EVALUACIÓN DEL AMBIENTE ORGANIZATIVO Y CLIMA SOCIAL DE UNA CASA DE ABUELOS EN SANTA CLARA

Dunia Gladys Silverio González
María de los Ángeles Arrabal Guzmán 

Policlínico “Santa Clara”

Diana Rosa Rodríguez González[1]

Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Santa Clara, Cuba

Resumen

Los estu­dios sobre enve­jec­imien­to demográ­fi­co han adquiri­do un lugar rel­e­vante en la inves­ti­gación y en las agen­das sociales y guber­na­men­tales, tan­to a niv­el mundi­al, como en la sociedad cubana actu­al. Se han colo­ca­do en el cen­tro de los debates temas como la cal­i­dad de vida, el bien­es­tar psi­cológi­co y el impacto del ambi­ente en estas vari­ables. La inves­ti­gación tuvo como obje­ti­vo eval­u­ar los ambi­entes físi­cos y orga­ni­za­tivos, el cli­ma social y el per­son­al de una casa de abue­los en San­ta Clara. Sigu­ió un enfoque mix­to y un dis­eño anida­do con­cur­rente de mod­e­lo dom­i­nante cual­i­ta­ti­vo. Se tra­ba­jó con toda la población de adul­tos may­ores asis­tentes a la casa de abue­los. Se aplicó el Sis­tema de Eval­u­ación para Res­i­den­cias de Ancianos. Como prin­ci­pales resul­ta­dos se iden­ti­fi­caron nueve áreas que requieren mejo­ras: car­ac­terís­ti­cas físi­cas y arqui­tec­tóni­cas, activi­dades de tiem­po libre, cul­tur­ales, sociales y pro­gra­madas por la insti­tu­ción, rela­ciones entre adul­tos may­ores y de estos con el per­son­al, ser­vi­cio de ali­mentación, orga­ni­zación del cen­tro, ser­vi­cios médi­cos, ser­vi­cios de limpieza y nor­mas para las vis­i­tas. Los adul­tos may­ores par­tic­i­pantes val­o­raron favor­able­mente su condi­ción de ben­e­fi­cia­r­ios de los ser­vi­cios brinda­dos por esta casa de abuelos.

Pal­abras clave: ambi­ente físi­co, ambi­ente orga­ni­za­ti­vo, cli­ma social, casa de abuelos

Abstract

Stud­ies on demo­graph­ic aging have acquired a rel­e­vant place in research and in social and gov­ern­men­tal agen­das, both world­wide and in Cuban soci­ety today. Issues such as qual­i­ty of life, psy­cho­log­i­cal well-being and the impact of the envi­ron­ment on these vari­ables have been placed at the cen­ter of the debates. The research aimed to eval­u­ate the phys­i­cal and orga­ni­za­tion­al envi­ron­ments, the social cli­mate and the staff of a grand­par­ents’ home in San­ta Clara, Cuba. It fol­lowed a mixed approach and a con­cur­rent nest­ed design with a qual­i­ta­tive dom­i­nant mod­el. We worked with the entire pop­u­la­tion of old­er adults attend­ing the grand­par­ents’ home. The Eval­u­a­tion Sys­tem for Elder­ly Homes was applied. As main results, nine areas requir­ing improve­ment were iden­ti­fied: phys­i­cal and archi­tec­tur­al char­ac­ter­is­tics, leisure, cul­tur­al, social and pro­grammed activ­i­ties of the insti­tu­tion, rela­tions among old­er adults and between them and the staff, food ser­vice, orga­ni­za­tion of the cen­ter, med­ical ser­vices, clean­ing ser­vices and rules for vis­i­tors. The old­er adults who par­tic­i­pat­ed in the study were high­ly appre­cia­tive of their sta­tus as ben­e­fi­cia­ries of the ser­vices pro­vid­ed by this grand­par­ents’ home. 

Key­words: phys­i­cal envi­ron­ment, orga­ni­za­tion­al envi­ron­ment, social cli­mate, grand­par­ents’ home

Introducción

El aumen­to de la esper­an­za de vida en muchas naciones es, sin lugar a dudas, un logro; espe­cial­mente en el caso cubano como país en vías de desar­rol­lo donde, des­de el tri­un­fo de la Rev­olu­ción, se ha pri­or­iza­do la aten­ción al adul­to may­or con políti­cas sociales de apoyo a las famil­ias y en mar­cos comu­ni­tar­ios (Muñoz et al., 2020). Sin embar­go, el enve­jec­imien­to pobla­cional está aso­ci­a­do con un niv­el de fecun­di­dad infe­ri­or al de rem­pla­zo, lo cual impacta en el cam­bio de la estruc­tura por edades de la población. Si a ello se le suma el impacto de una migración de sal­do neg­a­ti­vo, se tienen explic­i­tadas las condi­ciones que expli­can el enve­jec­imien­to demográ­fi­co de la sociedad cubana. En diciem­bre de 2019 había 2 328 344 per­sonas con sesen­ta años o más, lo que rep­re­sen­ta el 20,8% del total de población (Menén­dez et al., 2020). Vil­la Clara (23,7%) resultó la provin­cia más enve­je­ci­da, segui­da por La Habana (21,7%) y Sanc­ti Spíri­tus (21,4%) (Mora et al., 2020).

