­to social del dis­cur­so que deter­mi­nan este sin­gu­lar esta­do de cosas, de ahí que, bus­can­do dar­le un rum­bo epis­te­mológi­co a nues­tra prop­ues­ta metodológ­i­ca, veamos otro aspecto…

Las Humanidades

El porqué de la per­ti­nen­cia del estu­dio de las cien­cias sociales como dis­ci­plinas académi­cas con un enfoque human­ista. En la antigüedad, con el nacimien­to de la filosofía occi­den­tal por parte de los lla­ma­dos pre­socráti­cos, quienes vivieron aprox­i­mada­mente entre los sig­los vii y v a.c., fueron los primeros en cues­tionar los mitos, medi­ante la búsque­da de expli­ca­ciones lóg­i­cas y racionales de la nat­u­raleza, esto, medi­ante la obser­vación y el razonamiento.

De man­era gen­er­al, podemos señalar que la cien­cia bus­ca pro­por­cionar un mar­co epistémi­co para inter­pre­tar el mun­do nat­ur­al, pues bien, estas incluyen áreas cien­tí­fi­cas como la soci­ología, psi­cología, antropología, economía y cien­cia políti­ca, que estu­di­an la con­duc­ta humana, tan­to como las estruc­turas sociales. En tan­to, las humanidades se cen­tran en la condi­ción humana, los val­ores y la éti­ca, su estruc­tura teóri­ca se com­pone de dis­ci­plinas como la filosofía, his­to­ria, lit­er­atu­ra, arte y lingüís­ti­ca, enfocán­dose en el análi­sis críti­co de la cul­tura y la expe­ri­en­cia humana. Generan­do con ello, una sin­er­gia para el estu­dio de los fenó­menos sociales y cul­tur­ales. Ambas áreas se com­ple­men­tan y son esen­ciales para enten­der la com­ple­ji­dad de la sociedad con­tem­poránea. Lle­ga­dos a este punto…

¿Qué nos dice el perspectivismo?

Así las cosas, en fun­ción de tra­ba­jar con una metodología holís­ti­ca, incluyente, incor­po­ramos un par­a­dig­ma filosó­fi­co, que pos­tu­la que la per­cep­ción y las ideas provienen de una per­spec­ti­va par­tic­u­lar, resul­ta­do de conocimien­tos que se van suman­do en su desar­rol­lo comu­ni­tario. Entendién­dose que la exis­ten­cia de una diver­si­dad de esque­mas con­cep­tuales, dan vida a un sin­fín de per­spec­ti­vas, que condi­cio­nan los juicios de carác­ter reduc­cionistas, dog­máti­cas o ver­dades abso­lu­tas. Aho­ra bien, es per­ti­nente señalar que el filó­so­fo Got­tifried Leib­niz, es quien orig­i­nal­mente hace un planteamien­to teóri­co a través del con­cep­to que llamó móna­da y, aquí lo define y escribe lo siguiente…

un ele­men­to últi­mo que for­ma el uni­ver­so como una per­spec­ti­va del uni­ver­so son sub­stan­cias inma­te­ri­ales por las que el uni­ver­so está com­puesto en tér­mi­nos del mun­do dinámi­co, estas son acciones tales como: percibir, pen­sar o moverse”. Y así lo señala, “Una mis­ma ciu­dad mira­da des­de difer­entes lados parece com­ple­ta­mente dis­tin­ta y se mul­ti­pli­ca per­spec­ti­va­mente … hay difer­entes uni­ver­sos que, no obstante, son per­spec­ti­vas dis­tin­tas de unos solo, según los pun­tos de vista de cada móna­da. (2021. p.246)

De aquí podemos deducir que, cada ser humano conoce la real­i­dad según sus expe­ri­en­cias de vida y todo conocimien­to está suje­to a dichas viven­cias o per­spec­ti­vas. En la búsque­da de nues­tra ver­dad, lle­gare­mos a ella a par­tir de la suma de todos nue­stros ref­er­entes teóri­cos de deter­mi­na­da cuestión, no debe­mos dejar de lado que, cada per­spec­ti­va tiene un val­or intrínseco (somos seres úni­cos) y la úni­ca per­spec­ti­va fal­sa es la que inten­ta ser una ver­dad abso­lu­ta. Por lo tan­to, asum­i­mos que esta per­spec­ti­va filosó­fi­ca con­sid­era que cada ser humano inter­pre­ta la real­i­dad des­de sus cir­cun­stan­cias, como resul­ta­do de esa mis­ma diver­si­dad de inter­preta­ciones, generan­do un enfoque inter­dis­ci­pli­nario, tal como aho­ra veremos…

