ALTOS INGRESOS ECONÓMICOS EN CUBA, UNA MIRADA DESDE LAS IDENTIDADES SOCIALES

Daybel Pañellas Álvarez
Carolina Álvarez Díaz

Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana, Cuba

Resumen

El sigu­iente artícu­lo responde a una tesis de licen­ciatu­ra en Psi­cología defen­di­da en 2021, en la Uni­ver­si­dad de la Habana cuyo obje­ti­vo fue car­ac­teri­zar la iden­ti­dad social de suje­tos de altos ingre­sos económi­cos. Los hal­laz­gos obtenidos actu­al­izan los resul­ta­dos rel­a­tivos a gru­pos e iden­ti­dades en el país, ofre­cen otro esce­nario, des­de un con­tex­to sociopolíti­co difer­ente, sobre la dis­cusión entre iden­ti­dades y altos ingre­sos y; con­tribuyen al dis­eño de estrate­gias dirigi­das al for­t­alec­imien­to de la equidad.

Pal­abras clave: Iden­ti­dad Social, desigual­dad, altos ingre­sos, grupos.

Abstract

The fol­low­ing arti­cle responds to a diplo­ma the­sis defend­ed in 2021 at the Uni­ver­si­ty of Havana and which aimed to char­ac­ter­ize the social iden­ti­ty of high-income indi­vid­u­als. The achieve­ments obtained update the results relat­ed to groups and iden­ti­ties in the coun­try, offer anoth­er scene, from a dif­fer­ent sociopo­lit­i­cal con­text, on the dis­cus­sion between iden­ti­ties and high-incomes and; con­tribute to the design of strate­gies aimed at strength­en­ing equity.

Key­words: Social Iden­ti­ty, inequal­i­ty, high income, groups.

Introducción

El fun­cionamien­to sociopolíti­co y económi­co de Cuba, des­de hace unos años está suje­to a con­stantes cri­sis y trans­for­ma­ciones bajo el inten­to de con­stru­ir el bien­es­tar ciu­dadano bajo los prin­ci­p­ios de una sociedad social­ista. “No podemos seguir hacien­do lo mis­mo, porque de esa man­era no obten­dremos los resul­ta­dos que nece­si­ta­mos” (Díaz-Canel, 2020).

En los últi­mos dos años, en el país han con­flu­i­do dos com­ple­jos fenó­menos: la cri­sis pro­duci­da por la pan­demia Covid-19, y el reor­de­namien­to económi­co[1].

Entre los prin­ci­pales impactos económi­cos que se obser­van al cierre del 2021, en los diver­sos sec­tores de la economía, se señala: la enorme caí­da de las exporta­ciones e importa­ciones con respec­to al 2019, descen­so con­sid­er­able del tur­is­mo Inter­na­cional en 2020 y la no recu­peración en 2021 que provocó una caí­da del 69.1% de los vis­i­tantes en com­para­ción con igual perío­do del año pasa­do, lim­ita­ciones en la pro­duc­ción nacional de petróleo y en la importación de com­bustible que ha reper­cu­ti­do neg­a­ti­va­mente en diver­sas pro­duc­ciones (Rodríguez, 2022).

En el año 2021, la inci­den­cia de la Covid-19 en la activi­dad económi­ca y social resultó mucho más neg­a­ti­va en com­para­ción con lo ocur­ri­do el año ante­ri­or. Al hac­er el bal­ance del año, se infor­mó que la enfer­medad había alcan­za­do un cos­to de unos 1 300 mil­lones de pesos y 100 mil­lones de dólares en los gas­tos pre­supues­ta­dos del país. Por otro lado, el gas­to en divisas en el 2021 ya alcanzó 400 mil­lones de dólares, y el Pre­supuesto estatal debió asumir más de 19 700 mil­lones de pesos para el enfrentamien­to a la pan­demia (Rodríguez, 2022). El impacto de este con­jun­to de fac­tores, a lo que se añaden las acre­cen­tadas con­se­cuen­cias del blo­queo económi­co de EE.UU. han provo­ca­do el incumplim­ien­to de múlti­ples planes de pro­duc­ción y han traí­do con­si­go un decrec­imien­to del Ingre­so Nacional, con­trac­ción en la disponi­bil­i­dad de divisas y una may­or pre­sión inflacionaria.

A pesar de la estrate­gia con­ce­bi­da por el gob­ier­no cubano para evi­tar la dis­em­i­nación del virus y min­i­mizar los efec­tos neg­a­tivos de una epi­demia en la salud de la población cubana, no ha sido posi­ble evi­tar el impacto económi­co y social que ha gen­er­a­do la Covid-19, esce­nario prop­i­cio para el ensan­chamien­to de las bre­chas de equidad.

Si bien las trans­for­ma­ciones apli­cadas, des­de hace un tiem­po en el país, han inten­ta­do reor­denar la economía y logran respon­der en gran medi­da a recomen­da­ciones real­izadas por la acad­e­mia y por la población, pre­sen­tan omi­siones impor­tantes, en el ámbito estratégi­co, de algunos aspec­tos de ele­va­da fuerza en la estruc­turación de desigual­dades como las situa­ciones de pobreza y los mecan­is­mos sociales que la repro­ducen de for­ma estruc­tur­al. El cuadro socioestruc­tur­al resul­ta­do de la recon­fig­u­ración se acom­paña de un ensan­chamien­to de las bre­chas de equidad y de la resisten­cia de la pobreza y las desven­ta­jas (Espina & Echevar­ría, 2020).

Según Zabala (2018), los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción deben par­tir de la exis­ten­cia de bre­chas de equidad en el esce­nario nacional. Las refor­mas sociopolíti­cas y económi­cas no encuen­tran a toda la población en una mis­ma situación, sino que los hal­la en difer­entes condi­ciones, por tan­to, tam­bién con dis­tin­tas posi­bil­i­dades de aprovechar las opor­tu­nidades que gen­er­an estos cam­bios y de mane­jar los ries­gos que de ellos se deriv­en. Esta con­vic­ción, entre otras, ha condi­ciona­do que las cien­cias sociales tien­dan a colo­car el foco de aten­ción en los sec­tores más desfavorecidos.

