PROMOVIENDO APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL. GESTIÓN DE LECCIONES APRENDIDAS EN FORMATUR CAMAGÜEY

Iliana Rosa Cervantes Alonso
Gretel Mercedes González Martínez

Centro de Capacitación del Turismo, Formatur Camagüey. Cuba

Resumen

En el Cen­tro de Capac­itación del Tur­is­mo, For­matur Cam­agüey, el conocimien­to crea­do por equipos de tra­ba­jo en la solu­ción de prob­le­mas de la prác­ti­ca educa­ti­va o de inves­ti­gación-desar­rol­lo no siem­pre ha encon­tra­do vías ade­cuadas de social­ización, per­manece como conocimien­to tác­i­to en algunos indi­vid­u­os, no se exter­nal­iza, lo que limi­ta el cap­i­tal int­elec­tu­al de esta orga­ni­zación. Se sigu­ió un par­a­dig­ma cual­i­ta­ti­vo, medi­ante un esque­ma de inves­ti­gación-acción-par­tic­i­pación, el cual per­mi­tió val­i­dar un pro­ced­imien­to que estruc­tura­do en fas­es (preparación, exte­ri­or­ización, com­bi­nación, val­i­dación, pub­li­cación e inte­ri­or­ización) posi­bili­ta recu­per­ar el conocimien­to crea­do, la expe­ri­en­cia adquiri­da, en for­ma de lec­ciones apren­di­das (Lessons Learned) para la orga­ni­zación For­matur Cam­agüey. El pro­ced­imien­to se aplicó en dos proyec­tos desar­rol­la­dos con altos cri­te­rios de efec­tivi­dad, cal­i­dad e impacto, lográn­dose for­malizar los apren­diza­jes alcan­za­dos que fueron puestos a dis­posi­ción de la orga­ni­zación. Se cuen­ta con una her­ramien­ta de gestión del conocimien­to, que trib­u­ta al apren­diza­je organizacional.

Pal­abras claves: apren­diza­je orga­ni­za­cional; gestión del conocimien­to; cap­i­tal int­elec­tu­al; lec­ciones aprendidas.

Abstract

In the Train­ing Cen­ter of Tourism, For­matur Cam­agüey, the knowl­edge cre­at­ed by work teams in the solu­tion of prob­lems of the edu­ca­tion­al prac­tice or research & devel­op­ment has not always found ade­quate ways of social­iza­tion, it remains as tac­it knowl­edge in some indi­vid­u­als, it is not exter­nal­ized, which lim­its the intel­lec­tu­al cap­i­tal of this orga­ni­za­tion. Fol­low­ing a qual­i­ta­tive par­a­digm, by a research-action-par­tic­i­pa­tion scheme, which allowed to val­i­date a pro­ce­dure that struc­tured in phas­es (prepa­ra­tion, exter­nal­iza­tion, com­bi­na­tion, val­i­da­tion, pub­li­ca­tion and inter­nal­iza­tion) makes it pos­si­ble to recov­er the knowl­edge cre­at­ed, the expe­ri­ence learnt, in form of lessons learned (LL) for this orga­ni­za­tion. The pro­ce­dure was applied in two projects exe­cut­ed with high cri­te­ria of effec­tive­ness, qual­i­ty and impact. That pro­ce­dure allowed for­mal­iz­ing the teams’ knowl­edge, which was made avail­able to the orga­ni­za­tion. There is a knowl­edge man­age­ment tool that con­tributes orga­ni­za­tion­al learning.

Key words: orga­ni­za­tion­al learn­ing; knowl­edge man­age­ment; intel­lec­tu­al cap­i­tal; lessons learned.

Introducción

En el ambi­ente dinámi­co y alta­mente com­pet­i­ti­vo de la época las orga­ni­za­ciones requieren inno­var, gener­ar val­or medi­ante el conocimien­to para la creación de nuevos pro­duc­tos y ser­vi­cios. Para ello nece­si­tan con­tar con tal­en­to humano com­pe­tente y opti­mizar los pro­ce­sos de apren­diza­je a todos los nive­les (indi­vid­ual, gru­pal y orga­ni­za­cional), de modo que el conocimien­to se com­par­ta y val­orice entre todos los miem­bros, que aumente el cap­i­tal int­elec­tu­al de la orga­ni­zación. Esto es váli­do tan­to para las orga­ni­za­ciones empre­sar­i­ales, como para las insti­tu­ciones educa­ti­vas, las que deben ser capaces de afrontar los cam­bios de man­era proac­ti­va, ori­en­tarse a la mejo­ra y pro­mo­ción del cam­bio en su entorno (Almuiñas y Galarza, 2015; De Fre­itas y Yaber, 2015; Rodríguez-Gómez y Gairín, 2015).

