EDUCACIÓN DE LA SEXUALIDAD MEDIANTE LA EMPATÍA PARA LA ATENCIÓN DEL GERONTE: DESAFÍO DE ENFERMERÍA

SEXUAL EDUCATION THROUGH THE EMPATHY, FOR THE EDERLY CARE: A NURSING CHALLENGE.

Marizell Benítez Flores

Facultad de Enfermería, Universidad de Ciencias Básicas y Preclínicas: “Victoria de Girón”.

Cila M. Gutierrez Benítez

Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Ciencias Básicas y Preclínicas: “Manuel Fajardo”.

Resumen

Este artícu­lo doc­u­men­ta que aunque la aten­ción al adul­to may­or ha obtenido nota­bles logros en el tema sex­u­al­i­dad, se mantienen acti­tudes donde se man­i­fi­es­ta el rec­ha­zo o la ten­den­cia a igno­rar que existe activi­dad sex­u­al en la ter­cera edad inclu­sive den­tro del per­son­al de enfer­mería. Por lo cual es nece­sario desar­rol­lar habil­i­dades sociales como la empatía para ele­var la cal­i­dad de vida de ellos en temas rela­ciona­dos con su sex­u­al­i­dad ya que pro­duce innu­mer­ables ben­efi­cios. Se aden­tra en los antecedentes del tema en cuestión tenien­do en cuen­ta su impor­tan­cia y per­ti­nen­cia, como un reto al per­son­al de enfer­mería. Es insu­fi­ciente la capac­itación a todos los nive­les del per­son­al de enfer­mería para favore­cer la edu­cación de la sex­u­al­i­dad de este grupo tan sig­ni­fica­ti­vo hoy día, ya que la sex­u­al­i­dad es tema que envuelve direc­ta­mente a la enfer­mería, una vez que las prác­ti­cas del cuida­do remiten al con­tac­to con los cuer­pos, con la intim­i­dad y con lo eróti­co. En la actu­al­i­dad hay un pro­ce­so de cam­bio pobla­cional que se evi­den­cia con la dis­min­u­ción de la fecun­di­dad y el aumen­to de la esper­an­za de vida, dan­do lugar a una población enve­je­ci­da. Con la con­cep­ción de los dere­chos sex­u­ales y repro­duc­tivos y los obje­tivos de la Agen­da 2030, además de la políti­ca del esta­do cubano, se adop­ta una nue­va per­cep­ción sobre la sex­u­al­i­dad y el adul­to may­or. Es nece­sario val­o­rar en ellos su for­ma de sen­tir y actu­ar, así como las con­se­cuen­cias en su salud sex­u­al, lo cual adquiere gran sig­nifi­ca­do en la actualidad.

Pal­abras Clave: adul­to may­or, sex­u­al­i­dad, enfer­mería, empatía.

Abstract

This arti­cle doc­u­ments that although the atten­tion for the elder­ly peo­ple has obtained notable achieve­ments in the area of sex­u­al­i­ty, some atti­tudes are main­tained where rejec­tion or ten­den­cy to ignore the exis­tence of sex­u­al activ­i­ty in the elder­ly is man­i­fest­ed, as well as with­in the nurs­ing staff, there­fore which the required care not ren­dered. Delves into the back­ground of the sub­ject in ques­tion, tak­ing into account its impor­tance and rel­e­vance relat­ed to sex­u­al­i­ty edu­ca­tion in the elder­ly as a chal­lenge for nurs­ing staff, due to demand for care exist­ing in this sig­nif­i­cant age group. There is insuf­fi­cient train­ing at all lev­el of nurs­ing staff to pro­mote sex­u­al­i­ty edu­ca­tion in this group. At present time there is a process of pop­u­la­tion change that is evi­dent with the decrease in fer­til­i­ty and the increase in life expectan­cy, giv­ing rise to an aging pop­u­la­tion. With the con­cep­tion of sex­u­al repro­duc­tive right, the objec­tives of the 2030 Agen­da and the Cuban State pol­i­cy, a new per­cep­tion of sex­u­al­i­ty in the old­er­ly is adopt­ed. It is nec­es­sary to assess in then their way of feel­ing and act­ing, as well as the con­se­quences on their sex­u­al health, which acquires great sig­nif­i­cance today. 

