SEXTING: FACTORES DE RIESGO EN ADULTOS ENTRE 18 Y 40 AÑOS

Angie Geraldine Betancur Sucerquia
Julio Cesar Correa Galeano
Laura Valentina Afanador Hernández
Melissa Sánchez Navarro
Sarita Baena Tirado
Valentina Vasco Gaviria

Asesora: Mg. Sandra Isabel Mejía Zapata 

Universidad Católica Luis Amigó Medellín – Colombia

Resumen

El obje­ti­vo de esta inves­ti­gación for­ma­ti­va, con­sis­tió en com­pren­der los fac­tores de ries­go que tiene la prác­ti­ca del Sex­ting en adul­tos jóvenes de la ciu­dad de Medel­lín, para ello se tuvo como fuente de infor­ma­ción seis adul­tos, entre los 18 y 40 años de edad, se tiene como cri­te­rios de inclusión, que al momen­to tuvier­an pare­ja; sin dis­tin­ción en cuan­to a iden­ti­dad de género o sex­u­al. El enfoque del estu­dio es cual­i­ta­ti­vo, de corte fenom­e­nológi­co. Para ello se aplicó como instru­men­to una entre­vista a pro­fun­di­dad, enfo­ca­da en cua­tro cat­e­gorías de análi­sis: fac­tores de ries­go, medios vir­tuales, población y Sex­ting. Uno de los resul­ta­dos más rel­e­vantes rad­i­ca en que, como ries­go máx­i­mo de la prác­ti­ca del Sex­ting se puede pre­sen­tar aso­ci­a­do con el com­por­tamien­to sui­ci­da, pro­duc­to de la difusión y el escarnio públi­co, cuan­do este mate­r­i­al es difun­di­do. Se con­cluye que, si bien hay ref­er­entes de índole inter­na­cional, nacional y local, ameri­ta may­or pro­fun­di­dad en cuan­to a su com­pren­sión por parte de inves­ti­gadores sociales.

Pal­abras clave: Sex­ting, fac­tores de ries­go, población, medios virtuales

Abstract

The objec­tive of this for­ma­tive research con­sist­ed of under­stand­ing the risk fac­tors that the prac­tice of Sex­ting has in young adults in the city of Medel­lín, for this, six adults, between 18 and 40 years of age, were used as a source of infor­ma­tion. Its inclu­sion cri­te­ria are that at the moment they had a part­ner; with­out dis­tinc­tion regard­ing gen­der or sex­u­al iden­ti­ty. The focus of the study is qual­i­ta­tive, phe­nom­e­no­log­i­cal in nature. For this, an in-depth inter­view was applied as an instru­ment, focused on four cat­e­gories of analy­sis: risk fac­tors, vir­tu­al media, pop­u­la­tion and Sex­ting. One of the most rel­e­vant results is that, as the max­i­mum risk of the prac­tice of Sex­ting, there can be an asso­ci­a­tion with sui­ci­dal behav­ior, a prod­uct of dis­sem­i­na­tion and pub­lic deri­sion, when this mate­r­i­al is dis­sem­i­nat­ed. It is con­clud­ed that, although there are ref­er­ences of an inter­na­tion­al, nation­al and local nature, it deserves greater depth in terms of its under­stand­ing by social researchers.

Key Words: Sex­ting, risk fac­tors, pop­u­la­tion, vir­tu­al media

Introducción 

El mun­do históri­ca­mente ha atrav­es­a­do por diver­sos par­a­dig­mas que han sido deter­mi­nantes para la humanidad, uno de los que ha mar­ca­do un antes y después, es el de la rev­olu­ción tec­nológ­i­ca, sin duda el siglo xxi, ha sido una época de tran­si­ción que posi­ciona a la tec­nología en primer lugar, toman­do un papel pro­tagóni­co en el mod­e­lo de inter­ac­ción de la sociedad. Su imple­mentación deno­ta desar­rol­lo, pro­gre­so e inno­vación en una serie de aspec­tos que han impacta­do de man­era trans­ver­sal las dinámi­cas exis­tentes. Con el surgimien­to de inter­net, mod­er­nos dis­pos­i­tivos elec­tróni­cos, apli­ca­ciones de men­sajería, redes sociales entre otros medios vir­tuales han favore­ci­do las condi­ciones de la comu­ni­cación, apor­tan­do una serie de posi­bil­i­dades antes descono­ci­das que per­miten estable­cer con­tac­to con cualquier parte del mun­do en segundos.