Difer­entes autores han definido el apren­diza­je orga­ni­za­cional (Fiol & Lyles, 1995; Prob­st y otros, 2004). El apren­diza­je orga­ni­za­cional es pro­ce­so y resul­ta­do, es el pro­ce­so medi­ante el cual las per­sonas y gru­pos den­tro de la orga­ni­zación desar­rol­lan nuevas com­pe­ten­cias, y en tér­mi­nos de resul­ta­do sería el conocimien­to “apre­hen­di­do”, las com­pe­ten­cias demostradas de los miem­bros, que, apli­cadas en el tra­ba­jo, les per­mite alcan­zar efi­ca­cia. No debe enten­der­se como la suma del apren­diza­je indi­vid­ual, más que eso es con­struc­ción colec­ti­va, surge en la inter­ac­ción de las per­sonas durante la solu­ción de prob­le­mas, y se con­sid­era una exi­gen­cia para que la orga­ni­zación evolu­cione y sea capaz de enfrentar las deman­das del entorno. Por otra parte, la gestión del conocimien­to incluye las activi­dades de adquisi­ción, alma­ce­namien­to, creación, social­ización, val­i­dación y apli­cación del conocimien­to para mejo­rar los resul­ta­dos (Bernal y otros, 2014).

Exis­ten numerosas inter­preta­ciones acer­ca de ambos tér­mi­nos y de la relación entre ellos (Angu­lo, 2017). Para la auto­ra la gestión del conocimien­to se puede enten­der como estrate­gia, modo de gestión, como her­ramien­ta para facil­i­tar el apren­diza­je orga­ni­za­cional; porque el conocimien­to no se ges­tiona solo para acu­mu­la­rlo, sino para con­ver­tir­lo en capaci­dades de la empre­sa para resolver prob­le­mas, crear nuevos ser­vi­cios o pro­duc­tos, mejo­rar las prác­ti­cas de gestión, inno­var. Se con­cuer­da con Angu­lo (2017) en que la gestión del conocimien­to y el apren­diza­je orga­ni­za­cional desar­rol­lan el cap­i­tal int­elec­tu­al de la orga­ni­zación en todos sus nive­les y para ello jue­ga un papel impor­tante la gestión por competencias.

Acos­ta y Fis­ch­er (2013) sin­te­ti­zan las condi­ciones nece­sarias para posi­bil­i­tar la gestión del conocimien­to, a par­tir de difer­entes aporta­ciones (Non­a­ka & Tauchi, 1995; Law­son & Sam­son, 2001; Leonard-Bar­ton, 1995; Gold, Mal­ho­tra, & Segars, 2001). Des­de el pun­to de vista inter­no señalan el propósi­to estratégi­co, la estruc­tura flex­i­ble, las tec­nologías de la infor­ma­ción y las comu­ni­ca­ciones y un ambi­ente de aper­tu­ra, comu­ni­cación y com­pro­miso; y des­de lo exter­no, el entorno com­pet­i­ti­vo que induce a la creación de mecan­is­mos para adquirir la infor­ma­ción y el conocimien­to pre­cisos a la orga­ni­zación. De Fre­itas y Yaber (2015) resumen los fac­tores críti­cos de éxi­to de los sis­temas de gestión del conocimien­to en fac­tores humanos, orga­ni­za­cionales y tec­nológi­cos. Por otra parte, se han descrito dimen­siones nece­sarias para el apren­diza­je orga­ni­za­cional que están rela­cionadas con el apren­diza­je con­tin­uo de los miem­bros, el tra­ba­jo en equipo, la creación de una cul­tura de exper­i­mentación, cues­tion­amien­to y diál­o­go, el con­tar con sis­temas que per­mi­tan cap­tar y com­par­tir el apren­diza­je, una direc­ción estratég­i­ca capaz de gener­ar visión com­par­ti­da y empoder­ar a los miem­bros, pen­samien­to glob­al y de sis­tema que conecte lo inter­no y exter­no de la orga­ni­zación (Argyris y Schon, 1978; Sen­ge, 1990). En ambos enfo­ques se encuen­tran muchos pun­tos de contacto.

