LA CULTURA CIENTÍFICA EN MÉXICO

Armando Sánchez Gutiérrez

Zihuatanejo. Guerrero, México

Resumen

Este tra­ba­jo hace ref­er­en­cia, a la caren­cia de una cul­tura cien­tí­fi­ca en la sociedad mex­i­cana. De acuer­do al estu­dio pre­sen­ta­do por el Con­se­jo Nacional de Cien­cia y Tec­nología (Cona­cyt) y el Insti­tu­to Nacional de Estadís­ti­ca, Geografía e His­to­ria (Ine­gi), en el cual medi­ante una encues­ta se detec­tó la per­cep­ción que tiene la población sobre el tema, y se obtu­vo que los encues­ta­dos con­fían más en la fe y en la magia para resolver sus prob­le­mas cotid­i­anos, de igual man­era, se cree que los cien­tí­fi­cos pueden ser peli­grosos por sus conocimien­tos, auna­do a que se con­sid­era que la cien­cia y la tec­nología gen­er­an una man­era de vivir arti­fi­cial y deshumanizada.

Pal­abras clave: Cien­cia, cul­tura, fe, tec­nología y magia.

Abstract

This work refers to the lack of a sci­en­tif­ic cul­ture in Mex­i­can soci­ety. Accord­ing to the study pre­sent­ed by the Nation­al Coun­cil of Sci­ence and Tech­nol­o­gy (Cona­cyt) and the Nation­al Insti­tute of Sta­tis­tics, Geog­ra­phy and His­to­ry (Ine­gi), in which a sur­vey detect­ed the per­cep­tion that the pop­u­la­tion has on the sub­ject, and it was obtained that respon­dents rely more on Faith and Mag­ic to solve their every­day prob­lems, sim­i­lar­ly, believe that sci­en­tists can be dan­ger­ous because of their knowl­edge, cou­pled with con­sid­er­ing that sci­ence and tech­nol­o­gy cre­ate an arti­fi­cial and deshu­man­ized way of living.

Key­words: Sci­ence, cul­ture, tech­nol­o­gy, mag­ic and faith.

La cultura científica en nuestro país

“Existe un impul­so orig­i­nario de la nat­u­raleza humana
al conocimien­to, surgi­do del fon­do del psiquismo.
Es una pul­sión o necesi­dad instin­ti­va de saber −en alemán es Weis­sentrieb−;
un deseo impe­rioso de conocimien­to, tan poderoso como los instintos
que emanan de la nat­u­raleza orgáni­ca del ser humano”. 

Sig­mund Freud

A manera de introducción

La caren­cia de una cul­tura cien­tí­fi­ca es un fenó­meno cul­tur­al pre­sente en la sociedad mex­i­cana. De acuer­do a las estadís­ti­cas nacionales, aho­ra bien, para efec­tos de este estu­dio se toma como ref­er­en­cia el esta­do de Guerrero.

De ini­cio, a man­era de ensayo se bus­ca abor­dar el tema prop­uesto en este foro, hacien­do a un lado la premisa que el desar­rol­lo cien­tí­fi­co y tec­nológi­co va de la mano del avance económi­co y cul­tur­al. Así lo señalan los números que a con­tin­uación se van a pre­sen­tar… pero antes me gus­taría deten­erme, con el fin de bosque­jar, el con­cep­to que nos ocu­pa: La Cien­cia.

Por lo tan­to, vale la pena señalar que este tér­mi­no deri­va del griego, epis­teme: conocimien­to; logos: teoría, la cual es una rama de la filosofía que tra­ta de los prob­le­mas que rodean a la denom­i­na­da teoría del conocimien­to. Del mis­mo modo, se puede con­sid­er­ar que la epis­te­mología se ocu­pa de la defini­ción del saber, de con­cep­tos rela­ciona­dos; fuentes, cri­te­rios, tipos de conocimien­to posi­ble y del gra­do con el que cada uno resul­ta cier­to; así como de la relación exac­ta entre el que conoce y el obje­to conocido.