Se hace rel­e­vante iden­ti­ficar cómo se com­por­ta en mate­ria con­tex­tu­al el fenó­meno de la tec­nología y su auge, en Colom­bia, el 69% de la población es usuar­ia acti­va de inter­net, des­de enero del 2019 a enero 2020 el número de usuar­ios cre­ció un 2.9%, es decir, un mil­lón de nuevas per­sonas. En prome­dio las per­sonas pasan 9 horas 10 min­u­tos usan­do Inter­net des­de cualquier dis­pos­i­ti­vo tec­nológi­co. Sien­do los telé­fonos inteligentes (smart­phones) el 93% más usa­do por las per­sonas en com­para­ción con PC ‘s, table­tas, TV´s. (Med­i­na, 2020). Lo ante­ri­or com­por­ta un panora­ma que per­mite recono­cer el acce­so tec­nológi­co de la población y por ende la posi­bil­i­dad de estar inser­to en las prác­ti­cas mod­er­nas que de ella devienen.

La tec­nología expone gran auge en la sociedad actu­al, favore­cien­do las inter­rela­ciones online, acor­tan­do dis­tan­cias, aspec­tos que pueden ser con­sid­er­a­dos como ven­ta­jas sig­ni­fica­ti­vas, sin embar­go, se rev­ela otra cara, el acce­so gen­er­al­iza­do ha mar­ca­do una serie de desven­ta­jas tan­to a niv­el rela­cional como per­son­al, en tan­to cabe la posi­bil­i­dad de expon­erse a situa­ciones peli­grosas que ini­cian por la vir­tu­al­i­dad y pueden lle­gar a mate­ri­alizarse en el plano real. Den­tro de las prác­ti­cas que han surgi­do, se hará alusión al sex­ting, com­por­tamien­to cada vez más pop­u­lar entre per­sonas de difer­entes edades. La tec­nología pro­pone espa­cios para nuevas for­mas de con­duc­ta sex­u­al, este fenó­meno surge para deno­tar el envío de imá­genes, como fotografías y vídeos, explíci­ta­mente sex­u­ales de sí mis­mo (a) o de otros. (Men­jí­var, 2010).

En varias inves­ti­ga­ciones se ha evi­den­ci­a­do por sus resul­ta­dos, que esta expe­ri­en­cia puede acar­rear ries­gos para las per­sonas a par­tir de fenó­menos aso­ci­a­dos a su prác­ti­ca, tales como: el cyber­bul­ly­ing, rela­ciona­do con el acoso en el cibere­s­pa­cio, el groom­ing estable­ci­do como “acoso y abu­so sex­u­al online, impli­can a un adul­to que se pone en con­tac­to con un niño, niña o ado­les­cente con el fin de ganarse poco a poco su con­fi­an­za para luego involu­crar­le en una activi­dad sex­u­al”. (Save the Chil­dren, 2019, parr. 1); y la sex­tor­sión o “la ame­naza o chan­ta­je de enviar o pub­licar imá­genes o videos con con­tenido sex­u­al de una per­sona. Esto puede hac­erse a través de telé­fonos móviles o inter­net” (Romero, 2017, p. 31). Lo ante­ri­or puede traer con­si­go asun­tos que propen­den en muchos casos afecta­ciones psi­cológ­i­cas. Según Mejía (2014) “estable­cer el desar­rol­lo de casos de estrés pos­traumáti­co, con sín­tomas psi­co­somáti­cos, depre­sión, ansiedad, ideación e inten­to sui­ci­da o pro­mover dudas de iden­ti­dad sex­u­al” (p. 218).

Otras con­se­cuen­cias que se pueden evi­den­ciar, tienen que ver con la for­ma de esta, según Ochoa y Aran­da (2019) “Una mala prác­ti­ca del sex­ting puede lle­gar a oca­sion­ar daños en la per­cep­ción de la ima­gen de la per­sona, así mis­mo la autoes­ti­ma; esto se ve en espe­cial en las mujeres jóvenes debido al peso que tiene en estas los estereoti­pos de belleza”. (p. 37). En tan­to se con­figu­ra como una vit­ri­na, para el reconocimien­to y rela­cionamien­to sex­u­al con el otro, no escapa de los están­dares sociales y los patrones de belleza aso­ci­a­dos al fan­taseo sexual.

La prác­ti­ca del sex­ting puede traer con­si­go la apari­ción de con­duc­tas delic­ti­vas como el groom­ing y la sex­tor­sión; entendién­dose groom­ing según tex­to de Moreno (2019), como: “El acoso ejer­ci­do por un adul­to y se refiere a las acciones real­izadas delib­er­ada­mente para estable­cer una relación y un con­trol emo­cional sobre un niño o una niña con el fin de abusar sex­ual­mente del menor” (p. 59). Y la sex­tor­sión según Romero (2017), como: “la ame­naza o chan­ta­je de enviar o pub­licar imá­genes o videos con con­tenido sex­u­al de una per­sona. Esto puede hac­erse a través de telé­fonos móviles o inter­net” (p. 31).

