EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA SEXUALIDAD Y COMUNICACIÓN ASERTIVA EN PROFESIONALES ENFERMERÍA

INTEGRAL SEXUALITY EDUCATION AND ASSERTIVE COMMUNICATION FOR NURSING PROFESSIONALS

Yameysi García Torres

Anaiviana Ibáñez Viltre

PDU: “1ro de enero”

Resumen

El pre­sente artícu­lo desta­ca la impor­tan­cia de la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad y la comu­ni­cación aserti­va en el cuida­do de enfermería.

El desar­rol­lo de la comu­ni­cación aserti­va como habil­i­dad social para la inter­ac­ción entre los/las enfermeros/as y sus pacientes se con­vierte en una necesi­dad en la aten­ción pri­maria de salud, sobre todo al tratarse de un tema tan rel­e­vante como la sex­u­al­i­dad. Edu­car e influ­en­ciar en la toma de deci­siones para mod­i­ficar esti­los de vida inade­cua­dos rela­ciona­dos con la sex­u­al­i­dad, la salud sex­u­al y la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad con­sti­tuye un desafío para el pro­fe­sion­al de enfer­mería, la destreza para la comu­ni­cación es parte inte­gral de todo el pro­ce­so de enfer­mería, tenien­do en cuen­ta la influ­en­cia que ejercen los pro­fe­sion­ales de enfer­mería medi­ante las téc­ni­cas de comu­ni­cación para ayu­dar a las per­sonas a mod­i­ficar acti­tudes y comportamientos.

Pal­abras claves: edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad, comu­ni­cación aserti­va, pro­fe­sion­al de enfermería.

Abstract

This essay high light the impor­tance of inte­gral sex­u­al edu­ca­tion and assertive comunni­ca­tion in nurs­ing care.

The devel­op­ment of assertive com­mu­ni­ca­tion as a social skill for inter­ac­tions between nurs­es and patients becomes a neces­si­ty in com­mu­ni­ty health care, spec­cialy in a top­ic as rel­e­vant as sex­u­al­i­ty. To edu­cate and influ­ence in deci­sion mak­ing to mod­i­fy inade­cu­ate life styles relat­ed with sex­u­al­i­ty, sex­u­al health and inte­gral sex­u­al edu­ca­tion, con­sti­tutes a chal­lenge for nurs­ing pro­fes­sion­als, con­sid­er­ing the influ­ence that nurs­es can obtain over patientes using ade­quate com­mu­ni­ca­tion tools, to help peo­ple mod­i­fy bad atti­tudes and behauviors

Key words: inte­gral sex­u­al edu­ca­tion, assertive com­mu­ni­ca­tion, nurs­ing profesional.

Introducción

La edu­cación tra­sciende los mar­cos de la for­ma­ción de conocimien­tos en el pro­ce­so enseñan­za apren­diza­je y se extiende hacia el logro de un desar­rol­lo inte­gral del ser humano en el que con­fluyen los val­ores morales. Una edu­cación ópti­ma debe aten­der con máx­i­mo interés los aspec­tos prin­ci­pales del pro­ce­so de for­ma­ción inte­gral de la per­son­al­i­dad, para cumplir tal propósi­to se desta­ca la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad como una esfera vital para el desar­rol­lo de la per­son­al­i­dad y el desar­rol­lo de habil­i­dades sociales.

La intro­duc­ción del enfoque de la comu­ni­cación aserti­va como habil­i­dad social se enmar­ca en un replanteamien­to y cam­bios respec­to al papel de la edu­cación en la sociedad actu­al, recono­cién­dose un cre­ciente interés en una edu­cación sex­u­al cada vez más inte­gral que involu­cre al ser humano en sus dimen­siones bio-psico-sociales.

En este tema se desta­can inves­ti­ga­ciones real­izadas por espe­cial­is­tas cubanos des­de una per­spec­ti­va más inte­grado­ra en gen­er­al, como: Far­iñas (1994; 2005), Tor­roel­la (2002), Martínez (2009), Bel­lo (2005; 2012; 2015), Zaldí­var (2011; 2014; 2015) y Cod­i­na (2012; 2014), real­izan estu­dios sobre las habil­i­dades sociales rela­cionadas con la asertivi­dad, la autoes­ti­ma y el estrés, aso­ci­a­dos a la salud y al bien­es­tar, así como téc­ni­cas para su entrenamiento.