Autores con­sid­er­a­dos clási­cos del tema (Non­a­ka y Takeuchi, 1995) han apor­ta­do el mod­e­lo SECI que expli­ca los mod­os de con­ver­tir el conocimien­to en la orga­ni­zación. Sin embar­go, no siem­pre lle­var a la prác­ti­ca tales pro­ce­sos de con­ver­sión resul­ta sen­cil­lo, sobre todo cuan­do es nece­sario que el apren­diza­je que logran los equipos de tra­ba­jo en la solu­ción de prob­le­mas de difer­ente nat­u­raleza se explicite para hac­er­lo trans­par­ente a toda la orga­ni­zación y que se incor­pore a las prác­ti­cas de tra­ba­jo, lo que equiv­ale a legit­i­mar el nue­vo conocimien­to con­stru­i­do. Insti­tu­cionalizar las mejores prác­ti­cas es lo que puede con­tribuir a su per­ma­nen­cia, exten­sión a otros miem­bros, rentabil­i­dad de los esfuer­zos, lo que con­sti­tuiría una inno­vación orga­ni­za­ti­va (Rodríguez-Gómez y Gairín, 2015). En la vida cotid­i­ana de las orga­ni­za­ciones exis­ten diver­sos prob­le­mas que lim­i­tan el aprovechamien­to del conocimien­to para mejo­rar la com­pet­i­tivi­dad (De Armas-Jacomi­no y Valdés-Ramírez; 2016) y se plantean mod­e­los para dis­tribuir el conocimien­to rel­e­vante entre los difer­entes pro­ce­sos de gestión del conocimien­to has­ta la apli­cación de este (Donate y Sánchez, 2015).

Una de las her­ramien­tas que se emplean para la con­ver­sión del conocimien­to son las denom­i­nadas prác­ti­cas de Lec­ciones Apren­di­das o Lessons Learned (LL), que se definen como los apren­diza­jes adquiri­dos, la expe­ri­en­cia gana­da, durante la eje­cu­ción de un proyec­to. Son conocimien­tos que sur­gen de la expe­ri­en­cia adquiri­da por los involu­cra­dos en el ciclo de eje­cu­ción de un proyec­to, sobre prác­ti­cas y enfo­ques que facil­i­tan su desar­rol­lo para alcan­zar las metas o sobre las difi­cul­tades que lo afec­taron y lim­i­taron para con­seguir sus obje­tivos, tan­to en cal­i­dad como en can­ti­dad y que brin­da un val­or agre­ga­do en la direc­ción, for­mu­lación y eje­cu­ción de futur­os proyec­tos, o cor­re­gir pro­ce­sos durante su desar­rol­lo (Fer­nán­dez, 2008; Mil­ton, 2009).

El obje­ti­vo de los pro­ce­sos de LL es com­par­tir y uti­lizar el conocimien­to deriva­do de la expe­ri­en­cia con la final­i­dad de pro­mover los resul­ta­dos desea­d­os y asimis­mo evi­tar la ocur­ren­cia de fra­ca­sos o resul­ta­dos neg­a­tivos. Como prác­ti­ca, las LL incluyen el pro­ce­so de iden­ti­fi­cación, doc­u­mentación, val­i­dación y dis­em­i­nación de las lec­ciones apren­di­das (Díaz y otros, 2015; Mil­ton, 2009; PM4R, 2013; Rowe and Sikes, 2006 cita­dos por Vig­nos, 2014).

Algunos han lla­ma­do la aten­ción sobre las dimen­siones de la cal­i­dad de las LL que per­mi­tan iden­ti­ficar qué clases de lec­ciones son más efec­ti­vas en tér­mi­nos de apren­diza­jes y trans­fer­en­cia del conocimien­to, para lo cual las LL no deberán explicar qué y cómo, sino tam­bién por qué, ya que ello con­tribuye a tomar deci­siones infor­madas a los usuar­ios de estas y propende a la mejo­ra con­tin­ua (Lo y Fong, 2010; Mil­ton, 2010, 2016). De las dimen­siones que pueden con­tribuir a la cal­i­dad de las LL (Lo y Fong, 2010), se enfa­ti­za en ubi­cación, impor­tan­cia y aplic­a­bil­i­dad, que pro­por­cio­nan un mar­co de tiem­po-espa­cio-alcance, la com­pren­sivi­dad (uso apropi­a­do del idioma, con la ter­mi­nología ajus­ta­da a los des­ti­natar­ios de las LL) y la per­spec­ti­va de los ¿por qué?, es decir la reflex­ión sobre las elec­ciones hechas. Final­mente, el resul­ta­do de las LL debe sig­nificar un cam­bio en la orga­ni­zación, ya sea en pro­ced­imien­tos, actu­al­ización o desar­rol­lo de nor­mas, políti­cas, prác­ti­cas, etc. Para lograr en una orga­ni­zación realizar pro­ce­sos efec­tivos de LL se debe ten­er en cuen­ta el con­tex­to, Ba, (Non­a­ka y Kon­no, 1998) como espa­cio de inter­ac­ción entre los miem­bros que per­mite la creación y el com­par­tir el conocimien­to. Duffield y Whit­ty (2012) anal­izan vari­ables facil­i­ta­do­ras y bar­reras a los pro­ce­sos de LL en los que con­sid­er­an el apren­diza­je, la cul­tura, los equipos, las tec­nologías, el pro­ce­so mis­mo y la infraestructura.