Key­words: Old­er Adult, Sex­u­al­i­ty, Nursing. 

Introducción

En el mun­do actu­al las per­sonas viv­en cada vez más y con may­or esta­do de salud, evi­den­ci­a­do en el incre­men­to de la esper­an­za de vida. Cuba tiene el índice de enve­jec­imien­to más alto de Améri­ca Lati­na con un 19.8% y tiene un 21.6% de per­sonas de la ter­cera edad para una esper­an­za de vida de 78.45 años.

La sex­u­al­i­dad es un pro­ce­so inna­to, cam­biante, grad­ual, nat­ur­al, dinámi­co, inevitable y medi­a­do por el entorno socio­cul­tur­al, es respon­s­abil­i­dad de cada cual ejercer­la o no y por ende deben estar bien infor­ma­dos en relación al tema en cualquier eta­pa de la vida aunque aquí nos enfo­que­mos en la ancian­idad. La sex­u­al­i­dad for­ma parte fun­da­men­tal de una vida ple­na y salud­able donde el ser humano se mide esen­cial­mente por su deseo de lle­var a cabo un acto sex­u­al car­ga­do de nuevos sig­nifi­ca­dos y sen­ti­do, para que le con­duz­ca a la real­ización per­son­al, al ejer­ci­cio pleno de la lib­er­tad y a poten­ciar su esti­lo de vida.

Es un gran desafío capac­i­tar al per­son­al de enfer­mería sobre la base del reconocimien­to de la sex­u­al­i­dad como parte sig­ni­fica­ti­va del bien­es­tar y cal­i­dad de vida del adul­to may­or como afir­ma Aller Atucha: “…parte inte­gral de la per­son­al­i­dad y se expre­sa en todo lo que uno hace” y además defend­emos la idea que la sex­u­al­i­dad per­mea todo en la vida y que rebasa el mar­co estric­to de la gen­i­tal­i­dad (González y Castel­lanos, 1994).

Es fun­da­men­tal que estos pro­fe­sion­ales de salud que brin­dan aten­ción y cuida­do a los ancianos porten recur­sos sufi­cientes para ayu­dar­los a que vivan una sex­u­al­i­dad ple­na y feliz, por ello deben uti­lizar recur­sos como la habil­i­dad empáti­ca, tan ben­efi­ciosa como her­ramien­ta para desar­rol­lar al pro­fe­sion­al de la enfer­mería con un con­cep­to de prác­ti­ca avan­za­da. Muy a nue­stro pesar vemos a diario situa­ciones medi­adas por mitos, estereoti­pos, con­cep­tos erró­neos, estig­mas y pre­juicios rela­ciona­dos con los ancianos “senec­tactes” debido al desconocimien­to aún en nue­stros pro­fe­sion­ales de enfermería.

Es impor­tante edu­car la sex­u­al­i­dad por su trascen­den­cia durante toda la vida del indi­vid­uo, ya que las caren­cias educa­ti­vas en esta esfera pueden con­sti­tuir fac­tores que obsta­c­uli­cen su desar­rol­lo equi­tati­vo y sat­is­fac­to­rio, además porque se pro­mueven acciones pre­ven­ti­vas en el actu­ar diario del per­son­al de enfermería.

Este tema pre­sen­ta actu­al­i­dad y per­ti­nen­cia ya que responde a la necesi­dad de pro­mover el mejo­ramien­to del desem­peño pro­fe­sion­al y humano de los enfer­meros medi­ante una prác­ti­ca de exce­len­cia, lo cual con­sti­tuye la razón de ser de nue­stro sis­tema edu­ca­cional y de salud. Tam­bién porque responde a los obje­tivos de desar­rol­lo sostenibles de la agen­da 2030 y a las bases del Plan Nacional Económi­co y Social has­ta 2030 del esta­do y gob­ier­no del país.

