SEXUAL EDUCATION THROUGH THE EMPATHY, FOR THE EDERLY CARE: A NURSING CHALLENGE.
Marizell Benítez Flores
Facultad de Enfermería, Universidad de Ciencias Básicas y Preclínicas: “Victoria de Girón”.
Cila M. Gutierrez Benítez
Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Ciencias Básicas y Preclínicas: “Manuel Fajardo”.
Resumen
Este artículo documenta que aunque la atención al adulto mayor ha obtenido notables logros en el tema sexualidad, se mantienen actitudes donde se manifiesta el rechazo o la tendencia a ignorar que existe actividad sexual en la tercera edad inclusive dentro del personal de enfermería. Por lo cual es necesario desarrollar habilidades sociales como la empatía para elevar la calidad de vida de ellos en temas relacionados con su sexualidad ya que produce innumerables beneficios. Se adentra en los antecedentes del tema en cuestión teniendo en cuenta su importancia y pertinencia, como un reto al personal de enfermería. Es insuficiente la capacitación a todos los niveles del personal de enfermería para favorecer la educación de la sexualidad de este grupo tan significativo hoy día, ya que la sexualidad es tema que envuelve directamente a la enfermería, una vez que las prácticas del cuidado remiten al contacto con los cuerpos, con la intimidad y con lo erótico. En la actualidad hay un proceso de cambio poblacional que se evidencia con la disminución de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida, dando lugar a una población envejecida. Con la concepción de los derechos sexuales y reproductivos y los objetivos de la Agenda 2030, además de la política del estado cubano, se adopta una nueva percepción sobre la sexualidad y el adulto mayor. Es necesario valorar en ellos su forma de sentir y actuar, así como las consecuencias en su salud sexual, lo cual adquiere gran significado en la actualidad.
Palabras Clave: adulto mayor, sexualidad, enfermería, empatía.
Abstract
This article documents that although the attention for the elderly people has obtained notable achievements in the area of sexuality, some attitudes are maintained where rejection or tendency to ignore the existence of sexual activity in the elderly is manifested, as well as within the nursing staff, therefore which the required care not rendered. Delves into the background of the subject in question, taking into account its importance and relevance related to sexuality education in the elderly as a challenge for nursing staff, due to demand for care existing in this significant age group. There is insufficient training at all level of nursing staff to promote sexuality education in this group. At present time there is a process of population change that is evident with the decrease in fertility and the increase in life expectancy, giving rise to an aging population. With the conception of sexual reproductive right, the objectives of the 2030 Agenda and the Cuban State policy, a new perception of sexuality in the olderly is adopted. It is necessary to assess in then their way of feeling and acting, as well as the consequences on their sexual health, which acquires great significance today.
Keywords: Older Adult, Sexuality, Nursing.
Introducción
En el mundo actual las personas viven cada vez más y con mayor estado de salud, evidenciado en el incremento de la esperanza de vida. Cuba tiene el índice de envejecimiento más alto de América Latina con un 19.8% y tiene un 21.6% de personas de la tercera edad para una esperanza de vida de 78.45 años.
La sexualidad es un proceso innato, cambiante, gradual, natural, dinámico, inevitable y mediado por el entorno sociocultural, es responsabilidad de cada cual ejercerla o no y por ende deben estar bien informados en relación al tema en cualquier etapa de la vida aunque aquí nos enfoquemos en la ancianidad. La sexualidad forma parte fundamental de una vida plena y saludable donde el ser humano se mide esencialmente por su deseo de llevar a cabo un acto sexual cargado de nuevos significados y sentido, para que le conduzca a la realización personal, al ejercicio pleno de la libertad y a potenciar su estilo de vida.
Es un gran desafío capacitar al personal de enfermería sobre la base del reconocimiento de la sexualidad como parte significativa del bienestar y calidad de vida del adulto mayor como afirma Aller Atucha: “…parte integral de la personalidad y se expresa en todo lo que uno hace” y además defendemos la idea que la sexualidad permea todo en la vida y que rebasa el marco estricto de la genitalidad (González y Castellanos, 1994).
Es fundamental que estos profesionales de salud que brindan atención y cuidado a los ancianos porten recursos suficientes para ayudarlos a que vivan una sexualidad plena y feliz, por ello deben utilizar recursos como la habilidad empática, tan beneficiosa como herramienta para desarrollar al profesional de la enfermería con un concepto de práctica avanzada. Muy a nuestro pesar vemos a diario situaciones mediadas por mitos, estereotipos, conceptos erróneos, estigmas y prejuicios relacionados con los ancianos “senectactes” debido al desconocimiento aún en nuestros profesionales de enfermería.