Los estu­dios sobre enve­jec­imien­to demográ­fi­co han adquiri­do un lugar rel­e­vante en la inves­ti­gación y en las agen­das sociales y guber­na­men­tales, tan­to a niv­el mundi­al, como en la sociedad cubana actu­al (Durán et al., 2020; Fuentes et al., 2020; Martín et al., 2020; Menén­dez et al., 2020; Mora et al., 2020; Muñoz et al., 2020; Verde­jo et al., 2020). La rup­tura con la noción tradi­cional de vejez aso­ci­a­da al dete­ri­oro ha colo­ca­do en el cen­tro de los debates temas como la cal­i­dad de vida del adul­to may­or y su bien­es­tar psi­cológi­co (Acos­ta et al., 2017; Car­mona, 2015).

El cuida­do, no solo en Cuba, se ha posi­ciona­do como una cat­e­goría para mirar la adul­tez may­or des­de el mar­co de las políti­cas públi­cas. No obstante, es posi­ble inver­tir la relación entre cuida­dos y per­sonas may­ores si se con­sid­era el tiem­po ded­i­ca­do por estas a cuidar de los demás; así como su par­tic­i­pación acti­va en la sociedad (Destremau, 2020).

Las deman­das en torno a cuida­dos y per­sonas may­ores se han man­i­fes­ta­do en tiem­pos de pan­demia gen­er­a­da por el nue­vo coro­n­avirus SARS-COV‑2. En Cuba se logró cubrir par­cial­mente, en un breve tiem­po, las necesi­dades de aten­ción de los adul­tos may­ores que trascendieron el ámbito de la salud (men­sajeros para víveres y med­i­c­i­nas, facil­itación de trámites) (Menén­dez et al., 2020). La prin­ci­pal lec­ción apren­di­da ha sido la necesi­dad de tra­ba­jar en una políti­ca nacional sobre enve­jec­imien­to acti­vo y salud­able sus­ten­ta­da en el tra­ba­jo inter­sec­to­r­i­al de organ­is­mos, insti­tu­ciones y sociedad civ­il (Menén­dez et al., 2020).

Des­de este mar­co, emer­gen nociones como “ciu­dades amables con las per­sonas may­ores” que ubi­ca la mira­da en lo espa­cial y ambi­en­tal des­de un enfoque de acce­si­bil­i­dad uni­ver­sal (Durán et al., 2020; Sánchez-González & Cortés, 2016). La per­spec­ti­va ambi­en­tal en el estu­dio de la vejez no resul­ta de tan reciente data, sino que tiene sus orí­genes en la déca­da de 1960 con la real­ización de estu­dios sobre efec­tos neg­a­tivos de la insti­tu­cional­ización (Izal & Fer­nán­dez-Balles­teros, 1990).

De los mod­e­los teóri­cos sobre rela­ciones per­sona-ambi­ente en la vejez prim­i­ge­nios, se tran­sitó a mod­e­los más recientes de menor com­ple­ji­dad teóri­ca. Estos, a par­tir de una may­or oper­a­tivización de sus com­po­nentes, han favore­ci­do el desar­rol­lo de la tec­nología de eval­u­ación ambi­en­tal en fun­ción de con­ducir inter­ven­ciones para pro­por­cionar un ambi­ente más favor­able (Izal & Fer­nán­dez-Balles­teros, 1990).

En Cuba fun­ciona el Pro­gra­ma de Aten­ción Inte­gral al Adul­to May­or inte­gra­do por 3 sub­pro­gra­mas: el de aten­ción comu­ni­taria, el de aten­ción insti­tu­cional y el hos­pi­ta­lario. Des­de este pro­gra­ma se pre­vén ser­vi­cios de cuida­do a par­tir de la exis­ten­cia de casas de abue­los, que ofre­cen aten­ción diur­na y cic­los de ali­mentación a adul­tos may­ores que lo requier­an (Fuentes et al., 2020).

A par­tir de la revisión de la lit­er­atu­ra espe­cial­iza­da, se apre­ció una caren­cia de estu­dios en el con­tex­to cubano dirigi­dos a la eval­u­ación del ser­vi­cio de casas de abue­los que con­tem­ple los ambi­entes físi­cos y orga­ni­za­tivos, el cli­ma social y las car­ac­terís­ti­cas del per­son­al como vari­ables con impacto en la cal­i­dad de vida de los adul­tos may­ores. Esta inves­ti­gación se pro­pu­so como obje­ti­vo eval­u­ar los ambi­entes físi­co y orga­ni­za­ti­vo, cli­ma social y car­ac­terís­ti­cas del per­son­al en la casa de abue­los no. 1 en San­ta Clara.

