UN ESTUDIO DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y GÉNERO EN ESCOLARES: UN ÉNFASIS EN LAS DIFERENCIAS

Luis González Concepción
Zoe Bello Dávila

Facultad de Psicología, Universidad de La Habana

Jeniffer Medina García

Empresa de grupos electrógenos y servicios eléctricos: Geysel.La Habana

Resumen

La lit­er­atu­ra cien­tí­fi­ca refiere que la Inteligen­cia Emo­cional (IE), o algu­nas de sus dimen­siones, varía en depen­den­cia del género, por lo que resul­ta intere­sante cono­cer su com­por­tamien­to des­de la edad esco­lar. Esto per­mi­tirá pro­mover la con­ci­en­ti­zación de estas con vis­tas a ten­er­lo en cuen­ta des­de las primeras acciones de edu­cación emo­cional en las insti­tu­ciones esco­lares. Para con­statar estas difer­en­cias se estu­di­aron 264 esco­lares de 4to, 5to y 6to gra­do de tres escue­las de enseñan­za pri­maria de la provin­cia de La Habana, en el cur­so 2021–2022, los que respondieron al Inven­tario de Capaci­dades Emo­cionales para Esco­lares (ICEE). Se tuvo en cuen­ta además la vari­able edad de los esco­lares. Como resul­ta­dos se obtu­vo un niv­el medio de IE, donde las prin­ci­pales difer­en­cias encon­tradas por género se daban en la dimen­sión empatía y mane­jo de rela­ciones. La edad con­sti­tuyó una vari­able medi­ado­ra en dicha relación.

Pal­abras Claves: Inteligen­cia Emo­cional, género, edu­cación emo­cional, edad, escolares.

Abstract

The sci­en­tif­ic lit­er­a­ture states that Emo­tion­al Intel­li­gence (EI), or some of its dimen­sions, varies depend­ing on gen­der, so it is inter­est­ing to know its behav­ior from school age. This will pro­mote aware­ness of them with a view to tak­ing it into account from the first actions of emo­tion­al edu­ca­tion in school insti­tu­tions. To ver­i­fy these dif­fer­ences, 264 4th, 5th and 6th grade stu­dents from three pri­ma­ry schools in the province of Havana, in the 2021–22 aca­d­e­m­ic year, were stud­ied, who respond­ed to the Inven­to­ry of Emo­tion­al Capac­i­ties for School­child­ren (ICEE). The vari­able age of the school­child­ren was also tak­en into account. As results, a medi­um lev­el of EI was obtained, where the main dif­fer­ences found by gen­der were in the dimen­sion empa­thy and rela­tion­ship man­age­ment. Age was a medi­at­ing vari­able in this connection. 

Key­words: Emo­tion­al Intel­li­gence, gen­der, emo­tion­al edu­ca­tion, age, schoolchilden.

Introducción

“Todo apren­diza­je tiene una base emo­cional”. La asertivi­dad de esta expre­sión ha inspi­ra­do y mov­i­liza­do a lo largo del tiem­po a cien­tí­fi­cos y estu­diosos de difer­entes ramas de las cien­cias sociales a com­pren­der el fun­cionamien­to del com­po­nente emo­cional en los seres humanos, entendién­dolas des­de una posi­ción bio-psi­co-social, para poder fun­da­men­tar la com­ple­ji­dad a la que se suscriben. Por ello, cabe destacar que las emo­ciones son impre­scindibles, pues deter­mi­nan nue­stros esta­dos físi­cos y psi­cológi­cos per­mi­tien­do la inter­ac­ción con el con­tex­to y las situa­ciones que este propicia.

Es cono­ci­do que las emo­ciones poseen var­ios gra­dos de inten­si­dad y son muy diver­sas. En la actu­al­i­dad no se cuen­ta con un pleno desar­rol­lo de con­struc­tos que las puedan explicar del todo, a pesar de ello, sí se ha podi­do deter­mi­nar que exis­ten capaci­dades que per­miten mold­ear­las a favor de nues­tras necesi­dades. Gole­man (1998), arribó a dicha con­clusión, la nom­bró “Inteligen­cia Emo­cional” y la con­cep­tu­al­izó como: “La capaci­dad de recono­cer nue­stros pro­pios sen­timien­tos, los sen­timien­tos de los demás, moti­varnos y mane­jar de for­ma ade­cua­da las rela­ciones que sosten­emos con los demás y con nosotros mis­mos (pág. 196)”.