El dete­ri­oro de la vida y el crec­imien­to de la vul­ner­a­bil­i­dad son real­i­dades incues­tion­ables y resul­tan aler­tas para la Acad­e­mia. No obstante, existe otra cara de la mon­e­da a la cual es pre­ciso prestar aten­ción. Al tiem­po que deter­mi­nadas refor­mas no favore­cen a sec­tores en desven­ta­ja, poten­cian a aque­l­los que se encuen­tran en una situación ven­ta­josa y esto hace que emer­jan nuevos gru­pos sociales que tienen altos ingre­sos económi­cos. ¿Qué rep­re­sen­tan estos gru­pos? ¿Cómo se inter­rela­cio­nan con otros? ¿Cómo se con­fig­u­ran sub­je­ti­va­mente y cómo vis­i­bi­lizan la con­struc­ción de nues­tra sociedad?

El Enfoque de las Iden­ti­dades Sociales, núcleo de la Teoría de las Iden­ti­dades Sociales (TIS) de Hen­ri Tajfel y la Teoría de la Auto­cat­e­go­rización del yo (TAC) de John Turn­er, nos posi­bili­ta analizar estas dinámi­cas. Sus pos­tu­la­dos per­miten estu­di­ar la sub­je­tivi­dad social des­de las propias dinámi­cas cotid­i­anas de los indi­vid­u­os y explicar cómo la perte­nen­cia a dis­tin­tos gru­pos con­duce al suje­to a percibir su lugar en la sociedad y, de este modo, encon­trar simil­i­tudes con los miem­bros de las cat­e­gorías sociales en las que se inser­ta, hal­lar difer­en­cias con los miem­bros de las otras; colo­carse en una posi­ción ven­ta­josa respec­to a los gru­pos con los que se com­para o ten­er un ref­er­ente hacia el cual moverse.

En los últi­mos años, tan­to nacional como inter­na­cional­mente, un grupo de inves­ti­ga­ciones han ido enrique­cien­do el cuer­po de conocimien­tos en torno al estu­dio del grupo de altos ingre­sos económi­cos. Estos estu­dios con­sti­tuyen una ref­er­en­cia teóri­ca para esta investigación.

Inter­na­cional­mente, desta­can las inves­ti­ga­ciones de Jolan­da Jet­ten y colab­o­radores que explo­ran acer­ca de las moti­va­ciones de los indi­vid­u­os de clase alta: exam­i­nan la relación entre el grupo de perte­nen­cia y el deseo de riqueza y esta­tus, su causal­i­dad, el uso de la riqueza y el esta­tus como parte de la autodefini­ción y auto­cat­e­go­rización de los miem­bros del grupo, y com­paran estos resul­ta­dos con otros gru­pos sociales de perte­nen­cia (Jet­ten, Wang, & Stef­fens, 2019).

Dichos estu­dios han deve­la­do que la perte­nen­cia al grupo de alto cap­i­tal económi­co se aso­cia a un may­or deseo de riqueza y esta­tus. Los indi­vid­u­os de este grupo tienen más prob­a­bil­i­dades de uti­lizar sus pos­e­siones y esta­tus como atrib­u­tos en su autodefini­ción y auto­cat­e­go­rización porque esto les brin­da un sen­ti­do de dis­tin­ción val­o­rado pos­i­ti­va­mente. Es decir, definirse según lo que poseen (bienes y ben­efi­cios) les pro­por­ciona una iden­ti­dad más pos­i­ti­va en tér­mi­nos de éxi­to mate­r­i­al y clasi­fi­cación social. En con­se­cuen­cia, están más moti­va­dos a bus­car más de esos atrib­u­tos. A su vez, el uso de sus pos­e­siones para definirse como indi­vid­u­os y como grupo, los lle­va a exper­i­men­tar una may­or ame­naza de iden­ti­dad al perder “lo que tienen”. Con lo cual, en com­para­ción con los indi­vid­u­os de clase baja los indi­vid­u­os de clase alta tiene una may­or moti­vación por la riqueza y el esta­tus (Jet­ten, Wang, & Stef­fens, 2019).

En Cuba, par­tic­u­lar­mente en los últi­mos siete años, varias inves­ti­ga­ciones, des­de la psi­cología y la soci­ología, han tor­na­do la mira­da a este polo de la desigual­dad. Los estu­dios de la Fac­ul­tad de Psi­cología, entre 2015 y 2017 explo­ran cómo los nive­les de ingre­sos y de activos mate­ri­ales con­fig­u­ran sub­je­tivi­dades indi­vid­uales y gru­pales, dinámi­cas intra e inter­gru­pales, movil­i­dad social (o su deseo), per­cep­ciones del pre­sente rela­cionadas con la sat­is­fac­ción de la vida cotid­i­ana, la pros­peri­dad, las proyec­ciones futuras, los prob­le­mas del país y las acciones para transformarlos.

Dichas inves­ti­ga­ciones han deve­la­do que los altos ingre­sos con­fig­u­ran una iden­ti­dad social que ubi­ca a los suje­tos en la estruc­tura social, donde se visu­al­izan un con­jun­to de atrib­u­tos, ven­ta­jas, com­por­tamien­tos y dinámi­cas especí­fi­cas. Existe con­cien­cia de perte­nen­cia al grupo, así como ele­men­tos eval­u­a­tivos y emo­cionales aso­ci­a­dos, pero existe cier­ta resisten­cia al recono­cerse como “altos ingre­sos”. Desta­ca la pres­en­cia de rela­ciones poco favor­ables a lo inter­no del grupo altos ingre­sos y de estos con el grupo bajos ingre­sos. Se percibe un pro­totipo gru­pal bien definido y un per­fil moti­va­cional pobre, con poca iden­ti­fi­cación de deseos, proyec­tos, y estruc­turación para lle­var­los a cabo. Espe­cial­mente des­de el sec­tor cuen­tapropista, se delin­ean tam­bién estrate­gias de resilien­cia adop­tadas en pan­demia, que dan cuen­ta del cre­ciente espíritu inno­vador así como las cre­cientes necesi­dades de par­tic­i­pación social y autonomía (Cal­abuche, 2016; Cal­abuche & Pañel­las, 2021; De Armas, 2016; Dujár­ric & Vázquez, 2015; Luya, 2016; Pañel­las, 2017).

En el caso de las inves­ti­ga­ciones des­de la soci­ología entre 2019 y 2021, aunque igual­mente han esta­do ori­en­tadas al estu­dio de los ingre­sos, estas han diver­si­fi­ca­do sus temáti­cas y obje­tivos. Uno de estos tra­ba­jos (De los San­tos, 2019) se pro­pone explicar las estrate­gias desar­rol­ladas por los indi­vid­u­os de la clase alta para la repro­duc­ción de su posi­ción en la estruc­tura socio­cla­sista y con­cluye que estos se dis­tinguen por ser los propi­etar­ios de los medios de pro­duc­ción y por ende, obten­er altos ingre­sos. Sus prin­ci­pales aspira­ciones de esta­tus están dirigi­das a repro­ducir su posi­ción social a través de estrate­gias de crec­imien­to económi­co y estrate­gias de auto-reconocimiento.