Según lo expuesto se pudo pre­cis­ar como obje­ti­vo el siguiente:

Val­o­rar la edu­cación de la sex­u­al­i­dad en el per­son­al de enfer­mería medi­ante el uso de la habil­i­dad empáti­ca para la aten­ción del geronte.

Desarrollo

La sex­u­al­i­dad en la antigüedad se con­sid­era como algo sucio, ver­gonzoso e indig­no, pro­pio de gru­pos de baja calaña. La sociedad esta­ba muy cris­tian­iza­da y la lujuria se con­sid­er­a­ba peca­do cap­i­tal, por tan­to el sexo sin inten­ción de pro­cre­ar esta­ba mal vis­to social­mente. Las mujeres no podían dis­fru­tar del sexo porque se les dis­crim­ina­ba y acus­a­ba de viciosas, solo los hom­bres dis­fruta­ban de él. En la actu­al­i­dad, gra­cias al avance de la sociedad, la sex­u­al­i­dad se ve como algo pla­cen­tero y diver­tido. Durante sig­los se con­sid­eró la sex­u­al­i­dad como un instin­to pero se ha lle­ga­do a la con­clusión que puede o debe ser aprendida.

Las primeras con­sid­era­ciones sobre sex­u­al­i­dad datan de hace casi cin­co mil años y no es has­ta el siglo xx que se empieza a inves­ti­gar la sex­u­al­i­dad des­de un pun­to de vista cien­tí­fi­co, como es el ejem­p­lo de Freud, pues en su obra con­cep­tu­a­ba el sexo como una fuerza poderosa y que no debía reducirse a lo genital.

Sex­u­al­i­dad es el con­jun­to de condi­ciones anatómi­cas, fisi­ológ­i­cas y psi­co-afec­ti­vas que car­ac­ter­i­zan el sexo de cada indi­vid­uo. Des­de el pun­to de vista históri­co-cul­tur­al no es más que el con­jun­to de fenó­menos emo­cionales, de con­duc­tas rela­cionadas con y de prác­ti­cas en búsque­da del plac­er sex­u­al, las cuales dis­tinguen deci­si­va­mente al ser humano en todas y cada una de las fas­es deter­mi­nantes del desar­rol­lo vital.

Gen­eral­mente se aso­cia sex­u­al­i­dad con gen­i­tal­i­dad, por lo que se deja a un lado otros aspec­tos impor­tantes como la afec­tivi­dad, la moral y el ero­tismo, los cuales influyen en el desar­rol­lo de la sex­u­al­i­dad. Sex­u­al­i­dad es mucho más, es la dimen­sión psi­cológ­i­ca de la per­son­al­i­dad que se con­struye y expre­sa des­de el nacimien­to y durante toda la vida como ser sex­u­a­do en todo lo que es, hace o dice en su vida. Si bien es cier­to, la sociedad impone nor­mas morales que inci­den en el com­por­tamien­to sex­u­al de las per­sonas, en últi­ma instan­cia es la per­sona quien asume la respon­s­abil­i­dad de sus actos; y aquí entra en juego la for­ma­ción que se haya recibido.

El esta­do por su parte pro­mueve una cul­tura de respeto a los dere­chos sex­u­ales y el acce­so a los ser­vi­cios de salud sex­u­al y repro­duc­ti­va, una edu­cación cor­rec­ta y opor­tu­na en donde se brin­da infor­ma­ción apropi­a­da de sus dere­chos y respon­s­abil­i­dades respec­to a la sex­u­al­i­dad. La ori­entación opor­tu­na es impor­tante ya que la sex­u­al­i­dad no es un juego, al mis­mo tiem­po es muy nece­sario que la sociedad de man­era gen­er­al, deje los tabúes que exis­ten a la hora de hablar de este tema en los cole­gios, en las uni­ver­si­dades, prin­ci­pal­mente en los hog­a­res a fin de evi­tar graves con­se­cuen­cia ya que la sex­u­al­i­dad es com­ple­ja, va más allá de los gen­i­tales y las posi­ciones del Kama Sutra.