Interdisciplinariedad… su pertinencia

Inter­ro­ga­dos por esta real­i­dad y por sus dolorosos efec­tos pos-pan­demia, el con­tex­to cien­tí­fi­co se pre­sen­ta más com­ple­jo y dinámi­co que nun­ca. De ahí la per­ti­nen­cia de la inter­dis­ci­pli­nar­iedad para enten­der el momen­to que vive el suje­to den­tro del lazo social, ya que los retos con­tem­porá­neos, gen­er­a­dos por la pan­demia del covid 19, nece­si­tan el tra­ba­jo con­jun­to de diver­sas dis­ci­plinas tales como: la soci­ología, biología, psi­cología, ped­a­gogía, economía y algunos otros más, hoy la suma de diver­sos cam­pos del conocimien­to, con un enfoque holís­ti­co, se hace pre­sente en la búsque­da de afrontar los enig­mas epistémi­cos a cues­tiones multifactoriales.

Rosario Mañalich, planteó en su inves­ti­gación Inter­dis­ci­pli­nar­iedad e inter­tex­tu­al­i­dad: una ojea­da des­de la didác­ti­ca de la lit­er­atu­ra, que “la inter­dis­ci­pli­nar­iedad tra­ta de los pun­tos de encuen­tro y coop­eración de las dis­ci­plinas, de influ­en­cia que ejercen unas sobre otras des­de difer­entes pun­tos de vis­tas”. (1997, p. 3)

Aho­ra veamos que nos dice Jean Piaget, en su tra­ba­jo Psi­cología y epis­te­mología, donde nos pre­sen­ta el con­cep­to, de esta manera…

… es un enfoque des­ti­na­do a descon­ge­lar par­cial­mente el mun­do y a conec­tar los “hoyos” de las dis­ci­plinas”. Las rela­ciones inter­dis­ci­pli­nar­ias: son las que estable­cen una inter­ac­ción entre dos o más dis­ci­plinas, de lo que resul­tará una inter­co­mu­ni­cación y un enriquec­imien­to recípro­co y, en con­se­cuen­cia, una trans­for­ma­ción de sus metodologías de inves­ti­gación, una mod­i­fi­cación de con­cep­tos y ter­mi­nologías fun­da­men­tales; así, entre las difer­entes mate­rias se dan inter­cam­bios mutu­os y recíp­ro­cas inte­gra­ciones de con­tenido (1971, p. 168)

Del mis­mo modo, en esta parte de nue­stro estu­dio, apli­care­mos una visión históri­ca reflex­i­va que nos com­parte el Dr. Luis Tamayo, como pro­pio de la prác­ti­ca psi­coanalíti­ca. Dicho méto­do es definido de la sigu­iente manera

Freud no estu­di­a­ba un obje­to exter­no (como pre­tenden algu­nas pos­turas epistémi­cas), sino que lidi­a­ba con una parte, oscu­ra y enig­máti­ca, de sí mis­ma, con una parte de su sub­je­tivi­dad reprim­i­da. Freud, no era un suje­to que inves­ti­ga­ba un obje­to, sino un suje­to que se mira­ba a sí ante otro. Como se puede apre­ciar en el mod­e­lo epistémi­co freudi­ano se deja atrás el esque­ma que las cien­cias uti­lizan para pen­sar la relación con su obje­to. (2011, p. 69)

Es pre­cisa­mente aquí que podemos conec­tar al psi­coanáli­sis freudi­ano y la prop­ues­ta genéti­ca socio históri­ca cul­tur­al des­de un enfoque psi­coanalíti­co rela­cional. Aho­ra, ini­ciemos por los aportes del psicól­o­go vienés Sig­mund Freud.

Psicoanálisis… su aporte al trabajo

En tan­to, des­de una per­spec­ti­va psi­coanalíti­ca, se pro­pone abor­dar la temáti­ca situan­do la noción de la inter­sub­je­tivi­dad como base de la estruc­tura socio­cul­tur­al y deve­lando sus efec­tos tan­to en el suje­to como en sus mod­os de hac­er lazo. Por lo que, es per­ti­nente hac­er men­ción que, el dis­cur­so psi­coanalíti­co no es pre­dic­ti­vo, ya que no está del lado del anun­cio del fin de la cri­sis, es decir que no vatic­i­na sobre cómo será la sociedad pos-pan­demia, del mis­mo modo, tam­poco es pre­scrip­ti­vo, no da fór­mu­las, ni rec­etas sobre lo que deberían ser las habil­i­dades sociales a futuro.