Por otra parte, Mayra Espina (2020) aportó un artícu­lo de nece­saria ref­er­en­cia acer­ca de la emer­gen­cia de capas medias en la sociedad cubana. El tex­to opta por el con­cep­to de “capa” para analizar el pro­ce­so de for­ma­ción en Cuba de una fran­ja estruc­tur­al media. A través del análi­sis de difer­entes pro­ce­sos como la trans­for­ma­ción del mod­e­lo económi­co, el incre­men­to en las desigual­dades de ingre­sos, los cam­bios en el rég­i­men de bien­es­tar y en la per­cep­ción del bien­es­tar, las nuevas iden­ti­dades emer­gentes, el artícu­lo devela que fluyen en la sociedad cubana cor­ri­entes de movil­i­dad social ascen­dente, aso­ci­adas a la actu­al refor­ma económi­ca y su ante­ceso­ra en los 90 que gen­er­an capas medias, car­ac­ter­i­zadas por ingre­sos altos, esta­bles, autonomía para la sat­is­fac­ción de necesi­dades bási­cas en relación con las políti­cas públi­cas, con­sumo supe­ri­or, sat­is­fac­tores de may­or cal­i­dad, aspira­ciones que rebasan las necesi­dades bási­cas y sec­tores de ocu­pación especí­fi­cos (Espina, 2020).

Por últi­mo, un estu­dio reciente (Peña, 2021) abor­da la temáti­ca de la per­cep­ción del bien­es­tar en los mar­cos de la pan­demia y se pro­pone reflex­ionar acer­ca de cómo se ubi­ca el actu­al con­tex­to de políti­ca económi­ca y social, en la inter­pretación de suje­tos de difer­entes posi­ciones sociales según los impactos que creen que estos tienen en su bien­es­tar. Sus resul­ta­dos con­cluyen la rel­e­van­cia de los ingre­sos como for­ma de estrat­i­fi­cación, ya que per­mite iden­ti­ficar aspec­tos desiguales del bien­es­tar que, como mín­i­mo, covarían en relación a sus volúmenes bajos, medio o altos. Las may­ores difer­en­cias entre las dimen­siones de bien­es­tar anal­izadas se ubi­can en la vivien­da, la ali­mentación y la sat­is­fac­ción de necesi­dades básicas.

Ante estas evi­den­cias, la inves­ti­gación que acá se com­parte tuvo como obje­ti­vo la car­ac­ter­i­zación de la iden­ti­dad social del grupo de altos ingre­sos económi­cos a través del diál­o­go críti­co con inves­ti­ga­ciones prece­dentes en el tema. Se expone a con­tin­uación una sín­te­sis de las prin­ci­pales cues­tiones metodológ­i­cas que sus­ten­taron la inves­ti­gación. Pos­te­ri­or­mente se pre­sen­tan y dis­cuten los prin­ci­pales resul­ta­dos hacien­do espe­cial énfa­sis en la evolu­ción del grupo social en los últi­mos años y en aque­l­las cues­tiones que con­sti­tuyen focos de análi­sis para la cien­cia. A con­tin­uación se expo­nen las con­clu­siones derivadas de los hal­laz­gos obtenidos.

Diseño Metodológico

La inves­ti­gación se vale de una metodología cuan­ti­ta­ti­va, un dis­eño no exper­i­men­tal, trans­ver­sal, de alcance descrip­ti­vo-cor­rela­cional. Los datos fueron recopi­la­dos en el perío­do de mar­zo a mayo de 2021.

La mues­tra de estu­dio (110 suje­tos) es de tipo no prob­a­bilís­ti­ca (inten­cional) porque los suje­tos selec­ciona­dos sigu­ieron los cri­te­rios de con­ve­nien­cia de las inves­ti­gado­ras. Los indi­vid­u­os que for­man parte de la mues­tra no son estadís­ti­ca­mente rep­re­sen­ta­tivos de una población determinada.

Se car­ac­ter­izó por ser may­or­mente femeni­na (67.3%), blan­ca (87.3%), uni­ver­si­taria (73.6%), adul­ta media (61.8%) y res­i­dente en la cap­i­tal (91.8%). Está con­for­ma­da, en may­or medi­da, por tra­ba­jadores por cuen­ta propia (TCP) entre emplea­d­os y empleadores (30,1%), estu­di­antes (27%) y por tra­ba­jadores del Esta­do (20,6%),

Se hizo énfa­sis en este estu­dio del con­trol de las vari­ables sociode­mográ­fi­cas: ocu­pación, sexo, col­or de la piel, grupo etario y niv­el de instruc­ción para analizar la man­era en que het­ero­g­e­nizan las respues­tas a lo inter­no del grupo de altos ingre­sos económicos.

Ante la ausen­cia de estadís­ti­cas públi­cas sobre los ingre­sos en nue­stro país, para la selec­ción de los suje­tos de la mues­tra, se sigu­ió un cri­te­rio empíri­co basa­do en: tenen­cia de bienes mate­ri­ales (auto u otras facil­i­dades de trans­porte pri­va­do y propiedad(es) en buen esta­do que incluyen obje­tos y equipos elec­trodomés­ti­cos de alto cos­to), activi­dades cotid­i­anas (casas en la playa, pisci­nas, hote­les, via­jes al exte­ri­or, visi­ta a lugares lujosos, prác­ti­ca de deportes cos­tosos u otras), tenen­cia de per­son­al de ser­vi­cios (doméstica(o), niñera, jardinero(a), chofer u otros) y con­sumo de pro­duc­tos de mar­ca (pren­das de vestir, zap­atos, joyas, tec­nología). El acce­so a los suje­tos se real­izó a par­tir de la “Téc­ni­ca de bola de nieve”.

Como instru­men­to de inves­ti­gación, se aplicó un cues­tionario de Iden­ti­dades Sociales vía on-line, a través de la platafor­ma google form, por las condi­ciones epi­demi­ológ­i­cas del país en el momen­to de la aplicación.

La infor­ma­ción recogi­da fue proce­sa­da en el paque­te estadís­ti­co SPSS (Sta­tis­ti­cal Pack­age for Social Sci­ences). Se apli­caron medi­das de ten­den­cia cen­tral, tablas de con­tin­gen­cia y la prue­ba chi cuadra­do para describir la fre­cuen­cia de los resul­ta­dos, estable­cer reg­u­lar­i­dades, así como het­ero­genei­dades a lo inter­no del grupo social.