La sex­u­al­i­dad desem­peña un papel impor­tante, mien­tras se man­ten­ga un buen esta­do de salud, no hay causa para pen­sar que con la edad se pierde el interés y el deseo sex­u­al o las prác­ti­cas sex­u­ales. Aunque social­mente se ha tabuíza­do el tema en la vejez, esque­ma­tizán­do­lo con la juven­tud y la adul­tez en especí­fi­co, donde la mera exis­ten­cia de man­i­festa­ciones sex­u­ales de cualquier tipo en los ancianos es nega­da, rec­haz­a­da o difi­cul­ta­da en gran medi­da provo­can­do entonces que se establez­ca como sinón­i­mos el enve­jec­imien­to y la pér­di­da de la activi­dad sex­u­al. La Orga­ni­zación Mundi­al de la Salud (OMS) se pro­pone infor­mar para desmi­ti­ficar ideas y pre­juicios acer­ca de la vejez, en lo que refiere especí­fi­ca­mente a la sex­u­al­i­dad, pre­tende mod­i­ficar el imag­i­nario social en el que enve­je­cer es sinón­i­mo de pér­di­da, de enfer­medad, de fal­ta de deseo, de caren­cia de atrac­ti­vo y de fin de la activi­dad sexual.

El enve­jec­imien­to se hace pre­sente en todas las eta­pas del desar­rol­lo social, sin embar­go durante el pre­sente siglo más per­sonas sobrepasan las bar­reras cronológ­i­cas que el ser humano ha ubi­ca­do como eta­pa de vejez, con­vir­tién­do­lo en un reto para las sociedades mod­er­nas. Este fenó­meno es con­sid­er­a­do como un logro muy impor­tante de la humanidad y a su vez un incon­ve­niente si no se toman con­duc­tas que solu­cio­nen las con­se­cuen­cias que de él se derivan.

Los seres humanos son seres sex­u­ales y este impul­so no se detiene cuan­do el reloj mar­ca los 60 o inclu­so los 90. Los adul­tos jóvenes pueden negar que los famil­iares may­ores ten­gan rela­ciones sex­u­ales, pero la activi­dad sex­u­al es un indi­cador fuerte del enve­jec­imien­to salud­able y de vital­i­dad. Muchos ancianos desean dis­fru­tar de la activi­dad sex­u­al y una parte de ellos, de hecho, la mantienen has­ta bien avan­za­da la edad. A su vez otros expre­san no ten­er rela­ciones sex­u­ales por razones de peso como: sep­a­ración, divor­cio, muerte o enfer­medad del cónyuge, difi­cul­tad para empezar nuevas rela­ciones, impo­ten­cia sex­u­al, per­di­da de interés, entre otras.

Para com­pren­der mejor la sex­u­al­i­dad en esta eta­pa debe con­sid­er­arse como parte nat­ur­al y nece­saria de la vida, además acep­tar que los sen­timien­tos sex­u­ales y la activi­dad sex­u­al se hacen pre­sentes en todo momen­to del ciclo vital de las personas.

Los indi­vid­u­os de la ter­cera edad pueden cubrir las necesi­dades emo­cionales medi­ante una activi­dad sex­u­al que no siem­pre lle­va al coito, por lo que vemos de for­ma inqui­etante que exis­tan ten­den­cias de unificar coito y activi­dad sex­u­al, lo cual es erró­neo. La necesi­dad de recibir afec­tos, de rela­cionarse, de expre­sar sen­timien­tos, etcétera, no se pierde con la edad y según las sabi­as pal­abras de Colom­bi­no de que la ter­cera edad es: “la edad del ero­tismo” enten­demos tam­bién que esta edad tiene como úni­co fin el de dar y recibir plac­er al desa­pare­cer los intere­ses o pre­ocu­pa­ciones de carác­ter repro­duc­tor. Prop­ues­ta pre­sen­ta­da en 1982 en Asun­ción en ocasión del Primer Con­gre­so Lati­noamer­i­cano de Sexología.