Métodos

La inves­ti­gación se desar­rol­ló a par­tir de un enfoque mix­to de inves­ti­gación con alcance explorato­rio y un dis­eño anida­do con­cur­rente de mod­e­lo dom­i­nante cual­i­ta­ti­vo (CUAL/cuan) (Hernán­dez-Sampieri et al., 2014). El estu­dio fue real­iza­do en la casa de abue­los no. 1 “Anto­nio Lor­da Orte­ga”. El tra­ba­jo de cam­po se real­izó en el perío­do com­pren­di­do entre sep­tiem­bre del 2015 y mayo del 2017. Se selec­cionó como población a estu­di­ar los 38 adul­tos may­ores y 10 tra­ba­jadores pertenecientes a la insti­tu­ción. La mues­tra se cor­re­spondió con el total de la población de adul­tos may­ores que hacen uso del ser­vi­cio. Una sub­mues­tra fue con­for­ma­da medi­ante un muestreo inten­cional para la apli­cación de téc­ni­cas especí­fi­cas. Esta sub­mues­tra con­tó con 27 adul­tos may­ores y 4 tra­ba­jadores (psicólo­ga, tra­ba­jado­ra social, admin­istrado­ra y cocinera).

Los cri­te­rios de inclusión fueron obten­er el con­sen­timien­to infor­ma­do y vol­un­tariedad para par­tic­i­par en el estu­dio. Los cri­te­rios de exclusión fueron pre­sen­tar dete­ri­oro cog­ni­ti­vo o lim­ita­ciones sen­so­ri­ales y no asi­s­tir a la insti­tu­ción durante el perío­do de real­ización del estu­dio. Los cri­te­rios de sal­i­da con­sid­er­a­dos fueron pre­sen­tar baja tem­po­ral y defin­i­ti­va del cen­tro por difer­entes motivos (cer­ti­fi­ca­dos médi­cos, licen­cias, vaca­ciones, etc.) y el deseo man­i­fiesto de salir de la investigación.

La inves­ti­gación aplicó el Sis­tema de Eval­u­ación para Res­i­den­cias de Ancianos (SERA), un pro­ced­imien­to mul­ti­di­men­sion­al (Fer­nán­dez-Balles­tero, 1996). El SERA se sometió a juicio de pro­fe­sion­ales (Cor­zo et al., 2011) con el obje­ti­vo de val­o­rar su per­ti­nen­cia para la eval­u­ación de las insti­tu­ciones ger­iátri­c­as cubanas denom­i­nadas casas de abue­los. Los cri­te­rios para la selec­ción de pro­fe­sion­ales fueron ofre­cer el con­sen­timien­to infor­ma­do y con­tar con cin­co o más años de expe­ri­en­cia pro­fe­sion­al vin­cu­la­dos a la aten­ción ger­iátri­ca. El cri­te­rio de sal­i­da fue no desear par­tic­i­par en la inves­ti­gación. Par­tic­i­paron en la val­o­ración 11 pro­fe­sion­ales con un ran­go de tiem­po de expe­ri­en­cia de 7 a 21 años.

Las vari­ables estu­di­adas y su opera­cional­ización se detal­lan en la tabla 1.

Tabla 1. Variables estudiadas y operacionalización
Vari­able Opera­cional­ización
Ambi­ente Físico Se refiere a las car­ac­terís­ti­cas del ambi­ente físi­co y dis­eño arqui­tec­tóni­co en relación con el com­por­tamien­to y fun­cionamien­to de los adul­tos may­ores. Inte­gra las dimen­siones: acce­si­bil­i­dad a la comu­nidad, con­fort físi­co, ayu­das socio-recre­ati­vas, ayu­das pro­tési­cas, ayu­das de ori­entación, car­ac­terís­ti­cas de seguri­dad, salas de per­son­al, disponi­bil­i­dad de espa­cio y módu­los psicogeriátricos.
Orga­ni­zación Abor­da el fun­cionamien­to inter­no. Inte­gra las dimen­siones: expec­ta­ti­vas de fun­cionamien­to, tol­er­an­cia, elec­ción orga­ni­za­ti­va, con­trol por los ancianos, clar­i­dad orga­ni­za­ti­va, disponi­bil­i­dad de ser­vi­cios de salud, disponi­bil­i­dad de activi­dades socio-recre­ati­vas, disponi­bil­i­dad de ser­vi­cios psicoger­iátri­cos y sis­temas de eval­u­ación y protocolización.
Car­ac­terís­ti­cas del per­son­al y adul­tos mayores Incluye car­ac­terís­ti­cas del per­son­al y los adul­tos may­ores que asis­ten a la insti­tu­ción. Inte­gra las dimen­siones: car­ac­terís­ti­cas del per­son­al, habil­i­dades fun­cionales de los ancianos y niv­el de activi­dad de los ancianos.
Cli­ma Social Se refiere a aspec­tos rela­ciona­dos con las dimen­siones que entraña el cli­ma social: rela­ciones inter­per­son­ales (cohe­sión y con­flic­to), desar­rol­lo per­son­al (inde­pen­den­cia y expre­sivi­dad), man­ten­imien­to y cam­bio del sis­tema (orga­ni­zación, influ­en­cia de los ancianos y con­fort físico).
Fuente: Elaboración propia.