Se desta­can tam­bién en este perío­do, los aportes de los resul­ta­dos del Proyec­to de Inves­ti­gación dirigi­do por C. Reinoso: “Mod­e­lo para el desar­rol­lo de habil­i­dades sociales en pro­fe­sores y estu­di­antes de car­reras pedagóg­i­cas, UCPEJV (2011- 2016)”.

Entre las inves­ti­ga­ciones real­izadas por el proyec­to se pueden citar las rela­cionadas con la con­for­ma­ción de la platafor­ma teóri­ca metodológ­i­ca, la que se ha per­fec­ciona­do y ampli­a­do, la delim­itación de las dimen­siones y sub­di­men­siones de las habil­i­dades sociales con los respec­tivos indi­cadores dis­eña­dos y val­i­da­dos. D. Fer­rera (2013) incur­siona en inves­ti­ga­ciones rela­cionadas con las habil­i­dades sociales intrapersonales.

Al respec­to Fer­rera (2013) con­cep­tu­al­iza las habil­i­dades sociales como: “For­ma­ciones psi­cológ­i­cas com­ple­jas, que favore­cen las rela­ciones intrap­er­son­ales, inter­per­son­ales, y gru­pales, man­i­fes­tadas en el modo de actuación durante el desem­peño pro­fe­sion­al en la activi­dad pedagóg­i­ca” (p. 86).

El Pro­gra­ma de Edu­cación de la Sex­u­al­i­dad con Enfoque de Género y de Dere­chos Sex­u­ales en el Sis­tema Nacional de Edu­cación, en su eje temáti­co número nueve, pro­pone el tra­ba­jo con las sigu­ientes habil­i­dades sociales: conocimien­to de sí mismo/a, mane­jo de emo­ciones y sen­timien­tos en el hom­bre y la mujer des­de los estereoti­pos de género, toma de deci­siones, rela­ciones inter e intra­genéri­c­as, comu­ni­cación aserti­va, nego­ciación sobre la base de pari­dad, respeto y cooperación.

En esta línea de pen­samien­to, hay que declarar que el Sis­tema Nacional de Edu­cación en Cuba, ha crea­do la res­olu­ción min­is­te­r­i­al R/M 16 del 2021 para el pro­gra­ma de edu­cación de la sex­u­al­i­dad con enfoque de género y dere­chos sex­u­ales con el obje­ti­vo de pro­mover el desar­rol­lo de un com­por­tamien­to sex­u­al sano, pleno y respon­s­able en niños y niñas, ado­les­centes y jóvenes a par­tir de la for­ma­ción y desar­rol­lo de conocimien­tos, habil­i­dades psi­coso­ciales, val­ores y acti­tudes que favorez­can los mod­os de con­duc­ta y las rela­ciones humanas sus­ten­tadas en el ejer­ci­cio de los dere­chos sex­u­ales y la igual­dad de género.

Por otra parte, es de destacar que varias insti­tu­ciones cubanas tienen como parte de su encar­go social el dis­eño e imple­mentación de acciones que con­tribuyan a la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad de la población. Sin embar­go, pese a los esfuer­zos de estas, exis­ten difer­entes situa­ciones que aún per­sis­ten en la sociedad, tales como embara­zos no plan­i­fi­ca­dos y no desea­d­os en la eta­pa de la ado­les­cen­cia y juven­tud, y la inci­den­cia de infec­ciones de trans­misión sex­u­al en las dis­tin­tas eta­pas de la vida. Si bien estas prob­lemáti­cas son mul­ti­causales, uno de los fac­tores que inci­den son las defi­cien­cias en la comu­ni­cación sobre sexualidad.