Se logró iden­ti­ficar como una de las con­se­cuen­cias más nefas­tas, puede lle­gar has­ta el com­por­tamien­to sui­ci­da, la  Orga­ni­zación Mundi­al de la Salud (OMS) rev­ela que más de 800.000 per­sonas mueren cada año por sui­cidio, sien­do la segun­da causa de fal­l­ec­imien­tos entre per­sonas de 15 a 29 años de edad, si bien el sex­ting no es la úni­ca causa, llamó la aten­ción de los inves­ti­gadores el caso de Jes­si­ca Logan de 18 años de edad, quien se sui­cidó tras ser víc­ti­ma de cyber­bul­ly­ing y acoso de parte de descono­ci­dos luego de haber sido expues­ta públi­ca­mente con imá­genes de con­tenido sexual.

Según Fajar­do, et al. (2013), des­de el cam­po de la salud men­tal, debe ten­erse en cuen­ta aque­l­los aspec­tos que com­ple­jizan la prác­ti­ca del sex­ting, prin­ci­pal­mente entre jóvenes y ado­les­centes, sien­do “la incon­scien­cia del ries­go poten­cial, la brecha gen­era­cional, la sex­u­al­i­dad pre­coz e inmedi­atez de las comu­ni­ca­ciones” (p. 524), cues­tiones rel­e­vantes en mate­ria de com­pren­sión del fenó­meno y sus impli­ca­ciones. Asimis­mo la mediación y asun­tos educa­tivos en torno a este. Des­de la psi­cología se hace impre­scindible inves­ti­gar al respec­to bajo un mon­i­toreo acu­cioso a fenó­menos de la con­duc­ta y el mod­er­no ejer­ci­cio de la sex­u­al­i­dad humana como el sex­ting, pro­movien­do la com­pren­sión uni­ver­sal de las man­i­festa­ciones com­por­ta­men­tales propi­a­mente dichas, anal­izan­do la sin­gu­lar­i­dad y la for­ma par­tic­u­lar como se pre­sen­ta en diver­sos entornos. Se evi­den­cia una necesi­dad inmi­nente, de pen­sar, des­de la psi­cología, una clíni­ca de la vir­tu­al­i­dad y sus efec­tos en los individuos.

El fenó­meno del sex­ting y sus con­se­cuen­cias aso­ci­adas vienen pre­sen­tan­do una inci­den­cia bas­tante sig­ni­fica­ti­va en el cam­po de la salud men­tal de los indi­vid­u­os, dado el inade­cua­do mane­jo de las nuevas tec­nologías, la fal­ta de for­ma­ción y edu­cación en media­ciones tec­no­log­i­cas. A par­tir de esto, la psi­cología se ha intere­sa­do en inves­ti­gar a pro­fun­di­dad cómo esta prác­ti­ca trae con­si­go impli­ca­ciones para quien la lleve a cabo ya que a pesar de que sea vol­un­taria, en cuan­to el sex­ting, muchas per­sonas descono­cen los ries­gos que sug­iere su práctica.

Sexting, de la excitación al ego

Con respec­to al sex­ting, pueden encon­trarse defini­ciones des­de diver­sos autores, todas ellas apun­tan a una mis­ma con­cep­tu­al­ización dan­do lugar al sex­ting como el envío y/o reci­bo de men­sajes con con­tenido sex­u­al-eróti­co, estos pueden con­si­s­tir en imá­genes, fotos o videos; son exclu­si­va­mente vir­tuales y su envío se real­iza por medio de inter­net, canales como las apps, de men­sajería o de redes sociales; uti­lizan­do smart­phones u otros dis­pos­i­tivos como las tablets o las com­puta­do­ras. El sex­ting de acuer­do a una de las infor­mantes “Me hace ref­er­en­cia la pal­abra a enviar con­tenido sex­u­al y recibir tam­bién a eso me hace alusión la pal­abra” (I.1, 2021). Otro infor­mante refiere “Lo que sé, es que es ten­er sexo vir­tu­al, com­par­tir imá­genes, videos, más que todo eso” (I.2, 2021). Se encon­tró acuer­do en las entre­vis­tas con la defini­ción del tema según lo encon­tra­do en las inves­ti­ga­ciones de punta.