Este con­cep­to fue el pun­to de par­ti­da que deter­minó la impor­tan­cia de ser emo­cional­mente inteligente porque cono­cién­donos a nosotros mis­mos y apren­di­en­do a con­tro­lar nue­stros pro­pios esta­dos emo­cionales, sin reprim­ir­los, desar­rol­lam­os la habil­i­dad de mover­los a nues­tra vol­un­tad y mov­i­lizar­los en fun­ción de nue­stros obje­tivos. Y una vez dom­i­nadas nues­tras propias emo­ciones resul­ta factible recono­cer, com­pren­der y mane­jar la de los demás.

Estos ref­er­entes teóri­cos demues­tran su efec­tivi­dad en la prác­ti­ca en for­ma de mod­e­lo. Daniel Gole­man lo for­muló a través de cin­co dimen­siones prin­ci­pales: auto­conocimien­to, auto­con­trol, auto­mo­ti­vación, empatía y mane­jo de rela­ciones. Este obtu­vo gran aceptación por su per­ti­nen­cia, ser una per­sona emo­cional­mente inteligente con­tribuye con el bien­es­tar per­son­al y social.

De for­ma gen­er­al lo plantea­do por Gole­man (1998) en la prác­ti­ca per­mite que las per­sonas logren un desem­peño exi­toso en los dis­tin­tos ámbitos de actuación por los que se mueven, máxime en el educa­ti­vo. Aquí emerge la con­cep­tu­al­ización de edu­cación emo­cional, la cual según Bis­quer­ra (2003) es enten­di­da como un pro­ce­so que pre­tende poten­ciar el desar­rol­lo emo­cional como com­ple­men­to indis­pens­able del desar­rol­lo cog­ni­ti­vo, lo que con­tribuye a la for­ma­ción de una per­son­al­i­dad inte­gra y un bien­es­tar gen­er­al asociado.

Para estim­u­lar estos pro­ce­sos y realizar un tra­ba­jo más efi­caz es nece­sario tomar en cuen­ta las difer­en­cias indi­vid­uales y cono­cer la reper­cusión que tienen otras vari­ables sobre las emociones.

Tal es el caso de la iden­ti­dad de género, pues es una con­struc­ción social que des­de impli­ca­ciones biológ­i­cas y psi­cológ­i­cas condi­ciona a la per­sona a desar­rol­lar estrate­gias emo­cionales difer­en­ci­adas según su género. Autores como (Gartzia, Aritze­ta , Bal­luer­ka, y Bar­berá, 2012; Stew­art y Mcder­mott, 2004; Trinidad, Fer­nán­dez-Berro­cal, Mon­tañés, & Latorre, 2008) plantean que estas estrate­gias son deposi­tadas en for­ma de exi­gen­cias o expec­ta­ti­vas, donde a los varones se le incul­ca may­or inde­pen­den­cia, ambi­ción, una alta ori­entación a la tarea, etc. mien­tras que de las fémi­nas se espera may­or empatía, sol­i­dari­dad, socia­bil­i­dad, etc.

A pesar de ello se con­sid­era que con una poten­ciación ade­cua­da ambos géneros pueden desar­rol­lar favor­able­mente sus capaci­dades emo­cionales. Por estas razones, esta inves­ti­gación se pro­pone realizar una car­ac­ter­i­zación de la relación que se establece entre la Inteligen­cia Emo­cional y el género en una mues­tra de esco­lares de la provin­cia de La Habana en el año 2022.

Desarrollo

Asum­i­mos un enfoque cuan­ti­ta­ti­vo, para poder realizar una aprox­i­mación y cap­turar la relación que se establece entre la IE, el género y la edad en su con­tex­to nat­ur­al, y demostrar sí lo referi­do en la teoría coin­cide con los datos recolec­ta­dos. Además, con­sti­tuye un estu­dio descrip­ti­vo-cor­rela­cional porque per­mite car­ac­teri­zar y aso­ciar estas vari­ables (Hernán­dez-Sampieri & Men­doza, 2018).