Cabe agre­gar que, este par­a­dig­ma freudi­ano surge como una rup­tura con los méto­dos empiris­tas de la época, tales como la obser­vación, aus­cultación, diag­nós­ti­co y tratamien­to de la med­i­c­i­na del siglo xix, en la búsque­da de lograr, un conocimien­to obje­ti­vo, tam­bién en el cam­po de la psi­coter­apia. Generan­do un rompimien­to epis­te­mológi­co con la incor­po­ración de la sub­je­tivi­dad en el ter­reno de la inves­ti­gación. En él se desta­ca la impor­tan­cia de los pro­ce­sos incon­scientes en la for­ma­ción de esta, ya que con­sid­era que, las expe­ri­en­cias infan­tiles condi­cio­nan las per­cep­ciones y com­por­tamien­tos adul­tos. Freud pos­tuló que los con­flic­tos inter­nos y la frus­tración de los deseos reprim­i­dos, influyen fuerte­mente en la inter­pretación de la realidad.

En el mis­mo tenor, Luis Tamayo en su obra, El Dis­cip­u­la­do en la for­ma­ción del psi­coanal­ista, nos com­parte, “el psi­coanáli­sis no entre­ga saberes, téc­ni­cas ni bien­estares (lo que no impi­de que emer­jan como sub­ro­ga­dos), está abo­ca­do a posi­bil­i­tar la emer­gen­cia de la ver­dad, esa que siem­pre estu­vo ahí, pero no alcan­z­a­ba a notarse por los velos (pre­juicios) que la oculta­ban”. (2014, p. 94)

En otras pal­abras, Freud pos­tuló que nues­tra con­duc­ta social esta­ba condi­ciona­da por fac­tores instin­tivos, aunque al final de su obra empiezan a apare­cer tra­ba­jos como el Malestar en la cul­tura (1930) y el Por­venir de una ilusión (1927) … que nos hablan de la influ­en­cia sig­ni­fica­ti­va en la con­for­ma­ción del ser social. Tal como se hace pre­sente en su tra­ba­jo, Psi­cología de las masas y análi­sis del yo, donde expu­so lo siguiente…

La oposi­ción entre psi­cología indi­vid­ual y psi­cología social o colec­ti­va, que a primera vista puede pare­cer­nos muy pro­fun­da, pierde gran parte de su sig­nifi­cación en cuan­to la some­te­mos a un más detenido exa­m­en. La psi­cología indi­vid­ual se conc­re­ta, cier­ta­mente, al hom­bre ais­la­do e inves­ti­ga los caminos por los que el mis­mo inten­ta alcan­zar la sat­is­fac­ción de sus instin­tos, pero sólo muy pocas veces y bajo deter­mi­nadas condi­ciones excep­cionales, le es dado pre­scindir de las rela­ciones del indi­vid­uo con sus seme­jantes. En la vida aními­ca indi­vid­ual, aparece inte­gra­do siem­pre, efec­ti­va­mente, “el otro”, como mod­e­lo, obje­to, aux­il­iar o adver­sario, y de este modo, la psi­cología indi­vid­ual es al mis­mo tiem­po y des­de un prin­ci­pio, psi­cología social, en un sen­ti­do amplio, pero ple­na­mente jus­ti­fi­ca­do. Las rela­ciones del indi­vid­uo con sus padres y her­manos, con la per­sona obje­to de su amor y con su médi­co, esto es, todas aque­l­las que has­ta aho­ra han sido obje­to de la inves­ti­gación psi­coanalíti­ca, pueden aspi­rar a ser con­sid­er­adas como fenó­menos sociales, situán­dose entonces en oposi­ción a cier­tos otros pro­ce­sos, denom­i­na­dos, por nosotros, nar­ci­sis­tas, en los que la sat­is­fac­ción de los instin­tos elude la influ­en­cia de otras per­sonas o pre­scinde de éstas en abso­lu­to. De este modo, la oposi­ción entre actos aními­cos sociales y nar­ci­sis­tas –Bleuler diría quizás: autís­ti­cos– cae den­tro de los domin­ios de la psi­cología social o colec­ti­va. (2021, p. 1)