Entre los hal­laz­gos se logra iden­ti­ficar una inmi­nente necesi­dad de difer­en­ciación por parte de los infor­mantes, entre sex­ting y pornografía, per­mi­tien­do clar­i­ficar que en el sex­ting hay inter­cam­bio de con­tenido pornográ­fi­co, pero, en la pornografía propi­a­mente, se hace ref­er­en­cia al hecho de mostrar una actuación sex­u­al explíci­ta por medios grá­fi­cos y con un carác­ter com­er­cial. “La pornografía es un acto sex­u­al, hecho para la ven­ta en públi­co; el sex­ting no lo es, es algo más per­son­al, nun­ca se está bus­can­do esa inten­ción, eso no lle­ga a muchas per­sonas, sino a una per­sona y no se está obte­nien­do ben­efi­cio mon­e­tario” (I. 5, 2021).

Al respec­to otro infor­mante expre­sa; “La difer­en­cia es rad­i­cal, la pornografía tiene que ver con una indus­tria muy ale­ja­da de la real­i­dad, no cuen­ta una his­to­ria, creo que el sex­ting tiene que ver con hac­er la his­to­ria en fun­ción de que es lo que quiero comu­ni­carte y que me comu­niques, ya sea por medio de imá­genes o tex­to; es una inter­ac­ción real más allá, en el sex­ting se pueden asumir roles para tomarse fotos con dis­fraces o lo que sea, pero tiene que ver con un códi­go que hay entre quien envía y quien recibe ese men­saje, son dos cosas real­mente difer­entes” (I. 4, 2021).

Al inda­gar sobre la prác­ti­ca del sex­ting se encuen­tran difer­entes moti­va­ciones que ani­man a los infor­mantes a uti­lizar esta for­ma de inter­ac­ción y aunque la pare­ja se tiene ahí, físi­ca­mente, en cualquier momen­to se bus­can aven­turas, digá­moslo así, es más que todo por esa expe­ri­en­cia, el hecho de tomarte una foto, hac­er un video y ver­lo a través de eso (sex­ting), aunque ya conoz­cas a la per­sona” (I. 2, 2021). “Con mi pare­ja actu­al, ha sido porque nos hemos deja­do de ver una o dos sem­anas, ini­cia por expre­siones como: me haces fal­ta, te quiero ver, las veces que lo hemos hecho ha empeza­do con una foto de la cara, y me dice; te quiero ver más, mués­trame que pija­ma tienes, se empieza así, luego me dice extraño mucho besarte los senos, una cosa siem­pre va lle­van­do a la otra” (I. 1, 2021). Se reconoce para el caso cier­ta grad­u­al­i­dad en la prác­ti­ca que resul­ta estim­u­lante en ausen­cia del otro, recono­cien­do además que la cri­sis actu­al por la pan­demia ha incen­ti­va­do sus­tan­cial­mente el sex­ting por los esta­dos de confinamiento.

Otras varia­ciones en cuan­to a las moti­va­ciones que se pudieron encon­trar tri­an­gu­lan­do la infor­ma­ción fueron: “Lo hago porque, me exci­ta, me gus­ta sen­tir la con­fi­an­za de esas per­sonas, y cuan­do me piden que envíe algo me gus­ta sen­tir que se estim­u­lan pen­san­do en mí” (I. 4, 2021). “Puede ser que de pron­to esté con mi pare­ja en algún momen­to especí­fi­co y nos quedemos con ganas de ver­nos, de estar jun­tos, lo que prop­i­cia esa situación. Se aprovecha para man­darnos fotos y decirnos todo lo que nos quer­e­mos hac­er” (I. 3, 2021). Son múlti­ples las moti­va­ciones tras la prác­ti­ca del sex­ting sin embar­go se logra extraer la con­fi­an­za, la con­sumación del deseo, inclu­so el ego al saberse deseable.

Factores de riesgo, de la presión social al comportamiento suicida

Esta cat­e­goría per­mite evi­den­ciar la infor­ma­ción y con­cien­cia que se puede ten­er frente a los ries­gos que gen­era el sex­ting, las per­sonas entre­vis­tadas con­ver­gen en var­ios aspec­tos, que pasan de sutiles pero pre­ocu­pantes a dev­as­ta­dores: “Un ries­go que se pudiera con­sid­er­ar es la expan­sión del con­tenido, que se sal­ga fuera de las dos per­sonas” (I.5, 2021). Asimis­mo, otro de los infor­mantes dijo que: “las con­se­cuen­cias pueden lle­gar has­ta una extor­sión o a un tipo de manip­u­lación por ese esti­lo” (I.2, 2021). Algunos de los entre­vis­ta­dos man­i­fes­taron inclu­so haber sido víc­ti­mas como lo refiere la infor­mante: “Yo tuve un novio, duré como año y medio con él, fui muy con­fi­a­da y le mandé como dos fotos, en ese tiem­po éramos más niños y el muy ine­scrupu­loso la mandó a los ami­gos, así me conocieron algunos de ellos” (I.1, 2021). “Hace mucho tiem­po, aunque no fue un con­tenido explíc­i­to, yo le había man­da­do unas fotos sexys a un novio, pero no fue el quien las uti­lizó. Una ami­ga, una supues­ta ami­ga que tenía la con­traseña de mi correo se encar­gó de difundir esas fotos a todos mis con­tac­tos. Entonces sí, fui víc­ti­ma” (I.6, 2021).