El SERA está com­puesto por 8 instru­men­tos que pueden usarse de man­era con­jun­ta o sep­a­ra­da (ver tabla 2) y com­pren­den pro­ced­imien­tos de análi­sis cual­i­ta­ti­vo de los datos y estadís­ti­ca descrip­ti­va. La infor­ma­ción despren­di­da de las entre­vis­tas re-tests, a par­tir de los diver­sos instru­men­tos, se pro­cesó medi­ante análi­sis de con­tenido y se real­izó la tri­an­gu­lación entre técnicas.

Tabla 2. Forma de aplicación y adecuaciones al Sistema de Evaluación para Residencias de Ancianos (SERA) para el contexto de las casas de abuelos en Cuba.
Instru­men­to For­ma de apli­cación y adecuaciones
Inven­tario de Car­ac­terís­ti­cas Arqui­tec­tóni­cas y Físi­cas (ICAF) Se real­izó una entre­vista a la tra­ba­jado­ra social, abor­dan­do las dimen­siones que con­tiene y una Guía de Observación.
Inven­tario de Car­ac­terís­ti­cas Orga­ni­za­ti­vas y de Fun­cionamien­to (ICOF) Se real­izó una con­sul­ta de archivos y doc­u­men­tos, así como el llena­do de un pro­to­co­lo para reg­is­trar los sis­temas de eval­u­ación y pro­to­col­ización. Se aplicó una entre­vista a la tra­ba­jado­ra social y a la psicóloga.

Se excluyó la dimen­sión “Intim­i­dad” y “Disponi­bil­i­dad de asis­ten­cia a la vida diaria” por no estar acorde a las car­ac­terís­ti­cas del centro.

Inven­tario de Car­ac­terís­ti­cas de Per­son­al y Ancianos (ICPR) Se reco­gieron datos de doc­u­men­tos ofi­ciales (his­to­rias clíni­cas, expe­di­ente social, reg­istros y doc­u­men­tos sociales), entre­vis­tas a la tra­ba­jado­ra social, a la psicólo­ga y a los adul­tos mayores.

No se aplicó la recogi­da de datos perteneciente a la dimen­sión “Inte­gración de los ancianos a la comu­nidad” (sec­ción III: Par­tic­i­pación en activi­dades fuera del cen­tro) ni la dimen­sión “Uti­lización de los ser­vi­cios de salud” por tratarse de una insti­tu­ción diurna.

Se decidió abor­dar la dimen­sión “Uti­lización de activi­dades socio-recre­ati­vas y “Niv­el de activi­dad de los ancianos” en una sola por estar interrelacionadas.

Escala de Cli­ma Social (ECS) El cues­tionario fue apli­ca­do a 4 tra­ba­jadores (psicólo­ga, tra­ba­jado­ra social, admin­istrado­ra y cocin­era), real­izan­do el re-test de la infor­ma­ción, y a los 27 adul­tos may­ores en for­ma de entre­vista individual.
Lis­ta­do de Necesi­dades (LN) Fue apli­ca­do a los 4 tra­ba­jadores y los 27 adul­tos may­ores; real­izan­do el re-test de la información.
Cues­tionario de Sat­is­fac­ción (CS‑A) Fue apli­ca­do a los 27 adul­tos may­ores en for­ma de entrevista.
Cues­tionario de Sat­is­fac­ción (CS‑P) Fue apli­ca­do a los 4 trabajadores.
Escala de Val­o­ración (EV) El instru­men­to fue apli­ca­do a los 4 tra­ba­jadores del cen­tro y a un inves­ti­gador exter­no y se pro­cedió al re-test de la información.

Se excluyó la Sesión I: “Eval­u­ación del recin­to en gen­er­al” y Sec­ción II: “Eval­u­ación de las habita­ciones o depar­ta­men­tos de los res­i­dentes”, tenien­do en cuen­ta que es un cen­tro diurno. En la Sec­ción II: “Eval­u­ación de car­ac­terís­ti­cas ambi­en­tales”, Parte I: “Eval­u­ación de las cua­tro áreas prin­ci­pales”, el tér­mi­no de habita­ciones con­sid­er­amos per­ti­nente acorde al cen­tro, hac­er ref­er­en­cia a los espa­cios hab­it­a­bles de uso común como los salones, depar­ta­men­to de tra­ba­jo, coci­na y baño.