La comu­ni­cación es, por tan­to, “un pro­ce­so con­tin­uo por el cual una per­sona puede afec­tar a otra a través del lengua­je escrito u oral, gestos, miradas, expre­siones faciales, lengua­je cor­po­ral, espa­cio u otros sím­bo­los” (Mejía Lopera, 2006). Implíci­ta a esta defini­ción de comu­ni­cación, y entendién­dola en este con­tex­to, podría encon­trarse la estrecha e ínti­ma relación que tiene la tarea de comu­nicar con la relación de ayu­da en el área de la enfer­mería, Peplau afir­ma que “las inter­ven­ciones de las enfer­meras son pro­ce­sos inter­per­son­ales ter­apéu­ti­cos y sig­ni­fica­tivos para la per­sona. Los cuida­dos han de ser indi­vid­u­al­iza­dos hacien­do espe­cial hin­capié en la relación humana entre la enfermera/o y la per­sona nece­si­ta­da de ayu­da” (Fer­nán­dez Méri­da, 1998).

Par­tien­do de la base, por tan­to, de que para que haya relación tiene que haber comu­ni­cación, esta debe ser aserti­va para poder lograr una apropi­a­da edu­cación de la sex­u­al­i­dad y un ade­cua­do pro­ce­so de relación de ayu­da enfermero-paciente.

Inves­ti­gado­ras sobre temas de enfer­mería y sex­u­al­i­dad, A. Per­do­mo Cáceres, y M. Per­do­mo Cáceres, (2018) plantean que para lidiar con la sex­u­al­i­dad en su ampli­tud, es nece­sario rescatar­la como obje­to de preparación pro­fe­sion­al, extrap­olan­do la per­spec­ti­va bio­médi­ca priv­i­le­gia­da. Pre­supo­nen, con eso, la superación de una for­ma­ción pro­fe­sion­al en direc­ción a una per­spec­ti­va cen­tra­da en las inter­rela­ciones. Todos con­ver­gen en el pun­to de inter­sec­ción entre una comu­ni­cación aserti­va, la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad y el cuida­do, donde la for­ma­ción y el per­fil socio pro­fe­sion­al son deter­mi­nantes para las prác­ti­cas cotid­i­anas de enfermería.

En esta línea de pen­samien­to, es sig­ni­fica­ti­vo señalar que este pro­fe­sion­al en su for­ma­ción como enfermera/o de la famil­ia, en sen­ti­do gen­er­al no ha recibido una ade­cua­da preparación en estas dos aris­tas que se inves­ti­gan para ten­er una inci­den­cia pos­i­ti­va en el área de salud.

En el estu­dio real­iza­do se emplearon difer­entes méto­dos entre los que se encuen­tran el históri­co-lógi­co, y análi­sis documental.

Los argu­men­tos antes expuestos per­mi­tieron pre­cis­ar el sigu­iente obje­ti­vo: val­o­rar la impor­tan­cia del estu­dio de las con­cep­ciones teóri­c­as e históri­c­as rel­a­ti­vo a la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad para el desar­rol­lo de la comu­ni­cación aserti­va en pro­fe­sion­ales de enfermería.

Desar­rol­lo

Todas las sociedades desar­rol­lan sus pro­pios sis­temas o for­mas de comu­nicar. En el área del estu­dio exis­ten nor­ma­ti­vas lingüís­ti­cas que se siguen como direc­tri­ces y ya hablan­do del área lab­o­ral cada pro­fe­sión tiene sus car­ac­terís­ti­cas propias de iden­ti­ficar un men­saje. En el área de la salud no hay difer­en­cia, tam­bién se sigue cier­tos patrones de con­duc­ta en base a pos­tu­la­dos pro­pios de la pro­fe­sión. El área de enfer­mería uti­liza, por con­sigu­iente, esos simbolismos.

Hoy en día, en medio de tan­tas for­mas de trans­mi­tir un men­saje, creeríamos que la comu­ni­cación es un tema secun­dario; sin embar­go, es todo lo con­trario, de acuer­do a Gómez & Fedor (2016), según sea nues­tra cal­i­dad de con­ver­sación con alguien es la cal­i­dad de relación que ten­emos con esa per­sona y vicev­er­sa. Des­de ese enfoque, la comu­ni­cación adquiere rel­e­van­cia en el con­tex­to pro­fe­sion­al de enfer­mería. En tér­mi­nos de la cul­tura y la edu­cación para el desar­rol­lo com­parten con la comu­ni­cación su obje­ti­vo trans­for­mador; es decir, un pro­fe­sion­al con preparación teóri­ca y prác­ti­ca, refir­ién­donos ya a la car­rera de enfer­mería, entre las capaci­dades desar­rol­ladas está las de la comunicación.