A la pre­gun­ta por la expe­ri­en­cia emo­cional la ante­ri­or infor­mante responde: “Mal, porque son fotos que le lle­garon a mis her­manos, a mucha parte de mi famil­ia, a mis ami­gos, has­ta a un loco, uno que vivía detrás de mí, un man que yo ni sabía que le gusta­ba tan­to y en el momen­to que le lle­gan esas fotos me empieza a decir, mira la clase de puta que sos y a mí no me pones cuida­do, no me paras bolas. La gente pens­a­ba que había man­da­do las fotos, yo decía es ilógi­co como voy a man­dar­las yo des­de mi correo. A mí me dio muy duro, porque es obvio, quedé expues­ta, (I.6, 2021) En la mis­ma vía de las con­se­cuen­cias que se gen­er­an en esta prác­ti­ca: “Creo que hay gente que se puede sui­ci­dar por un mal uso del sex­ting y creo que la vida prevalece sobre cualquier otra con­se­cuen­cia, así que es clara­mente la máx­i­ma” (I. 4, 2021).

Lo ante­ri­or con­figu­ra la más com­ple­ja situación, en gen­er­al deriva­da del acoso o la extor­sión, en cuan­to a la relación de la prác­ti­ca del sex­ting con la con­duc­ta sui­ci­da los infor­mantes men­cionaron: “Defin­i­ti­va­mente es una posi­ble con­se­cuen­cia, creo que el acce­so a tan­ta tec­nología y la fal­ta de acom­pañamien­to por parte de adul­tos respon­s­ables, sobre todo en jóvenes para quienes la aceptación social es más fuerte, es más impor­tante es un cóc­tel, para incre­men­tar la posi­bil­i­dad de sui­cidios o al menos de quer­er hac­erse daño, más allá de que lo logren o no” (I.4, 2021), “Porque si expo­nen algo de tu intim­i­dad y además de eso gen­er­an una sen­sación social sobre sí y un juicio gen­er­al sobre sí en sus cír­cu­los sociales cer­canos, eso puede lle­var a una per­sona a quer­er quitarse la vida” (I.4, 2021), Indud­able­mente una prác­ti­ca que al ini­cio es vista como eróti­ca, exci­tante y pla­cen­tera, bajo cir­cun­stan­cias adver­sas, en tan­to se real­iza de man­era indis­crim­i­na­da o con per­sonas que no se tiene la seguri­dad y con­fi­an­za requeri­da, ter­mi­na sien­do dev­as­ta­do­ra, tenien­do impacto sig­ni­fica­ti­vo, has­ta lle­gar inclu­so a con­tem­plar el com­por­tamien­to suicida.

Medios virtuales, para usos y gustos

Esta cat­e­goría per­mite iden­ti­ficar cuáles son los dis­pos­i­tivos o las redes sociales más usadas para prac­ticar sex­ting, las per­sonas entre­vis­tadas coin­ci­den en que la red social que más se uti­liza para prac­ticar sex­ting es el What­sApp, como lo afir­man los infor­mantes “El medio vir­tu­al por donde más se prac­tique sex­ting es What­sApp en Lati­noaméri­ca, en otros país­es por men­sajes de tex­to, diría que What­sApp, Insta­gram y Snapchat son muy impor­tantes” (I.3, 2021). “yo diría que es What­sApp” (I. 1, 2021), Otro entre­vis­ta­do men­ciona que el dis­pos­i­ti­vo más uti­liza­do para realizar sex­ting, es el celu­lar: “En su momen­to, con el auge del inter­net todo era por web­cam, con la camari­ta redondi­ta, era una boli­ta, (ríe). Aho­ra es el celu­lar, lit­er­al, es el úni­co medio” (I. 2, 2021)

Otro de los hal­laz­gos tiene que ver con la diver­si­dad de apli­ca­ciones y platafor­mas, a las cuales se les atribuyen deter­mi­nadas propiedades o usos fun­cionales, a la hora de recur­rir a ellas, como lo refiere el infor­mante 2, quien indi­ca que hay diver­sos medios para lle­var a cabo la prác­ti­ca del sex­ting “Son muchos, real­mente, puedes hac­er­lo des­de una red social, como Twit­ter que es tan movi­da en cuan­to eso, y tan per­mis­i­ble, como en Face­book que tam­bién tiene video y lla­madas, o está What­sApp porque creo que las apli­ca­ciones para citas como Tin­der, Badoo o Grinder son más para pasar de la vir­tu­al­i­dad a lo físico”.