Análisis de los resultados

Jus­ta­mente por el impacto sub­je­ti­vo que tiene el con­tex­to sociopolíti­co en la con­fig­u­ración de sub­je­tivi­dades comen­zamos inda­gan­do las per­cep­ciones de los suje­tos sobre la estruc­tura social cubana, a través de la iden­ti­fi­cación de los gru­pos sociales que se visu­al­izan en la Cuba de 2021. Resultó rel­e­vante que la may­oría de la mues­tra tiende a estruc­turar la sociedad cubana aten­di­en­do a diver­sos cri­te­rios lo cual nos da cuen­ta de que existe una per­cep­ción de la estruc­tura social diver­sa y heterogénea.

Rep­re­sen­tan en primer lugar el cri­te­rio referi­do a las clases sociales de perte­nen­cia (28.8%), iden­ti­f­i­can­do una clase alta, clase media y una clase baja. Algunos ejem­p­los son: “el grupo élite y el grupo asalari­a­do”; “la clase media, clase pobre y clase rica o aco­moda­da”; “ricos, clase media y baja”; “pobres, obreros, clase media, pequeña burguesía”.

El segun­do cri­te­rio que emergió con may­or fre­cuen­cia fue el ingre­so económi­co (28.1%) referi­do a un alto, medio y bajo poder adquis­i­ti­vo. Es intere­sante destacar que al hablar del ingre­so económi­co no solo se hace ref­er­en­cia a la can­ti­dad del ingre­so, sino tam­bién a su cual­i­dad. En este sen­ti­do los suje­tos no solo hacen ref­er­en­cia a “los que tienen dinero” y “los que no” sino tam­bién a los que poseen una mon­e­da extran­jera: “Los que poseen MLC[2] y pueden con­seguir en una tien­da casi todo lo que desean y los que no”; “los que tienen USD y los que no”.

En ter­cer lugar aparece el cri­te­rio sociocu­pa­cional (22.6%), que incluye a aque­l­los que estruc­turan la sociedad cubana según la vin­cu­lación lab­o­ral (20%), las rela­ciones de pro­duc­ción (40%) y el tipo de propiedad (40%): cri­te­rio den­tro del cual se hace alusión, cada vez con más fre­cuen­cia, a un nue­vo tér­mi­no “los emprendedores”.

Apare­cen con menor fre­cuen­cia, y sin difer­en­ciación a su inter­no, el grupo de los delin­cuentes (4.1%) y mar­ginales (4.1%). Emer­gen cri­te­rios con bajos por­cien­tos como son las creen­cias reli­giosas (2.7%); las iden­ti­dades juve­niles (2.1); el niv­el de instruc­ción (2.1); el cri­te­rio gen­era­cional (2.1%) y la afil­iación políti­ca (1.4%). Por últi­mo, emerge el grupo vul­ner­a­bles” (0.7%) que se rela­ciona con un con­tex­to pandémi­co y se iden­ti­f­i­can den­tro de este grupo a aque­l­las per­sonas con fac­tores de ries­go, propen­sas a con­traer la Covid-19 y tran­si­tar hacia for­mas graves de la enfermedad.

La per­cep­ción de los suje­tos acer­ca de la estruc­tura social cubana hace ver cómo se con­fig­u­ran nuevos gru­pos en la estruc­tura sub­je­ti­va de los suje­tos y cómo esos gru­pos respon­den jerárquica­mente a un cri­te­rio económi­co. Se obser­va cómo se nat­u­ral­iza la exis­ten­cia de desigual­dades en el país.

Con respec­to a las vari­ables explo­radas, como eje de con­tinuidad en relación con inves­ti­ga­ciones prece­dentes (Pañel­las, 2012; Dujár­ric & Vázquez, 2015; De Armas & Pañel­las, 2016; De los San­tos, 2019) se rat­i­fi­ca la exis­ten­cia de una iden­ti­dad social vin­cu­la­da a la tenen­cia de alto cap­i­tal económi­co. La tabla sigu­iente mues­tra la evolu­ción del grupo durante los últi­mos años.

Iden­ti­dad Social 2015–2016 2021
Com­po­nentes iden­ti­tar­ios: Com­po­nente cognitivo Auto­cat­e­go­rización: El 88.2% de los suje­tos se ubi­can en el grupo de medios ingre­sos y el 11.8% en el grupo de altos ingresos.

Prin­ci­pales razones de perte­nen­cia al grupo: por mi preparación (52.0%), por mi activi­dad lab­o­ral (42.0%), porque obten­go may­ores ingre­sos (40.0%) y porque me sat­is­face lo que ten­go (34.0%)

Auto­cat­e­go­rización: El 87.3% de los suje­tos de la mues­tra se ubi­ca en el grupo de medios ingre­sos, el 7.3% en el de altos ingre­sos y un 5.5% lo hace en el de bajos ingresos.

Prin­ci­pales razones de perte­nen­cia al grupo: por mi activi­dad lab­o­ral (19.4%), porque me sat­is­face lo que ten­go (16.6%), porque siem­pre he vivi­do así (14.3%) y por mi preparación (13.4%).

Se mantiene la resisten­cia a recono­cerse como grupo de altos ingre­sos des­de la dimen­sión con­sciente argumental.

Esta resisten­cia tiene sus condi­cio­nantes en estigma­ti­za­ciones que per­manecen en nues­tra sociedad.

Com­po­nentes iden­ti­tar­ios: Com­po­nente emocional Emo­ciones pos­i­ti­vas: con­fort (56.8%), sat­is­fac­ción (61.4%), feli­ci­dad (50.0%) y seguri­dad (50.0%).

Emo­ciones neg­a­ti­vas: estrés (69.0%)

Emo­ciones pos­i­ti­vas: (64.7%): la tran­quil­i­dad (35.4%), la feli­ci­dad (13.9%), la sat­is­fac­ción (12.7%) y la seguri­dad (12.7%).

Emo­ciones neg­a­ti­vas: la ansiedad (18.1%) y la insat­is­fac­ción (22.7%)

Com­po­nentes iden­ti­tar­ios: Com­po­nente evaluativo Sig­nifi­cación de la perte­nen­cia: sat­is­fac­ción de necesi­dades (62.7%), sol­ven­cia económi­ca (58.8%) y mejor cal­i­dad de vida (52.9%).

Ven­ta­jas percibidas: niv­el de ingre­sos (43.1%), niv­el de vida

(51.0%) y sat­is­fac­ción de necesi­dades (29.4%)

Desven­ta­jas percibidas: Mir­il­la de la sociedad (21.6%), Ais­lamien­to social (25.5%).