Fuente: Elaboración propia.

Se establecieron pro­ced­imien­tos para garan­ti­zar los prin­ci­p­ios éti­cos de la inves­ti­gación. El estu­dio fue aproba­do por el comité de éti­ca de la Uni­ver­si­dad de Cien­cias Médi­cas de Vil­la Clara, Cuba. Con­tó con la autor­ización de la direc­ti­va de las insti­tu­ciones de Salud Públi­ca en las que se real­izó. Se con­tó con el con­sen­timien­to infor­ma­do de las enti­dades per­ti­nentes y de los participantes.

Resultados

Los pro­fe­sion­ales val­o­raron el SERA a par­tir de una prop­ues­ta de ade­cua­ciones para el con­tex­to cubano como sat­is­fac­to­rio, con bue­na cal­i­dad en su elab­o­ración, efi­caz para el logro de los obje­tivos prop­uestos y factibles a las insti­tu­ciones ger­iátri­c­as. Se realizaron las ade­cua­ciones aprobadas por los profesionales.

Ambi­ente Físico 

Respec­to a la primera dimen­sión de la vari­able ambi­ente físi­co, acce­si­bil­i­dad a la comu­nidad, se apre­ció que la ubi­cación de la Casa de Abue­los en el cen­tro urbano de la ciu­dad facili­ta la acce­si­bil­i­dad a difer­entes ser­vi­cios y vías de trans­portación. Los adul­tos may­ores a los que que­da dis­tante de su hog­ar pre­fieren asi­s­tir a esta insti­tu­ción ante la prop­ues­ta de trasla­do hacia el ser­vi­cio semi-inter­no de Hog­a­res de Ancianos.

En cuan­to al con­fort físi­co se eval­u­aron afecta­ciones aso­ci­adas al esta­do con­struc­ti­vo del inmue­ble adap­ta­do a insti­tu­ción ger­iátri­ca. Los adul­tos may­ores tienen a su dis­posi­ción un refrig­er­ador en el come­dor y ven­ti­ladores en los salones.

Las ayu­das socio-recre­ati­vas obser­vadas con­sistieron en sala para la tele­visión y equipo para escuchar músi­ca. Cuen­ta, además, con jue­gos de mesa (dom­inó, dama, lotería, car­tas). Una de las ocu­pa­ciones fun­da­men­tales en este tipo de insti­tu­ción lo con­sti­tuyen las activi­dades de ergoter­apia, sin embar­go no se cuen­ta con mate­ri­ales de trabajo.

Como ayu­das pro­tési­cas solo se percibió un pasamano en la puer­ta de entra­da de la insti­tu­ción. La disponi­bil­i­dad del mobil­iario se apre­ció colo­ca­da de for­ma que facili­ta el trán­si­to. Se obser­varon bar­reras arqui­tec­tóni­cas. En cuan­to a las ayu­das de ori­entación, no se apre­cia­ron ayu­das visuales que faciliten la ori­entación de los adul­tos may­ores (ni carte­les, ni reloj de pared). Las car­ac­terís­ti­cas de seguri­dad se obser­varon en relación con la pres­en­cia de cus­to­dios en horar­ios diurno y noc­turno. Se observó la ausen­cia de ilu­mi­nación en los baños.

Ref­er­ente a las salas de per­son­al, se con­stató que el cen­tro no cuen­ta con despa­chos inde­pen­di­entes para la real­ización de las difer­entes fun­ciones del per­son­al de tra­ba­jo. La disponi­bil­i­dad de espa­cio obtu­vo una eval­u­ación defi­ciente en fun­ción con la can­ti­dad de adul­tos may­ores que hacen uso del ser­vi­cio (38 de las 40 plazas que ofer­ta). La insti­tu­ción no tiene condi­ciones físi­cas exis­tentes respec­to a módu­los psicogeriátricos.

Orga­ni­zación

En cuan­to a las expec­ta­ti­vas de fun­cionamien­to, se con­stató que los 38 adul­tos may­ores que asis­ten al cen­tro pre­sen­tan autonomía. Aunque 7 de ellos pre­sen­taron dete­ri­oro cog­ni­ti­vo, se man­tenía con­ser­va­da su auto-validez en fun­ción de las expec­ta­ti­vas del cen­tro para ofer­tar­les sus servicios.

En la dimen­sión tol­er­an­cia se con­stataron afecta­ciones debido a alter­ca­dos en las inter­ac­ciones entre adul­tos may­ores. Ante estos casos inter­vienen, medi­ante lla­ma­dos de aten­ción y méto­dos educa­tivos, la psicólo­ga, la tra­ba­jado­ra social, la doc­to­ra y el Con­se­jo de Ancianos.