Generalidades poblacionales y sexting

Esta cat­e­goría per­mite evi­den­ciar el género con el cual se iden­ti­f­i­can los infor­mantes, su ori­entación sex­u­al, per­mi­tien­do deter­mi­nar además las creen­cias de los par­tic­i­pantes sobre cuál género prac­ti­ca más fre­cuente­mente el sex­ting y cuál con­sid­er­an que es la edad más preva­lente en la práctica.

En cuan­to a la relación género y fre­cuen­cia, uno de los infor­mantes expre­sa “No creo que haya un género que lo prac­tique más, porque la con­fi­an­za no depende de que seas hom­bre o mujer y el tema del sex­ting tiene que ver con con­fi­an­za, no depende con que género o sexo te iden­ti­fiques” (I. 4, 2021); La con­fi­an­za es un aspec­to difer­en­ci­ador, que deter­mi­na cier­ta homo­genei­dad en la prác­ti­ca del sex­ting, es allí donde rad­i­ca el ries­go o la seguri­dad, que al pare­cer se media bajo el cumplim­ien­to de esta condición.

Otro aspec­to a resaltar en relación del sex­ting y el género en la nar­ra­ti­va de los infor­mantes es que: “El sex­ting lo prac­ti­can más los hom­bres, hay algunos que se ded­i­can nada más que a man­dar fotos y a decir­le cochi­nadas a las niñas, sin habérse­las pedi­do; pien­so que lo pueden prac­ticar mas ellos” (I. 3, 2021). Se resalta la prác­ti­ca como pre­do­minio de una cul­tura machista y hegemóni­ca que ejerce dom­i­nan­cia sobra la mujer, asimis­mo, otro infor­mante refiere: “Creería que nosotros los hom­bres somos más atre­v­i­dos al momen­to de enviar este tipo de con­tenidos, porque somos un poco más machis­tas, no ten­emos temor de que se replique una foto mostran­do el pene, no va a ten­er tan­to impacto como la foto de una mujer” (I. 5, 2021), “Es cono­ci­do que el lívi­do del hom­bre se acti­va más segui­do que el de la mujer o dura más, no sé los cic­los de las mujeres en cuan­to al lívi­do sex­u­al, pero el hom­bre prác­ti­ca­mente está lis­to, se puede decir que a diario, entonces, de pron­to la mujer pue­da ten­er más auto­con­trol en ese sen­ti­do” (I. 2, 2021). Lo ante­ri­or per­mite recono­cer que, en cuan­to al género, se parte de las car­ac­terís­ti­cas tan­to socio­cul­tur­ales como fisi­ológ­i­cas, indi­can­do deter­mi­nan­te­mente que no solo es una prác­ti­ca más asum­i­da por hom­bres, sino además su legit­i­mación y menor cen­sura para realizar sexting.

Pasan­do a otra cuestión, en cuan­to a la edad más fre­cuente para la prác­ti­ca del sex­ting uno de los infor­mantes men­ciona que: “En la actu­al­i­dad, no es que sea lo más ade­cua­do pero la gente empieza con esto des­de muy tem­prana edad prác­ti­ca­mente des­de los 14, 15 años o has­ta menos, para mí la edad más ade­cua­da debe ser cuan­do uno ten­ga madurez sex­u­al con estos temas” (I. 3, 2021). “Creería que 23 años en ade­lante, igual en la ado­les­cen­cia, más que todo las mujeres son más pre­cavi­das con estas cosas, porque para las mujeres adul­tas es más fácil” (I. 5, 2021). Para finalizar otro de los infor­mantes man­i­fi­es­ta “Tiene que ver con la edad en la que se accede a her­ramien­tas tec­nológ­i­cas que per­mi­tan hac­er­lo, porque la sex­u­al­i­dad está ahí, y en la medi­da en que el entorno te per­mite desar­rol­lar­la, vas a bus­car la for­ma, ya se acce­di­en­do a porno o si se tiene con quien estable­cer ese tipo de comu­ni­cación como el sex­ting” (I. 4, 2021). Si bien la edad, en este caso para el ini­cio en el sex­ting no es leg­i­ble, se resaltan aspec­tos que coin­ci­den con su prác­ti­ca, como el alcance de la madurez y el acce­so a la tec­nología, lo que indi­ca que espe­cial­mente y de acuer­do a esto últi­mo, podría darse des­de muy tem­prana edad, en tan­to los nativos dig­i­tales nacen inmer­sos en ella.