Pos­te­ri­or­mente se aplicó el Inven­tario de Capaci­dades Emo­cionales para Esco­lares (ICEE) a cada gra­do. A con­tin­uación su disposición:

Tabla 1: Variable, Dimensiones, Indicadores del Inventario de Capacidades Emocionales para escolares (ICEE).
Fuente: (Torrado, 2021)

Para el proce­samien­to de la infor­ma­ción se empleó el Paque­te Estadís­ti­co para Cien­cias Sociales, SPSS 22. Y la Tabla de Bare­mos cor­re­spon­di­entes a cada dimen­sión. Impor­tante señalar que en el caso de los indi­cadores se anal­izan des­de el ran­go cor­re­spon­di­ente a la dimen­sión a la que pertenece. A con­tin­uación estos datos:

La mues­tra con­tó con un total de 264 estu­di­antes, que pertenecen a los gra­dos 4to, 5to y 6to de las escue­las pri­marias “Car­los Hernán­dez”, “Juan Tri­ana” y “Nés­tor Aranguren”, de la provin­cia de La Habana en el año 2022. El 53,03% de los par­tic­i­pantes se encuen­tra rep­re­sen­tan­do al sexo femeni­no, mien­tras que el 46,96% restante al mas­culi­no. En la vari­able edad, se observó un pre­do­minio de esco­lares con 11 años (53%), segui­do por los esco­lares que poseen 10 años (42%) y por últi­mo los de 9 años (4,9%).

Tabla 2: Baremos para evaluar el desarrollo de la Inteligencia Emocional y sus dimensiones.
Per­centiles Auto­conocimien­to Auto­con­trol Auto­mo­ti­vación Empatía Mane­jo de relaciones IE
Muy bajo < 3,00 < 3,00 < 3,83 < 3,17 <3,33 < 3,54
Bajo 3,00 a 3,49 3,00 a 3,49 3,83 a 4,15 3,17 a 3,65 3,33 a 3,82 3,54 a 3,72
Medio 3,50 a 3,99 3,50 a 3,99 4,16 a 4,32 3,66 a 3,99 3,83 a 4,15 3,73 a 3,95
Alto 4,00 a 4,24 4,00 a 4,49 4,33 a 4,65 4,00 a 4,32 4,16 a 4,49 3,96 a 4,18
Muy alto 4,25 a 5,00 4,50 a 5,00 4,66 a 5,00 4,33 a 5,00 4,50 a 5,00 4,19 a 5,00
Fuente: (Torrado, 2021)

Resultados

Niv­el de desar­rol­lo de la IE 

El val­or prome­dio de desar­rol­lo de IE alcan­za­do por los esco­lares fue de 3,81, lo cual sig­nifi­ca un niv­el medio según la escala uti­liza­da. Aunque, el análi­sis de las dimen­siones y sus indi­cadores mues­tran algu­nas difer­en­cias. Así, si bien casi todas las dimen­siones mues­tran tam­bién un val­or medio, la dimen­sión mane­jo de rela­ciones mostró un niv­el bajo, lo que se cor­re­sponde con lo encon­tra­do por González y Tor­res (2012) y es apoy­a­do por lo, plantea­do por Shapiro (1997) que a estas edades, aún no existe un desar­rol­lo pleno de las habil­i­dades sociales.

Respec­to a los indi­cadores, desta­ca la Moti­vación de Logro de la dimen­sión Auto­mo­ti­vación, con un val­or muy alto. Por su parte, con val­ores muy bajos, se encuen­tran el Enfrentamien­to al fra­ca­so, tam­bién de la dimen­sión Auto­mo­ti­vación y el Reconocimien­to de las causas de las emo­ciones aje­nas, de la dimen­sión Empatía.

Niv­el de desar­rol­lo de la IE por género

De for­ma gen­er­al, los resul­ta­dos obtenidos en ambos géneros son homogé­neos, y se man­i­fi­es­tan en un desar­rol­lo medio de la Inteligen­cia Emo­cional. Pero los respec­tivos análi­sis por dimen­siones e indi­cadores, mues­tran difer­en­cias. Por dimen­siones se observó que:

  • Auto­conocimien­to y Auto­con­trol: mues­tran un desar­rol­lo medio para ambos géneros.
  • Auto­mo­ti­vación: expo­nen un desar­rol­lo alto para ambos géneros.
  • Empatía y Mane­jo de rela­ciones: refieren que las fémi­nas poseen un niv­el medio de desar­rol­lo de estas dos dimen­siones, mien­tras que sus coetá­neos mas­culi­nos obtu­vieron un niv­el de desar­rol­lo bajo en ellas. Esto coin­ci­dente con lo encon­tra­do por Zavala, Valadez, y Var­gas (2008) en esco­lares peru­anos, por González (2021) en esco­lares cubanos y por Ugar­riza y Pajares (2005) en ado­les­centes españoles.