Respec­to a la elec­ción orga­ni­za­ti­va, se apre­ció que no tran­scurre como pro­ce­so, sino que las nor­mas y reglas se encuen­tran estip­u­ladas. El con­trol por los ancianos se val­oró a par­tir del fun­cionamien­to del Con­se­jo de Ancianos. Se apre­ció que se reú­nen men­su­al­mente y estos espa­cios per­miten el inter­cam­bio con el per­son­al para canalizar inqui­etudes y preocupaciones.

La clar­i­dad orga­ni­za­ti­va se eval­uó a par­tir de los análi­sis de los espa­cios para la difusión de la infor­ma­ción. Estos espa­cios resul­taron el matuti­no diario y la reunión men­su­al del Con­se­jo. Además, se observó la real­ización de la reunión de eval­u­ación de activi­dades metodológ­i­cas y admin­is­tra­ti­vas, eje­cu­ta­da una vez al mes por el per­son­al y a la que es invi­ta­do el pres­i­dente del Con­se­jo de Ancianos. Asimis­mo, fue con­stata­da la real­ización de la comu­nidad ter­apéu­ti­ca una vez al mes y del Con­se­jo de Famil­ias trimestralmente.

Se con­stó la ofer­ta de los ser­vi­cios de podología, estom­a­tología y dietéti­co. Acer­ca de la disponi­bil­i­dad de ser­vi­cios psicoger­iátri­cos, el cen­tro es vis­i­ta­do una vez a la sem­ana por psicól­o­gos que real­izan los entre­namien­tos y los pro­gra­mas de psi­coes­tim­u­lación. Se observó la caren­cia de con­duc­ción de ter­apias cog­ni­ti­vas, ter­apias psi­coa­fec­ti­vas y reha­bil­itación neu­rop­si­cológ­i­ca específica.

En cuan­to a la disponi­bil­i­dad de activi­dades socio-recre­ati­vas, la gim­na­sia es una de las más esta­bles. La ter­apia ocu­pa­cional resul­ta imposi­ble realizarlas por no con­tar con los recur­sos nece­sar­ios. Se lle­van a cabo las activi­dades socio­cul­tur­ales como bailes, can­to con fre­cuen­cia men­su­al, cada 3 meses se cel­e­bran cumpleaños colec­tivos, así como fechas significativas.

Como pro­to­co­los de eval­u­ación y val­o­ración se con­staron val­o­ración médi­ca, val­o­ración psi­cológ­i­ca y val­o­ración social. Los instru­men­tos uti­liza­dos para la val­o­ración de los ancianos fueron: Índice de Katz y Law­ton para la eval­u­ación fun­cional; Mini-men­tal State Exam­i­natión, de Fol­stein para la eval­u­ación de fun­cionamien­to cog­ni­ti­vo; Escala Psi­coa­fec­ti­va y Test de Yesav­age para la eval­u­ación de fun­cionamien­to afec­ti­vo. Los pro­gra­mas de inter­ven­ción que se real­izan en el cen­tro son la estim­u­lación neu­rocog­ni­ti­va, gim­na­sia, ter­apia ocu­pa­cional y animación-sociocultural.

Car­ac­terís­ti­cas del per­son­al y de los adul­tos mayores

El per­son­al de la Casa de Abue­los se com­pone de 1 tra­ba­jado­ra social, 2 psicól­o­gos, 1 admin­istrador, 1 cocinero, 1 ayu­dante de coci­na, 1 emplea­do de limpieza, 3 cus­to­dios. El 40% de ellos llev­a­ba lab­o­ran­do en el cen­tro menos de un año, el 10% entre 1 y 2 años, el 20% entre 3 y 5 años, el 10% entre 6 y 10 años y el 20% más de 10 años. Se apre­ció la caren­cia de un pro­gra­ma de for­ma­ción para el tra­ba­jo con per­sonas de la ter­cera edad; así como la inex­is­ten­cia de un pro­ced­imien­to para exam­i­nar la apti­tud del per­son­al para ejercer sus funciones.

Se estu­di­aron las car­ac­terís­ti­cas biográ­fi­cas de los adul­tos may­ores con­sideran­do como indi­cadores el sexo, la edad, el niv­el de instruc­ción, ocu­pa­ciones a lo largo de la vida, clasi­fi­cación económi­ca, el esta­do civ­il. Además, se explo­raron las rela­ciones de con­viven­cia, el esta­do de la vivien­da, motivos de ingre­so al ser­vi­cio de la Casa de Abue­los, tiem­po que lle­van sien­do usuar­ios del ser­vi­cio, motivos de aban­dono del ser­vi­cio (ver tabla 3).