Es importante educar la sexualidad por su trascendencia durante toda la vida del individuo, ya que las carencias educativas en esta esfera pueden constituir factores que obstaculicen su desarrollo equitativo y satisfactorio, además porque se promueven acciones preventivas en el actuar diario del personal de enfermería.
Este tema presenta actualidad y pertinencia ya que responde a la necesidad de promover el mejoramiento del desempeño profesional y humano de los enfermeros mediante una práctica de excelencia, lo cual constituye la razón de ser de nuestro sistema educacional y de salud. También porque responde a los objetivos de desarrollo sostenibles de la agenda 2030 y a las bases del Plan Nacional Económico y Social hasta 2030 del estado y gobierno del país.
Según lo expuesto se pudo precisar como objetivo el siguiente:
Valorar la educación de la sexualidad en el personal de enfermería mediante el uso de la habilidad empática para la atención del geronte.
Desarrollo
La sexualidad en la antigüedad se considera como algo sucio, vergonzoso e indigno, propio de grupos de baja calaña. La sociedad estaba muy cristianizada y la lujuria se consideraba pecado capital, por tanto el sexo sin intención de procrear estaba mal visto socialmente. Las mujeres no podían disfrutar del sexo porque se les discriminaba y acusaba de viciosas, solo los hombres disfrutaban de él. En la actualidad, gracias al avance de la sociedad, la sexualidad se ve como algo placentero y divertido. Durante siglos se consideró la sexualidad como un instinto pero se ha llegado a la conclusión que puede o debe ser aprendida.
Las primeras consideraciones sobre sexualidad datan de hace casi cinco mil años y no es hasta el siglo xx que se empieza a investigar la sexualidad desde un punto de vista científico, como es el ejemplo de Freud, pues en su obra conceptuaba el sexo como una fuerza poderosa y que no debía reducirse a lo genital.
Sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. Desde el punto de vista histórico-cultural no es más que el conjunto de fenómenos emocionales, de conductas relacionadas con y de prácticas en búsqueda del placer sexual, las cuales distinguen decisivamente al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes del desarrollo vital.
Generalmente se asocia sexualidad con genitalidad, por lo que se deja a un lado otros aspectos importantes como la afectividad, la moral y el erotismo, los cuales influyen en el desarrollo de la sexualidad. Sexualidad es mucho más, es la dimensión psicológica de la personalidad que se construye y expresa desde el nacimiento y durante toda la vida como ser sexuado en todo lo que es, hace o dice en su vida. Si bien es cierto, la sociedad impone normas morales que inciden en el comportamiento sexual de las personas, en última instancia es la persona quien asume la responsabilidad de sus actos; y aquí entra en juego la formación que se haya recibido.
El estado por su parte promueve una cultura de respeto a los derechos sexuales y el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, una educación correcta y oportuna en donde se brinda información apropiada de sus derechos y responsabilidades respecto a la sexualidad. La orientación oportuna es importante ya que la sexualidad no es un juego, al mismo tiempo es muy necesario que la sociedad de manera general, deje los tabúes que existen a la hora de hablar de este tema en los colegios, en las universidades, principalmente en los hogares a fin de evitar graves consecuencia ya que la sexualidad es compleja, va más allá de los genitales y las posiciones del Kama Sutra.
La sexualidad desempeña un papel importante, mientras se mantenga un buen estado de salud, no hay causa para pensar que con la edad se pierde el interés y el deseo sexual o las prácticas sexuales. Aunque socialmente se ha tabuízado el tema en la vejez, esquematizándolo con la juventud y la adultez en específico, donde la mera existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en los ancianos es negada, rechazada o dificultada en gran medida provocando entonces que se establezca como sinónimos el envejecimiento y la pérdida de la actividad sexual. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se propone informar para desmitificar ideas y prejuicios acerca de la vejez, en lo que refiere específicamente a la sexualidad, pretende modificar el imaginario social en el que envejecer es sinónimo de pérdida, de enfermedad, de falta de deseo, de carencia de atractivo y de fin de la actividad sexual.