Metodología

Dis­eño y lugar de estudio

La inves­ti­gación de tipo for­ma­ti­vo, se guía des­de el par­a­dig­ma cual­i­ta­ti­vo, que se car­ac­ter­i­za por ten­er una per­spec­ti­va inter­pre­ta­ti­va cen­tra­da en el entendimien­to del sig­nifi­ca­do de las acciones de los humanos, es decir, va bus­can­do inter­pre­tar lo que se va cap­tan­do (Hernán­dez et al., 2014). El enfoque uti­liza­do es el fenom­e­nológi­co, en el que se rep­re­sen­ta la estruc­tura pro­fun­da del mun­do vivi­do, hace vis­i­ble la expe­ri­en­cia con­sciente, reflex­io­nan­do acer­ca de los orí­genes de lo vivi­do (Husserl, 1970 cita­do en Zulu­a­ga et al.; 2018). Tal inves­ti­gación se llevó a cabo en la ciu­dad de Medel­lín, entre agos­to del 2020 a mayo del 2021.

Par­tic­i­pantes

En el pre­sente estu­dio se tra­ba­jó con 6 adul­tos, hom­bres y mujeres entre los 18 y 40 años de edad que actual­mente tienen pare­ja, sin excluir por su iden­ti­dad de género ni ori­entación sex­u­al. Asimis­mo, que ten­ga acer­camien­to a la prác­ti­ca del sex­ting. La mues­tra se establece por conveniencia.

Instru­men­to

Para esta inves­ti­gación se uti­lizó el instru­men­to de la entre­vista a pro­fun­di­dad que de acuer­do a Tay­lor et al., (2008) es enten­di­da como un diál­o­go entre el inves­ti­gador y los infor­mantes cara a cara, con el fin de com­pren­der la per­spec­ti­va que tienen los infor­mantes sobre sus expe­ri­en­cias o situa­ciones expre­sadas con sus propias pal­abras. La entre­vista que se real­izó va direc­ciona­da a cua­tro cat­e­gorías ini­ciales: fac­tores de ries­go, medios vir­tuales, población y sex­ting. En total se con­tó en el instru­men­to con 20 pre­gun­tas, las que fueron someti­das a revisión por pares y un exper­to, para ten­er en cuen­ta su clar­i­dad y per­ti­nen­cia, Asimis­mo y tenien­do en cuen­ta los aspec­tos éti­cos de la inves­ti­gación se aplicó un con­sen­timien­to infor­ma­do previo.

Plan de trabajo

Para realizar la inves­ti­gación se dio ini­cio a un ras­treo teóri­co a par­tir de revis­tas de psi­cología y edu­cación, estu­dios empíri­cos, revis­tas sobre tec­nología, dere­cho y políti­ca, para ello se uti­lizaron bases de datos como Sci­elo, EBSCO, Google Académi­co, Sco­pus, entre otras; segui­do de la recolec­ción se pro­cedió a cod­i­ficar la infor­ma­ción obteni­da a través del pro­gra­ma Atlas.ti, per­mi­tien­do cat­e­go­rizar la infor­ma­ción de man­era más orga­ni­za­da y pre­cisa; se real­iza matriz de prin­ci­p­ios aso­cia­cionistas que sirve para con­trastar, detec­tar seme­jan­zas y con­tigüi­dades de la infor­ma­ción ras­trea­da. Se realizaron entre­vis­tas a pro­fun­di­dad tenien­do en cuen­ta que es un tipo de entre­vista que per­mite un diál­o­go abier­to entre el inves­ti­gador y los par­tic­i­pantes, pos­te­ri­or­mente se elab­o­ra matriz analíti­ca per­mi­tien­do la tri­an­gu­lación y análi­sis de la infor­ma­ción tan­to doc­u­men­tal como lo evi­den­ci­a­do a par­tir de las entrevistas.

Discusión

En esta inves­ti­gación se evi­den­ció que el con­cep­to de sex­ting es com­pren­di­do por las per­sonas entre­vis­tadas, man­i­fe­s­tando con clar­i­dad que el sex­ting con­siste en enviar o recibir imá­genes o videos que mues­tran un con­tenido sex­u­al-eróti­co, como lo ha indi­ca­do el tex­to de Rodríguez et., al, (2019). May­or­mente son imá­genes tipo fotografía autor­re­tra­to (self­ie); las per­sonas entre­vis­tadas indi­caron que el medio vir­tu­al preferi­do son los smart­phones a través de What­sApp, como lo infor­mó Tort y Lorente (2020).

La tec­nología fomen­ta nuevas man­eras y espa­cios para la con­duc­ta sex­u­al como tam­bién el hecho de ten­er un acce­so tan gen­er­al­iza­do aumen­ta la prob­a­bil­i­dad de expon­erse a situa­ciones peli­grosas den­tro de la vir­tu­al­i­dad como lo expre­sa Men­ji­var Ochoa (2010).