Sig­nifi­cación de la perte­nen­cia: sat­is­fac­ción de necesi­dades (24%), mejor cal­i­dad de vida (20.2%) y ten­er como­di­dades (13.3%).

Ven­ta­jas percibidas: el niv­el de vida (27.3%), la sat­is­fac­ción de necesi­dades (19.5%) y la ausen­cia de pre­ocu­pa­ciones (15.6%), las may­ores opor­tu­nidades (10.2%).

Desven­ta­jas percibidas: la insa­cia­bil­i­dad (15.7%), estar en la mir­il­la de la sociedad (9.5%).

No exis­ten desven­ta­jas (36.8%).

Pro­totipo Grupal Descrip­ción del pro­totipo: Hom­bre blan­co, adul­to medio, que lle­va ropa de mar­ca. Posee celu­lar, car­ro. Es osten­toso y elit­ista. Vive en Mira­mar en una casa grande con todas las como­di­dades. Cuen­ta con domés­ti­ca y per­son­al de ser­vi­cio (jar­dinero y mecáni­co). Pien­sa y habla sobre su economía, su tra­ba­jo, su esta­tus y sus proyec­tos. Gus­ta fun­da­men­tal­mente de realizar reuniones con famil­iares y ami­gos, así como asi­s­tir a bares, via­jes al exte­ri­or, restau­rantes y deportes (spin­ning, nat­ación y tenis).

Pro­totipo con­cre­to: Mues­tra la ima­gen de un hom­bre, blan­co y adul­to medio. Se iden­ti­fi­ca en este grupo a ger­entes de fir­ma, nego­ciante, empre­sario, diri­gente políti­co y joyeros.

Descrip­ción del pro­totipo: car­ac­terís­ti­cas per­son­ales (41.7%) Acti­tudes favor­ables hacia la activi­dad lab­o­ral: tra­ba­jador, inteligente, emprende­dor, tenaz, capaz, efi­ciente, exi­toso y ras­gos neg­a­tivos vin­cu­la­dos a car­ac­terís­ti­cas per­son­ológ­i­cas: egoís­ta, ambi­cioso, egocén­tri­co, com­pet­i­ti­vo y arrogante.

Se dis­tingue por com­por­tamien­tos (17.4%) como la real­ización de inver­siones, via­jes cos­tosos, asis­ten­cia a lugares lujosos, rela­ciones con indi­vid­u­os de igual niv­el económi­co y poder. Posee una serie de bienes mate­ri­ales (10.6%) como una casa grande con lujos, trans­porte pri­va­do, joyas y nego­cios pro­pios. Tiene ras­gos estéti­cos par­tic­u­lares (4.9%) como vestir de tra­je, ser ele­gante y uti­lizar pren­das y ropa de marca.

Pro­totipo con­cre­to: La ima­gen se conc­re­ta en una figu­ra extran­jera, mas­culi­na, de raza blan­ca, adul­to medio.

Se iden­ti­fi­ca en este grupo a artis­tas y deportis­tas, dueños de empre­sas y nego­cios exi­tosos, diplomáti­cos, fun­cionar­ios de com­er­cio exte­ri­or, gua­jiros con dinero, diri­gentes, políti­cos y sus familias

Vida Cotid­i­ana Mejor vida cotid­i­ana: Está aso­ci­a­da con ten­er sol­ven­cia económi­ca (35.3%), rela­ciones famil­iares sat­is­fac­to­rias (31.4%), recreación y tiem­po libre (29.45), sat­is­fac­ción de necesi­dades (27.5%), real­ización pro­fe­sion­al (27.5%).

Peor vida cotid­i­ana: Está aso­ci­a­da con necesi­dades insat­is­fe­chas (27.5%), tra­ba­jo mal remu­ner­a­do (23.5%), difi­cul­tades económi­cas (23.5%), desempleo(19.6%) y difi­cul­tades familiares.

Sat­is­fac­ción: La may­oría de los suje­tos se encuen­tran sat­is­fe­chos con la vida cotid­i­ana (66.7%) debido a: sus condi­ciones económi­cas (28.6%), sus condi­ciones de vida (25.0%), sus necesi­dades sat­is­fe­chas (17.9%) y el cumplim­ien­to de sus obje­tivos prop­uestos (17.9%).

Mejor vida cotid­i­ana: Está aso­ci­a­da a los vín­cu­los famil­iares (12.4%), la cor­re­spon­den­cia entre tra­ba­jo y sol­ven­cia económi­ca (10.4%), la viven­cia de esta­dos emo­cionales pos­i­tivos (10.4%), un niv­el de vida alto (8.5%) y la recreación y el tiem­po libre (7.8%).

Peor vida cotid­i­ana: Está rela­ciona­da con las difi­cul­tades económi­cas (17.3%), ausen­cia de metas y propósi­tos (10.2%), la viven­cia de esta­dos emo­cionales neg­a­tivos (10.2%) y la fal­ta de cor­re­spon­den­cia entre el tra­ba­jo y la sol­ven­cia económi­ca (7.9%)

Sat­is­fac­ción: El 74.5% de los suje­tos indicó sen­tirse sat­is­fe­cho con su vida cotid­i­ana. Las razones más fre­cuentes fueron: la posi­ción alcan­za­da es fru­to del esfuer­zo per­son­al (15.9%), gen­era esta­dos emo­cionales pos­i­tivos (13.4%), la sol­ven­cia económi­ca y la sat­is­fac­ción con lo alcan­za­do (11% en ambos casos).

De aque­l­los suje­tos que declararon sen­tirse insat­is­fe­chos (25.5%) el argu­men­to más fre­cuente fue que tenían may­ores aspira­ciones (57.1%).

Movil­i­dad Social Deseos de Movil­i­dad: El 28.9% de los suje­tos desean moverse hacia el grupo de altos ingre­sos económicos.

Razones: Se gana más dinero (66.7%), tienen más conocimien­tos de otras cul­turas (50.0%), tienen más reconocimien­to (41.7%), via­jan más (33.3%), tienen más como­di­dades (33.3%) y son más respeta­dos (25.0%).

Obstácu­los: No hay dinero sufi­ciente (50.0%) y no depende de ellos (50.0%)

Deseos de movil­i­dad: Se percibe en más de la mitad de la mues­tra (54.6%) un deseo de movil­i­dad ascen­dente para aumen­tar sus priv­i­le­gios como grupo.

Razones: ten­er más como­di­dades (26.6%), ganar más dinero (25.3%) y via­jar más (16.9%).