El conocimien­to y la con­duc­ta para el resto de la vida se adquiere entre la niñez y la juven­tud, y es en estas eta­pas donde se ve a los adul­tos may­ores, sex­ual­mente no deseables ni capaces de expre­siones de activi­dad sex­u­al, por lo que esta dis­tor­sion­a­da inter­pretación de la real­i­dad es man­teni­da con pos­te­ri­or­i­dad por dichas per­sonas has­ta la vida adul­ta y al lle­gar a la senec­tud enfrentan entonces el prob­le­ma de con­statar que aún pre­sen­tan interés y pre­ocu­pación por su vida sex­u­al, lo cual con­trasta con los mitos, estereoti­pos y pre­juicios apren­di­dos en sus años anteriores.

Los mitos y pre­juicios son con­struc­ciones socio-cul­tur­ales con una ori­entación neg­a­ti­va hacia el obje­to en cuestión, que se anto­jan injus­tos pues se incurre en gen­er­al­iza­ciones exce­si­vas y acti­tudes rela­cionadas con sen­timien­tos neg­a­tivos, de estereoti­pos que se refieren a creen­cias erróneas o exager­adas que la sociedad o un deter­mi­na­do grupo pobla­cional con­struyen sobre las per­sonas ancianas. A su vez for­man parte del Imag­i­nario Social y al for­mar parte de este, dic­t­a­m­i­nan el com­por­tamien­to esper­a­do, el “cómo debe ser” para cada indi­vid­uo según el grupo etáreo al que pertenece. Esta infor­ma­ción errónea limi­ta su acce­so a la edu­cación sex­u­al, a la aten­ción médi­ca y, en últi­ma instan­cia, a sus dere­chos sexuales.

Existe la ten­den­cia a subes­ti­mar, mal­in­ter­pre­tar y may­or­mente a igno­rar las capaci­dades y necesi­dades en la esfera sex­u­al en la senec­tud; por eso merece la pena adver­tir que esta eta­pa pre­sen­ta gran var­iedad de val­ores, intere­ses y capaci­dades sex­u­ales entre los dis­tin­tos indi­vid­u­os. En la ter­cera edad, la sex­u­al­i­dad es una de las dimen­siones más ric­as, esto con­tradice uno de los pre­juicios más arraiga­dos: “en la vejez ter­mi­na la sexualidad”.

La val­o­ración socio­cul­tur­al dada a los cam­bios cog­ni­tivos, económi­cos, psi­cológi­cos, sociales, fisi­ológi­cos y patológi­cos que condi­cio­nan la sex­u­al­i­dad en esta eta­pa, con­sti­tuye el más duro obstácu­lo en la vida ínti­ma y cotid­i­ana de las per­sonas may­ores. Vale decir que el prob­le­ma no rad­i­ca en los cam­bios fisi­ológi­cos nor­males sino en el sig­nifi­ca­do socio­cul­tur­al por las inhibi­ciones a las que conduce.

La edu­cación sex­u­al es un pro­ce­so sis­tem­ati­za­do, con un propósi­to claro, ofrece conocimien­tos y téc­ni­cas para ayu­dar a la per­sona a lograr una real­ización ple­na, que mejore la autoes­ti­ma y la aceptación e inter­relación con el otro. Los adul­tos may­ores de hoy han recibido una edu­cación sex­u­al infor­mal-famil­iar muy con­ser­vado­ra, por lo tan­to, no es casu­al que la edu­cación sex­u­al para el anciano no esté recono­ci­da. Los ancianos son el sec­tor menos favore­ci­do por los conocimien­tos, se puede apren­der a ser viejo y enfrentar oper­a­ti­va­mente las caren­cias de una sociedad que no ha artic­u­la­do acciones para quienes van lle­gan­do y for­man parte de nue­stros mayores.