Del mis­mo modo, del Foro CILAC 2016 desar­rol­la­do en Mon­te­v­ideo Uruguay, bajo el títu­lo, Trans­for­man­do nues­tra región: Cien­cias, Tec­nología e Inno­vación para el Desar­rol­lo Sostenible, tomamos la sigu­iente definición…

La edu­cación cien­tí­fi­ca, en la edu­cación oblig­a­to­ria, debe ase­gu­rar a todos sus estu­di­antes apren­diza­jes de cal­i­dad. Sin embar­go, el esce­nario de la región mues­tra clara­mente que, en estos nive­les del sis­tema educa­ti­vo, la edu­cación no solo no brin­da estos apren­diza­jes, sino que la man­era como se pre­sen­ta el conocimien­to cien­tí­fi­co tiende a que los jóvenes pier­dan el interés por apren­der cien­cias, y no se despierten voca­ciones cien­tí­fi­cas. (p. 5)

Como resul­ta­do, a esta se le ha definido como: “Un con­jun­to de conocimien­tos sis­tem­ati­za­dos, adquiri­dos medi­ante un rig­uroso méto­do, por lo tan­to, la fun­ción de los cien­tí­fi­cos es gener­ar un conocimien­to ape­ga­do rig­urosa­mente a un par­a­dig­ma epis­te­mológi­co con el fin de apor­tar mejo­ras en la cal­i­dad de vida del ciu­dadano, al igual que en ben­efi­cios económi­cos”, así lo con­sid­era el Dr. Rene Druck­er Colín, en su ensayo: Una reflex­ión sobre la cien­cia en Méx­i­co… un enfoque muy ale­ja­do de la real­i­dad cien­tí­fi­ca en nue­stro país.

En tan­to, a la luz de estos con­cep­tos sur­gen las sigu­ientes pre­gun­tas, ¿Cuál es el lugar de la cien­cia en la cul­tura de nue­stro país?, ¿qué papel jue­ga la edu­cación en nue­stro desar­rol­lo cien­tí­fi­co? Y, ¿es posi­ble con­ce­bir­la como una prác­ti­ca social? Busque­mos aho­ra las respues­tas, pun­to nodal de este tra­ba­jo. Veá­moslo en el desar­rol­lo del estudio…

Desarrollo

De acuer­do al estu­dio pre­sen­ta­do por el Con­se­jo Nacional de Cien­cia y Tec­nología (Cona­cyt) y el Insti­tu­to Nacional de Estadís­ti­ca, Geografía e His­to­ria (Ine­gi), en el cual medi­ante una encues­ta se detec­tó la per­cep­ción que tiene la población sobre el tema, y se obtu­vo que el 86.3 de los encues­ta­dos con­fía más en la fe y en la magia para resolver sus prob­le­mas cotid­i­anos, de igual man­era, el 57.5 %, cree que los cien­tí­fi­cos pueden ser peli­grosos por sus conocimien­tos, auna­do a que el 50% con­sid­era que la cien­cia y la tec­nología gen­er­an una man­era de vivir arti­fi­cial y deshumanizada.

Por lo tan­to, no es extraño entonces lo que este panora­ma nos mues­tra, sien­do que un sec­tor sig­ni­fica­ti­vo de la población desconoce, la cien­cia y sus fun­ciones, al igual que los ben­efi­cios que con­ll­e­va para el desar­rol­lo indi­vid­ual y colec­ti­vo, pero, ¿cuál es la eti­ología del prob­le­ma?, aho­ra lo abordamos…