San­ta­maría Jiménez, (2018), hace men­ción a la comu­ni­cación aserti­va, que se refiere a la habil­i­dad fun­da­men­tal en la con­viven­cia a base del respeto de opin­iones, como esen­cial den­tro de este pro­ce­so: “La comu­ni­cación aserti­va que se requiere ten­er entre el pro­fe­sion­al de enfer­mería y el paciente pasa por con­stru­ir empatía, escucha acti­va basa­da en el respeto, saber qué decir, cómo decir­lo y qué hac­er ante cualquier realidad”.

En todo lo ante­ri­or­mente expuesto jue­ga un papel impor­tan­tísi­mo la comu­ni­cación aserti­va para el desar­rol­lo de la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad, que debe comen­zar en el seno famil­iar con el nacimien­to, has­ta exten­der­se al medio social en el que el indi­vid­uo se desenvuelve.

El desar­rol­lo de las habil­i­dades sociales con­sti­tuye un ras­go car­ac­terís­ti­co de los sis­temas educa­tivos en diver­sos país­es como Colom­bia, Perú, Argenti­na, Chile entre otros. Las cuales han sido obje­to de estu­dio de numerosos inves­ti­gadores (Sacra­men­to, Men­doza y Yael, 2008; Flo­res, M., 2014; Man­til­la, Oviedo, y Hernán­dez, 2015; Ama­r­al, Maia y Medeiros, 2015; Gar­cía, Vil­lagómez, y Reyes, 2016; Briga­da, 2017). Estas habil­i­dades se definen como “her­ramien­tas útiles para que las per­sonas establez­can rela­ciones salud­ables con­si­go mis­mas, con las demás y con el entorno, de tal man­era que sean favor­ables a la salud y el bien­es­tar del indi­vid­uo en todos sus ámbitos. Parten de la premisa que las per­sonas tienen la capaci­dad de trans­for­marse a sí mis­mas e inter­venir el entorno en el que viv­en para con­stru­ir el mun­do que desean. (Man­til­la, Hernán­dez, Aragón y Estupiñán, 2013).

Los pre­supuestos deve­la­dos por los defen­sores de la teoría de la comu­ni­cación humana, así como los aportes de la psi­cología de ori­entación marx­ista, resul­tan ref­er­entes para la pre­sente inves­ti­gación, sobre todo des­de el reconocimien­to del papel de la comu­ni­cación en el desar­rol­lo de la per­son­al­i­dad del indi­vid­uo y, para este caso, vis­to con espe­cial énfa­sis des­de sus fun­ciones (infor­ma­ti­va, afec­ti­va y reg­u­la­ti­va) y su impacto en las con­cep­ciones y con­duc­tas que se expre­san en el ámbito de la sexualidad.

En Cuba, la edu­cación aparece mar­ca­da por pro­fun­das trans­for­ma­ciones que, en la esfera pedagóg­i­ca, aún care­cen del desar­rol­lo sufi­ciente para per­mi­tir que esta activi­dad deven­ga en prop­i­ci­ado­ra de ele­men­tos que le otorguen her­ramien­tas al pro­fe­sion­al de la salud para la mod­i­fi­cación de com­por­tamien­tos y con­duc­tas a favor de los esti­los de vida salud­ables en la población, afectan­do de man­era con­sid­er­able su desem­peño pro­fe­sion­al. (Per­do­mo Cáceres, 2019).

A las/los enfermeras/os como comu­ni­cadores de los ser­vi­cios de salud y agentes sociales de cam­bio, se les exige, además del dominio de habil­i­dades cog­ni­ti­vas y téc­ni­cas rela­cionadas con la mate­ria e instru­men­tal de la pro­fe­sión, habil­i­dades de comu­ni­cación e inter­ac­ción social, que garan­ti­cen la cal­i­dad de los ser­vi­cios que prestan y la sat­is­fac­ción de los pacientes que acu­d­en a ellos, pues la insu­fi­cien­cia de una comu­ni­cación aserti­va en la edu­cación de la sex­u­al­i­dad, podrían provo­car inter­cam­bios poco efec­tivos e inefi­caces, con sus pacientes, famil­iares y compañeros/as de tra­ba­jo; generan­do efec­tos o con­se­cuen­cias neg­a­ti­vas en el pro­ce­so de pre­ven­ción y curación e inclu­so afec­tar el resto de sus com­pe­ten­cias, tenien­do en cuen­ta que son con­sid­er­adas como un fac­tor de la efi­cien­cia profesional.