De for­ma difer­en­ci­a­da por indicadores:

  • Las fémi­nas: obtiene mejor niv­el de desar­rol­lo que sus coetá­neos en la Moti­vación de logro, Inter­pre­tar señales no ver­bales en los otros, Recono­cer las causas de las emo­ciones aje­nas, Pon­erse en el lugar del otro y ser con­sciente de las necesi­dades y pre­ocu­pa­ciones aje­nas y en el Mane­jo de conflictos.
  • Los varones: desta­can con un niv­el medio de desar­rol­lo por enci­ma de las fémi­nas en las Expec­ta­ti­vas de éxito.

Cor­relación entre género e IE

La cor­relación ® entre ambas vari­ables fue de -,133* con una Sig Bilat­er­al de 0,031. Esto datos indi­can según Martínez, Tuya, Martínez, Pérez, y Cáno­vas (2009) que se pro­duce una cor­relación sig­ni­fica­ti­va entre ambas vari­ables pero de for­ma escasa y con una direc­ción negativa.

Por dimen­siones:

  • Cor­rela­ciona sig­ni­fica­ti­va­mente: la empatía (r= -.246**, Sig.= ‚000) y el mane­jo de rela­ciones (r= -.150*, Sig.= ‚015). Se mantiene, la direc­ción neg­a­ti­va y el niv­el esca­so de correlación.
  • No se hal­laron cor­rela­ciones de la IE con el auto­conocimien­to, el auto­con­trol y la automotivación.

En los indicadores:

  • No cor­rela­cio­nan todos aque­l­los que pertenecen a las dimen­siones auto­conocimien­to, auto­con­trol y auto­mo­ti­vación. Al igual que el Establec­imien­to de rela­ciones que pertenece a la dimen­sión mane­jo de relaciones.
  • Cor­rela­cio­nan sig­ni­fica­ti­va­mente todos aque­l­los cor­re­spon­di­entes a la dimen­sión empatía: Inter­pre­tar señales emo­cionales no ver­bales en los otros (r= -.187**, Sig.= ‚002), Recono­cer causas de las emo­ciones aje­nas (r= -.177**, Sig.= ‚004) y pon­erse en el lugar del otro y ser con­sciente de las necesi­dades y pre­ocu­pa­ciones aje­nas (r= -.218**, Sig.= ‚000). Y dos de los tres cor­re­spon­di­entes a la dimen­sión mane­jo de rela­ciones: Mane­jo de con­flic­tos (r= -.139*, Sig.= ‚024) y Pro­mover respues­tas deseables en los otros (r= -.131*, Sig.= ‚034).

Estos datos están infor­man­do que las fémi­nas pre­sen­tan un mejor niv­el de desar­rol­lo de la IE de for­ma gen­er­al y por dimen­siones e indi­cadores. Los mejores nive­les de desar­rol­lo en las fémi­nas se dan en la empatía y el mane­jo de rela­ciones. Lo que es coin­ci­dente con lo detec­ta­do con ante­ri­or­i­dad en los análi­sis del niv­el de desar­rol­lo de la IE y con los plantea­do por Gole­man (1995) pues él ase­gu­ra que las mujeres sue­len ser más empáti­cas y socia­bles que los hom­bres, porque cap­tan mejor los sen­timien­tos que se refle­jan en el ros­tro, en el tono de la voz o en otra expre­sión no ver­bal. Esto les facili­ta rela­cionarse y estable­cer lazos afec­tivos mucho mejor.

Cor­relación entre edad e IE

La edad y la IE pre­sen­taron una r= ‚128*, Sig.= ‚037. Por lo que es com­pren­di­da como una cor­relación sig­ni­fica­ti­va, escasa y que posee una direc­ción pos­i­ti­va. La direc­ción pos­i­ti­va nos indi­ca pro­por­cional­i­dad, a may­or edad mejor niv­el de desar­rol­lo de la IE.

Por dimen­siones:

  • Cor­rela­cionaron sig­ni­fica­ti­va­mente: la auto­mo­ti­vación y la empatía. Con una direc­ción pos­i­ti­va y un niv­el esca­so de desarrollo.
  • No cor­rela­cio­nan: el auto­conocimien­to, el auto­con­trol y el mane­jo de relaciones.