De ini­cio, par­tien­do de la infor­ma­ción ante­ri­or, se con­sid­era sin­tomáti­co el insu­fi­ciente tra­ba­jo de enseñan­za, inves­ti­gación y divul­gación que se real­iza en las insti­tu­ciones educa­ti­vas. De ahí que, es impre­scindible vol­tear hacia estas, y cues­tionarnos, ¿Cómo podemos sen­tar las bases cul­tur­ales de una sociedad que base su desar­rol­lo social en premisas cien­tí­fi­cas y, en con­se­cuen­cia, ¿Qué tra­ba­jo hac­er al inte­ri­or de los cen­tros educa­tivos para for­mar una cul­tura cien­tí­fi­ca? Par­ta­mos de las sigu­ientes aportaciones…

Pense­mos, en con­gru­en­cia con los cues­tion­amien­tos ante­ri­ores, se con­sid­era pri­mor­dial la recu­peración de las insti­tu­ciones de Edu­cación Media Supe­ri­or y Supe­ri­or como cen­tros de Inves­ti­gación. Esto mis­mo, encam­i­na­do a fomen­tar en ellas, la gen­eración de conocimien­to con­tex­tu­al­iza­do y per­ti­nente, pro­duc­to de la elab­o­ración de tra­ba­jos escritos de inves­ti­gación (Tesis), con las cuales, los estu­di­antes se rela­cio­nen con los fac­tores socio­cul­tur­ales que van condi­cio­nan­do su entorno de vida, el mis­mo estu­dio que medi­ante su defen­sa obten­drían su títu­lo pro­fe­sion­al, el porqué de esta prop­ues­ta: es rel­e­vante que se conoz­ca la eti­ología de los prob­le­mas sociales que están pre­sentes en nue­stro esta­do, tales como la pobreza, la desigual­dad, la inse­guri­dad y de man­era pun­tu­al en la edu­cación, donde exis­ten las­tres como el aban­dono, la reprobación, caren­cia de con­duc­ta lec­to­ra, entre otras, lo cual posi­bili­ta realizar prop­ues­tas de solu­ción viables, además, como señala Juan Ramón de la Fuente, en el Debate de la cien­cia en Méx­i­co, al con­sid­er­ar la incor­po­ración de lleno de la inves­ti­gación al Sis­tema Educa­ti­vo Nacional, y así lo señaló… “La cien­cia hay que hac­er­la, hay que enseñar­la y hay que divul­gar­la. Si no la difundi­mos no lle­ga a la sociedad y la sociedad no la enten­derá, no la apo­yará, no le impor­tará, porque está ocu­pa­da y pre­ocu­pa­da por otras cosas”. (p.35)

En el mis­mo tenor, De la Fuente, nos señala al ter­reno esco­lar, como un espa­cio nat­ur­al de enseñan­za y divul­gación y así lo plantea…

Debe darse una pro­fun­da trans­for­ma­ción de la edu­cación cien­tí­fi­ca, en cuan­to a qué se debe enseñar, a quiénes y cómo se debería enseñar. Se deben pen­sar en nuevas prop­ues­tas cur­ric­u­lares, en una for­ma­ción de edu­cadores de cien­cias trans­for­mado­ras, y recono­cer que la edu­cación cien­tí­fi­ca debe ampli­ar sus fron­teras y ten­der puentes entre lo que pasa en las aulas, con los esce­nar­ios no for­males, los clubes de cien­cias, museos y espa­cios de cien­cias. El prob­le­ma excede los con­tex­tos esco­lares; se tra­ta de una cuestión educa­ti­va, cien­tí­fi­ca, social, cul­tur­al y éti­ca que, debido a su impacto en las posi­bil­i­dades de desar­rol­lo de cada país, debería ser ubi­ca­da en la agen­da políti­ca y estratég­i­ca para ser con­sid­er­a­da con la pri­or­i­dad que la mis­ma requiere. (p. 5)

De esto, el Dr. De la Fuente, con­cluye hacien­do una serie de recomen­da­ciones, que giran en torno a elab­o­rar un pro­gra­ma que sir­va de puente entre en los cen­tros inves­ti­gación y las empresas…