Obstácu­los: Exter­nos (29%) que apare­cen aso­ci­a­dos a la cri­sis económi­ca, a la cri­sis san­i­taria, políti­cas exter­nas e inter­nos (20%) vin­cu­la­dos a insu­fi­ciente desar­rol­lo per­son­al y recur­sos individuales.

Rela­ciones intergrupales Mejores rela­ciones: Se visu­al­izan a lo inter­no de los gru­pos de bajos ingre­sos (25.5%) porque poseen igual niv­el económi­co (66.7%); y de altos ingre­sos (21.6%) porque poseen igual niv­el económi­co (87.5%) e igual pres­ti­gio social (37.5%).

Peo­res rela­ciones: Se visu­al­izan a lo inter­no del grupo altos ingre­sos (25.5%) porque existe com­pe­ten­cia entre ellos (75.0%), algunos son elit­is­tas y egocén­tri­cos (66.7%) y no se iden­ti­f­i­can con los prob­le­mas de la sociedad (58.3%). Tam­bién se iden­ti­fi­ca al par altos-bajos ingre­sos (25.5%) porque exis­ten difer­en­cias de intere­ses (53.8%) y poseen difer­ente niv­el económi­co (30.8%).

Mejores Rela­ciones: A niv­el intra­gru­pal especí­fi­ca­mente a lo inter­no del grupo de medios ingre­sos y a lo inter­no de altos ingre­sos porque poseen igual niv­el económi­co. “Tienen facil­i­dades entre ellos para nego­ciar y via­jar y com­par­tir y gas­tar sin muchas pre­ocu­pa­ciones; porque entien­den el ver­dadero val­or del dinero.”

Peo­res Rela­ciones: A niv­el intra­gru­pal (44.6%) a lo inter­no del grupo de altos ingre­sos (55.5%). Las razones prin­ci­pales son: existe com­pe­ten­cia entre ellos (84%), algunos son elit­is­tas y egocén­tri­cos (72%) y porque algunos se sien­ten priv­i­le­gia­dos en la sociedad (60%).

Tabla 1. Evolución del grupo de altos ingresos en los últimos 7 años. Fuente: Elaboración propia

Inde­pen­di­en­te­mente de las reg­u­lar­i­dades y ten­den­cias mostradas se ha percibido que cier­tas vari­ables het­ero­g­e­nizan los cri­te­rios a lo inter­no del grupo de altos ingresos.

Actual­mente, la ocu­pación y el sexo, con­sti­tuyen las vari­ables que con­fig­u­ran, en may­or medi­da het­ero­genei­dades a niv­el intra­gru­pal. En el caso de la ocu­pación, las difer­en­cias may­ores emer­gen sobre todo entre los tra­ba­jadores estatales, los tra­ba­jadores por cuen­ta propia (TCP en lo ade­lante) y los estu­di­antes. Apare­cen per­cep­ciones dis­tin­tas en, lo rel­a­ti­vo a la sig­nifi­cación que tiene el grupo de perte­nen­cia: Para los TCP la prin­ci­pal sig­nifi­cación aparece vin­cu­la­da a la mejor cal­i­dad de vida (71.4%) mien­tras que para los estu­di­antes y los tra­ba­jadores del Esta­do rep­re­sen­ta la sat­is­fac­ción de necesi­dades (61.8% y 57.7%). Tam­bién, en la ubi­cación en la escala social[3], donde los TCP (tan­to emplea­d­os como empleadores), sue­len ubi­carse en la 3era posi­ción (50% y 61.5%) respec­ti­va­mente; y los estu­di­antes y tra­ba­jadores del Esta­do sue­len ubi­carse en la 4ta con may­or fre­cuen­cia (44.1%; 46.2%) respectivamente.

Vari­ables Per­cep­ción de los gru­pos en la estruc­tura social Com­po­nentes identitarios Pro­totipo Movil­i­dad Rela­ciones entre los grupos Vida Cotid­i­ana
Años 2015–2016 2021 2015–2016 2021 2015- 2016 2021 2015/2016 2021 2015–2016 2021 2015–2016 2021
Ocu­pación x x x x x x x x x x
Sexo x x x x
Grupo Etario x x x x
Col­or de la Piel x x
Niv­el de Instrucción x x x x x
Tabla 2. Variables que heterogenizan los resultados a lo interno del grupo de altos ingresos. Fuente: Elaboración propia.

En el caso del sexo, las het­ero­genei­dades apare­cen sobre todo rela­cionadas con la impor­tan­cia que se otor­ga a la perte­nen­cia al grupo, donde las mujeres rep­re­sen­tan el 85.7% y 77.7%, respec­ti­va­mente. Tam­bién, respec­to a las ven­ta­jas del grupo, son las mujeres quienes señalan el niv­el de vida, la sat­is­fac­ción de necesi­dades y la ausen­cia de pre­ocu­pa­ciones como ven­ta­jas esen­ciales resul­ta­do de la perte­nen­cia al grupo (77.1%, 80%, 70%).

En el caso de los sen­timien­tos vin­cu­la­dos a la perte­nen­cia, igual­mente, exis­ten difer­en­cias entre hom­bres y mujeres. El 30.3% de los hom­bres indi­ca que no exis­ten sen­timien­tos aso­ci­a­dos a la perte­nen­cia. En cam­bio, para las mujeres pre­dom­i­na la tran­quil­i­dad y la seguri­dad (39.3% y 14.8%) respec­ti­va­mente. Por últi­mo, emerge una difer­en­cia sig­ni­fica­ti­va en lo referi­do a la sat­is­fac­ción con la vida cotid­i­ana. De los suje­tos, los hom­bres rep­re­sen­tan el grupo que se encuen­tra más insat­is­fe­cho con su posi­ción (44.4%). En este sen­ti­do, el argu­men­to cen­tral de estos hom­bres es ten­er aspira­ciones may­ores (62.5%). De las mujeres, solo un 16.2% no se encuen­tra satisfecha.

De man­era gen­er­al, los resul­ta­dos mues­tran que durante estos 7 años algu­nas ten­den­cias se han con­sol­i­da­do, sin embar­go, otras nociones han ido trans­for­mán­dose. Al analizar­los, lla­mamos la aten­ción sobre:

La estigma­ti­zación del grupo de altos ingre­sos económi­cos en el país: Per­manecen estereoti­pos y pre­juicios en torno a los indi­vid­u­os de altos ingre­sos económi­cos. Se recono­cen víc­ti­mas de cuchicheos, pre­juicios, rec­ha­zo y envidia por su esti­lo de vida y con­sumo: “Los típi­cos comen­tar­ios de los del lla­ma­do 3er grupo (grupo de bajos ingre­sos económi­cos) de: –claro porque ust­edes los ricos–…”; “las per­sonas pien­san que tienes un mun­do de priv­i­le­gios”; “recibes críti­cas de la clase más baja”; “te juz­gan sin cono­certe”; “eres bueno cuan­do das, pero malo cuan­do no puedes”; “no puedes aspi­rar a un crec­imien­to sin ser mal visto”.