El Cen­tro de Capac­itación del Tur­is­mo, For­matur Cam­agüey, como parte de su mis­ión debe respon­der a las deman­das de las enti­dades turís­ti­cas, ya sea desar­rol­lan­do sus recur­sos humanos o con activi­dades de inves­ti­gación-desar­rol­lo (I+D) que con­tribuyan a resolver prob­le­mas y mejo­rar los resul­ta­dos del tur­is­mo, en el entorno reta­dor, pro­pio de la actu­al­ización del mod­e­lo económi­co del país. Esta insti­tu­ción ha eje­cu­ta­do una estrate­gia de for­ma­ción con­tin­ua de su cap­i­tal humano que le ha per­mi­ti­do afrontar con resul­ta­dos recono­ci­dos los nuevos retos. Sin embar­go, las expe­ri­en­cias detrás de los resul­ta­dos, las bue­nas prác­ti­cas, el conocimien­to crea­do, más allá del conocimien­to en una temáti­ca especí­fi­ca que que­da recogi­do en informes de inves­ti­gación, no ha encon­tra­do siem­pre vías ade­cuadas de social­ización; en no pocas oca­siones se que­da en el dis­cur­so, con el con­se­cuente ries­go de olvi­do y pér­di­da. Se ha obser­va­do resisten­cia a doc­u­men­tar los apren­diza­jes resul­tantes de expe­ri­en­cias nove­dosas, tan­to en lo docente educa­ti­vo, como en la gestión de proyec­tos de I+D, lo que ha esta­do aso­ci­a­do tam­bién a no saber cómo hac­er­lo. Estas difi­cul­tades las­tran el cap­i­tal int­elec­tu­al de esta organización.

Por tan­to, en esta orga­ni­zación se ha recono­ci­do la necesi­dad de “extraer” y for­malizar lo que apren­den los equipos durante la eje­cu­ción de deter­mi­na­dos proyec­tos para que sea social­iza­do a todos los miem­bros, qué prác­ti­cas son útiles y efi­caces, qué prác­ti­cas pre­venir para evi­tar errores, qué expe­ri­en­cias trasmi­tir a los otros en tér­mi­nos de lec­ciones apren­di­das. En con­se­cuen­cia, el prob­le­ma iden­ti­fi­ca­do es: ¿cómo recu­per­ar el conocimien­to gen­er­a­do en los equipos de tra­ba­jo de For­matur Camagüey?

Se ha resalta­do la rel­e­van­cia de prop­i­ciar inves­ti­ga­ciones empíri­c­as sobre aspec­tos rela­ciona­dos con la creación y el uso del conocimien­to, para con­tribuir a trazar e imple­men­tar estrate­gias de gestión del conocimien­to ajus­tadas a las orga­ni­za­ciones, que posi­biliten lograr un mejor aprovechamien­to del conocimien­to en la gen­eración de val­or (Bernal y otros, 2014; López Vil­lar­real, 2019). De ahí que se planteó el obje­ti­vo: val­i­dar un pro­ced­imien­to para las prác­ti­cas de lec­ciones apren­di­das en For­matur Camagüey.

Metodología

Se sigu­ió un par­a­dig­ma cual­i­ta­ti­vo, medi­ante un esque­ma de inves­ti­gación-acción-par­tic­i­pación (Hernán­dez y otros, 2014) eje­cu­ta­do en el Cen­tro de Capac­itación del Tur­is­mo, For­matur Cam­agüey. Se escoge este tipo de dis­eño por la necesi­dad de involu­crar a los miem­bros de la orga­ni­zación en el esclarec­imien­to del prob­le­ma y en el pro­ce­so de encon­trar las solu­ciones este. Por tan­to, el estu­dio sigu­ió este pro­ce­so: esclarec­imien­to de la prob­lemáti­ca de la orga­ni­zación (no se recu­per­an los apren­diza­jes colec­tivos), iden­ti­fi­cación de expe­ri­en­cias de tra­ba­jo en equipos en la orga­ni­zación que eran sus­cep­ti­bles de “analizar” para extraer y recu­per­ar el conocimien­to gen­er­a­do en for­ma de LL, selec­ción de algu­nas de estas expe­ri­en­cias (mues­tra) para pro­ced­er a su análi­sis, estruc­turación del pro­ce­so de análi­sis, eje­cu­ción del pro­ce­so, análi­sis de los resul­ta­dos obtenidos, imple­mentación de la her­ramien­ta de LL. Para la real­ización del pro­ce­so descrito se realizaron ron­das de tra­ba­jo gru­pal con el colec­ti­vo docente.