En los indi­cadores, solo cor­rela­cio­nan sig­ni­fica­ti­va­mente la Reori­entación de emo­ciones per­tur­bado­ras de la dimen­sión auto­con­trol, el Enfrentamien­to al fra­ca­so de la dimen­sión auto­mo­ti­vación, y el Pon­erse en el lugar del otro y ser con­sciente de las necesi­dades y pre­ocu­pa­ciones aje­nas, cor­re­spon­di­entes a la Empatía. Todas coin­ci­den en ten­er una direc­ción pos­i­ti­va y un niv­el esca­so de correlación.

Resul­ta­dos sim­i­lares, en cuan­to a la pro­por­cional­i­dad y la relación de la edad con el niv­el de desar­rol­lo de la IE, refiere Mer­chán (2017) en su inves­ti­gación con niños de escue­las pri­marias de cen­tros públi­cos y con­cer­ta­dos de la Comu­nidad Autóno­ma de Extremadu­ra, España.

Relación de la Edad con la IE y el género

En el sigu­iente grá­fi­co se puede obser­var que se pre­sen­tan difer­en­cias en cuan­to al niv­el de desar­rol­lo de la IE por género y edad.

Gráfico 1: Nivel de desarrollo de la IE según la edad y el género.

Fuente: Elab­o­ración propia

En los varones se pro­duce una dis­min­u­ción con el avance de la edad del niv­el de desar­rol­lo de la IE y en las hem­bras se obser­va un aumen­to de éste. Ambos esco­lares alcan­zan val­ores bajos a los 10 años pero pos­te­ri­or­mente este niv­el asciende a un niv­el medio a los 11 años.

Por dimen­siones:

  • En los varones de 10 años el niv­el de desar­rol­lo dis­min­uye para el Auto­conocimien­to, Auto­mo­ti­vación, Empatía y Mane­jo de rela­ciones en com­para­ción con sus coetá­neos de 9 años. Sien­do la edad y el género con menor niv­el de desar­rol­lo de for­ma general.
  • En las fémi­nas de 10 años dis­min­uye solo el niv­el de desar­rol­lo de la dimen­sión auto­mo­ti­vación, en com­para­ción con las fémi­nas de 9 años. No obstante, pre­sen­tan un aumen­to del niv­el de desar­rol­lo en el mane­jo de relaciones.
  • A los 11 años las fémi­nas pre­sen­tan un niv­el de desar­rol­lo may­or en la empatía que el pre­sen­ta­do en las fémi­nas a los 10 años.
  • El auto­con­trol pre­sen­tó un niv­el de desar­rol­lo medio para todas las edades y géneros.
  • De for­ma gen­er­al, los mejores resul­ta­dos los obtu­vieron las fémi­nas de 11 años y los varones de 9 años.

Por indi­cadores:

  • A los 10 años se pre­sen­tan dis­min­u­ciones del niv­el de desar­rol­lo tan­to para varones como para hem­bras. Sin embar­go, los varones pre­sen­tan un may­or número.
  • Para ambos géneros se pro­ducen aumen­tos en el niv­el de desar­rol­lo, prin­ci­pal­mente a los 11 años, pero las fémi­nas pre­sen­tan más aumen­tos que los varones.

En resumen, se con­sta­ta a la edad como vari­able medi­ado­ra en la relación IE y género.

Conclusiones

La mues­tra estu­di­a­da pre­sen­ta un niv­el de desar­rol­lo medio de la IE según la escala pre­sen­ta­da. A pesar de ello, emer­gen difer­en­cias cuan­do se pro­cede a exam­i­nar sus respec­ti­vas dimen­siones e indi­cadores. Desta­ca con un bajo niv­el de desar­rol­lo el mane­jo de rela­ciones, mien­tras las otras dimen­siones pre­sen­tan un niv­el medio. Por indi­cadores se apre­cia may­or het­ero­genei­dad en los nive­les de desarrollo.

Las prin­ci­pales difer­en­cias encon­tradas entre el género y la IE recaen en las dimen­siones empatía y mane­jo de rela­ciones. Donde las fémi­nas obtu­vieron un niv­el de desar­rol­lo may­or que sus coetá­neos varones. Igual­mente sucede en algunos indi­cadores, las fémi­nas obtienen nive­les de desar­rol­lo may­ores que los alcan­za­dos por los varones.

Se pre­sen­tan cor­rela­ciones sig­ni­fica­ti­vas de for­ma gen­er­al entre las vari­ables género y edad con respec­to a la IE. Aunque, por dimen­siones e indi­cadores se apre­cian que no todas cor­rela­cio­nan. Tam­bién se con­fir­ma que la edad es medi­ado­ra entre la relación género e inteligen­cia emocional.

Referencias bibliográficas

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