La edu­cación tam­bién facili­ta la apropiación de los dere­chos de las per­sonas. Es nece­sario devolver al anciano el dere­cho a ser sex­u­a­do, y des­de allí, abrir el cam­po social, asum­ien­do que defend­er hoy el dere­cho a la sex­u­al­i­dad del anciano es defend­er la sex­u­al­i­dad de todos en el mañana. La edu­cación sex­u­al debe ben­e­fi­ciar al anciano y a la comu­nidad toda. La meta debe ser pues­ta en ayu­dar a encon­trar la seguri­dad emo­cional que da el sen­tirse queri­do y toca­do por la per­sona ama­da o desea­da, sin la mar­ginación o el des­pre­cio hacia el cuer­po anciano.

La sex­u­al­i­dad ha sido un tema pre­sente en diver­sas áreas del conocimien­to alcan­zan­do gran vis­i­bil­i­dad, es tema que envuelve direc­ta­mente a la enfer­mería, una vez que las prác­ti­cas del cuida­do remiten al con­tac­to con los cuer­pos, con la intim­i­dad y con lo eróti­co. En los domin­ios de la pro­mo­ción y de la edu­cación para la salud no hay como dejar de con­sid­er­ar el lugar que ocu­pan hoy las dis­cu­siones acer­ca de los dere­chos sex­u­ales y dere­chos repro­duc­tivos como dere­chos humanos inalien­ables de hom­bres y mujeres. Es que los pro­fe­sion­ales de enfer­mería val­o­ran mucho el hecho de ten­er for­ma­ción en sex­u­al­i­dad y creer que es nece­sario uti­lizar las habil­i­dades sociales como la empatía, pero se encuen­tran con un prob­le­ma muy impor­tante ya que la for­ma­ción académi­ca que reciben es lim­i­ta­da en estos temas. Su preparación se basa en una for­ma­ción por interés per­son­al, y moti­va­dos por la necesi­dad de dar respues­ta a las deman­das de las per­sonas, la famil­ia y/o la comu­nidad que asisten.

La Edu­cación Sex­u­al en la docen­cia médi­ca supe­ri­or debe ofre­cer a la per­sona la posi­bil­i­dad de ele­gir los patrones y modo de con­duc­ta acordes con su for­ma par­tic­u­lar y úni­ca de enfrentar la sex­u­al­i­dad humana y decidir los caminos para recor­rerla, esta modal­i­dad con­tem­pla la necesi­dad de armo­nizar en todos los sen­ti­dos lo per­son­al con lo social, pero nun­ca al pre­cio de sub­or­di­nar for­zosa­mente al ser humano a su con­tex­to social, tal como lo ha hecho la edu­cación sex­ista tradi­cional. Por tan­to, se hace nece­sario preparar a los pro­fe­sion­ales de la enfer­mería, con recur­sos y poten­cial­i­dades para poder afrontar los retos, con­tradic­ciones y prob­le­mas pro­pios de la sex­u­al­i­dad, bajo prin­ci­p­ios de lib­er­tad, respon­s­abil­i­dad, com­pren­sión, tol­er­an­cia y rec­i­pro­ci­dad con el otro, sin anu­lar lo per­son­al y evi­tar el enfoque bio­logicista, que priv­i­le­gia el estu­dio del cuer­po humano en su estruc­tura y funcionamiento.

La habil­i­dad empáti­ca como habil­i­dad social es un con­jun­to de con­duc­tas apren­di­das que se man­i­fi­es­tan en situa­ciones inter­per­son­ales con gran impacto en todos los aspec­tos de la vida porque son fuente de autoes­ti­ma, seguri­dad y bien­es­tar social. La apli­cación de esta responde a la necesi­dad de destacar la sen­si­bil­i­dad del per­son­al de enfer­mería ante el prob­le­ma que con­sti­tuye la sex­u­al­i­dad del senec­tante y cómo enfrentarnos ade­cuada­mente a ello, ya que la cual­i­dad de la empatía no es más que la capaci­dad de com­pren­der y com­par­tir los sen­timien­tos de los demás, nos per­mite ver las cosas des­de la per­spec­ti­va del otro en vez de la nues­tra propia aunque no este­mos de acuer­do y al mis­mo tiem­po brin­da ben­efi­cios insusti­tu­ibles a la hora de edu­car y rela­cionarse con los demás, en este caso con per­sonas de la ter­cera edad ya que: mejo­ra la comu­ni­cación, incre­men­ta la sin­tonía emo­cional, ben­e­fi­cia las rela­ciones inter­per­son­ales, crea un cli­ma de con­fi­an­za, dis­min­uye la agre­sivi­dad, favorece la sat­is­fac­ción per­son­al, entre otros, por lo que es nece­sario desar­rol­lar­las a lo largo de toda la vida y en todos los ámbitos de ella, al decir de la estu­diosa del tema Fer­rera, D. (2016).