Para con­tin­uar…

En tanto, que nos dice Fromm…

A lo dicho has­ta aquí, podemos agre­gar, sigu­ien­do la per­spec­ti­va psi­coanalíti­ca, que la teoría de Erich Fromm, que tenía sus ref­er­entes epistémi­cos en los tra­ba­jos de Sig­mund Freud y Karl Marx, con­sid­eró que el primero enfa­ti­za sobre los impul­sos biológi­cos, la repre­sión y otros fac­tores de tipo incon­sciente, con un peso menor a la influ­en­cia social. En otras pal­abras, lo orig­i­nal de Fromm, fue que añadió a estos dos sis­temas condi­cio­nantes de la real­i­dad algo bas­tante extraño a ellos: La influ­en­cia socio­cul­tur­al, y que aho­ra abordamos…

Des­de la visión del psi­coanáli­sis social que sus­ten­ta Erich Fromm, quien parte del prin­ci­pio que con­sid­era al ser humano, mod­e­la­do social­mente, a la vez que condi­ciona­do históri­ca y cul­tural­mente, es como inten­ta­mos com­pren­der los fenó­menos psíquicos que apare­cen en una sociedad pos­te­ri­or a la pan­demia. Es per­ti­nente, traer al debate, fenó­menos socio­cul­tur­ales con los que hemos lidi­a­do a lo largo de la his­to­ria de la humanidad tales como: la ena­je­nación, angus­tia, miedo a la soledad y a la pro­fun­di­dad del pen­samien­to, la escasez de activi­dad y la fal­ta de ale­gría, los cuales eran con­sid­er­a­dos por Freud, como con­se­cuen­cia de una repre­sión sex­u­al del ser humano; al con­sid­er­ar que era el pre­cio que teníamos que pagar por vivir en sociedad, y que Fromm, no com­partía en su total­i­dad, ya que señal­a­ba su géne­sis en fac­tores socio-económi­cos y al igual, de la mis­ma nat­u­raleza humana. Los mis­mos que hoy se han acen­tu­a­do en com­bi­nación con aque­l­los sín­tomas que nos dejó el Covid-19, tal como lo consigna la Unicef…

Entre los sín­tomas de la depre­sión se encuen­tran: tris­teza o irri­tabil­i­dad inusuales y per­sis­tentes; pér­di­da de interés en activi­dades que algu­na vez se dis­fru­taron; cam­bios en el peso y en los patrones de sueño, pereza, así como sen­timien­tos de inutil­i­dad o deses­per­an­za. La pres­en­cia de var­ios de estos sín­tomas, durante más de dos sem­anas, debe lle­var a madres, padres o cuidadores a tomar medi­das, señalan espe­cial­is­tas. (2021)

Del mis­mo modo, ani­ma­ba a las per­sonas a trascen­der lo que con­sid­er­a­ba los deter­min­is­mos que Freud y Marx les atribuían a la nat­u­raleza humana. En esen­cia, Fromm hace de la idea de lib­er­tad, la car­ac­terís­ti­ca cen­tral de la nat­u­raleza humana, por lo tan­to, vale la pena ini­ciar seña­lan­do, la aportación que real­iza al estu­dio de la con­duc­ta social, ya que medi­ante la sim­bio­sis de la teorías psi­cológ­i­cas Freudi­anas y las raíces económi­cas y cul­tur­ales, tales como clase social, edu­cación, antecedentes históri­cos y reli­giosos, además de otros, que influyen la per­son­al­i­dad des­de la per­spec­ti­va de Marx, inten­ta explicar las con­duc­tas y acti­tudes del ser social. Lo cual va a posi­bil­i­tar, el acced­er a un entra­ma­do teóri­co, inte­gral, incluyente, con el fin de encon­trar la eti­ología de la con­struc­ción del ser comunitario.

Con este enfoque del teóri­co alemán, que plantea el desar­rol­lo social del ser humano, posi­bil­i­tan­do acced­er a nociones más amplias de análi­sis, tales como los mecan­is­mos psi­cológi­cos de carác­ter uni­ver­sal; como el incon­sciente colec­ti­vo, medi­ante los cuales se bus­ca rescatar y enten­der cómo fun­cio­nan de man­era colec­ti­va, del mis­mo modo, aque­l­los otros que se dan en pro­ce­sos históri­cos con­cre­tos. Y así lo señaló Fromm…

Las fuerzas más poderosas que moti­van la con­duc­ta del ser humano nacen de las condi­ciones de su exis­ten­cia y de su situación humana, de ahí que bus­ca un equi­lib­rio entre las necesi­dades fisi­ológ­i­cas y la con­cien­cia que desar­rol­la al ten­er con­tac­to con las condi­ciones de su exis­ten­cia. (1987, p. 31)

Y, a todo ello que nos dice Lev S. Vygotsky…

Teoría Genética socio histórica cultural.