Reque­r­i­mos una agen­da que per­mi­ta que la cien­cia se incor­pore de lleno al Sis­tema Educa­ti­vo Nacional des­de la edu­cación bási­ca; una agen­da que nos per­mi­ta tra­ba­jar, en los hechos, en la creación de nuevos espa­cios, así como de espa­cios inter­me­dios entre la Uni­ver­si­dad y la empre­sa, para lograr que por lo menos algunos deriva­dos de la cien­cia –sean direc­tos o indi­rec­tos– se incor­poren al apara­to pro­duc­ti­vo. (p. 35)

De igual man­era, podemos señalar que, el gob­ier­no mex­i­cano ha crea­do en su estruc­tura, en diver­sas enti­dades, pro­gra­mas para la con­duc­ción de una políti­ca de fomen­to para el desar­rol­lo de su cien­cia y su tec­nología, a pesar de que una de las caren­cias para sen­tar una cul­tura cien­tí­fi­ca es la poca inver­sión económi­ca que se real­iza en la activi­dad, y de la escasa con­cien­cia del val­or de esta. Pero veamos, de acuer­do al Dr. Rene Druck­er Colín, la Inves­ti­gación Bási­ca fuente de donde sur­gen los hal­laz­gos cien­tí­fi­cos, que son el desar­rol­lo de un país, se sub­sidia a través del Gas­to Nacional de Cien­cia, Tec­nología e Inno­vación es por la can­ti­dad de 121, 307.9 mil­lones de pesos y de ellos, Cona­cyt recibió 27, 511 mil­lones, el 22.68% del gas­to total, que se dis­tribuye entre becas de Pos­gra­do, Cen­tros de inves­ti­gación (27), el Sis­tema Nacional de Inves­ti­gadores, Pro­gra­mas de Estí­mu­lo a la Inves­ti­gación , etc.

Bien, es aquí donde con­sidero per­ti­nente incor­po­rar la visión que tenía el pres­i­dente de los Esta­dos Unidos, Barack Oba­ma, quien pro­nun­ció en la Acad­e­mia Nacional de Cien­cias de Esta­dos Unidos, su posi­ción respec­to al tema…

En este tan difí­cil momen­to hay quienes dicen que no podemos inver­tir en la cien­cia, que el apoyo a la inves­ti­gación es de algu­na man­era un lujo en momen­tos en que se definen por necesi­dades, y yo estoy fun­da­men­tal­mente en desacuer­do con esto. La cien­cia es más esen­cial para nues­tra pros­peri­dad, nues­tra seguri­dad, nues­tra salud, nue­stro medio ambi­ente y nues­tra cal­i­dad de vida de lo que nun­ca jamás lo había sido antes. (2009)

He aquí, esto es parte de la inver­sión económi­ca que se real­iza, y de acuer­do a los requer­im­ien­tos exis­tentes es insu­fi­ciente, de ahí que en relación con nosotros los docentes, nos cues­tion­amos; ¿Qué esta­mos hacien­do en las insti­tu­ciones educa­ti­vas para fomen­tar la cul­tura cien­tí­fi­ca? Con estas últi­mas pre­gun­tas arrib­amos, por últi­mo, a la con­clusión que da pie a las propuestas…

A modo de conclusión

Sin lugar a dudas, la inves­ti­gación cien­tí­fi­ca requiere un tra­ba­jo muy rig­uroso, ya que no bas­ta su sola apari­ción en la cur­ric­u­la ofi­cial, sino a la pues­ta en prác­ti­ca de man­era rig­urosa a par­tir del Sis­tema de Edu­cación Media y Supe­ri­or encam­i­nadas a estim­u­lar la inves­ti­gación, cómo se puede ver, al igual, los números pre­vi­a­mente pre­sen­ta­dos nos remon­tan a la inver­sión económi­ca que has­ta hoy no ha real­iza­do el esta­do, los cuales, nos lle­van a su actu­al situación. Por lo tan­to, esto me estim­u­la a par­tic­i­par en la aportación de solu­ciones que revier­tan el panora­ma actu­al, no solo de la prác­ti­ca al inte­ri­or de las aulas, sino al igual en la per­cep­ción social de las ven­ta­jas de la inves­ti­gación social.