La empatía es un atrib­u­to muy impor­tante y nece­sario en los pro­fe­sion­ales de la salud y sin embar­go es un tema poco uti­liza­do y trata­do por no decir nulo, al igual que la edu­cación de la sex­u­al­i­dad por lo que ambos con­sti­tuyen un prob­le­ma a resolver.

El Sis­tema Nacional de Salud (SNS) se esfuerza en con­jun­to con el Sis­tema Edu­ca­cional por man­ten­er la cal­i­dad de vida de las per­sonas de la ter­cera edad tenien­do en cuen­ta que con­sti­tuye uno de los prob­le­mas prin­ci­pales a escala mundi­al y nacional, por lo cual se hace fun­da­men­tal apo­yar el desem­peño del per­son­al de enfer­mería de for­ma tal que actúen efi­caz­mente ante las deman­das del adul­to may­or. Es por ello que los con­sul­to­rios de la famil­ia se estable­cen como el primer niv­el de aten­ción ger­iátri­ca, a donde ellos acu­d­en en bus­ca de escucha, ori­entación y cuida­do. Con la actuación de estos pro­fe­sion­ales se tratan aspec­tos que redun­den en seguri­dad y bien­es­tar, min­i­mizar los fac­tores de ries­go con el fin de mod­i­ficar esti­los de vida y por con­sigu­iente obten­er una cal­i­dad de vida que genere sex­u­al­i­dad salud­able en el grupo en cuestión.

Todo lo desta­ca­do ante­ri­or­mente nos indi­ca la necesi­dad de dis­eñar y eje­cu­tar estrate­gias que ayu­den a dar solu­ción a este azote de la humanidad y del cual Cuba no escapa, por lo que pro­ponemos un cur­so de capac­itación a niv­el comu­ni­tario para incidir en la preparación del per­son­al de enfer­mería dirigi­do a la edu­cación de la sex­u­al­i­dad para la aten­ción del adul­to may­or. Está en todos la respon­s­abil­i­dad de for­mar una sociedad que val­ore la vida en todo momento.

Conclusiones

En el con­tex­to actu­al de Cuba, el estu­dio a realizar deno­ta, que es todo un desafío para el per­son­al de enfer­mería el tema rela­ciona­do con la edu­cación de la sex­u­al­i­dad y el uso de la empatía como habil­i­dad social para la aten­ción a los adul­tos may­ores y su sex­u­al­i­dad. Demostrán­dose que el desar­rol­lo de la habil­i­dad empáti­ca es car­ac­terís­ti­ca vital en la relación enfer­mero-paciente e influye en man­ten­er un ade­cua­do esta­do de salud ya que favorece la com­pren­sión de expe­ri­en­cias, sen­timien­tos, pre­ocu­pa­ciones y per­spec­ti­vas por lo tan­to facili­ta una vida salud­able y una sex­u­al­i­dad ple­na y satisfactoria.

Por lo cual la elab­o­ración y real­ización de un cur­so de superación dirigi­da a estos pro­fe­sion­ales para super­arse en este con­tenido tan neurál­gi­co hoy como es la edu­cación de la sex­u­al­i­dad medi­ante la empatía en ancianos/as es de trascen­den­tal impor­tan­cia y per­ti­nen­cia debido a la necesi­dad de aten­ción exis­tente en este grupo pobla­cional tan sen­si­ble, que en la situación vigente no da solu­ción total por la poca preparación del per­son­al de enfer­mería. Quedan­do de for­ma gen­er­al al interés per­son­al de cada uno de ellos. Además la prop­ues­ta con­tribuye a la mejor preparación del per­son­al de enfer­mería para brindar una aten­ción de exce­len­cia a los adul­tos de la ter­cera edad, lo que coad­yu­va en un aumen­to de la cal­i­dad de vida y la esper­an­za de vida de este grupo pobla­cional, así como una mejor relación entre el per­son­al de enfer­mería y dichos senectantes.