El envejecimiento se hace presente en todas las etapas del desarrollo social, sin embargo durante el presente siglo más personas sobrepasan las barreras cronológicas que el ser humano ha ubicado como etapa de vejez, convirtiéndolo en un reto para las sociedades modernas. Este fenómeno es considerado como un logro muy importante de la humanidad y a su vez un inconveniente si no se toman conductas que solucionen las consecuencias que de él se derivan.
Los seres humanos son seres sexuales y este impulso no se detiene cuando el reloj marca los 60 o incluso los 90. Los adultos jóvenes pueden negar que los familiares mayores tengan relaciones sexuales, pero la actividad sexual es un indicador fuerte del envejecimiento saludable y de vitalidad. Muchos ancianos desean disfrutar de la actividad sexual y una parte de ellos, de hecho, la mantienen hasta bien avanzada la edad. A su vez otros expresan no tener relaciones sexuales por razones de peso como: separación, divorcio, muerte o enfermedad del cónyuge, dificultad para empezar nuevas relaciones, impotencia sexual, perdida de interés, entre otras.
Para comprender mejor la sexualidad en esta etapa debe considerarse como parte natural y necesaria de la vida, además aceptar que los sentimientos sexuales y la actividad sexual se hacen presentes en todo momento del ciclo vital de las personas.
Los individuos de la tercera edad pueden cubrir las necesidades emocionales mediante una actividad sexual que no siempre lleva al coito, por lo que vemos de forma inquietante que existan tendencias de unificar coito y actividad sexual, lo cual es erróneo. La necesidad de recibir afectos, de relacionarse, de expresar sentimientos, etcétera, no se pierde con la edad y según las sabias palabras de Colombino de que la tercera edad es: “la edad del erotismo” entendemos también que esta edad tiene como único fin el de dar y recibir placer al desaparecer los intereses o preocupaciones de carácter reproductor. Propuesta presentada en 1982 en Asunción en ocasión del Primer Congreso Latinoamericano de Sexología.
El conocimiento y la conducta para el resto de la vida se adquiere entre la niñez y la juventud, y es en estas etapas donde se ve a los adultos mayores, sexualmente no deseables ni capaces de expresiones de actividad sexual, por lo que esta distorsionada interpretación de la realidad es mantenida con posterioridad por dichas personas hasta la vida adulta y al llegar a la senectud enfrentan entonces el problema de constatar que aún presentan interés y preocupación por su vida sexual, lo cual contrasta con los mitos, estereotipos y prejuicios aprendidos en sus años anteriores.
Los mitos y prejuicios son construcciones socio-culturales con una orientación negativa hacia el objeto en cuestión, que se antojan injustos pues se incurre en generalizaciones excesivas y actitudes relacionadas con sentimientos negativos, de estereotipos que se refieren a creencias erróneas o exageradas que la sociedad o un determinado grupo poblacional construyen sobre las personas ancianas. A su vez forman parte del Imaginario Social y al formar parte de este, dictaminan el comportamiento esperado, el “cómo debe ser” para cada individuo según el grupo etáreo al que pertenece. Esta información errónea limita su acceso a la educación sexual, a la atención médica y, en última instancia, a sus derechos sexuales.
Existe la tendencia a subestimar, malinterpretar y mayormente a ignorar las capacidades y necesidades en la esfera sexual en la senectud; por eso merece la pena advertir que esta etapa presenta gran variedad de valores, intereses y capacidades sexuales entre los distintos individuos. En la tercera edad, la sexualidad es una de las dimensiones más ricas, esto contradice uno de los prejuicios más arraigados: “en la vejez termina la sexualidad”.
La valoración sociocultural dada a los cambios cognitivos, económicos, psicológicos, sociales, fisiológicos y patológicos que condicionan la sexualidad en esta etapa, constituye el más duro obstáculo en la vida íntima y cotidiana de las personas mayores. Vale decir que el problema no radica en los cambios fisiológicos normales sino en el significado sociocultural por las inhibiciones a las que conduce.
La educación sexual es un proceso sistematizado, con un propósito claro, ofrece conocimientos y técnicas para ayudar a la persona a lograr una realización plena, que mejore la autoestima y la aceptación e interrelación con el otro. Los adultos mayores de hoy han recibido una educación sexual informal-familiar muy conservadora, por lo tanto, no es casual que la educación sexual para el anciano no esté reconocida. Los ancianos son el sector menos favorecido por los conocimientos, se puede aprender a ser viejo y enfrentar operativamente las carencias de una sociedad que no ha articulado acciones para quienes van llegando y forman parte de nuestros mayores.