Se establecieron los cri­te­rios para iden­ti­ficar qué expe­ri­en­cias de la orga­ni­zación podían selec­cionarse para extraer sus LL, estos fueron los cri­te­rios de efec­tivi­dad, cal­i­dad e impacto. A saber:

  • Efec­tivi­dad: se refiere al alcance de los obje­tivos plan­i­fi­ca­dos en el proyec­to en cuestión.
  • Cal­i­dad: tiene en cuen­ta el mar­co de ref­er­en­cia de los clientes del proyec­to, da cuen­ta del gra­do de sat­is­fac­ción de los des­ti­natar­ios o agentes intere­sa­dos en el proyecto.
  • Impacto: rep­re­sen­ta en tér­mi­nos med­i­bles (cuan­ti­ta­tivos o cual­i­ta­tivos) el efec­to del proyec­to, los cam­bios provo­ca­dos en el obje­to al que esta­ba dirigido.

Sobre esta base se tra­ba­jó con una mues­tra inten­cional de dos proyec­tos eje­cu­ta­dos con recono­ci­dos resul­ta­dos: gestión de un even­to cien­tí­fi­co (III Sem­i­nario de Com­pet­i­tivi­dad Turís­ti­ca Cam­agüey, 2019) y un proyec­to de I+D propi­a­mente (Mejo­ra del pro­duc­to restau­ración en el Com­ple­jo hotele­ro Islazul Cam­agüey). Durante el pro­ce­so de análi­sis en el primer caso par­ticipó la comisión orga­ni­zado­ra, equipo de tra­ba­jo que con­du­jo la gestión del even­to (9 inte­grantes) y en el segun­do caso con el equipo del proyec­to (5 miembros).

Las téc­ni­cas empleadas para la recolec­ción de la infor­ma­ción fueron tra­ba­jo en gru­pos (brain­storm­ing y grupo nom­i­nal). Se real­izó análi­sis de con­tenido de la infor­ma­ción, emple­an­do cat­e­gorías propias de los proyec­tos obje­tos de análisis.

Resultados

El primer pro­ce­so de iden­ti­fi­cación y cod­i­fi­cación de LL se real­izó con la gestión del even­to cien­tí­fi­co. Para ello se real­izó una sesión de tor­men­ta de ideas con los miem­bros de la comisión orga­ni­zado­ra, uti­lizan­do una estruc­tura de análi­sis según los aspec­tos que se con­sid­er­aron vitales para él, a saber: pro­gra­ma académi­co, activi­dades colat­erales, logís­ti­ca, fun­cionamien­to de la comisión organizadora.

Cuadro 1. Ejemplo de LL en la gestión de eventos científicos.
Cat­e­goría Lec­ción aprendida Efec­to
Comisión orga­ni­zado­ra 18. Con­stru­ir una atmós­fera cre­ati­va de trabajo. Aporte con­tin­uo de solu­ciones y alter­na­ti­vas. Moti­vación de los miembros.
Fuente: Elaboración propia.

El segun­do pro­ce­so, requir­ió dos sesiones de tra­ba­jo del equipo para la exte­ri­or­ización del conocimien­to. Se emplearon cat­e­gorías aso­ci­adas a las eta­pas de desar­rol­lo del proyec­to (planeación, orga­ni­zación, eje­cu­ción, con­trol y cierre), así como al equipo de trabajo.

Cuadro 2. Ejemplo de LL para la ejecución de proyectos de I+D en entidades turísticas.
Cat­e­goría Lec­ción aprendida Efec­to
Eta­pa Plan­i­fi­cación del proyecto 1. Realizar reunión pre­via del equipo con el direc­tor de la enti­dad para val­o­rar de con­jun­to problema/objetivos/ metas/indicadores de impacto Defini­ción clara de objetivos.
Iden­ti­fi­cación de los indi­cadores de impacto
Impli­cación del máx­i­mo jefe de la enti­dad cliente
Fuente: Elaboración propia.