En la entre­vista a los infor­mantes, una respues­ta gen­eró sor­pre­sa, por la var­iedad en ella, se tra­ta de que uno de los infor­mantes expresó que el género no es un fac­tor rel­e­vante en la prác­ti­ca del sex­ting, dos per­sonas indi­caron que los hom­bres son los may­ores prac­ti­cantes, otras per­sonas indi­caron que el género no es un dis­tin­ti­vo, lo que es con­trario a lo que inves­ti­ga­ciones ante­ri­ores como la reg­istra­da en el tex­to de Chacón et. al, (2019), en la que encon­traron que son las mujeres las que más prac­ti­can sex­ting envian­do con­tenido, generan­do así un con­traste con los resul­ta­dos hal­la­dos por Morel­li et al., 2016, infor­man­do que “en tér­mi­nos gen­erales los datos con los que se cuen­ta has­ta el momen­to pare­cen apun­tar a una may­or preva­len­cia de hom­bres impli­ca­dos, en com­para­ción con las mujeres, tan­to en el caso del ejer­ci­cio de esta con­duc­ta de for­ma mod­er­a­da o alta­mente frecuente”.

Den­tro de los efec­tos pos­i­tivos que puede gener­ar la prác­ti­ca del sex­ting en las rela­ciones de pare­ja se puede evi­den­ciar for­t­alec­imien­to en la comu­ni­cación, la con­fi­an­za y la seguri­dad en sí mis­mo, como lo men­ciona, Stasko y Geller, cita­dos en Gon­za­lez et al. 2018, prac­ticar sex­ting puede ser un posi­ble fac­tor pro­tec­tor que puede aumen­tar la sat­is­fac­ción en una pareja.

Se evi­den­ció que el sex­ting puede ser toma­do como una for­ma de com­par­tir intim­i­dad y seducir a la pare­ja, trans­mi­tien­do con­fi­an­za a través de este con­tenido, aun así, si el con­tenido explíc­i­to no se mane­ja de man­era disc­re­ta puede oca­sion­ar la dis­tribu­ción de este y con ello con­se­cuen­cias irre­me­di­a­bles como el sui­cidio, esto tam­bién lo indicó Hernán­dez en el 2013.

Sien­do el sui­cidio una de las máx­i­mas con­se­cuen­cias neg­a­ti­vas en la prác­ti­ca del sex­ting, tam­bién se evi­den­cia otra con­se­cuen­cia neg­a­ti­va que gen­era daños en la per­cep­ción de la ima­gen y el autoes­ti­ma may­or­mente en las mujeres la cual se encuen­tra suje­ta a están­dares y pro­toti­pos de belleza según Ochoa y Aran­da en el 2019, y esto con­cuer­da con las opin­iones de los entre­vis­ta­dos, cin­co de ellos indi­caron que la prác­ti­ca del sex­ting podría lle­var a una con­duc­ta sui­ci­da, en caso de que sus fotos y con­tenido sea divulgado.

Conclusiones

Se puede con­cluir que el sex­ting con­siste en el envío de imá­genes con con­tenido sex­u­al, a través de las redes sociales, aunque se pre­sen­tan difer­entes motivos, se encuen­tra que el vivir expe­ri­en­cias nuevas es el moti­vo más recono­ci­do por los participantes.

Con­cluyen­do sobre los fac­tores de ries­go, se encuen­tra que la difusión del con­tenido es uno de los ries­gos que además de ser más fre­cuentes y afec­tar el entorno social pueden ten­er como con­se­cuen­cia la con­duc­ta sui­ci­da recono­ci­da por los par­tic­i­pantes como una de las máx­i­mas con­se­cuen­cias que puede oca­sion­ar esta práctica.

En relación a lo expuesto, podemos con­cluir que el What­sApp es el medio de comu­ni­cación más usa­do para la prác­ti­ca del sex­ting por la facil­i­dad y var­iedad en cuan­to a los ser­vi­cios de men­sajería que incluye vide­ol­la­madas en tiem­po real, envío de imá­genes y videos, ¿segui­do de insta­gram? que ofrece el envío de vídeos y fotos con acce­so lim­i­ta­do en cuan­to a la duración de tiem­po y número de veces que se puede ver al con­tenido por el recep­tor y luego son elim­i­nadas de man­era permanente.

Se con­cluye que él sex­ting, su prác­ti­ca, efec­tos y con­se­cuen­cias son un tema expe­d­i­to, sobre el cual urge una mira­da des­de la inves­ti­gación social, que per­mi­ta clar­i­dad en este fenó­meno para poder com­pren­der y acompañar.

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