La educación también facilita la apropiación de los derechos de las personas. Es necesario devolver al anciano el derecho a ser sexuado, y desde allí, abrir el campo social, asumiendo que defender hoy el derecho a la sexualidad del anciano es defender la sexualidad de todos en el mañana. La educación sexual debe beneficiar al anciano y a la comunidad toda. La meta debe ser puesta en ayudar a encontrar la seguridad emocional que da el sentirse querido y tocado por la persona amada o deseada, sin la marginación o el desprecio hacia el cuerpo anciano.
La sexualidad ha sido un tema presente en diversas áreas del conocimiento alcanzando gran visibilidad, es tema que envuelve directamente a la enfermería, una vez que las prácticas del cuidado remiten al contacto con los cuerpos, con la intimidad y con lo erótico. En los dominios de la promoción y de la educación para la salud no hay como dejar de considerar el lugar que ocupan hoy las discusiones acerca de los derechos sexuales y derechos reproductivos como derechos humanos inalienables de hombres y mujeres. Es que los profesionales de enfermería valoran mucho el hecho de tener formación en sexualidad y creer que es necesario utilizar las habilidades sociales como la empatía, pero se encuentran con un problema muy importante ya que la formación académica que reciben es limitada en estos temas. Su preparación se basa en una formación por interés personal, y motivados por la necesidad de dar respuesta a las demandas de las personas, la familia y/o la comunidad que asisten.
La Educación Sexual en la docencia médica superior debe ofrecer a la persona la posibilidad de elegir los patrones y modo de conducta acordes con su forma particular y única de enfrentar la sexualidad humana y decidir los caminos para recorrerla, esta modalidad contempla la necesidad de armonizar en todos los sentidos lo personal con lo social, pero nunca al precio de subordinar forzosamente al ser humano a su contexto social, tal como lo ha hecho la educación sexista tradicional. Por tanto, se hace necesario preparar a los profesionales de la enfermería, con recursos y potencialidades para poder afrontar los retos, contradicciones y problemas propios de la sexualidad, bajo principios de libertad, responsabilidad, comprensión, tolerancia y reciprocidad con el otro, sin anular lo personal y evitar el enfoque biologicista, que privilegia el estudio del cuerpo humano en su estructura y funcionamiento.
La habilidad empática como habilidad social es un conjunto de conductas aprendidas que se manifiestan en situaciones interpersonales con gran impacto en todos los aspectos de la vida porque son fuente de autoestima, seguridad y bienestar social. La aplicación de esta responde a la necesidad de destacar la sensibilidad del personal de enfermería ante el problema que constituye la sexualidad del senectante y cómo enfrentarnos adecuadamente a ello, ya que la cualidad de la empatía no es más que la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, nos permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de la nuestra propia aunque no estemos de acuerdo y al mismo tiempo brinda beneficios insustituibles a la hora de educar y relacionarse con los demás, en este caso con personas de la tercera edad ya que: mejora la comunicación, incrementa la sintonía emocional, beneficia las relaciones interpersonales, crea un clima de confianza, disminuye la agresividad, favorece la satisfacción personal, entre otros, por lo que es necesario desarrollarlas a lo largo de toda la vida y en todos los ámbitos de ella, al decir de la estudiosa del tema Ferrera, D. (2016).
La empatía es un atributo muy importante y necesario en los profesionales de la salud y sin embargo es un tema poco utilizado y tratado por no decir nulo, al igual que la educación de la sexualidad por lo que ambos constituyen un problema a resolver.
El Sistema Nacional de Salud (SNS) se esfuerza en conjunto con el Sistema Educacional por mantener la calidad de vida de las personas de la tercera edad teniendo en cuenta que constituye uno de los problemas principales a escala mundial y nacional, por lo cual se hace fundamental apoyar el desempeño del personal de enfermería de forma tal que actúen eficazmente ante las demandas del adulto mayor. Es por ello que los consultorios de la familia se establecen como el primer nivel de atención geriátrica, a donde ellos acuden en busca de escucha, orientación y cuidado. Con la actuación de estos profesionales se tratan aspectos que redunden en seguridad y bienestar, minimizar los factores de riesgo con el fin de modificar estilos de vida y por consiguiente obtener una calidad de vida que genere sexualidad saludable en el grupo en cuestión.