Los motivos de ingre­so al cen­tro referi­dos fueron: un 32% (12) por encon­trarse en la condi­ción de “ancianos solos”, un 26% (10) por con­vivir con ancianos enfer­mos y el 42% (16) debido a que con­viv­en con famil­iares que tra­ba­jan. En cuan­to al tiem­po que lle­van sien­do usuar­ios, ningún adul­to may­or llev­a­ba menos de un mes. El aban­dono del ser­vi­cio se da, prin­ci­pal­mente, debido a prob­le­mas de salud y, en algunos casos por la lejanía del hog­ar. Durante la real­ización del estu­dio no se observó ningún aban­dono ni fallecimientos.

En la eval­u­ación de las habil­i­dades fun­cionales de los adul­tos may­ores se con­sid­er­aron las activi­dades de la vida diaria, el esta­do de salud y activi­dades socio-recre­ati­vas. Se con­staron la pres­en­cia de validis­mo y difi­cul­tades en el esta­do de salud que se encuen­tran recogi­das en los doc­u­men­tos ofi­ciales del centro.

Las activi­dades que fueron señal­adas por los adul­tos may­ores son: estim­u­lación neu­rocog­ni­ti­va (95%); ver la tele­visión (87%); escuchar músi­ca (55%); leer per­iódi­cos, libros y revis­tas (53%); vis­i­tar amis­tades (47%); jue­gos de mesa (44%); man­u­al­i­dades, teji­do y cos­tu­ra (34%); escribir car­tas y poe­mas (31%); dibu­jo y pin­tu­ra (28%); jar­dinería (26%); cru­ci­gra­mas y sopa de letras (11%). El niv­el gen­er­al de activi­dad fue eval­u­a­do como bajo en el tran­scur­so del estu­dio. La may­or parte del tiem­po, los adul­tos may­ores se percibieron sen­ta­dos en la sala de estar.

Se iden­ti­fi­caron nueve áreas de mejo­ra, a par­tir de los resul­ta­dos del lis­ta­do de necesi­dades de adul­tos may­ores y 4 tra­ba­jadores, entre parén­te­sis se refle­jan los por­cien­tos cor­re­spon­di­entes al total de 27 adul­tos may­ores a los que se aplicó el instru­men­to: Car­ac­terís­ti­cas físi­cas y arqui­tec­tóni­cas (100%), Activi­dades de tiem­po libre, cul­tur­ales, sociales y activi­dades pro­gra­madas por la insti­tu­ción (77%); Rela­ciones entre ancianos (70%), Rela­ciones entre el per­son­al y los ancianos (37%); Ser­vi­cio de comi­da (30%), Orga­ni­zación del cen­tro (26%); Ser­vi­cios médi­cos (14%); Limpieza de las insta­la­ciones (11% 3); Nor­mas para las vis­i­tas (3%).

Cli­ma Social 

En la primera dimen­sión de esta vari­able se encon­traron afecta­ciones en la cohe­sión y pres­en­cia de con­flic­tos entre los adul­tos may­ores y entre miem­bros del per­son­al. El papel de la tra­ba­jado­ra social fue recono­ci­do como clave en la mediación para sol­ven­tar las desave­nen­cias. En cuan­to al desar­rol­lo per­son­al se apre­ció que se favore­cen los nive­les de inde­pen­den­cia de los adul­tos may­ores. Respec­to a la expre­sivi­dad se con­stató que los adul­tos may­ores hablan abier­ta­mente sobre los prob­le­mas per­son­ales que concier­nen a la insti­tu­ción. A con­tin­uación, se pre­sen­tan algu­nas expre­siones que refle­jan el esta­do emo­cional-afec­ti­vo con relación a la asis­ten­cia al cen­tro: “a mí el cen­tro me hace bien”, “esta es mi úni­ca moti­vación todos los días”, “este lugar ha cam­bi­a­do mi vida”, “des­de que estoy aquí soy otro”, “yo no quisiera salir nun­ca de aquí”, “vivo solo, a veces me qued­a­ba sin com­er, aquí soy feliz, ten­go ami­gos y con­ver­so con otros”, “me sien­to muy bien aquí”.

Discusión

Para la eval­u­ación de los ambi­entes físi­co y orga­ni­za­ti­vo, cli­ma social y car­ac­terís­ti­cas del per­son­al en la casa de abue­los no. 1 en San­ta Clara, el SERA resul­ta per­ti­nente a par­tir de las ade­cua­ciones efec­tu­adas medi­ante el juicio de pro­fe­sion­ales. La primera fuente para realizar la dis­cusión es el Reglamen­to gen­er­al de casas de abue­los. Las reuniones, ser­vi­cios de salud y activi­dades socio-recre­ati­vas resul­tan acordes a lo estable­ci­do en este reglamen­to. No obstante, su fre­cuen­cia y esta­bil­i­dad en el tiem­po resul­ta limitada.