La teoría genéti­co socio históri­co cul­tur­al, desar­rol­la­da por el psicól­o­go ruso, tra­ta el estu­dio del desar­rol­lo humano des­de una per­spec­ti­va socio cul­tur­al. Del mis­mo, modo abor­da la gen­eración del conocimien­to humano, adquiri­do medi­ante la inter­ac­ción entre el suje­to, el otro y la comunidad.

Una de sus prin­ci­pales car­ac­terís­ti­cas es que con­sid­era que el apren­diza­je y la cul­tura son pro­ce­sos, con­struc­tos sociales, el enfoque de Vygot­sky, plantea que el apren­diza­je humano es un pro­ce­so acti­vo y social que se da en el mar­co de la cul­tura y la his­to­ria. Según esta cor­ri­ente, la adquisi­ción de conocimien­tos y habil­i­dades se da a través de la inter­ac­ción con el entorno y con otras per­sonas. En este sen­ti­do, la cul­tura es vista como un sis­tema de her­ramien­tas y sig­nos que el indi­vid­uo uti­liza para com­pren­der el mun­do y comu­ni­carse con los demás. El lengua­je, por ejem­p­lo, es una her­ramien­ta fun­da­men­tal en la con­struc­ción de conocimien­tos y en la orga­ni­zación del pen­samien­to inter­de­pen­di­entes y que el indi­vid­uo se desar­rol­la a través de la inter­ac­ción social, mis­ma que no se desar­rol­ló durante la pan­demia en los estu­di­antes, generan­do prob­le­mas graves en el desar­rol­lo de las habil­i­dades sociales. Con­tin­uan­do con el tra­ba­jo, veamos ahora…

La escuela de Frankfurt

En este pun­to, el desar­rol­lo de este tra­ba­jo pasa nece­sari­a­mente por recoger las prop­ues­tas teóri­c­as de la escuela de Frank­furt, la cual, rep­re­sen­ta uno de los movimien­tos de carác­ter inter­dis­ci­pli­nario más influyentes del siglo xx, con una diver­si­dad de enfo­ques filosó­fi­cos y soci­ológi­cos, que cruzan des­de aspec­tos sociales, económi­cos has­ta cul­tur­ales, sien­do per­ti­nente su incor­po­ración al análi­sis de nues­tra prop­ues­ta metodológica.

En relación con rompimien­tos epis­te­mológi­cos sig­ni­fica­tivos, la apari­ción de la Escuela de Frank­furt, en 1924, en el Insti­tu­to de Inves­ti­ga­ciones Sociales de en Frank­furt del Mein, es una clara mues­tra de ren­o­vación del enfoque cien­tí­fi­co de la época. Esta cor­ri­ente de pen­samien­to reúne a una diver­si­dad de cien­tí­fi­cos sociales, tales como, Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Her­bert Mar­cuse, Erich Fromm, Jür­gen Haber­mas entre otros. El obje­ti­vo prin­ci­pal de sus tra­ba­jos fue ren­o­var la doc­t­ri­na marx­ista, dán­dole un cariz human­ista, que les per­mi­tió desar­rol­lar un proyec­to críti­co en fran­ca oposi­ción a filosofías dom­i­nantes en la época como el pos­i­tivis­mo y el marx­is­mo dog­máti­co y la influ­en­cia económi­ca de las rela­ciones cap­i­tal­is­tas, pri­mor­dial­mente, bus­ca­ban inter­pre­tar cómo las estruc­turas cul­tur­ales, ide­ológ­i­cas y sub­je­ti­vas posi­bil­i­tan la alien­ación y dom­i­nación del suje­to en las sociedades indus­tri­ales. Es per­ti­nente hac­er men­ción que, uno de los prin­ci­p­ios teóri­cos gira­ba en torno a la críti­ca a la razón instru­men­tal, como for­ma de racional­i­dad, desar­rol­la­do por Adorno y Horkheimer en su tra­ba­jo Dialéc­ti­ca de la ilus­tración (1974), la cual, des­de una visión psi­coanalíti­ca es un mecan­is­mo de defen­sa que sub­or­di­na el pen­samien­to a los medios, lejos de la eman­ci­pación del ser humano, sino, con­tribuyen­do a diver­sas for­mas de opre­sión tec­nifi­ca­da y car­ente de human­is­mo, con el fin de alcan­zar fines que te per­miten escapar de una real­i­dad dolorosa. Lle­ga­dos a este pun­to, con estas ref­er­en­cias epistémi­cas bási­cas, se pre­tende analizar el prob­le­ma de la estruc­tura metodológ­i­ca que da lugar a los resul­ta­dos de la investigación.