Todo lo destacado anteriormente nos indica la necesidad de diseñar y ejecutar estrategias que ayuden a dar solución a este azote de la humanidad y del cual Cuba no escapa, por lo que proponemos un curso de capacitación a nivel comunitario para incidir en la preparación del personal de enfermería dirigido a la educación de la sexualidad para la atención del adulto mayor. Está en todos la responsabilidad de formar una sociedad que valore la vida en todo momento.
Conclusiones
En el contexto actual de Cuba, el estudio a realizar denota, que es todo un desafío para el personal de enfermería el tema relacionado con la educación de la sexualidad y el uso de la empatía como habilidad social para la atención a los adultos mayores y su sexualidad. Demostrándose que el desarrollo de la habilidad empática es característica vital en la relación enfermero-paciente e influye en mantener un adecuado estado de salud ya que favorece la comprensión de experiencias, sentimientos, preocupaciones y perspectivas por lo tanto facilita una vida saludable y una sexualidad plena y satisfactoria.
Por lo cual la elaboración y realización de un curso de superación dirigida a estos profesionales para superarse en este contenido tan neurálgico hoy como es la educación de la sexualidad mediante la empatía en ancianos/as es de trascendental importancia y pertinencia debido a la necesidad de atención existente en este grupo poblacional tan sensible, que en la situación vigente no da solución total por la poca preparación del personal de enfermería. Quedando de forma general al interés personal de cada uno de ellos. Además la propuesta contribuye a la mejor preparación del personal de enfermería para brindar una atención de excelencia a los adultos de la tercera edad, lo que coadyuva en un aumento de la calidad de vida y la esperanza de vida de este grupo poblacional, así como una mejor relación entre el personal de enfermería y dichos senectantes.
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ANEXO
Programa de curso de superación.
Título: Preparación en educación de la sexualidad mediante la empatía a profesionales de enfermería para la atención al adulto mayor.
Objetivos:
• Actualizar sobre temas de educación de la sexualidad para mejorar desempeño profesional.
• Desarrollar técnicas participativas que facilitarán el trabajo con los senectantes.
Dirigido a: Profesionales de enfermería del PDU: “Jorge Ruiz Ramírez”, del municipio Playa.
Duración: 150 horas.
Profesora: Lic. Marizell Benítez Flores, enfermera supervisora del PDU: “Jorge Ruiz Ramírez”, del municipio Playa.
Sistema de contenidos:
1. Sexualidad y sexo.
2. Envejecimiento y sexualidad.
3. Cambios biopsicosociales en el adulto mayor.
4. Sexo y salud.
5. Derechos sexuales del adulto mayor y marco legal.
6. Relaciones interpersonales y habilidad empática.
Leyenda:
C: Conferencia; CT: Clase Taller; S: Seminario; EI: Estudio Independiente; E: Evaluación
Métodos: Expositivo oral, elaboración conjunta y estudio independiente.
Medios: Para impartir el presente curso se requiere de un salón dotado de pizarra, también una microcomputadora, Data Show o cualquier otro medio para proyectar los materiales preparados con PowerPoint, Word, y Excel, Papelógrafo, video etc.
Estrategia docente: La actividad se desarrollará a tiempo parcial, con un grado de comparecencia semipresencial, una vez a la semana los viernes, se impartirán conferencias prácticas y clases talleres. Impartirán la docencia las profesoras del PDU: “Jorge Ruíz Ramírez”, del municipio Playa.
El postgrado facilitará a los cursistas un aprendizaje desarrollador, donde se utilizarán técnicas participativas que le facilitarán el trabajo con los estudiantes en sus diferentes asignaturas. El postgrado se desarrollará de forma activa y participativa, los cursistas desarrollaran actividades de autopreparación, debates y trabajos independientes.
Sistema de evaluación:
La evaluación tendrá carácter formativo, realizándose a través de la participación oral, el trabajo en equipos y la entrega de un trabajo final.
La evaluación final se realizará a través de la presentación de una clase modelo de enfermería donde se apliquen los conocimientos adquiridos durante el curso. Se tendrá en consideración los resultados de las evaluaciones frecuentes. El estudiante recibe un certificado, si satisface las exigencias del programa.
Las evaluaciones se expresan con las calificaciones de:
Excelente (5), Bien (4), Aprobado (3) o Desaprobado (2).