Sin embar­go, esta estigma­ti­zación percibi­da no proviene solo de indi­vid­u­os ais­la­dos con los que inter­ac­túan cotid­i­ana­mente sino tam­bién de posi­ciones ofi­ciales. Aun cuan­do no es lo mis­mo “con­cen­trar la propiedad” que “acu­mu­lar riquezas” las per­sonas sue­len super­pon­er ambos tér­mi­nos y en este sen­ti­do, se perciben cier­tos dis­cur­sos ofi­ciales como estigma­ti­zantes: “La con­cen­tración de la propiedad es el gran ene­mi­go al que debe­mos enfrentar” (Cas­tro, 2018) “Cuba impedirá la con­cen­tración de la propiedad y la riqueza en actores no estatales o per­sonas nat­u­rales al estable­cer ser socio de solo una micro, pequeña y medi­ana empre­sa. Es así pre­cisa­mente para evi­tar la con­cen­tración de la propiedad y la riqueza, ele­men­tos que no son coher­entes con nue­stro dis­eño de social­is­mo” (Odri­o­zo­la, 2021).

Per­cep­ción de ven­ta­jas supe­ri­ores a otros gru­pos sociales: Emerge la per­cep­ción de “ten­er may­ores opor­tu­nidades” enten­di­das estas, como la posi­bil­i­dad, supe­ri­or a otros gru­pos, de superación, gestión y acce­so a recur­sos: “Sim­ple­mente resolver algún prob­le­ma un poquito más fácil y rápi­do que los del grupo de bajo niv­el económi­co”; “ten­er un poco de más facil­i­dades de acce­so a com­prar comi­da y otras cosas”; “may­or posi­bil­i­dad de gestión y emprendimiento”.

La mediación del género: Se repro­ducen estereoti­pos, machis­mos y sex­is­mos que impo­nen las sociedades patri­ar­cales donde lo hegemóni­co des­de el pun­to de vista económi­co des­cansa en lo mas­culi­no. Aunque, se entrevé la pres­en­cia de mujeres, per­sonas de raza negra y mes­ti­za y adul­tos may­ores en las iden­ti­fi­ca­ciones que hacen de per­son­al­i­dades públi­cas o per­sonas cer­canas en este sec­tor, esta no suele ser la reg­u­lar­i­dad ni la ref­er­en­cia. Estos resul­ta­dos recono­cen la exis­ten­cia de otras dimen­siones de la desigual­dad como bre­chas de género, col­or de la piel y gen­era­cionales y; rep­re­sen­tan otro eje de con­tinuidad con respec­to a las inves­ti­ga­ciones sobre el grupo (Dujár­ric & Vázquez, 2015; De Armas, 2016; Cal­abuche, 2016; Luya, 2016).

La iden­ti­fi­cación de una clase políti­ca cubana con acce­so a ven­ta­jas múlti­ples, inclu­idas los ingre­sos y el bien­es­tar: Con­sti­tuye una aler­ta, primera­mente por las expre­siones pey­ora­ti­vas y dis­crim­i­na­to­rias, las cuales dan cuen­ta de una per­cep­ción hos­til de los suje­tos, hacia este grupo pobla­cional. Por últi­mo, este resul­ta­do habla de que existe una rep­re­sentación en el imag­i­nario social de una clase alta políti­ca empoder­a­da y con dinero.

La intro­duc­ción del MLC como catal­izador de ampliación de desigual­dades: Si bien la mon­e­da libre­mente con­vert­ible aparece como una medi­da dirigi­da a reor­denar la economía y avan­zar en tiem­pos de cri­sis, no se puede obviar el carác­ter difer­en­ci­ador y selec­ti­vo que tiene esta opción de cara al acce­so y con­sumo de pro­duc­tos y servicios.

La emer­gen­cia de nuevos actores sociales y económi­cos: Apare­cen nuevas fig­uras en el panora­ma social, per­sonas iden­ti­fi­cadas como “coleros” y “revende­dores”. Estas cat­e­gorías emer­gen en la sociedad cubana durante el perío­do de reor­de­namien­to económi­co y hacen ref­er­en­cia a gru­pos que real­izan una activi­dad económi­ca infor­mal e ilíci­ta como una alter­na­ti­va para la sat­is­fac­ción de necesi­dades. Estos gru­pos sociales son rela­ciona­dos con la delin­cuen­cia y la mar­ginación. El resul­ta­do rep­re­sen­ta una aler­ta pues legit­i­ma la exis­ten­cia de empleos infor­males emer­gentes durante el perío­do pandémi­co que trans­gre­den los límites de lo estip­u­la­do por la ley.

La reval­orización del rol del tra­ba­jo y las diver­sas rep­re­senta­ciones sobre las activi­dades que este incluye: El tra­ba­jo es con­sid­er­a­do el prin­ci­pal vehícu­lo no solo para la sat­is­fac­ción de necesi­dades, sino tam­bién para la real­ización per­son­al y la garan­tía del niv­el de vida al que aspi­ran: con como­di­dades, facil­i­dades y tiem­pos de esparcimien­to y ocio jun­to a la famil­ia y ami­gos. En inves­ti­ga­ciones ante­ri­ores (Dujár­ric & Vázquez, 2015; De Armas, 2016; Luya, 2016) se hacía igual­mente ref­er­en­cia a la sol­ven­cia económi­ca, las necesi­dades sat­is­fe­chas, el niv­el de vida como indi­cadores de la mejor vida cotid­i­ana posi­ble, sin embar­go, en esta ocasión la cat­e­goría tra­ba­jo enlaza a estos con­cep­tos. Es decir: “es a través del tra­ba­jo que deseo ser y tener”.

La cual­i­dad de las moti­va­ciones: Se con­figu­ra como una car­ac­terís­ti­ca del grupo social su moti­vación por ampli­ar sus ben­efi­cios y priv­i­le­gios como grupo y alcan­zar las mejores posi­ciones en la escala social. “Siem­pre es nece­sario más dinero; no puedes darte algunos lujos; no tienes acce­so aún a muchas cosas que quisieras”. Se evi­den­cia la impor­tan­cia que se otor­ga al “ten­er” por enci­ma del “ser”.