En conclusión

Esta época de cam­bios civ­i­liza­to­rios y cul­tur­ales nos obliga a reflex­ionar pro­fun­da­mente sobre la condi­ción humana pos-pan­demia. Lo que ella impli­ca, alle­gar­nos infor­ma­ción y datos que refle­jen una real­i­dad inestable, cam­biante, pero, el tra­ba­jo más arduo, com­ple­jo, en tér­mi­nos de dis­eñar una metodología de inves­ti­gación, des­de la diver­si­dad epis­te­mológ­i­ca, pero sin perder la con­gru­en­cia en sus con­tenidos, per­ti­nente al momen­to que vivi­mos, bus­can­do instru­men­tar des­de la per­spec­ti­va indi­vid­ual y mucho más des­de lo social, los efec­tos sub­je­tivos e inter­sub­je­tivos, sien­do que de entra­da, nos encon­tramos ante una real­i­dad cam­biante, inestable, con una pan­demia que no se ha ido del todo, al con­trario, sus man­i­festa­ciones socioe­mo­cionales, tan­to como con­duc­tuales en la sociedad, de man­era par­tic­u­lar en la edu­cación empiezan a man­i­fes­tarse, y vale la pena incor­po­rar como pun­to final lo que nos dice Jorge Reichmann…

El ser humano del fin de la era de la exu­ber­an­cia con­sti­tuye lo peor que le ha acae­ci­do al plan­e­ta tier­ra en su his­to­ria reciente: el con­sum­ista y “entretenido” hom­bre mod­er­no ha daña­do a la tier­ra de todas las man­eras posi­bles, com­portán­dose como un virus de la mis­ma y acer­can­do la sex­ta extin­ción de las especies de la tier­ra. Gener­ar un hom­bre capaz de con­vivir de man­era sus­tentable con la madre tier­ra impli­ca, para los edu­cadores, recu­per­ar algo que ya se encon­tra­ba pre­sente en la enseñan­za de Herá­cli­to y Platón: el anh­elo de des­per­tar a los hom­bres” (2014, p. 97)

Y, es aquí donde comien­za el ver­dadero trabajo.

Referencias bibliográficas

Freud, S. (2021). Psi­cología de las masas y análi­sis del yo. Madrid: Verbum.

Fromm, E. (1987). Psi­coanáli­sis de la sociedad con­tem­poránea. Méx­i­co: FCE.

Lacan, J. (1988). Fun­ción y cam­po de la pal­abra y el lengua­je. Argenti­na: Siglo Veintiuno.

Leib­niz, G.W. (2021). Obras filosó­fi­cas y cien­tí­fi­cas. Vol. II Metafísi­ca, ed. Ángel Luis González. Granada.

Mañalich, R. (1997). Inter­dis­ci­pli­nar­iedad e inter­tex­tu­al­i­dad: una ojea­da des­de la didác­ti­ca de la lit­er­atu­ra. La Habana: Car­ta Metodológ­i­ca

Orte­ga y Gas­set, J. (2012). Med­ita­ciones del Qui­jote ¿Qué es filosofía? Madrid: Gredos.

Piaget, J. (1971). Edu­cación y epis­te­mología. Barcelona: Ariel.

https://www.gob.mx/difnacional/articulos/ninas-ninos-y-adolescentes-presentan-sintomas-de-depresion-debido-al-confinamiento?idiom=es

Reich­mann, J. (2014). His­to­rias del señor W. Pal­ma de Mal­lor­ca: Baragaña.

Tamayo, L. (2014). El dis­cip­u­la­do en la for­ma­ción del psi­coanal­ista. Méx­i­co: IMC CIDHEM.

_________ (2011). El anh­elo de ser otro. Enclaves de pen­samien­to 9 (ene-jun 2009) Revista del Insti­tu­to Tec­nológi­co de Estu­dios Supe­ri­ores de Mon­ter­rey. CCM México

Wojty­la, K. (1975). La sub­je­tivi­dad y lo irre­ductible en el ser humano. Ponen­cia envi­a­da a una Con­fer­en­cia Inter­na­cional en París.

Deja un comentario