Dada la com­ple­ji­dad del tema que se estu­dia se hace evi­dente ten­er en cuen­ta el desar­rol­lo de la comu­ni­cación aserti­va para un desem­peño pro­fe­sion­al más efi­ciente, por lo que se con­sid­era per­ti­nente tomar en con­sid­eración las inves­ti­ga­ciones real­izadas des­de diver­sas aris­tas para el mejo­ramien­to del desem­peño pro­fe­sion­al por difer­entes espe­cial­is­tas, entre los que se desta­can: Fer­rer (2000) (Pades, 2003); Grana­dos (2004); Soto, Padil­la y Solano (2011) Oso­rio (2012), Brito (2013); entre otros.

Por ser la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad un pro­ce­so pro­gre­si­vo, grad­ual, y sis­temáti­co que incluye aspec­tos biológi­cos, psi­cológi­cos y sociales de for­ma tal que facilite la posi­bil­i­dad de dar y recibir plac­er de una for­ma ple­na y respon­s­able lo que entraña estable­cer una comu­ni­cación aserti­va muy espe­cial entre las per­sonas y fun­da­men­tal­mente en las rela­ciones de pare­ja, ante­sala de la dimen­sión sex­u­al famil­ia y por otra parte, el logro de una con­duc­ta sex­u­al humana sin pre­juicios y tabúes, es que se debe hac­er énfa­sis en el per­fec­cionamien­to de ella.

La enfer­mería cubana ha man­tenido históri­ca­mente la for­ma­ción pro­fe­sion­al basa­da en el mod­e­lo bio­médi­co y por un largo perío­do dio gran énfa­sis a la asis­ten­cia de enfer­mería cen­tra­da en pro­ced­imien­tos téc­ni­cos desar­rol­la­dos en el cuer­po biológi­co, negan­do, de cier­ta man­era, la mul­ti­di­men­sion­al­i­dad humana. Sin embar­go, se percibe en la actu­al­i­dad un movimien­to que bus­ca ampli­ar las for­mas del cuida­do más allá de las téc­ni­cas y de los aspec­tos emi­nen­te­mente biológi­cos. En esa per­spec­ti­va, se anal­iza tam­bién la necesi­dad de una preparación con­tin­ua en temas sobre edu­cación de la sex­u­al­i­dad y comu­ni­cación aserti­va como habil­i­dad social.

La pro­fe­sión de enfer­mería debe jugar un rol favore­ce­dor a cam­bios de acti­tud en los indi­vid­u­os, la famil­ia y la comu­nidad, en lo que a EIS se refiere. Los dis­tin­tos tipos de cam­bios con los que los pro­fe­sion­ales se enfrentan, pre­cisan difer­entes téc­ni­cas de inter­ven­ción en depen­den­cia de a quiénes va dirigi­da. Crear cam­bios en los sis­temas humanos impli­ca el uso de destrezas y habil­i­dades apoy­adas en una comu­ni­cación asertiva.

Estos temas indud­able­mente con­sti­tuyen un sis­tema de conocimien­to que favore­cerá la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad. Debe recor­darse la conex­ión entre el sis­tema de conocimien­tos, el sis­tema de habil­i­dades y hábitos, el sis­tema de rela­ciones con el mun­do y el sis­tema de la expe­ri­en­cia de la activi­dad creado­ra (González, Recarey, & Addine, 2007). Luego la apropiación de estos conocimien­tos, bajo la direc­ción del pro­fe­sion­al de enfer­mería, medi­ará en los pacientes la for­ma­ción de val­ores y acti­tudes para asumir una con­duc­ta sex­u­al respon­s­able y favore­cer el establec­imien­to de rela­ciones inter­per­son­ales de respeto, equi­tati­vas y que reconoz­can la diversidad.