Las rep­re­senta­ciones del bien­es­tar: Los hal­laz­gos obtenidos coin­ci­den con inves­ti­ga­ciones recientes sobre bien­es­tar (Peña, 2021) .Se han pro­duci­do cam­bios en la per­cep­ción del bien­es­tar en la sociedad. Se ver­i­fi­ca pre­sente una aspiración al bien­es­tar may­or que incluye, como sus sat­is­fac­tores icóni­cos una serie de bienes mate­ri­ales, activi­dades de ocio, priv­i­le­gios que no se rela­cio­nan úni­ca­mente con la sat­is­fac­ción de necesi­dades bási­cas. Las inves­ti­ga­ciones devuel­ven que estas aspira­ciones ya se sat­is­facen, ínte­gra o par­cial­mente, en algunos gru­pos, en espe­cial en dueños de pequeños nego­cios, emplea­d­os del sec­tor inter­na­cional y artistas.

Aunque se requiere pro­fun­dizar en difer­entes gru­pos y ter­ri­to­rios, el resul­ta­do ya arro­ja pis­tas sobre la pres­en­cia de un mod­e­lo de bien­es­tar de capas medias urbanas, la dis­tan­cia entre la real­i­dad y los deseos y la brecha de insat­is­fac­ción pre­sente en el país (Espina, 2020).

La homofil­ia en las rela­ciones gru­pales: Rep­re­sen­ta una con­tinuidad con respec­to a inves­ti­ga­ciones prece­dentes. Con­sti­tuye un foco de análi­sis pues rev­ela la rep­re­sentación que existe entre los suje­tos de alto cap­i­tal económi­co acer­ca del establec­imien­to de rela­ciones, y colo­ca la posi­ción económi­ca como req­ui­si­to para el establec­imien­to de buenos vín­cu­los entre los gru­pos sociales.

Conclusiones

Que­da con­fir­ma­do que el grupo de perte­nen­cia según el ingre­so económi­co resul­ta una vari­able sig­ni­fica­ti­va para todos los aspec­tos trata­dos en la investigación.

Se con­sol­i­dan ten­den­cias com­pro­badas, ya des­de hace 7 años (Dujár­ric & Vázquez, 2015) rel­a­ti­vas a la estigma­ti­zación del grupo, el pro­totipo gru­pal y la homofil­ia en las rela­ciones intergrupales.

Se intro­ducen nuevas cual­i­dades difer­en­ci­ado­ras que con­sti­tuyen focos de análi­sis: la het­ero­g­e­nización de la per­cep­ción de los suje­tos en torno al ingre­so económi­co, la emer­gen­cia de nuevos actores y rela­ciones a raíz de dinámi­cas de la sobre­viven­cia cotid­i­ana, el papel del tra­ba­jo; y por últi­mo, la cual­i­dad de las moti­va­ciones y la per­cep­ción del bien­es­tar. En gen­er­al, la repro­duc­ción de dinámi­cas que no favore­cen a sec­tores en desven­ta­ja y poten­cian a aque­l­los con ven­ta­jas; el papel del sexo y la ocu­pación como vari­ables het­ero­g­e­nizado­ras de los resul­ta­dos obtenidos.

Esta inves­ti­gación tiene como lim­i­tantes metodológ­i­cas la imposi­bil­i­dad de gen­er­alizar estos resul­ta­dos a una población ya que no se tra­ba­jó con una mues­tra rep­re­sen­ta­ti­va, la no inclusión de la vari­able ter­ri­to­ri­al­i­dad como parte de las vari­ables con­tro­ladas, la cual ha demostra­do en estu­dios prece­dentes que het­ero­g­e­niza los resul­ta­dos a lo inter­no de los gru­pos y da cuen­ta de rela­ciones de desigual­dad y la no intro­duc­ción de una per­spec­ti­va cual­i­ta­ti­va en la ruta metodológ­i­ca que ayu­daría a pro­fun­dizar en tér­mi­nos de com­ple­ji­dad y com­pren­sión de la situación problémica.

No obstante los hal­laz­gos obtenidos invi­tan a repen­sar; en primer lugar, en el rol de la psi­cología social y los estu­dios sociales en la pro­mo­ción de la equidad en un país en que se defiende la jus­ti­cia social; además inci­ta a la dis­cusión y el cues­tion­amien­to sobre la con­struc­ción de una sociedad social­ista en la que se intro­duz­can estas difer­en­cias y lo que esto supon­dría de cara a las rela­ciones inter­gru­pales y las dis­crim­i­na­ciones des­de el pun­to de vista teórico.

Por últi­mo, intro­duce, des­de las prác­ti­cas de las cien­cias sociales en el país, el nece­sario diál­o­go entre Acad­e­mia y Políti­ca. Al menos, des­de el dis­cur­so ofi­cial, se reconoce que existe una inten­cional­i­dad políti­ca de aten­der a las recomen­da­ciones real­izadas por la Acad­e­mia. Sosten­er nues­tra prome­sa de jus­ti­cia social, de defen­sa de la plen­i­tud del ser humano, de su dig­nidad, con­ll­e­va a la gestión del bien­es­tar a través de diál­o­gos que actu­al­i­cen la cor­re­spon­s­abil­i­dad, la coop­eración, y que con­duz­can a solu­ciones en el cor­to, medi­ano y largo plazo.

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Notas

  1. Tarea Orde­namien­to o Reor­de­namien­to económi­co en Cuba: Con­sis­tió en una unifi­cación mon­e­taria y cam­biaria, un incre­men­to de los pre­cios y salarios, así como una reduc­ción de los sub­sidios y la con­se­cuente deval­u­ación del peso cubano (cup). Dichas medi­das tenían como obje­ti­vo reor­denar el caos mon­e­tario y cam­biario exis­tente en el país des­de hace varias décadas.
  2. Mon­e­da Libre­mente Con­vert­ible
  3. En el cues­tionario que con­sti­tuye el instru­men­to de la inves­ti­gación, se pre­sen­ta la téc­ni­ca de la Escalera. Con­siste en un sim­pli­fi­ca­do dibu­jo que se mues­tra al suje­to de una escalera de cin­co pel­daños. En los extremos se sitúan las condi­ciones de la Mejor y Peor Vida Cotid­i­ana que el pro­pio suje­to define. Se le solici­ta, ubi­carse a sí mis­mo a lo largo de la escalera y si se siente sat­is­fe­cho o no, con esa posi­ción. El suje­to debe hac­er dichas ubi­ca­ciones en dos escaleras, una en tiem­po pre­sente y otra en el futuro.

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