De cada cat­e­goría de análi­sis se establecieron pre­vi­a­mente las pre­gun­tas de ref­er­en­cia y se reg­is­traron los aspec­tos pos­i­tivos y neg­a­tivos de la expe­ri­en­cia, según el cri­te­rio de los par­tic­i­pantes. A par­tir de esta pro­duc­ción gru­pal, se some­ten a con­sid­eración de los miem­bros de man­era inde­pen­di­ente e iter­a­ti­va has­ta lle­gar al con­sen­so. Luego, las LL ya for­mal­izadas fueron com­par­tidas con el resto de los miem­bros de la orga­ni­zación, enrique­ci­das en sesiones de tra­ba­jo gru­pal. Por últi­mo, fueron val­i­dadas por el Con­se­jo Cien­tí­fi­co del Cen­tro y pub­li­cadas, a dis­posi­ción de toda la organización.

El pro­ced­imien­to apli­ca­do, que resul­ta una her­ramien­ta para recu­per­ar LL en esta orga­ni­zación se describe a con­tin­uación (Fig. 1). Una vez definido el proyecto/proceso/resultado que a par­tir de su efec­tivi­dad, cal­i­dad e impacto debe ser obje­to de análi­sis, se lle­van a cabo las sigu­ientes fases:

1. Fase de Preparación del pro­ce­so de análi­sis, con­ll­e­va las sigu­ientes tareas

a) deter­mi­nación de par­tic­i­pantes, que sean per­sonas que han esta­do impli­cadas direc­ta­mente en el proyec­to, para que puedan apor­tar apren­diza­jes des­de la experiencia,

b) des­i­gnación del facil­i­ta­dor que pue­da actu­ar con neu­tral­i­dad, pero ten­ga las habil­i­dades para con­ducir la reflex­ión del equipo,

c) plan­i­fi­cación de los pro­ce­sos de exte­ri­or­ización y com­bi­nación del conocimien­to (estruc­turación del obje­to de análi­sis medi­ante la elab­o­ración de pre­gun­tas de ref­er­en­cia que ase­guren el alcance del ejer­ci­cio, es impor­tante con­sid­er­ar tan­to las expe­ri­en­cias pos­i­ti­vas como las neg­a­ti­vas, que incluyan cumplim­ien­to de los obje­tivos, bar­reras, ries­gos, cómo las nor­ma­ti­vas o ase­gu­ramien­tos insti­tu­cionales con­tribuyen o no al resul­ta­do, sug­eren­cias de cam­bios en este sentido),

d) defini­ción de her­ramien­tas, lugar, tiem­po, soportes a emplear,

e) deter­mi­nación de los des­ti­natar­ios o usuar­ios del pro­duc­to final, lo que tiene rel­e­van­cia para el con­tenido que adop­tarán las LL.

2. Fase de exte­ri­or­ización: se car­ac­ter­i­za por el análi­sis y reflex­ión colec­tivos. Se estable­cen reglas claras antes de comen­zar el ejer­ci­cio de modo que todos puedan par­tic­i­par sin pre­siones, se cen­tra el análi­sis en situa­ciones, solu­ciones, aspec­tos del proyec­to, y no en per­sonas. El ejer­ci­cio debe realizarse con obje­tivi­dad, sin esper­ar un resul­ta­do pre­de­ter­mi­na­do. Es vital ase­gu­rar condi­ciones que prop­icien la moti­vación e impli­cación de los par­tic­i­pantes. Se cumplen los roles de facil­i­ta­dor y rela­tor, medi­ante las ron­das de tor­men­ta de ideas que sean nece­sarias has­ta que que­den cubier­tas las inter­ro­gantes de análisis

  • ¿Qué prác­ti­cas fueron pos­i­ti­vas? / Deben realizarse, porque ase­gu­ran el buen resultado.
  • ¿Qué prác­ti­cas fueron neg­a­ti­vas? / Deben evi­tarse pues obsta­c­ulizan el logro de los objetivos.

3. Fase de com­bi­nación: se pro­duce la for­mal­ización de las lec­ciones apren­di­das en el esque­ma definido, primero como aspec­tos pos­i­tivos y aspec­tos neg­a­tivos, que cir­cu­lan vía elec­tróni­ca entre los par­tic­i­pantes para rec­ti­ficar, ampli­ar, has­ta tan­to se llegue al con­sen­so del equipo. A par­tir de ahí, se redac­tan las lec­ciones apren­di­das en tér­mi­nos de acciones a empren­der, que puedan ser repli­cadas; para ello se emplea un lengua­je breve, que no nece­site expli­ca­ciones pos­te­ri­ores. Nue­va­mente se some­ten a la con­sid­eración de los miem­bros has­ta lle­gar al con­sen­so definitivo.