En este sen­ti­do, si el pro­ce­so de edu­cación de la sex­u­al­i­dad, como todo pro­ce­so de edu­cación, se enfo­ca des­de la per­spec­ti­va vygoskiana de apropiación, entonces su resul­ta­do no se lim­i­tará al apren­diza­je de deter­mi­na­dos conocimien­tos, sino que enrique­cerá la cul­tura del indi­vid­uo, su crec­imien­to per­son­ológi­co y provo­cará la mod­i­fi­cación de los mod­os de inter­rela­cionarse. Debe recor­darse que el “enfoque históri­co-cul­tur­al de Vygot­sky se fun­da­men­ta en que el desar­rol­lo psi­cológi­co es un pro­ce­so muy com­ple­jo, que tiene su ori­gen o fuente en las condi­ciones y la orga­ni­zación del con­tex­to social y cul­tur­al que influyen sobre el suje­to, a todo lo largo de su his­to­ria per­son­al, pero que se pro­duce, defin­i­ti­va­mente, como resul­ta­do de la acu­mu­lación de su expe­ri­en­cia indi­vid­ual, a par­tir de sus viven­cias” (Arias, 2005, p. 12). Lo que rat­i­fi­ca la impor­tan­cia de impar­tir los con­tenidos de la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad des­de la his­to­ria de vida de cada paciente y el con­tex­to social en que se desenvuelven.

Es sig­ni­fica­ti­vo pun­tu­alizar que la final­i­dad del Sis­tema Nacional de Salud de Cuba es ele­var cada día más el niv­el de salud de la población, donde la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad y una comu­ni­cación aserti­va entre paciente y per­son­al de enfer­mería tam­bién es parte esen­cial, y resul­ta de pri­mor­dial impor­tan­cia que sus pro­fe­sion­ales se encuen­tren per­ma­nen­te­mente en condi­ciones de sat­is­fac­er esa final­i­dad, para lo cual resul­ta impre­scindible for­t­ale­cer su for­ma­ción pro­fe­sion­al. De ahí la impor­tan­cia que reviste la elab­o­ración y eje­cu­ción de talleres dirigi­dos a los pro­fe­sion­ales de enfer­mería en lo rel­a­ti­vo a la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad y la comu­ni­cación asertiva.

Se con­no­ta den­tro de los obje­tivos a alcan­zar en estos talleres la for­ma­ción y desar­rol­lo de habil­i­dades psi­coso­ciales, como el conocimien­to de sí mis­mo, la toma de deci­siones infor­madas y respon­s­ables, el mane­jo de emo­ciones y sen­timien­tos, la comu­ni­cación aserti­va rela­ciona­da con la expre­sión sana, pla­cen­tera y respon­s­able de la sex­u­al­i­dad, así como la elab­o­ración de proyec­tos de vida inclu­sivos para todos y todas.

Conclusiones

La enfer­mería pre­cisa en el ámbito de la sex­ología de una for­ma­ción inte­gral que incluya los per­files de edu­cación en salud sex­u­al para pro­fe­sion­ales espe­cial­iza­dos en pro­gra­mas de salud repro­duc­ti­va, en pre­ven­ción y con­trol de infec­ciones de trasmisión sex­u­al y virus de inmun­od­e­fi­cien­cia humana, en edu­cación sex­u­al, inves­ti­gación en sex­ología y clíni­ca sex­ológ­i­ca, incluyen­do el aseso­ramien­to sex­u­al y el tratamien­to sex­ológi­co, pues los pro­fe­sion­ales de enfer­mería val­o­ran mucho el hecho de ten­er for­ma­ción en sex­u­al­i­dad y creen que es nece­sario ori­en­tar, infor­mar y edu­car a las per­sonas que lo nece­siten medi­ante una comu­ni­cación asertiva.

El estu­dio real­iza­do demues­tra que con­sti­tuye un reto para los pro­fe­sion­ales de la salud en el con­tex­to actu­al cubano en lo rel­a­ti­vo a la edu­cación inte­gral de la sex­u­al­i­dad para el desar­rol­lo de la comu­ni­cación aserti­va. De ahí la impor­tan­cia que reviste la elab­o­ración y eje­cu­ción de un sis­tema de talleres sobre edu­cación de la sex­u­al­i­dad para el desar­rol­lo de la comu­ni­cación aserti­va en pro­fe­sion­ales de enfermería.

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