Creemos que, es per­ti­nente hac­er men­ción que estas prop­ues­tas pun­tuales, están encam­i­nadas a sen­tar las bases de una cul­tura “Pro” cien­tí­fi­ca, en las cuales las Insti­tu­ciones educa­ti­vas, jue­gan un papel primordial.

Lle­ga­dos a este pun­to, se con­sid­era pri­mor­dial la recu­peración de las insti­tu­ciones de Edu­cación Media Supe­ri­or y Supe­ri­or como cen­tros de Inves­ti­gación Cien­tí­fi­ca. Esto, a pesar de que en nue­stro país existe una sól­i­da comu­nidad cien­tí­fi­ca, que se cen­tra en insti­tu­ciones de niv­el supe­ri­or como la UNAM, EL IPN, la UAM, y diver­sas uni­ver­si­dades estatales, con resul­ta­dos poco homogé­neos, ya que en esta­dos como el nue­stro se tiene un esca­so avance en la inves­ti­gación de man­era general.

Auna­do a ello, Un pro­gra­ma de divul­gación en los medios de comu­ni­cación de los prin­ci­pales cien­tí­fi­cos guer­rerens­es y sus hal­laz­gos rel­e­vantes. Es nece­sario que los jóvenes encuen­tren medi­ante la iden­ti­fi­cación, mod­e­los sociales de con­duc­ta en aque­l­los inves­ti­gadores de pres­ti­gio que han pro­duci­do conocimien­tos rel­e­vantes de la dinámi­ca social guer­rerense, es de todos cono­ci­do que la con­duc­ta como fenó­meno social es con­se­cuen­cia de la obser­vación direc­ta de las per­sonas sig­ni­fica­ti­vas, aprovechemos este fac­tor psicológico.

De igual man­era, pero no menos rel­e­vante, es la divul­gación y dis­eño de acciones encam­i­nadas a gener­ar interés en los estu­di­antes de edu­cación bási­ca, medi­ante encuen­tros, con­cur­sos que los inte­gren a una prác­ti­ca cien­tí­fi­ca, sumán­dose a las acciones que han esta­do lle­van­do a cabo los organ­is­mos encar­ga­dos del desar­rol­lo cien­tí­fi­co nacional, esto en las diver­sas regiones del país.

Para finalizar, com­par­to las inqui­etudes de Sig­mund Freud a modo de enig­ma sobre el deseo del saber del ser humano, quien con­sid­er­a­ba que: “Existe un impul­so orig­i­nario de la nat­u­raleza humana al conocimien­to, surgi­do del fon­do del psiquis­mo. Es una pul­sión o necesi­dad instin­ti­va de saber −en alemán es Weis­sentrieb−; un deseo impe­rioso de conocimien­to, tan poderoso como los instin­tos que emanan de la nat­u­raleza orgáni­ca del ser humano”. (1984). Es impor­tante que empece­mos por sen­tar las bases de una cul­tura cien­tí­fi­ca en nue­stro país, inten­té­moslo… ten­emos mucho que ganar.

Referencias bibliográficas

Unesco. (2016). Edu­cación Cien­tí­fi­ca. Mon­te­v­ideo Uruguay.

De la Fuente, J.R. (2010). El Debate de la Cien­cia en Méx­i­co. Méx­i­co.

Druck­er, C. R. (2015). Una reflex­ión sobre la cien­cia en Méx­i­co. Méx­i­co.

Freud, S. (1984). Pul­siones y des­ti­nos de pul­sión. Buenos Aires, Argentina.

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