Referencias bibliográficas

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ANEXO

Programa de curso de superación.

Títu­lo: Preparación en edu­cación de la sex­u­al­i­dad medi­ante la empatía a pro­fe­sion­ales de enfer­mería para la aten­ción al adul­to mayor.

Obje­tivos:

• Actu­alizar sobre temas de edu­cación de la sex­u­al­i­dad para mejo­rar desem­peño profesional.

• Desar­rol­lar téc­ni­cas par­tic­i­pa­ti­vas que facil­i­tarán el tra­ba­jo con los senectantes.

Dirigi­do a: Pro­fe­sion­ales de enfer­mería del PDU: “Jorge Ruiz Ramírez”, del munici­pio Playa.

Duración: 150 horas.

Pro­fe­so­ra: Lic. Marizell Benítez Flo­res, enfer­mera super­vi­so­ra del PDU: “Jorge Ruiz Ramírez”, del munici­pio Playa.

Sis­tema de contenidos:

1. Sex­u­al­i­dad y sexo.

2. Enve­jec­imien­to y sexualidad.

3. Cam­bios biop­si­coso­ciales en el adul­to mayor.

4. Sexo y salud.

5. Dere­chos sex­u­ales del adul­to may­or y mar­co legal.

6. Rela­ciones inter­per­son­ales y habil­i­dad empática.

Leyenda:
C: Conferencia; CT: Clase Taller; S: Seminario; EI: Estudio Independiente; E: Evaluación
Métodos: Expositivo oral, elaboración conjunta y estudio independiente.

Medios: Para impar­tir el pre­sente cur­so se requiere de un salón dota­do de pizarra, tam­bién una micro­com­puta­do­ra, Data Show o cualquier otro medio para proyec­tar los mate­ri­ales prepara­dos con Pow­er­Point, Word, y Excel, Papeló­grafo, video etc.

Estrate­gia docente: La activi­dad se desar­rol­lará a tiem­po par­cial, con un gra­do de com­pare­cen­cia semi­pres­en­cial, una vez a la sem­ana los viernes, se impar­tirán con­fer­en­cias prác­ti­cas y clases talleres. Impar­tirán la docen­cia las pro­fe­so­ras del PDU: “Jorge Ruíz Ramírez”, del munici­pio Playa.

El post­gra­do facil­i­tará a los cur­sis­tas un apren­diza­je desar­rol­lador, donde se uti­lizarán téc­ni­cas par­tic­i­pa­ti­vas que le facil­i­tarán el tra­ba­jo con los estu­di­antes en sus difer­entes asig­nat­uras. El post­gra­do se desar­rol­lará de for­ma acti­va y par­tic­i­pa­ti­va, los cur­sis­tas desar­rol­laran activi­dades de auto­preparación, debates y tra­ba­jos independientes.

Sis­tema de evaluación:

La eval­u­ación ten­drá carác­ter for­ma­ti­vo, real­izán­dose a través de la par­tic­i­pación oral, el tra­ba­jo en equipos y la entre­ga de un tra­ba­jo final.

La eval­u­ación final se realizará a través de la pre­sentación de una clase mod­e­lo de enfer­mería donde se apliquen los conocimien­tos adquiri­dos durante el cur­so. Se ten­drá en con­sid­eración los resul­ta­dos de las eval­u­a­ciones fre­cuentes. El estu­di­ante recibe un cer­ti­fi­ca­do, si sat­is­face las exi­gen­cias del programa.

Las eval­u­a­ciones se expre­san con las cal­i­fi­ca­ciones de:

Exce­lente (5), Bien (4), Aproba­do (3) o Desaproba­do (2).

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