La ocu­pación de plazas se ajus­ta a lo reglamen­ta­do en el Capí­tu­lo IV: de la estruc­tura, en su capí­tu­lo 11. Se con­sid­era opor­tuno la inclusión de un pro­ced­imien­to para exam­i­nar la apti­tud y pro­gra­mas de for­ma­ción para el tra­ba­jo con per­sonas de la ter­cera edad que mejoren la cal­i­fi­cación del per­son­al con impacto en el per­fec­cionamien­to del ser­vi­cio que se brin­da. Si bien durante el perío­do de tra­ba­jo de cam­po no fal­l­e­ció ningún adul­to may­or den­tro del cen­tro, resul­ta nece­sario señalar las necesi­dades for­ma­ti­vas en el per­son­al para el mane­jo del dolor, acom­pañar pro­ce­sos de due­lo y la comu­ni­cación sis­temáti­ca para un buen pro­ce­so de fin de vida (Guer­rero et al., 2016).

Se apre­cian, espe­cial­mente, difi­cul­tades en el cumplim­ien­to de los artícu­los 9 y 16, así como lo estip­u­la­do en su Capí­tu­lo II: De La Dis­tribu­ción y Fun­ciones de los Inmue­bles. Dicho reglamen­to no con­tem­pla las ayu­das de ori­entación, cuestión que se con­sid­era nece­sario con­tem­plar. Además, adolece de la ausen­cia de un acápite para definir los deberes y dere­chos de los usuar­ios del servicio.

Los resul­ta­dos emana­dos del pro­ce­so inves­tiga­ti­vo coin­ci­den con los obtenidos en un estu­dio de deter­mi­nantes de la cal­i­dad de vida percibi­da en ancianos insti­tu­cional­iza­dos, real­iza­do en el Hog­ar de Ancianos “13 de Mar­zo” del munici­pio de Gua­n­aba­coa, provin­cia La Habana, en cuan­to a difi­cul­tades en el esta­do con­struc­ti­vo del inmue­ble, caren­cia de ayu­das pro­tési­cas y pres­en­cia de bar­reras arqui­tec­tóni­cas (González, 2006). Caren­cias que, aun sien­do patentes, no tienen un impacto neg­a­ti­vo en la expre­sión de sat­is­fac­ción de los adul­tos may­ores con el ser­vi­cio, en ambas investigaciones.

En un estu­dio sobre cal­i­dad de vida en adul­tos may­ores del hog­ar de ancianos del munici­pio Cruces se encon­tró que la total­i­dad de los ancianos exper­i­men­ta una cal­i­dad de vida baja, sin aso­ciación sig­ni­fica­ti­va con las vari­ables; sien­do la dimen­sión sat­is­fac­ción por la vida la que más trib­utó a los resul­ta­dos des­fa­vor­ables (Coruge­do et al., 2014). Estos resul­ta­dos indi­can lim­ita­ciones de la insti­tu­cional­ización para suplir caren­cias en el orden de afec­ti­vo, rela­cional y socioe­conómi­co de las per­sonas may­ores. Lo cual no resul­ta solo apre­cia­ble para el con­tex­to cubano, sino que ha sido descrito en el plano inter­na­cional (Guer­rero et al., 2016; Muñoz, 2015).

Las nueve áreas de mejo­ra en la casa de abue­los estu­di­a­da, iden­ti­fi­cadas por adul­tos may­ores y tra­ba­jadores, coin­ci­den con los resul­ta­dos de las obser­va­ciones y análi­sis de las inves­ti­gado­ras. Cues­tiones como la dis­posi­ción del mobil­iario han sido señal­adas como medi­ado­ras en las inter­ac­ciones comu­nica­ti­vas (Fer­nán­dez-Balles­tero, 1996). El papel de la tra­ba­jado­ra social en la insti­tu­ción pone de man­i­fiesto los retos y opor­tu­nidades de este rol en el tra­ba­jo con las per­sonas may­ores (Pérez et al., 2020). Espe­cial­mente, se requiere poten­ciar la par­tic­i­pación de los adul­tos may­ores que asis­ten al ser­vi­cio y que lo recono­cen como espa­cio de inte­gración social, superan­do visiones asis­ten­cial­is­tas y salu­bris­tas para con­tribuir a un pen­samien­to de país en torno a la pro­mo­ción del enfoque de enve­jec­imien­to acti­vo (Destremau, 2020; Fuentes et al., 2020).

Conclusiones

Se iden­ti­fi­caron nueve áreas sus­cep­ti­bles de mejo­ras en los ambi­entes físi­co y orga­ni­za­ti­vo, el cli­ma social y las car­ac­terís­ti­cas del per­son­al en la casa de abue­los estu­di­a­da. Se destacó el papel de este tipo de insti­tu­ciones para pro­mover la inte­gración y par­tic­i­pación social de las per­sonas may­ores; así como su rol en la pro­mo­ción del enve­jec­imien­to activo.

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  1. Revisión de la lit­er­atu­ra espe­cial­iza­da, análi­sis de resul­ta­dos, redac­ción y revisión del man­u­scrito.

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