4. Fase val­i­dación: el doc­u­men­to que cod­i­fi­ca las LL debe ser someti­do a con­sid­eración de los colec­tivos asesores de las activi­dades del Cen­tro, bien sea el Con­se­jo Cien­tí­fi­co o la Comisión Docente Metodológ­i­ca, según el con­tenido de las LL. Este paso debe estar exen­to de rigidez, deben ser val­o­radas las prop­ues­tas con flex­i­bil­i­dad, obje­tivi­dad y espíritu de cam­bio, de modo que no prevalez­ca la buro­c­ra­cia por enci­ma de los apren­diza­jes per­ti­nentes y efi­caces. Deben recomen­darse a la direc­ción los aspec­tos que serán inter­nal­iza­dos o no y definirse los respon­s­ables de la dis­em­i­nación y apli­cación de las LL.

5. Fase de pub­li­cación de las lec­ciones apren­di­das: se emplean todas las vías posi­bles para hac­er acce­si­ble este conocimien­to al resto de la comu­nidad insti­tu­cional. Muy impor­tante hac­er uso de las tec­nologías de la infor­ma­ción y las comu­ni­ca­ciones (TIC) disponibles: dis­tribu­ción vía elec­tróni­ca, uso de la red dig­i­tal, esto se cor­re­spon­dería con lo que se ha denom­i­na­do Ciber Ba, que pro­mueve la inter­ac­ción vir­tu­al entre los miem­bros; y por medio de análi­sis, talleres, debates en los colec­tivos de depar­ta­men­tos o equipos de tra­ba­jo en lo que sería un Ba ejerci­tante, que da paso a la sigu­iente fase.

6. Fase de inte­ri­or­ización: se ver­i­fi­ca cuan­do otros miem­bros o ele­men­tos de la estruc­tura orga­ni­za­ti­va ponen en prác­ti­ca las lec­ciones apren­di­das. Solo será efec­ti­vo un pro­ce­so de LL si el nue­vo conocimien­to cod­i­fi­ca­do es incor­po­ra­do a las prác­ti­cas, pro­ced­imien­tos y nor­ma­ti­vas de la orga­ni­zación. Es con­ve­niente dejar espa­cio a la retroal­i­mentación del pro­ce­so, con las con­se­cuentes posi­bil­i­dades de mejo­ra de las LL según tan­tas apli­ca­ciones tengan.

Fig. 1 Esquema del proceso de identificación de LL en Formatur Camagüey

Fuente: elaboración propia

En las dos expe­ri­en­cias llamó la aten­ción de los par­tic­i­pantes el modo inter­ac­ti­vo que se asume en los análi­sis, así como el resul­ta­do explíc­i­to que adop­tan los apren­diza­jes, una vez que se for­mal­izan las lec­ciones apren­di­das. El análi­sis de algu­nas ver­bal­iza­ciones ilus­tra en tal sen­ti­do: “es ver­dad que esto se puede hac­er siem­pre y no se hace” fue una ver­bal­ización común, “se puede aprovechar mejor la red para que todos ten­gan acce­so”, habla de la necesi­dad de aprovechar ópti­ma­mente los recur­sos TIC para el inter­cam­bio entre los miem­bros de la orga­ni­zación. De igual for­ma, apare­cen expre­siones de carác­ter moti­va­cional, como “así todos saben lo que hacen los demás”, pues divul­gar los resul­ta­dos pos­i­tivos de un equipo de tra­ba­jo con­sti­tuye una for­ma de reconocimien­to y de ese modo es exper­i­men­ta­do por las personas.

Discusión

El pro­ce­so de iden­ti­fi­cación de las lec­ciones apren­di­das real­iza­do (Figu­ra 1) pasa por los cua­tro mecan­is­mos de con­ver­sión del conocimien­to descritos. En el tra­ba­jo del equipo se crea conocimien­to com­par­tien­do la expe­ri­en­cia de los miem­bros (social­ización), en este caso se pro­duce un Ba orig­i­nario (Non­a­ka y Kon­no, 1998); luego sería nece­sario for­malizar ese conocimien­to crea­do, que sigue sien­do tác­i­to, en tan­to es por­ta­do por los par­tic­i­pantes de la expe­ri­en­cia. Una vez que se debate, que se reflex­iona colec­ti­va­mente sobre lo apren­di­do, se con­vierte en conocimien­to explíc­i­to (exte­ri­or­ización) en un Ba de inter­ac­ción; pero solo si se sis­tem­ati­za de algún modo, anal­izan­do y cat­e­go­rizan­do (com­bi­nación), en este caso medi­ante la elab­o­ración de las lec­ciones apren­di­das, es que los otros miem­bros pueden dispon­er de él para asim­i­lar­lo (inte­ri­or­ización). Se coin­cide con la idea de que el apren­diza­je orga­ni­za­cional, solo puede ser con­sid­er­a­do como tal si es incor­po­ra­do al ambi­ente de la orga­ni­zación medi­ante arte­fac­tos epis­te­mológi­cos (mapas, memo­rias y pro­gra­mas), es entonces que se cier­ra el ciclo del mod­e­lo SECI (Non­a­ka y Takeuchi, 1995). Se ver­i­f­i­can las dos dimen­siones de mov­i­lización del conocimien­to: ontológ­i­ca, de lo indi­vid­ual a gru­pal, a lo orga­ni­za­cional y de ahí nue­va­mente a lo indi­vid­ual; y la epis­te­mológ­i­ca, que va de lo tác­i­to a explíc­i­to para poder pasar de nue­vo a tác­i­to al ser incor­po­ra­do por los indi­vid­u­os. Este pro­ced­imien­to tiene pun­tos de con­tac­to con otros anal­iza­dos (Díaz y otros, 2015; Mil­ton, 2009), pero se ajus­ta a las par­tic­u­lar­i­dades de la orga­ni­zación en cuestión.

En este caso se cre­an opor­tu­nidades para “apren­der en con­tex­to”, aprovechan­do el conocimien­to endémi­co, lo que requiere inter­ac­ciones, con­fi­an­za y comu­nidad, tal y como pro­pone Bolí­var (2014) en un análi­sis de creación de capaci­dades para la mejo­ra de las escue­las. Se com­parte la impor­tan­cia de las condi­ciones de tra­ba­jo que deben crearse para el apren­diza­je en la orga­ni­zación: comu­ni­cación abier­ta, con­fi­an­za entre los miem­bros, moti­vación por apren­der colec­ti­va­mente en el pro­ce­so de resolver prob­le­mas, lid­er­az­go facil­i­ta­dor (Cer­vantes, 2014; Fiol & Lyles, 1995) para el acom­pañamien­to del grupo en el pro­ce­so de con­ver­sión del conocimien­to que per­mi­ta explic­i­tar y for­malizar las lec­ciones apren­di­das. Cre­ativi­dad, con­fi­an­za y com­pro­miso son ele­men­tos señal­a­dos por Acos­ta, Zárate y Fis­ch­er (2011).

Se val­o­ra la necesi­dad de fomen­tar de man­era inten­ciona­da en la orga­ni­zación el Ciber Ba, emple­an­do los recur­sos de que se dispone y el Ba ejerci­tante, donde los jefes de áreas deben jugar un papel desta­ca­do. Sale a la luz nue­va­mente la necesi­dad de entron­izar la gestión del conocimien­to a la estrate­gia orga­ni­za­cional, de modo que se atien­da inte­gral­mente y se desar­rollen acciones para ele­var y aprovechar mejor el conocimien­to disponible (Pon­juán y Hernán­dez, 2017). Se coin­cide con Gar­cía Alsi­na y Gómez Var­gas (2015) en que, para for­malizar y sis­tem­ati­zar las prác­ti­cas de gestión del conocimien­to, la insti­tu­ción debe proveer her­ramien­tas y estrate­gias que for­t­alez­can y con­soli­den la cul­tura basa­da en la gestión del conocimiento.

El pro­ced­imien­to emplea­do per­mi­tió recu­per­ar para la orga­ni­zación el conocimien­to crea­do en dos equipos de tra­ba­jo que par­tic­i­paron en la eje­cu­ción de sendos proyec­tos (la gestión de un even­to cien­tí­fi­co y un proyec­to de I+D en el tema de la gestión de ali­men­tos y bebidas). Se logran for­malizar las lec­ciones apren­di­das en tan­to prác­ti­cas y enfo­ques pos­i­tivos que deben reit­er­arse y obstácu­los y expe­ri­en­cias fal­l­i­das que deben recon­sid­er­arse o evi­tarse. Estas lec­ciones apren­di­das se pusieron a dis­posi­ción de la orga­ni­zación y se han desar­rol­la­do acciones para su inter­nal­ización por parte de los miem­bros. El pro­ced­imien­to puede ser apli­ca­do a otras necesi­dades de recu­peración de conocimien­to gru­pal en esta organización.

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